Las cadenas del unicornio alunado*

Silvio Rodríguez, líder de la Nueva Trova Cubana, cantará en Carnegie Hall; antes ha hablado en una rueda de prensa en Nueva York. El autor de Me va la vida en ello, se refirió a errores de la revolución cubana; por ejemplo, la nacionalización de la economía privada en Cuba: “El Estado decidió involucrarse nacionalmente en un comercialismo que llegó a los más desquiciados límites, incluyendo la burocratización de los expendios de papas fritas”. Luego sentenció: “Todavía estamos pagando por eso”. El concierto de Rodríguez en la Gran Manzana tiene la anuencia de Raúl Castro.

Mi unicornio azul

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Un desquiciado Presidente de la República declaraba ayer desde una planta aceitera vociferante, amenazante, que había declarado la “guerra económica” a la “burguesía”, especificando dentro de este concepto la presencia de Fedecámaras, Consecomercio y las Empresas Polar, el favorito de sus blancos recientes.

¿Qué hay de nuevo en esto? ¿No es exactamente eso lo que ha practicado desde que adquirió poder político? Ni siquiera es nuevo el show del lenguaje bélico. Ni siquiera es nuevo que desmienta frontalmente a alguno de sus subalternos como, por ejemplo, el Ministro de Comercio, Richard Canán, quien se mostraba muy urgido en explicar hace ocho días que no había “una arremetida contra Polar”. (Esto, después de la arbitraria expropiación en Barquisimeto, las constantes alusiones desafiantes, los recientes decomisos, la medida contra el aviso de PepsiCola, el envío de la rabiosa Iris Varela a “defender” derechos de “trabajadores” de la empresa, en una serie sañosa cuya alevosía exige mucha planificación. Es para esto, y no para atender sus obligaciones más elementales, que el gobierno tiene tiempo).

Ahora, después de la ególatra declaración formal de guerra contra Lorenzo Mendoza—“Vamos a ver quién aguanta más, si tú con tu Polar y tu riqueza, o yo con mi pueblo y mi dignidad”—, ardido por recientes declaraciones de trabajadores de Empresas Polar que señalaron el fracaso de las empresas estatizadas, seguramente se beneficiará del análisis estratégico que le provea el Centro de Estudio Situacional de la Nación (CESNA), reciente creación presidencial (Gaceta Oficial Nº 39.436) encargada de “recopilar, procesar y analizar de manera permanente, la información proveniente de las distintas salas situacionales u órganos similares de las instituciones del Estado y de la sociedad sobre cualquier aspecto de interés nacional”.

Esta CESNA que no vuela debe proporcionar “apoyo analítico informativo” al gobierno, “suministrándole información oportuna y necesaria para facilitar la toma de decisiones estratégicas para proteger los intereses de la nación”. Una de las primeras estrategias imaginadas por esta madre de todas las salas situacionales, ha deducido este blog, es la de fijar la residencia del Presidente de la República, mientras dure la conflagración, en el Museo Militar, donde tan bien le fue la última vez que estuvo en pie de guerra con “su pueblo y su dignidad”.

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Lo que busca el presidente Chávez es enmascarar la responsabilidad de su gobierno en la vergonzosa situación económica nacional, evidenciada en la caída de 5,8% del Producto Interno Bruto en el primer trimestre de este año, que el propio Banco Central de Venezuela atribuye principalmente a factores que maneja solamente el Ejecutivo Nacional: la menor oferta eléctrica, la disminución de la actividad del sector petrolero y la restricción en el acceso a las divisas para importaciones.

Ahora procura la guerra—como ha prometido, sin librarla, a Colombia y el Imperio—para disponer de una coartada para el fracaso. Así embiste con el único y terco cuerno de su frente ante cámaras y micrófonos, sin importarle que su agresividad empeore las condiciones de los venezolanos, para poder decir que el cuadro que se avecina, incluso peor que el actual, es culpa del conflicto. (Ángel García Banchs—CENDES, UCV—sostiene que el año cerrará con una caída del PIB de hasta 7%, y que la moneda venezolana sigue sobrevaluada en al menos 50%, por lo que una nueva devaluación acecha a los venezolanos desde el horizonte).

Es evidente el desequilibrio; no hay sociedad en el mundo en la que alguno o varios de sus componentes puedan ser tan malos que justifiquen la permanente agresividad, la incesante ira, el eterno reconcomio en el discurso de su jefe de Estado. Es un desequilibrio que tiene que corregir el poder de los ciudadanos, visto que los poderes no ejecutivos de la Nación, el legislativo y el judicial, no contribuyen al equilibrio de poderes sino que, antes bien, actúan como cómplices del desafuero presidencial. Es un desequilibrio que tiene que arreglar el Poder Constituyente Originario, porque no hay fuerza política organizada en el país—no lo es, evidentemente, la Mesa de la Unidad Democrática—que sepa poner coto al desborde.

Ayer, a continuación de la declaración oficial de guerra, el Presidente de la República lanzó uno de esos desafíos que usualmente le son tan fáciles, posibles en él cuando cree encontrarse en posición ventajosa. Pero esta vez no estaba tan divertido. Molesto por las cifras de Alfredo Keller y otros encuestadores—no todos—que indican que perdería hoy una elección presidencial y una mayor propensión a votar por candidatos de oposición para la Asamblea Nacional, retó a quienes se le oponen a convocar otro referéndum revocatorio basados en esas mediciones, e incluso sugirió que se aproveche la ocasión de las elecciones legislativas. Dijo: “Aprovechan las elecciones y piden un referendo para el 26 de septiembre”, asegurando que el Consejo Nacional Electoral sería capaz de organizar el referéndum en cuatro meses.

Coincide aquí el presidente Chávez con este blog en un punto, tal vez lo plagia. Aquí se escribió el lunes de esta semana (Por supuesto que hay salida), 31 de mayo de 2010:

Venezuela no quiere socialismo. No hay estudio de opinión que no haya registrado un desacuerdo sólidamente mayoritario a esa aventura impuesta sin recato, abusivamente. La conclusión política es obvia: nada más importante que expresar válidamente esa mayoría en un referéndum consultivo.

Ni el Presidente de la República, ni su socio (la Asamblea Nacional) van a convocar ese referéndum; ambos saben que lo perderían. Por consiguiente, somos los Electores—10% del registro electoral—quienes debemos ocuparnos de la convocatoria. Somos nosotros quienes, por iniciativa popular, tendremos que causar la consideración, por parte de cada ciudadano hábil para votar, de esta pregunta: “¿Está usted de acuerdo con la implantación en Venezuela de un sistema político-económico socialista?”

Este blog anuncia que ya hay quienes estamos estudiando la ingeniería de la cosa, y que nos proponemos que la consulta tenga lugar exactamente el domingo 26 de septiembre de este mismo año. De este modo, no se exige un gasto adicional y un esfuerzo organizativo distinto al Consejo Nacional Electoral.

De modo que el reto está recogido de antemano, Presidente, tres días antes de que usted hablara desafiantemente. Pero siendo nosotros los agraviados y desafiados a nosotros nos toca la elección del arma. No es con un referéndum revocatorio como nos mediremos Pueblo contra Presidente; es con un referéndum consultivo sobre su obsesivo socialismo.

Nos vemos el 26 de septiembre. Vaya nombrando sus padrinos. LEA

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* alunado, da. (Del part. de alunarse). 1. adj. lunático. 2. adj. Dicho de un animal: Supuestamente enfermo por haber estado expuesto a la luz de la luna. U. m. en América. 3. adj. Arg. malhumorado (|| que está de mal humor). 4. adj. Hond. y Nic. Dicho de un animal: Que está en celo. jabalí alunado: 1. m. Aquel cuyos colmillos, por ser muy viejo, le han crecido de manera que casi llegan a formar media luna o algo más, de suerte que no puede herir con ellos.

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