Las cifras de la revolución “bolivariana” no están cuadrando. Las reservas internacionales, para empezar, experimentan el embate de transferencias a FONDEN (Fondo de Desarrollo Nacional), o el gasto de divisas en recrecidas importaciones de productos terminados por el Convenio ALADI, ligadas al desabastecimiento. En los primeros dos meses del año estas importaciones más que se duplicaron respecto de igual lapso del año anterior. (108% de aumento).
Pero esto, claro, es el “cochino capitalismo”. Es lo que la revolución corregiría con inventos tales como la cogestión obrera. Ah, pero pasa que esta línea revolucionaria, como los benditos “motores” de la revolución, se está viendo interrumpida. Los trabajadores de una empresa textil intervenida (INVETEX), algo más de doscientas personas, ya no reciben remuneraciones, mucho menos las acciones que se les había prometido. (El tentempié que obtenía cada uno de la Misión Vuelvan Caras, 614 bolívares fuertes, ya no les llega, pues la tal misión ha sido descontinuada). Los obreros de Sanitarios Maracay ya no deben contar tampoco con un esquema de cogestión, dado que el gobierno ha decidido declarar el ramo como no prioritario y devolver la compañía sus propietarios originales. Por lo que respecta a la gente que trabaja en la papelera INVEPAL, titular de 49% de las acciones, ella se queja de las pérdidas de 18 millones de bolívares fuertes en 2007, y habla desenfadadamente de corrupción en la empresa.
Claro está, allí seguimos lidiando con la economía—“ser rico es malo”—pero si miramos a actividades puramente sociales, seguramente encontraremos allí los triunfos de la revolución. ¿No es así?
No, no es así. Luis Bravo Jáuregui, investigador de la Universidad Central de Venezuela, recién termina de analizar las cifras reportadas para la matrícula de educación primaria, según las reporta el mismo Ministerio del Poder Popular para la Educación. Reporta así Gustavo Méndez en El Universal: “De acuerdo al informe oficial, la matrícula del primer grado se incrementó en 16 mil 703 alumnos con respecto al año anterior para alcanzar un total de 640 mil 54 párvulos. Pero inmediatamente saltan las comparaciones. Para el período 96-97 la cifra era de 670 mil 701 alumnos en el mismo grado. Aún más, el docente indica que el número de repitientes fue de 61 mil 912 alumnos”. La “Quinta” República va para atrás, como el cangrejo.
Jáuregui concluye que el flaco crecimiento de la matrícula de primer grado es inferior al crecimiento de la población entre 6 y 7 años de edad, que es la que debiera ingresar al sistema de educación primaria. Siendo que se estima dicha población en 984.490 niños, se colige que unos 345.000 de ellos no han ingresado a ese sistema.
La solución sea tal vez declararnos, en referéndum, como país extranjero, a ver si Hugo Chávez se digna en visitarnos y prometernos los churupos que, digamos, ha concedido a Argentina. Más modestamente, ¿no sería posible que nos regalara, al menos, lo que el señor Antonini llevó hasta allá en un maletín?
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