Cartas

Propongo a los lectores un ejercicio de imaginación. Supongamos, para comenzar el dibujo de nuestro escenario, que Chávez pierde un referendo revocatorio de su mandato que se realice a fines de este año. Supongamos, igualmente, que las previsiones constitucionales se cumplen sin el más mínimo problema: hay elecciones presidenciales en un lapso de treinta días y gana un candidato no chavista para completar, desde la Presidencia de la República, el período que concluye en 2006.

Ahora quiero preguntar: ¿qué se hace con Chávez? ¿Adónde se va Chávez? ¿Qué es lo que va a hacer después de su despido? ¿Podría—o querría—un nuevo presidente ponerlo bajo arresto? ¿Dejaría Chávez que esto ocurriera o iría a refugiarse en sus cuarteles de invierno fuera del alcance de cualquier intención de ponerlo a buen resguardo? ¿Dónde estarían, en este caso, tales cuarteles de invierno? ¿Es posible gobernar con Chávez suelto?

Son preguntas que es importante hacerse, porque la política nacional no puede ser tan fácil como una telenovela con final feliz. Creer que con un revocatorio exitoso está resuelta la vida de los venezolanos, y que Hugo Chávez se quedará tranquilo políticamente es no haber entendido con quién estamos tratando. Chávez es claramente una persona de gran tenacidad, convencida de lo que cree y expresa, imbuida de un sentido de misión. De ser desalojado del poder por un referendo revocatorio no cejaría por eso en sus proyectos políticos.

Esto quiere decir que el referendo no implica necesariamente su inhabilitación política… a menos que quien le suceda—o más bien los poderes públicos que sucedan a la «Quinta República»—intenten y logren su interdicción o prisión. Si esto no se produce, y sinceramente creo que es lo más probable que no se produzca, podemos contar con el factor político Chávez en constante acción y agitación.

Una persecución política a Hugo Chávez podría, tal vez, desalojarlo de la ciudad de Caracas. ¿Quizás hacer que se refugiara en el territorio cubano, donde su mentor y modelo, Fidel Castro, gobierna a su antojo?

Chávez ha demostrado ser un buen calculador político, y no debe ignorar que el régimen castrista se encuentra, por el pronto deceso de la persona Castro, en fase terminal. Aun si Fidel Castro se asegurara una sucesión fiel a su esquema comunista, es lo más probable que un creciente rechazo mundial al régimen antillano culmine con su término. Apuesto, en consecuencia, a que Hugo Chávez, con su mandato revocado, y ante una posible persecución política en su contra, no buscaría trasladarse a Cuba. Creo que sería más probable conseguirle exiliado en Francia, donde Ramonet y la Sra. Mitterrand le alojarían gustosos.

Allí no sería, sin embargo, tan peligroso, y desde allí tendría enormes dificultades en proseguir su vocación suramericana, ratificada ampliamente en eficaz discurso que ayer peroró en Yagua, con motivo de la entrega de créditos a cooperativas populares para el transporte de combustible en gandolas. (Vale la pena leer enteramente ese discurso. Creo sinceramente que es una de sus alocuciones más eficaces y mejor trabadas desde el punto de vista lógico).

……………

Dando a la encuesta de Datanálisis de mayo de 2003 por representativa de las opiniones en Venezuela, la mayor parte del país rechaza definitivamente a Chávez y prefiere la terminación de su gobierno. Con trabajo de campo entre el 2 y el 6 de mayo de 2003, mil hogares fueron encuestados. Los resultados fueron agregados en ocho subtotales correspondientes a las regiones del estudio: región Capital (Distrito Federal y Miranda); región Central (Aragua, Carabobo y Cojedes); región Centroccidental (Falcón, Yaracuy, Lara, Portuguesa); región Andina (Mérida, Táchira y Trujillo); región Zuliana (Zulia); región Llanera (Apure, Barinas y Guárico); región Oriental (Anzoátegui, Monagas, Sucre y Nueva Esparta); región Guayana (Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro). La pregunta cuyos resultados reseñamos fue la siguiente: ¿cómo evalúa Ud. la labor del presidente Hugo Chávez Frías por el bienestar del país?

Sólo dos de esas regiones arrojaron resultados de mayor aceptación que rechazo del gobierno chavista: la región Guayana, donde el 53,2% de los hogares encuestados evaluaron a Chávez positivamente (contra 45,2% de rechazo), y la región Centroccidental (51,1% y 48,9% de aceptación y rechazo, respectivamente).

Las otras seis regiones rindieron mayor rechazo que aceptación. Por orden decreciente de desagrado con Chávez, estos son los porcentajes de rechazo: región Andina, 79%; región Llanera, 73%; región Oriental, 72,7%; región Zuliana, 66,7%; región Central, 63,1%; región Capital, 52,4%.

En una consideración inicial de los resultados se pone de manifiesto que hay mucho más población en las regiones que adversan a Chávez que en aquellas que le son favorables: 18.946.693 habitantes de las seis regiones contrarias frente a 5.223.051 en las dos regiones que le favorecen. (Sobre cifras de población del Instituto Nacional de Estadísticas para el año 2000). La población de las regiones en las que una mayoría evalúa a Chávez negativamente es casi cuatro veces la población de aquellas en las que una mayoría aprueba su gestión.

Pero las cuentas deben sacarse de otro modo. También hay afectos a Chávez en las seis regiones que perdería en un revocatorio, así como hay contrarios a él en las dos regiones donde ganaría. Aplicados los porcentajes registrados por Datanálisis, resulta que nacionalmente 14.869.000 personas le adversan, contra sólo 9.206.565 que consideran que su gobierno nos conviene. (Sólo nueve millones de personas no es poco, en absoluto). Esta vez se trata de 61,5% frente a 38,1%, lo que es una relación de 1,6 a 1, no de 3,6 a uno.

Pero es que resulta que la geopolítica es disciplina favorita de Chávez, y que el área que ocupan las regiones donde hay más gente que le evalúa favorablemente es muy grande.

Chávez, con mucho, preferiría entrar en la historia como quien combatió con las armas que como quien combatiría con los votos. Él preferiría, tal vez, no irse a la Habana o a París, sino a su república indígena suramericana. Tan sólo Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro—de donde nos vienen el hierro y el aluminio y otros minerales; desde donde nos viene, por la aorta del Guri, la energía eléctrica—son un territorio respetable: el 49,7% de nuestro territorio, o la mitad de nuestro territorio continental. Es allí donde Chávez tiene su cuartel de selva ecuatorial, tal vez ayudado desde una costa al mar que tenemos al norte y que puede caer tanto sobre Maracaibo como sobre Puerto Cabello.

Es la mitad de Venezuela, sin considerar lo que pueda tomar del Esequibo, territorio abierto a Marulanda. Tal vez Chávez, que piensa así, quiera no tanto la herencia de Castro, sino la de Tirofijo, que él supone la misma de Ernesto Guevara.

Resulta extraño, por todas estas elucubraciones, que por los lados de donde es oriundo, Chávez tenga tan altos porcentajes de rechazo (73% en los Llanos). Si hubiera que hacerle guerra civil a Chávez ¿estaríamos seguros de que Barinas, Apure y Guárico no estarían en sus manos?

LEA

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