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A pesar de los desmentidos, tanto Colombia como los Estados Unidos toman muy en serio los más recientes ladridos de Hugo Chávez, quien asegura que esos dos países preparan una acción bélica contra Venezuela.

El Instituto de Estudios Estratégicos es el think tank del ejército estadounidense para el análisis y la investigación en asuntos geoestratégicos y de seguridad, y es un complemento a su War College y su apoyo analítico y el del Departamento de Defensa de ese país. Como tal prepara estudios pertinentes a estos campos y publica una buena parte de los mismos.

En agosto de 2007, antes de que Hugo Chávez acusara a Álvaro Uribe de nada, el instituto aludido publicó un estudio que lleva el siguiente título: La nueva realidad de la seguridad en América Latina. El conflicto asimétrico irregular y Hugo Chávez. En el sostiene Max G. Manwaring (Profesor de Estrategia Militar y Titular de la Cátedra de Investigación General Douglas MacArthur del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos) esta compleja afirmación: “Chávez argumenta que la liberación, el Nuevo Socialismo y el Bolivarianismo (el sueño de un Movimiento Latinoamericano de Liberación contra la hegemonía de los EE. UU.) sólo podrá lograrse mediante (1) el cambio radical de la política tradicional del estado venezolano por la de una democracia ‘directa’ (totalitaria), (2) la destrucción de la hegemonía norteamericana en toda América Latina a través de (3) la conducción de una ‘Super-Insurgencia’ irregular y asimétrica, o ‘Guerra de Cuarta Generación’ para deponer al ilegítimo enemigo externo y (4) la construcción de un nuevo estado bolivariano, comenzando por Venezuela y extendiéndose a toda América Latina”.

Manwaring—qué nombre tan apropiado—aunque fonéticamente próximo a manguareo no manguarea. El profesor de estrategia militar no cree que esa formulación de objetivos sea la parla de un loco. Por lo contrario, cree que se trata de “la retórica de un individuo que cumple la función leninista-maoísta tradicional y universal de proveer una visión estratégica y el plan operativo para adquirir poder revolucionario”. Manwaring estima que Chávez provee “a líderes políticos—populistas y neopopulistas, nuevos socialistas, revolucionarios desilusionados, oposicionistas y nomenklaturas sumergidas en todo el mundo—un modelo marxista-leninista-maoísta relativamente ortodoxo y sofisticado para la conducción y puesta en práctica de una ‘Super-Insurgencia’ irregular”.

Lo más revelador del estudio, sin embargo, es la evaluación que su autor pone en la sinopsis: “…esta clase de guerra es el único tipo de conflicto que los Estados Unidos hayan perdido alguna vez”. Manwaring alude, obviamente, a la Guerra de Vietnam, coincidiendo con Chávez en la imagen que ambos consideran apropiada.

A lo mejor es esa debilidad admitida la que Chávez busca explotar.

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