UNA SOLA FIESTA /// Cuestionan prioridades del jefe del Estado

Labor presidencial en entredicho

Los politólogos Ángel Álvarez y Luis Enrique Alcalá analizan el trabajo presidencial. Advierten que «las peleas que afronta contra enemigos que crea» le restan tiempo para gobernar

ERNESTO ECARRI HUNGecarri

EL UNIVERSAL             3 de febrero de 2002

Actos multitudinarios y marcha en Caracas, viaje a Bolivia, otra concentración en Cúa y viaje a San Cristóbal, Mérida, Bolívar y Barquisimeto todas estas actividades han concentrado gran parte de la agenda presidencial de esta semana, dejando poco tiempo para la labor gubernamental.

Los politólogos Ángel Álvarez y Luis Enrique Alcalá al hacer un análisis de las obligaciones presidenciales cuestionan la jerarquización realizada por el primer mandatario nacional a la hora de desarrollar su rol como presidente de la República.

Álvarez utiliza el símbolo de la ‘hamaca’ a la hora de opinar del trabajo del Presidente. ‘Se mueve mucho pero no va ninguna parte’.

Asegura que la gran cantidad de actividades proselitistas le impiden realizar una efectiva labor. ‘Chávez hace esto no por limitación ni incapacidad mental o física, sino porque él cree que está haciendo una revolución más allá incluso de Venezuela, una transformación con vocación continental. El Presidente no entiende que los venezolanos lo eligieron para gobernar y no para hacer una revolución. Es más, la verdadera revolución que podría hacer es gobernar’.

Álvarez resume los errores en dos ideas. La primera es que ‘le dedica demasiado tiempo a la confrontación con enemigos que él mismo construye y eso lo hace porque cree tener la necesidad de tener una pera de boxeo enfrente con lo cual escuda la incapacidad de realizar políticas’.

El otro error en el que cae, dice Álvarez , es el irrespeto a la organizaciones de la sociedad civil. ‘Está de espaldas a la mayoría y trata de afectar los intereses organizados de la minoría, es decir, de empresarios, Iglesia y trabajadores’.

Reconoce el politólogo que a pesar de estos cuestionamientos el primer mandatario nacional ‘se mantiene dentro del Estado de derecho’.

Recuerda Álvarez que ‘todas las encuestas revelan que el primer mandatario nacional fue elegido para resolver dos problemas: el desempleo y la inseguridad personal. No los ha resuelto y más bien se han profundizado’.

Formalmente un Presidente tiene sus atribuciones reseñadas en su Constitución que están dirigidas a los principios de gobernar a la mayoría y respetar a las minorías. ‘Debe recibir cuentas de sus ministros, pero en este estado de confrontación y de giras nacionales e internacionales no le da mucho tiempo para recibirlos’, señala Álvarez.

Otra obligación del primer mandatario es velar por la adecuada administración de la Hacienda Pública. ‘Pero aquí en su pugnacidad no sólo no le da tiempo sino que ha estimulado políticas como el Plan Bolívar 2000 y 2001 que han quedado al margen de este control de la sociedad y del Estado produciéndose situaciones cercanas a la malversación de fondos’, asegura Álvarez .

El combate

Por su parte, Luis Enrique Alcalá cree que el error del Presidente parte de su concepción de la política.

‘Para Chávez hacer política es combatir. Es la exacerbación de un modelo político entendido como la manera de controlar el poder por cualquier medio’, afirma el politólogo.

Explica Alcalá que ‘en ese modelo la justificación de la política no es resolver problemas de carácter público. Olvida que hay un Estado porque hay problemas que trascienden la esfera privada y por ello se requiere de una organización que maneje lo que es de carácter público. Lo que nos atañe a todos’.

Sostiene el analista político que el primer mandatario nacional ‘cree que su deber es pelear, destruir, eliminar. Eso pudo estar semijustificado al inicio de su gobierno, pero ahora hace falta que se apliquen los planes para resolver los problemas’.

Comparte la idea de que la confrontación le puede quitar tiempo para la labor gubernamental pero advierte que esa situación ‘la origina él con su tono agresivo y sus acciones’.

Alcalá piensa que ‘todas las marchas y actividades proselitistas están fuera de la función de un Presidente’.

El politólogo también cuestiona el ¡Aló, Presidente! ‘Se puede concebir que a través de un programa el Gobierno pueda explicar las políticas, pero casi no habla de eso. Son más bien menciones autobiográficas y cuentos los que relata el primer mandatario nacional en ese programa. Existen intentos en todo el mundo y en Venezuela eso no es nada nuevo. No es mala la idea si se centrara en puntos específicos’.

Derecho de la mayoría

El politólogo Luis Enrique Alcalá cree que la actual composición de fuerzas y la demostración realizada por la sociedad civil el pasado 23 de enero son elementos suficientes para obligar un cambio en el Ejecutivo.

Cita el politólogo la declaración de derechos de Virginia de junio 1776 que fue dada a conocer meses antes de la Declaración de Independencia de EEUU. ‘Cuando cualquier gobierno resultare inadecuado o contrario a estos propósitos: el beneficio común, la protección y la seguridad del pueblo, la nación o la comunidad. Una mayoría de la comunidad tendrá un derecho indubitable, inalienable e irrevocable de reformarlo, alterarlo o abolirlo del modo que sea más conducente a la prosperidad pública’.

Alcalá resalta que este derecho señalado en la mencionada declaración es de la mayoría y no de una personalidad o de ‘unos comandantes como sucedió el 4 de Febrero’. Sostiene que en la actualidad esto se podría aplicar pero reiterando que debe entenderse como una mayoría de la población de manera ‘institucional’ y no por una salida de fuerza.

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