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El proceso político venezolano vuelve de nuevo a recalentarse, sobre todo porque el gobierno le mete más candela. Por ejemplo, una decisión tribunalicia insostenible en Derecho de la que hasta ahora no se conoce sino rasgos generales. No está publicada, como tampoco lo fueron al inicio las veintiséis leyes descargadas sobre la ciudadanía, un aumento multimensional y repentino en el control de los ciudadanos por parte del Estado. Ahora gobernamos, pues, con meros titulares, mientras decidimos cuándo deben enterarse los venezolanos de cómo les cambiamos la vida.

La irritación e indignación que produce esa abrumadora actuación gubernamental tiende a suscitar precipitaciones e imprudencias. No es muy madura la siguiente declaración de Jon Goikoexea: “El pueblo quiere buscar sus soluciones a través de la justicia ¿qué está buscando el gobierno? Están buscando que se incendie está ciudad, están buscando la violencia. Si no nos dejan expresarnos libremente en las urnas, si no nos dejan manifestar nuestra desconformidad con el gobierno en las urnas. Están buscando que incendiemos esta ciudad”. Añade, además, con tono de perentoriedad: “El pueblo tiene que entender que la pelea es hoy o no será, la pelea es hoy por la democracia y libertad”. ¿Entenderemos algún día que la precipitación y la violencia no han servido de mucho contra la dominación chavista?

También se mantiene a buena temperatura la interfase internacional, como con declaraciones sobre la capacidad de los Sukhoi SU30 MK2 para hundir barcos estadounidenses. Estos aeroplanos, de los que tenemos por los momentos 24 unidades, son, sin duda, merecedores de la categoría de air-superiority fighters (aviones que entran a un espacio aéreo para controlarlo), pero ya han sido superados por el F22 Raptor de la Lockheed Martin/Boeing, del que han sido fabricadas ya 122 unidades. (A julio de 2008). No hay duda de que una flotilla de Sukhoi puede ejercer daño considerable sobre la reactivada Cuarta Flota de los Estados Unidos, sobre todo si ésta no es por ahora más que la intención de trasladar bajo su comando al USS Kearsarge (LHD-3) y el USS Boxer (LHD-4), dos buques anfibios portahelicópteros. Pero aun cuando lograran hundir a la flota entera una vez firmemente establecida, la retaliación que los Sukhoi desatarían sería de padre y señor mío y no podrían pararla.

Chávez, y el chavismo, han demostrado que alojan rencores pacientes. En abril de 2002 fue quemada por una turba la casa del MVR en El Rosal, y desde entonces algunos juraron destruir a Leopoldo López. El Tribunal Supremo de Justicia esperó desde el año 2006 hasta ahora para consagrar las actuaciones del Contralor. Así esperó el Presidente de la República para compensar el fin de su habilitación con la inhabilitación de enemigos suyos, y echar, el último día en que era posible, un disparo de escopeta de veintiséis guáimaros legales. No es bueno para ninguna república, por supuesto, que se la gobierne desde el rencor, así sea éste paciente.

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