Remembranza con música

El enorme maestro Abraham Abreu

 

Ground or Ground bass Perhaps the earliest type of variation. It consists of a short bass phrase repeated many times with varied upper parts, and was much cultivated during the Purcell and Handel-Bach periods.

The Concise Oxford Dictionary of Music*

______________________________________________

 

Ha debido ser a comienzos de 1974 cuando tuve la inesperada e inmensa fortuna de conocer a Abraham Abreu. Por entonces, aún ejercía yo la Gerencia de la Fundación Neumann, y un amigo común me indicó que el joven músico quería visitarme. Yo sabía poco de Abraham—sólo que era un aficionado al clavecín y pariente de José Antonio Abreu—pero todo era muy bueno y contesté que con mucho gusto lo atendería. En alguna mañana de ese año lo recibí.

Abreu pensaba que la Fundación Neumann pudiera ayudarle a costear un viaje y la estadía mientras recibía clases de perfeccionamiento en clavecín de nadie menos que el gran maestro holandés Gustav Leonhardt, especialista en el período barroco.

 

Gustav Leonhardt (Foto tomada de Wikipedia)

 

El planteamiento de Abreu era el de un préstamo que pudiera restituir, a su regreso, en varias cuotas. Ese día andaba yo de buenas, y contesté que el modo de pagar la ayuda que estaba dispuesto a darle era el de un concierto de clavecín, en sitio por determinar, a su regreso. Abraham agradeció la receptividad de la Fundación Neumann con un sonrojo.

………

Luego de pocos meses, el maestro venezolano me llamó para decirme que ya se encontraba en Caracas y quería pagar la deuda contraída. A mi vez, le informé que su concierto debía ofrecerlo en la casa de Hans Neumann y María Cristina Anzola, y le consulté sobre el transporte especializado que debía trasladar el clavecín de Abreu a la urbanización Los Chorros.

Mientras llegaba la fecha del evento, dediqué algún tiempo a escuchar grabaciones de clavecín. Mi vecino en el edificio Delta en Chuao, el arquitecto Johann Ossott Franklin**, llamó mi atención sobre una pieza en particular, el Ground en Re menor del compositor inglés Henry Purcell grabado en un cassette, y en una visita de Don Abraham a mi apartamento se lo hice escuchar. Abreu no lo conocía pero le gustó mucho; eso bastó para que se lo prestara sin autorización de Johann con promesa de devolución.

Llegó el día del concierto en casa de los Neumann-Anzola. No recuerdo en que consistió el programa del extraordinario concierto, salvo por una pieza de encore: el Ground de Purcell, cuya interpretación me dedicó. (Abreu no disponía de la partitura; memorizó cada nota al escuchar numerosas veces el cassette prestado).

En recuerdo de la felicidad y el orgullo que sentí, pongo la pieza interpretada por el mismísimo Leonhardt, maestro de mi nuevo amigo:

Ground en Re menor

Gracias una vez más, Abraham. Hace mucho que no te veo. LEA

………

* «Quizás el tipo más antiguo de variación. Consiste en una frase de bajo corta repetida muchas veces con partes superiores variadas, y fue muy cultivada durante los períodos de Purcell y Handel-Bach».

** Johann Ossott era, para la época, el Director del Instituto de Diseño de la Fundación Neumann. (Mencionado en Tomás, entrada de este blog).

____________________________________________________________

 

Share This:

Dr. Strangelove

Herman Kahn: «Estoy en contra de la ignorancia».

 

Herman Kahn (Bayonne, 15 de febrero de 1922-7 de julio de 1983) fue uno de los fundadores del Instituto Hudson y uno de los futuristas más destacados de la última parte del siglo XX. Originalmente saltó a la fama como estratega militar y teórico de sistemas mientras trabajaba en RAND Corporation. Se hizo conocido por analizar las posibles consecuencias de la guerra nuclear y recomendar formas de mejorar la capacidad de supervivencia, lo que lo convirtió en una de las inspiraciones históricas para el personaje principal de la sátira clásica de comedia negra de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove. (Wikipedia en Español).

_________________________________________________________________________________________

 

Sin que quepa dudaHerman Kahn fue el futurólogo más destacado del siglo XX. Supe de él en 1967, el año de la publicación de The Year 2000, en colaboración con Anthony Wiener. En esa época, había sido encargado de la Dirección del Instituto para el Desarrollo Económico y Social, que fundara Arístides Calvani con José Rafael Revenga. El primer gran texto de futurología lo leímos como si se tratara de palabra revelada.

Diez años más tarde vino a Caracas por invitación de la Fundación Neumann (de la que fui gerente entre 1968 y 1974). En 1976, año del bicentenario de la independencia de trece colonias inglesas en Norteamérica, Kahn volvió a las andadas futurológicas, sólo que con una penetración de 200 años en lugar de los treinta y tres a los que se había atrevido en 1967. Esta vez era el único autor de The Next 200 Years.

Leonid Rozental, uno de los ejecutivos y directivos estrella de la Corporación Industrial Montana (Corimón), dirigió un seminario en el que Kahn—provisto de bastón y sentado en una silla de ruedas—fue conferencista único. Recibí de Leonid una invitación especial y, por supuesto, asistí con el mayor interés.

La exposición de Kahn se centró en un enfoque yanqui de las cosas, a lo que me opuse en una primera intervención. La cosa no gustó al conferencista, quien se puso incomprensiblemente agresivo de modo personal. En un momento, abrió con argumentos particularmente falaces la oportunidad de asestarle una estocada argumental que no supo rebatir. Le señalé que, por más prestigiosos que fueran The Year 2000 y The Next 200 Years habían sido particularmente miopes en lo que respectaba a la emergencia de una conciencia ecológica mundial. En ninguno de esos libros se mencionaba la cuestión ecológica para nada, a pesar de que en 1969 se publicara la colección Subversive Science: Essays Towards an Ecology of Man.

Hans Neumann, mi tres veces jefe, asistió a ese debate en otra silla de ruedas, pues había tenido un accidente mientras jugaba polo, un deporte que empezaba a practicar. Al pasar frente a él me dijo con aprobación: «¡Bien hecho!».

Kahn decidió vengarse por escrito. Al final del evento, le pedí que autografiara el ejemplar de The Next 200 Years que, como más de un asistente, había adquirido. Kahn asintió y escribió lo siguiente en su dedicatoria: «A Luis, quien es muy perspicaz y conocedor y que, si no hubiera sido venezolano, habría tenido razón».

He aquí la prueba:

Dedicatoria de Herman Kahn al suscrito

 

Había agotado todos sus argumentos. LEA

____________________________________________________________

Share This:

La polis planetaria pensada en fecha patria

Hace diez años y un trimestre de la publicación de mi segundo libro (Las élites culposas – Memorias imprudentes). En la actualidad, lidio con la escritura de un tercero que imagino como destinado a cada ciudadano del mundo, pues vivimos tiempos de conciencia mundial, exacerbada con las crisis de salud a escala del planeta y las crisis políticas en casi cada nación del mismo. (Crisis International Group nos informa periódicamente acerca de serios problemas en al menos setenta y cinco países). Por esto he creído de interés reproducir ahora la sección final de esa obra, cuyo texto en cursiva está tomado a su vez de la Carta Semanal N˚ 285 de doctorpolítico, del 8 de mayo de 2008.

 

Imagen tomada de New Scientist

 

El mundo va, entre dolores increíbles e injusticias horrorosas, hacia la esperanzadora construcción de una civilización planetaria. La época que viene será post-ideológica, trans-ideológica. Es una mutación gigantesca de la humanidad a lo que asistimos. Su ámbito es ancho, mundial:

Todavía falta tiempo bastante para que una conciencia irreversible se apodere de los seres humanos: que la suprema condición política es la de ciudadano del planeta, que la polis que finalmente tiene sentido es la planetaria. (…)

Pero… no tenemos gobierno mundial. Hay una asociación de estados-nación, más bien tenue, en la Organización de las Naciones Unidas, y ciertamente han ido añadiéndose instituciones planetarias con autoridades hasta hace poco inexistentes. (La Corte Penal Internacional es el caso más destacado y significativo). Por otra parte, hay megaprocesos cuya presión va llevándonos a conformar, en algún momento no tan lejano, una polis del mundo. Hay un calentamiento global que todos causamos, desde una vaca en Abisinia hasta un fumador en Estocolmo, desde un tractorista en Wisconsin hasta un talador en la Selva Amazónica. El clima no reconoce fronteras. Hay, desde hace tiempo ya, corporaciones transnacionales, pero también crimen transnacionalizado, desde el más vulgar hasta el terrorista, incontenible por policías locales. Hay, también, un cerebro del mundo en construcción. Google procesa ya alrededor de mil millones de búsquedas por día, y todavía la Internet está en pañales. Nos preocupa Chávez, pero también Putin y Bush, y se nos engurruña el corazón con un volcán chileno o un ciclón birmano. El mundo es plano, argumenta Thomas Friedman.

Es necesario un pacto federal que transfiera a una autoridad central planetaria ciertas atribuciones. ¿Cuáles serían? ¿Quiénes serían las autoridades de ese Estado global? ¿Cómo se les elegiría? Debe haber una legislatura planetaria, tal vez construible sobre una reforma de la Asamblea de las Naciones Unidas, pero probablemente haya que sustituir el Consejo de Seguridad por un Senado Planetario, compuesto por miembros elegidos por los bloques de la “geotectónica política”. Hay ya grandes bloques en el planeta bajo autoridad única: EEUU, Rusia, China, India, Europa, Australia. Hay protobloques en América del Sur y África, así como sub-bloques en Centroamérica. Hay entidades que tienen más bien base religiosa, como el Islam, que agrupa a más de 1.200 millones de almas. ¿Cómo sería y cómo pudiera establecerse un gobierno mundial viable y beneficioso? ¿Cómo se pagará?

En la base de todo tendría que estar la conciencia apuntada al principio: la de que en verdad somos, por encima de cualquier otra cosa, ciudadanos del planeta; la de que es una nueva soberanía planetaria, emanada del único pueblo del mundo, lo que dará base a un gobierno del mundo.

(…)

Pero, en verdad, pensarnos como ciudadanos del planeta nos sirve doblemente. Por un lado, coloca en sus exactas proporciones de teatro bufo la gestión del gobierno nacional. Si sé que soy un ciudadano del mundo me percato más claramente de las pequeñeces intrascendentes de nuestra política, y veo con mayor nitidez la escasez de los discursos habituales.

Y también, por supuesto, se adquiere con esa conciencia el nivel correcto para el acceso a la modernidad y la superación de un proceso político generalmente mediocre. La solidaridad necesaria, la sintonía con el prójimo y sus necesidades, no puede agotarse en Evo Morales y sus tribulaciones, no debe ser formulada en términos guerreros y excluyentes.

Falta todavía mucho para que la crisis de la política, mucho más grave que una mera crisis política, dé paso a otra forma de hacerla, a un modo de entenderla que no la tenga por combate para aniquilar adversarios. Falta adquirir ese punto de vista, para que cesen simétricos chauvinismos que alientan un “choque de civilizaciones”.

Cuando Toynbee paseaba su mirada ancha por la historia del mundo, veía innumerables guerras de todo género y escala. Así como hacemos antropomorfismo de Dios—decir que somos creados a su imagen y semejanza es, en realidad, suponer presuntuosa y conmovedoramente que se nos parece—también lo hacemos de los animales, y hablamos del león como “el rey de la selva” o de todo el zoológico terrestre porque identificamos líder y combate, porque creemos consustancial a la política la lucha.

Pero vienen tiempos de acomodo y convergencia. Viene una nueva política.

El tiempo de esta anunciada visita sólo depende de nosotros.¶

_____________________________________________________________

 

Share This:

In memoriam ME

María Elena, en uno de sus deportes favoritos

 

María Elena era la tía ME de sus muchos sobrinos, hoy desolados. La hermana ME, la que disolvía conflictos, la que amaba la paz y la sonrisa. La hermana musical, la hermana audiovisual, la hermana lúdica, la hermana que escribió de la familia, la que llevaba sus maravillosos equipos de sonido hasta los sitios de las fiestas familiares, listos para el baile y el karaoke. ME era la cuarta de nosotros; tres otros hermanos hemos debido morir primero. María Elena asumió el pronóstico de su muerte prematura con su paz característica, indicando con dulzura que quienes la queríamos no teníamos por qué entristecernos. Todos nosotros somos mejores por María Elena. Ahora es nuestro nombre los hermanos de ME. No habrá en el mundo quien quiera olvidarla, por más que el dolor parezca necesitarlo.

María Elena o la dulzura (19 de abril de 2011)

____________________________________________________

 

Hoy habría cumplido María Elena Alcalá Corothie 70 años de edad. No ha dejado de vivir en nosotros, sus hermanos y sus innumerables amigos. En la entrada citada en el epígrafe, y pocos días después en La belle au bois souriant (23 de abril de 2011), muchas personas quisieron contar anécdotas de ME y expresar su amor y su admiración por ella.

Sobre todo, María Elena fue la hermana musical. No se me ocurre otra cosa mejor que recordarla con música, trayendo acá ocho canciones o arias cantadas por Richard Tauber (1891-1948), el Príncipe de las Operetas. Lo hago porque le hice conocer a este cantor extraordinario, a quien ella apreciaba grandemente.

Comencemos. Seguramente fue Tauber el dueño de Dein ist mein ganzes Herz* (Tuyo es todo mi corazón), de la opereta de Franz Lehár El país de las sonrisas. Acá está, con soberbio acompañamiento de la Staatskapelle de Berlín:

 

Continuaremos con Viena, ciudad de mis sueños, compuesta por Rudolf Sieczynski:

 

Y ahora, del gran compositor noruego Edvard Grieg, Ich liebe dich (Yo te amo):

 

De seguidas, el Vals de La viuda alegre, otra opereta de Lehár:

 

Esta vez, la opereta es de Sigmund Romberg, El príncipe estudiante, de la que Tauber canta Serenata:

 

A continuación, el gran tenor austríaco nos regala, para movernos a compositores menos ligeros, Ombra mai fu—conocida como el Largo—de la ópera Jerjes de Georg Friedrich Händel:

 

Charles Gounod contribuye ahora con su estupendo Ave María, con melodía de su cacumen sobre la base armónica del Preludio #1 del Clave bien temperado de Johann Sebastian Bach. Tauber canta con su dulzura característica:

 

Para el cierre, la gran aria Nessun dorma de la última ópera de Giacomo Puccini, Turandot:

 

La fecha de hoy se consagró en el juego de dominó de la familia Alcalá-Corothie impuesta por María Elena, quien cada vez que jugaba la piedra 3-6 (o 6-3, si lo prefieren) anunciaba: «¡El tres de junio!»

LEA

………

Tomado de Wilipedia

Lápida de Tauber en el Cementerio de Brompton, Londres

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

………

* Una de las poquísimas diferencias entre mi compadre Horacio Vanegas Fischbach y el suscrito se debe a esta afirmación de la entrada—del 24 de marzo de 2016—Porque sí:

Puedo afirmar sin faltar a la verdad que me parece la canción Because, compuesta por Guy d’Hardelot en 1902, la canción perfecta; esto es, que en mi opinión es la canción mejor de todas las que conozco, la mejor escrita de todos los tiempos.

Horacio cree que Dein ist mein ganzes Herz podría ser competidora a considerar, y no pude reclutar la autorizada opinión de María Elena para terciar en el asunto. Había muerto en fecha patria (19 de abril) hacía cinco años.

____________________________________________________________

 

Share This:

JRR

José Rafael Revenga en 2016 (Palacio Legislativo Nacional)

 

Otras veces he dicho, sin faltar a la verdad, que JRR nos regaló la modernidad a quienes fuimos sus alumnos en la Escuela de Ciencias Sociales que fundara el impar Arístides Calvani. Los autores que nos hizo conocer—Anatol Rapoport, Herman Kahn, Kenneth Boulding, John von Neumann, Marshall McLuhan, Daniel Bell…—abrieron nuevos caminos al rico pensamiento del siglo XX, que recorrimos de la mano de nuestro profesor.

Profesor, consejero y amigo, 1º de agosto de 2019.

______________________________________________________

 

José Rafael Revenga Gorrondona vio la luz por primera vez, apropiadamente, en la Ciudad Luz, pues nació en París el 1º de agosto de 1936. Ayer dejó de existir al caer la tarde, luego de una insólita batalla de dos años y un trimestre de resistencia, asistido bajo el amoroso e incansable cuidado de su esposa, la inteligentísima y prolífica Alba Fernández Ron, creadora entre otras muchas cosas del Museo de los Niños de Caracas.

Tomo de la misma entrada citada en el epígrafe:

mi maestro—además de Rafael Domingo Revenga, su padre biológico y familiar—tuvo tres padres putativos de calibre pesado, nada menos que Arturo Úslar Pietri, Pedro Grases y Juan David García Bacca, quien le ofreciera plaza de profesor en la Escuela de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela. Los obsequios que me da este amigo de cuatro padres son o gastronómicamente sabrosos o de importante conocimiento: libros, revistas, referencias de Internet o contenidos de su privilegiada cabeza.

………

Hoy no sé qué decir, a pesar de que pudiera hablar horas acerca de JR. Lo conocí en octubre de 1963, como mi profesor de Filosofía Social y Política en la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello. En 1965 me contrataba como editor de las memorias del simposio Desarrollo y Promoción del Hombre, la presentación en sociedad del Instituto para el Desarrollo Económico y Social, del que gracias a él fui Director a fines del año siguiente. (JR era entonces la mano derecha de Alfredo Anzola Montauban en la Fundación Creole. Luego trabajaría, en 1973, como ejecutivo de Relaciones Gubernamentales en las oficinas de Nueva York de la Exxon Corporation, empresa matriz de la venezolana Creole Petroleum Company. Ya su esposa preparaba el concepto del Museo de los Niños, y me pidió que fuera a Boston a visitar su Children’s Museum y le informara).

 

Lo que JR me pidió editar. Diseño de Mateo Manaure.

 

De regreso en Caracas, JR se incorporó al Grupo Cisneros; prontamente se asentaría en Venevisión. En Krisis – Memorias Prematuras (1986)* puede leerse este pasaje:

José Rafael Revenga, Vicepresidente Ejecutivo del canal cuatro me llamó a la tarde misma del día de la mesa redonda. De allí salió una entrevista con él que me hacía falta, a nivel personal, desde hacía mucho tiempo. Hubo una época en la que José Rafael era mi principal estímulo intelectual y en la que prácticamente hablábamos todos los días, y hacía ya un buen tiempo que no conversábamos.

Treinta y seis años después, se ha abierto otro silencio más prolongado, el definitivo. Desde el 4 de enero de 2020, fecha del accidente cerebro-vascular que lo postrara, me siento mutilado. Hoy, sin embargo, acepto que su deceso ha puesto fin a su sufrimiento y a la carga de responsabilidad que pesó desde esa fecha sobre su esposa, por él amadísima. Como dije al inicio, había nacido en el año trigésimo sexto del siglo XX.

………

Nuestro logotipo

Llegamos a formar una empresa, Visión & Misión, para atender los servicios que nos requería British Petroleum Exploración de Venezuela. Mi hijo mayor diseñó su logotipo—el ojo de ver y la brújula orientadora de misiones—, que a él le encantó. Cuatro presentaciones hicimos al Leadership Team de la petrolera inglesa. José Rafael se encargó de componer tres de las cuatro, pues en ese campo estaba en su elemento. Luego se nos encargaría la edición de una publicación in house, destinada a los empleados de la enorme compañía, a la que también asesoramos en sus actividades contribuyentes de inversión social en nuestro país.

………

No puedo quejarme de lo muchísimo que me dejó aprender de él. Para escuchar su voz de nuevo, pondré ahora esta grabación tomada de entrevista que le hicieran en Radio Caracas Radio el 4 de noviembre de 2016:

 

Para decirlo en la lengua de su país natal, Je suis désolé.

LEA

………

* También se lee en el mismo libro: «Alba es probablemente la mujer más inteligente y capaz que conozco. Sin ánimo de comparaciones, cuando he pensado en mujeres venezolanas que podrían desempeñar muy bien la Presidencia de la República, el nombre de Alba viene a mi mente…»

____________________________________________________________

 

Share This:

Telón de fondo (conceptual)

Carmona en la madrugada del 12 de abril de 2002 en Fuerte Tiuna, flanqueado por su propio guardaespaldas—el instructor de karate Marcelo Planchart—armado hasta los dientes. (¿Cómo permitieron los militares la presencia de este sujeto?)

 

Esta entrada se insinúa en este blog como apoyo útil a la comprensión de la inmediatamente anterior (Dos décadas hoy). Su texto está tomado del Capítulo IV de Las élites culposas (marzo 2012): Cómo irritar a una nación.

______________________________________________________________________________________________

 

Casi exactamente un mes antes de la reunión de La Esmeralda, el 3 de febrero, el diario El Universal publicaba una entrevista que me hiciera Ernesto Ecarri Hung, en espacio que compartí con Ángel Álvarez, Director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela. El trabajo buscaba nuestros pareceres sobre lo que ya conformaba una baraja de opciones para salir de Chávez. Algunos comentaristas hablaban de solicitar su renuncia, otros de enmendar la Constitución para recortar el período presidencial, otros más creían que la salida era una nueva Asamblea Constituyente, otros, finalmente, insinuaban con descaro variable el golpe de Estado.

La entrevista fue realizada telefónicamente, y pude informar a Ecarri de una expresión tajante del derecho de rebelión, concepto que comenzaba a ser manejado por aquellos días. Ella se encuentra en la Declaración de Derechos de Virginia, un documento que sirvió de modelo a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la precedió por tres semanas y un día, habiendo sido emitida el 12 de junio de 1776. Su Sección Tercera dice: “…cuando cualquier gobierno resultare inadecuado o contrario a estos propósitos—el beneficio común y la protección y la seguridad del pueblo, la nación o la comunidad—una mayoría de la comunidad tendrá un derecho indudable, inalienable e irrevocable de reformarlo, alterarlo o abolirlo, del modo como sea considerado más conducente a la prosperidad pública”. Ecarri me pidió que le enviara por correo electrónico el texto exacto de la sección para publicarla de modo destacado.

A poco de esto, Jorge Olavarría escribió para El Universal dos artículos bajo el título Derecho de rebelión, y fue el jueves 21 de febrero a la edición meridiana del noticiero de Televén a exponer su particular interpretación de tal derecho. En su opinión, se justificaba una rebelión clásica, un golpe de Estado contra el gobierno de Chávez. En el primero de sus artículos, indicó que el procedimiento convencional era que los rebeldes expusieran al país los motivos de su alzamiento una vez que tuvieran éxito en deponer al Presidente.

Esa interpretación me preocupó grandemente; la Declaración de Virginia era clarísima al adjudicar la titularidad del derecho a la mayoría de la comunidad. No podía ningún grupo arrogarse ese derecho, y creí que la prescripción de Olavarría, seguramente bien intencionada, conduciría irremediablemente a un abuso de poder tan flagrante como el de la intentona del propio Chávez del 4 de febrero de 1992. Puse entonces manos a la obra, y escribí alarmado al mismo Ecarri y llamé a Marta Colomina, quien por ese entonces me entrevistaba con frecuencia por Unión Radio y en Televén, y también a la productora del programa Triángulo, que conducía, igualmente en Televén, Carlos Fernandes.

Fue este último quien reaccionó, y fui invitado a comparecer en la edición de Triángulo del lunes 25 de febrero. La víspera, visité a un amigo que siempre me exige anonimato para comentarle de la oportunidad del día siguiente y que planeaba destacar que el único sujeto del derecho de rebelión era la mayoría de la comunidad, tal como se dijo en Virginia, para salir al paso de la peligrosa opinión de Olavarría. El amigo me dijo: “Sólo quiero señalarte que la Declaración de Virginia es el documento de unos súbditos de Jorge III de Inglaterra, y nosotros no somos súbditos de Chávez”. Entonces me cayó la locha proverbial. En efecto, los venezolanos no éramos súbditos de un rey; Chávez era nuestro mandatario y nosotros los mandantes. Al día siguiente ya había imaginado una ruta democrática y perfectamente constitucional para producir la cesantía de Hugo Chávez: un procedimiento de abolición.

La decisión del 19 de enero de 1999, tomada por la Corte Suprema de Justicia, era el piso jurídico que sustentó todo el proceso constituyente de aquel año; la propia Constitución se sustentaba en ella, la que había establecido que el pueblo, en su carácter de Poder Constituyente Originario, era un poder supraconstitucional. Por eso pudo preguntarse en referéndum si los venezolanos queríamos elegir una asamblea constituyente, aunque tal figura no estuviera contemplada en la Constitución de 1961. Del mismo modo, aunque la Constitución de 1999 no contemplara la figura de la abolición, una mayoría explícita del pueblo podía abolir el gobierno de Hugo Chávez.

Fui con esa tesis a Triángulo, convocado para discutir la existencia del derecho de rebelión. Tres otros entrevistados participaron: Oswaldo Álvarez Paz, Néstor León Heredia, Vicepresidente de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, y Omar Meza Ramírez, también diputado y Director de Alianzas del Movimiento Quinta República. Dije entonces: “El pueblo venezolano… es una autoridad superior al Presidente de la República y es su verdadero jefe, de manera que si una mayoría de la comunidad venezolana quisiera que cesara el gobierno de Hugo Chávez, lo que tendría que hacerse es redactarse y firmar un acta de abolición de ese gobierno”.

Los participantes del chavismo, Heredia y Meza, no atinaron a oponer argumento válido a lo que había dicho, y la táctica adecuada parecía ser entonces la de interrumpirme. En un momento del programa, me defendí de las intromisiones:

Dr. Meza: yo le dejé hablar. Si revolución para usted significa no dejar que los demás hablen entonces está claro. Aquí no hay revolución, señores. Aquí hay retrovolución, aquí hay involución. El Dr. Meza participaba en un foro en la Universidad Simón Bolívar en 1999, ya asumido el poder por Chávez; el tema era la Constitución, la Constituyente, y él indicó que él iba a decir unas cosas y se tenía que ir para el Congreso porque se estaba discutiendo la Ley Habilitante. Y allí él declaró que el objeto de la Ley Habilitante era básicamente el mismo objeto de la Constituyente, porque lo que quería era darle poderes totales al Presidente Chávez. Eso es lo que es realmente esta llamada revolución, que es regresar a la idea de que alguien como Fidel Castro pueda imponer su voluntad durante cuarenta años sobre una población.

El impacto del programa fue considerable. El martes 26 de febrero Marta Colomina quiso que explicara el concepto de la abolición a sus radioescuchas de entonces, y después pidió notas escritas sobre el punto, pues quería escribir su artículo del próximo domingo acerca del tema. Por la tarde de ese día, dos emisoras radiales de Maracaibo me entrevistaron también. Tal como me lo había anunciado, el domingo 3 de marzo publicó El Universal el artículo de Colomina: Invitación a conspirar. Abrió fuegos de esta manera: “La persistente negativa de Chávez a producir cambios en su gobierno que establecieran acuerdos con los sectores que garantizarían la gobernabilidad del país, ha generalizado la convicción de que el teniente coronel debe abandonar el poder, si queremos buscar una salida a los graves problemas de Venezuela”.

A continuación, Colomina expuso la complejidad del problema así:

Si hace meses varias voces comenzaron a elevarse para pedir la renuncia de Chávez, ahora millones de venezolanos claman por la búsqueda de una fórmula efectiva, distinta a la de un golpe militar (los golpes siempre han sido el problema y no la solución) que permita sacar a Chávez del poder. Y ahí está el problema. La mayoría está de acuerdo y ya algunos han comenzado a mover teclas institucionales, pero la profusión de fórmulas dispersa la efectividad de los esfuerzos. La CTV por ejemplo, aprovechó su multitudinaria marcha del 27F para plantear a la AN la realización de un referéndum consultivo para que sea el pueblo a través de su poder originario, “el que con su opinión, defina el rumbo que han de seguir los poderes constituidos” y la permanencia de Chávez en el cargo. Copei y Primero Justicia pre- paran propuestas de enmienda constitucional que permitan la reducción del mandato presidencial a cuatro años y que se tome febrero del 99 como inicio del mandato de Chávez, con lo cual estaría concluyendo el cuarto año de gobierno. PJ añade la no reelección, de modo que la AN convocaría a nuevas elecciones en diciembre, fecha para la cual el teniente coronel no podría lanzarse como candidato. El MAS está instando a la Fiscalía a que abra un antejuicio de mérito a Chávez y fundamenta tal solicitud en la comisión de seis graves delitos que van desde el criticado convenio con Cuba y la connivencia y complicidad con actos de corrupción, hasta atentados a la libertad de expresión. En este momento la Fiscalía procesa seis solicitudes de juicio contra el teniente coronel por la comisión de diversos delitos.

Entonces remató con la exposición de la idea que había expuesto en Triángulo y retomado con ella en conversación radio-telefónica del martes de esa semana:

…mucho nos tememos que la dispersión de las propuestas dificulte y alargue indefinidamente cualquiera de las fórmulas que, por lo demás, requieren de la anuencia y de la acción de unos poderes públicos que hasta ahora no han mostrado propósito de enmienda. Por eso, la cronista invita a la sociedad civil organizada, a los partidos políticos, a la CTV, a las ONG y a los constitucionalistas a reunirse para estudiar UNA SOLA FORMULA que reciba el apoyo de la mayoría de la población en su solicitud de ‘Chávez, vete ya’. El politólogo Luis Enrique Alcalá, en una entrevista que le hiciéramos en 99.9 FM nos decía que ‘el mecanismo democráticamente perfecto para la salida de Hugo Chávez de la Presidencia es la firma, por la mayoría de los electores venezolanos, de un Acta de Abolición de su gobierno. Por doctrina constitucional de universal aceptación, confirmada por decisión de la Corte Suprema de Justicia del 19 de enero de 1999 (ponente Humberto La Roche), el Poder Constituyente, esto es, la mayoría de los electores es un poder supraconstitucional. (Fue esa decisión, justamente, la que permitió la convocatoria a Constituyente en ese año, aun cuando no estuviera prevista como figura por la Constitución de 1961, vigente para la época). Bastaría entonces—sigue diciendo LEA—que una mayoría de electores firmara un acta en la que, a continuación de ciertos considerandos, expresara su voluntad de abolir el gobierno de Chávez’. Para evadir trampas de la Constitución del 99 (a la falta absoluta del Presidente antes de la mitad del período habría que hacer elecciones en 30 días, cosa imposible y menos con este CNE), el documento debe incluir, además, un Estatuto de Transición, en el que se estipulen algunas condiciones que no cabrían en este corto espacio. Además, ‘el mandato expreso de la mayoría de los electores perfeccionaría el derecho de rebelión de la FAN, en caso de que Chávez se negase a acatar el mandato’. Con esta fórmula concluye Alcalá ‘ni los militares, ni Estados Unidos podrían objetar nada’.

Ojalá que esta invitación a ‘conspirar’ democráticamente no caiga en saco roto. Nunca antes como ahora cabe recordar el lugar común de que en la unión está la fuerza. Pongámonos de acuerdo y unifiquemos los procesos para acabar con ‘el proceso’.

El editor Rafael Poleo quedó impresionado con tal argumentación.

El mismo domingo 3 de marzo en la mañana, entraba yo con mi esposa al Centro La Estancia en La Floresta—íbamos a ver la espectacular exposición fotográfica de Yann Arthus-Bertrand—cuando sonó mi teléfono celular. Poleo estaba del otro lado, y de una vez me dijo que había leído el artículo de Colomina y quería que yo explicara “eso de la abolición” en uno propio para su revista Zeta.

Asentí, por supuesto, a su proposición, y esa misma tarde escribí un artículo que hacía la consabida referencia a la Declaración de Virginia para desarrollar el argumento y la prescripción. A la postre, el artículo—Acta de abolición—resultó profético; dije cuarenta días antes del 11 de abril, por ejemplo:

…el sujeto del derecho de rebelión, como lo establece el documento virginiano, es la mayoría de la comunidad. No es ése un derecho que repose en Pedro Carmona Estanga, el Cardenal Velasco, Carlos Ortega, Lucas Rincón o un grupo de comandantes que juran prepotencias ante los despojos de un noble y decrépito samán. No es derecho de las iglesias, las ONG, los medios de comunicación o de ninguna institución, por más meritoria o gloriosa que pudiese ser su trayectoria. Es sólo la mayoría de la comunidad la que tiene todo el derecho de abolir un gobierno que no le convenga. El esgrimir el derecho de rebelión como justificación de golpe de Estado equivaldría a cohonestar el abuso de poder de Chávez, Arias Cárdenas, Cabello, Visconti y demás golpistas de nuestra historia, y esta gente lo que necesita es una lección de democracia.

………

Convendrá Ud., estimado lector, que la enumeración de personas concretas en ese párrafo estuvo acertada.

_____________________________________________________________

 

Share This: