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No parece auspicioso para un partido político relativamente recién nacido exhibir fuertes divisiones en su seno. Que un grupo de importantes dirigentes de Primero Justicia desconozca a las autoridades del partido—o a sus decisiones—no augura nada bueno para una organización que, al decir de Carlos Ocariz y sus muy precisos cálculos, aportará exactamente 3.963.008 votos, ni uno más ni uno menos, a la candidatura de Manuel Rosales.

En la sala Ana Julia Rojas del Ateneo de Caracas, Ramón López, Gerardo Blyde, Liliana Hernández, Leopoldo López, Ramón José Medina y Delsa Solórzano, declararon, por boca del primero (Coordinador General de Primero Justicia en Caracas), que desconocerán «a aquellos que arbitraria e ilegítimamente pretenden conducir al partido de espaldas a la militancia y a las bases. No reconocemos sus decisiones e instrucciones». Se referían, primariamente, a Julio Borges, y a la decisión de separar a Blyde de la Secretaría General del partido.

No se trata de militantes cualesquiera. Además de que Ramón López es autoridad partidista, Liliana Hernández y Ramón José Medina, venida una de Acción Democrática y el otro de COPEI, han sido dirigentes emblemáticos—otrora diputados de la Asamblea Nacional—así como lo han sido el más vistoso de la pareja de alcaldes justicieros, Leopoldo López, Delsa Solórzano—ex consultora jurídica de la Coordinadora Democrática—y nadie menos que Gerardo Blyde, hasta hace nada Secretario General de Primero Justicia. (Blyde, que es persona en extremo inteligente, saltó a la notoriedad en 1999, cuando un recurso suyo ante la extinta Corte Suprema de Justicia forzara una nueva redacción del decreto de Chávez para un referendo consultivo sobre la elección de una asamblea constituyente. Luego jugaría por un tiempo como segundo de Alberto Franceschi—ex diputado constituyente, ex militante de Proyecto Venezuela y de Acción Democrática, ex trotskista—en la idea de constituir una nueva fuerza política, antes de sumarse a las filas de Primero Justicia).

Esta división viene preparándose desde hace un buen tiempo. Ya el año pasado Julio Borges conjuró un alzamiento de la misma fracción con ayuda de los secretarios regionales de Primero Justicia. Se exigía al partido elecciones de base para relegitimar sus autoridades y Borges logró posponerlas para 2007. Ahora irrumpe el cisma sobre líneas políticas, y Blyde ha sido acusado de abstencionista. Para desmentir tal especie, el grupo reunido en el Ateneo anunció su apoyo a la candidatura de Rosales.

También antes de estos más recientes incidentes, una competencia entre Borges y Leopoldo López por la candidatura presidencial de Primero Justicia se había hecho notar. Entre el 10 y el 23 de septiembre de 2005 Alfredo Keller había levantado los datos de encuesta cuyos resultados fueron conocidos poco después. Al preguntar por nombres de personas que fuesen reconocidas como líderes, Julio Borges fue mencionado por el 40% y Leopoldo López, demasiado cerca, por 39%.

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