Fietsers zijn verdrietig

Fietsers zijn verdrietig

 

¿Por qué este Ulises, este héroe de la belleza más poderosa, este insólito condensado de humanidad escogió a Venezuela como casa? (…) Creo tener la respuesta. Cornelis vio algo único en el alma venezolana.

Zitmangebouw de Caracas

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Había cumplido 89 años el pasado 9 de noviembre lejos de Leiden, donde naciera, porque hace mucho que decidió vivir entre nosotros, regalarnos su telúrica presencia. Acá crió con Vera sus hijos, acá nos dió otros centenares que nacieron en bronce. Cornelis se ha ido hoy y no sé qué decir que sirva para algo. ¿Tal vez recordar a su familia que la Orden del León Neerlandés, que le fuera concedida por la corona de Holanda, tendrá que ser devuelta? (Sólo él podía lucir la alta condecoración mientras viviera). El vacío que cala mi cabeza no me deja pensar más que cosas intrascendentes.

Un sabio del arte y de la vida

Un sabio del arte y de la vida

No sé que decir. La noche de anteayer decía a mi esposa que este año se nos iría, mientras comía tostadas con la mermelada de naranja que nos había regalado, una de las muchas cosas buenas que hacía con las manos.

No sé que pensar. El tiempo se ha paralizado, y ni siquiera fluyen los numerosos recuerdos que atesoro de este caballero benéfico, de «este Ulises, este héroe de la belleza más poderosa, este insólito condensado de humanidad». ¿Estoy repitiéndome?

No sé qué llorar. Con él siempre reí, y sé que únicamente puedo celebrar su vida y agradecer el tiempo que estuve a su lado como riqueza inmerecida. Mañana desayunaré mermelada suya; guardo un poco todavía. LEA

Actualización. Fragmento de audio sobre Cornelis Zitman en Venezuela al día (11 de enero de 2016):

 

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