Helen Rhodes (Guy d'Hardelot)

Helen Guy Rhodes (Guy d’Hardelot)

Puedo afirmar sin faltar a la verdad que me parece la canción Because, compuesta por Guy d’Hardelot en 1902, la canción perfecta. Esto es, que en mi opinión es la canción mejor de todas las que conozco, la mejor escrita de todos los tiempos. (Si hubiera una que la superase ya me habría enterado). Es un signo inconfundible de perfección su concisión de poco más de dos minutos en los que se dice todo. También sostendré, y puedo poner aquí la prueba, que el cantor perfecto de esa perfección fue Jussi Bjoerling, la voz de titanio. ¿Quién más?

Helen Rhodes (1858-1936) fue una talentosísima compositora de canciones, protegida por Charles Gounod y estimulada por Jules Massenet. Nacida de padre inglés y madre francesa en el Château d’Hardelot—Pas de Calais, Boulogne sur Mer—, tomó de allí el seudónimo por el que se la conoce. El viejo castillo alojó una vez a una famosa pareja de enamorados, Henrique VIII y Ana Bolena, los padres de Isabel I de Inglaterra, y Because es la canción de un enamorado agradecido, a Dios y a su amor porque se digna hablarle, because you speak to me! Edward Teschemacher (en verdad Edward Frederick Lockton) escribió sus elocuentes versos:

Un fino espíritu musical

Un fino espíritu musical

Because, you come to me,
with naught save love,
and hold my hand and lift mine eyes above,
a wider world of hope and joy I see,
because you come to me!

Because you speak to me in accent sweet,
I find the roses waking `round my feet,
and I am led through tears and joy to thee,
because you speak to me!

Because God made thee mine,
I’ll cherish thee,
through light and darkness through all time to be,
and pray His love may make our love divine,
because God made thee mine!

………

La canción, una pieza que tenía que ser creada, tan ineludible como Rêverie y el Arabesque de Claude Debussy—«dos piezas que fueron más descubiertas que inventadas; tanta es su lógica musical, su inevitable hermosura, que tenían por fuerza que existir»—, la ha interpretado y grabado un gentío, y acá pondré unas pocas versiones, comenzando por la de Enrico Caruso (dejaré a Bjoerling la última palabra, el cierre definitivo). El gran napolitano la grabó en francés en 1912:

Caruso (1873-1921)

Veinte años más tarde, afrontaba esa gran melodía el mejor cantante de operetas de la primera mitad del siglo XX: Richard Tauber. Acá su versión, en el inglés de Teschemacher. (Se las arregló para que fuera la más larga):

Tauber (1891-1948)

Fue en 1939, en cambio, cuando Deanna Durbin cantara la canción perfecta en la escena final de la película Three smart girls grow up. Tenía entonces 17 años de edad:

Durbin (1921-2013)

Y ahora escuchamos al estupendo gran danés (no canino) Lauritz Melchior en su rendición de 1950:

Melchior (1890-1973)

Un año después, Mario Lanza impulsó todavía más la popularidad de la maravillosa canción cuando la incluyó en la película El gran Caruso:

Lanza (1921-1959)

Ya estamos suficientemente preparados para la grandiosa, la insuperable interpretación de Jussi Bjoerling. (En 2′ 02″, es la más corta de todas). Para mí, es ésta la que vale la pena:

Bjoerling (1911-1960)

Nadie alcanzó nunca su potente y melodiosa dulzura. Ya no hay nada más que decir o escuchar. LEA

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