Es época de elaboración. Hay gente histérica que condena la pasividad, que para ella es cobarde, ante los desmanes del Estado venezolano. Pero la verdad es que muchas abejas ciudadanas por sí solas, y un buen número de enjambres, quieren hacer algo y se ponen a inventar opciones de acción, bastantes entre ellas interesantes, más de una ineficaz o impráctica, alguna estúpida y criminal. Lo cierto es es que hay inquietud y sentido de emergencia en muchos individuos y conjuntos del gran enjambre ciudadano.
En algún momento habrá que escoger un plan sabio y completo, suficiente. Un plan tan bueno, además, que conocido por el gobierno, éste no podrá inventar excusa para impedirlo.
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Poco a poco se van levantando instituciones: el 18 de abril el Colegio Nacional de Periodistas reunió su cuadragésimo primer Secretariado en Carabobo, y desde allí emitió un comunicado en el que se declaraba “en conflicto en todo el país, para defender la democracia venezolana y, con ella, la libertad de expresión y el derecho a la información de todos los ciudadanos de esta nación”. En el mismo documento, nuestros periodistas, después de exponer que el gobierno “ha puesto en marcha un golpe de Estado al detal”, emitieron un voto de censura contra la Presidente de la Asamblea Nacional, diputada Cilia Flores, “por el constante acoso, seguimiento, irrespeto, abuso y desconocimiento de las libertades fundamentales de la democracia, al no permitir el ingreso al Hemiciclo de la Asamblea Nacional de las cámaras de televisión privadas e independientes”, y también por negarse a recibir a la directiva del Colegio, cosa que éste considera “hecho inaudito en sociedades democráticas y modernas del siglo XXI”.
Ayer fue una valiente Fedecámaras la que, por boca de su Presidente, José Manuel González, recordó al Ejecutivo Nacional el artículo 115 de la Constitución: “Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”. González emplazó a la Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Luisa Estela Morales Lamuño, a aclarar si el Presidente de la República, que el domingo pasado dijo “No hay tierra privada” mientras ordenaba un nuevo arrebatón estatal de diez mil hectáreas, está por encima de la Constitución.
Abierto al diálogo democrático—“Queremos decirle al Presidente que abandone el miedo a convocar y escuchar a quienes piensan distinto que Usted; Venezuela sale adelante con el esfuerzo de todos”—, González sin embargo advirtió: “Alguien va a reventar, y no todo el mundo está dispuesto a permitir que le quiten lo suyo y que lo arruinen”.
Son éstas posturas que van a verse con más frecuencia y deben ser apoyadas. Era hora de que se le hablara así al gobierno. Verdaderamente, el Presidente de la República excedió el domingo sus propios, amplísimos, límites. Hasta hizo teología económica (¿economía teológica?) al postular absurda e irresponsablemente, alegremente, que el capitalismo “es una maldición que viene desde que Judas vendió a Cristo”. Él sabe que emite falsedades al hablar de esa manera, y parece no importarle.
Todavía llegó a decir una enormidad más: “El rico no es humano. Es un animal con forma humana”. Autorización a la delincuencia: a los ricos puede tratárseles como perros, animales que no tienen derecho de propiedad. A la usanza maquiritare, pues. El maquiritare (yekuana) es hombre; el waika (nombre que los maquiritare asignan a los yanomamis) es infrahumano. Por tal concepto los maquiritares se sintieron autorizados al genocidio contra los waikas. (No todo era idílico en estas tierras antes de la llegada de Colón, a quien muy irónicamente algunos demagogos indigenistas acusan de genocida. Decía la Carta Semanal #60 de doctorpolítico el 30 de octubre de 2003: “Esto es: incluso para decir barrabasadas Evo Morales y Hugo Chávez emplean el español, piensan en español, piensan español. Si fuesen lógicamente consistentes Morales debiera amenazar en quechua y Chávez despotricar en pemón. Debieran negar sus nombres, pues Morales no es apellido inca ni Chávez es caribe. Debieran resistir los micrófonos y las cámaras, puesto que son de marca Sennheiser o Ikegami, en lugar de modelos Paramaconi XC o Atahualpa Special Edition”. El Airbus que usa Chávez para viajar, que no posee ni siquiera Bill Gates para lo mismo, es un producto capitalista, aunque posterior a Judas Iscariote).
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En otra de las pistas del circo gubernamental, se desarrolla la ofensiva recrudecida contra Globovisión. De no haber sido porque ayer le veía la cara y escuchaba su voz, habría pensado que lo que decía Tarek El Aissami provenía de un político opositor. Sumado al coro anti Ravell, el Ministro del Interior y “Justicia” se quejaba de un canal de televisión, que no nombró, porque éste se dedicaría a la siembra del odio y la tensión en la sociedad. Era evidente que lo que decía se aplicaba con gran exactitud al propio gobierno y, en particular, al jefe para el cual trabaja, aficionado a mantener al país en vilo con una o más arbitrariedades agresivas por semana.
La nueva ronda de denuestos y amenazas, coronada el fin de semana por nadie menos que el Presidente de la República, ha sido provocada porque la revolución pacífica-armada, como comentó Alberto Federico Ravell, fue sorprendida durmiendo en la madrugada del alarmante sismo caraqueño de hace nueve días. El canciller de la República fue el primer cañón liviano en emprenderla contra Globovisión. José Vicente Rangel, que a la conclusión del referéndum del 15 de febrero hizo, como pretendido jefe del “chavismo sin Chávez”, un amago a favor de establecer un diálogo gobierno-oposición (que rápidamente fue desechado por este último), habló por enésima vez del Plan Jaque al Rey, para presumir de informado y congraciarse con quien no tardó en sacarle la alfombra del piso.
Pero acá también puede enredársele el papagayo al Presidente. No sólo es que Néstor Kirchner se ha sentido impulsado a declarar, desde bien lejos, contra un posible cierre y confiscación de Globovisión—“Prefiero que haya 100.000 medios que digan lo que digan, que todos digan lo que quieran”—, sino que en este mismo patio la diputada Fosforito, la furibunda Iris Varela, “aseguró que no está de acuerdo con que algún medio de comunicación sea cerrado” y recomendó al canal “que se suavice, que sea más imparcial y objetivo”. (JMS, Globovisión). La planta colocó también en su sitio web el siguiente reporte:
“El periodista Mario Villegas sostuvo que el Presidente Chávez lo que desea es un periodismo aclamacionista y no uno que sea equilibrado ni crítico. En su opinión, si lo consigue sería la muerte del periodismo y para el país una dictadura. Villegas considera que el cierre de Globovisión sería más grave que el de RCTV. ‘Chávez está jugando con candela’, dijo. Resaltó que el canal del Estado lo que hace es propaganda, en tanto que Globovisión permite que voces distintas se pronuncien. Villegas cree que lo que debe hacerse ante las amenazas es resistir y se puso a la orden del canal de noticias”.
Mario Villegas aludió en passant al caso de enfurecimiento del Alcalde del Municipio Libertador, el polifacético Jorge Rodríguez. A juzgar por algunos discursos de asambleístas nacionales, el periodista Nelson Bocaranda Sardi expuso a los hijos de Rodríguez a agresiones, al peligro, quizás, de sus vidas. Bocaranda había escrito en El Universal hace exactamente una semana: “Otro ejemplo de la doble cara robolucionaria la da el alcalde Rodríguez cuando pide a la Alcaldía de Chacao registrarse como habitante del municipio para poder usufructuar los excelentes servicios municipales y para que sus hijos vayan a la piscina del parque en La Castellana. Su apartamento en La Corniche de Altamira, con vidrios blindados por seguridad, tiene un costo superior al millón de dólares. Su caravana de protección asusta a los vecinos”. Pero uno se pregunta si a Bocaranda no se le fue la mano cuando la semana anterior (30 de abril) dijo: “En Panamá, en la sucursal del Banco Indosuez, habrían congelado—hasta que revele el origen de los fondos—una cuenta de la esposa de un energúmeno funcionario rojito—que ha pasado por varios cargos importantes—por un total de $ 36 millones. La dama está de psiquiatra”. ¿Sería esto una irrespetuosa alusión a la esposa de Rodríguez, que vive con uno? Si es así, se explicaría mejor la furia del personaje y sus amenazas contra el periodista.
Entretanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no ceja en su presión. Reporta El Nacional:
“En un documento firmado por el secretario de la Corte Interamericana de Derechos Humanos dirigida a la Agente del Estado venezolano ante esta instancia, Margarita Escudero, se solicita información sobre las agresiones que contra la sede y el personal que labora en el canal de noticias Globovisión acometió el colectivo La Piedrita.
El exhorto obedece a una carta enviada a la Corte-IDH el pasado 24 de abril de 2009 en la cual le informan sobre la ‘reciente agresión contra periodistas, productores independientes, directivos y demás trabajadores de Globovisión por parte de personas abierta y públicamente simpatizantes del Gobierno’. Hace referencia el documento al vencimiento del plazo, el pasado 9 de marzo, para que el Estado adoptara medida provisionales de protección, solicitándole un informe sobre el particular”.
En el comunicado aludido del Colegio Nacional de Periodistas, el organismo explicó que había decidido “enviar a la Organización de los Estados Americanos (OEA), a la Relatoría de Libertad de Expresión de las Naciones Unidas y a Organizaciones No Gubernamentales de Derechos Humanos del Mundo Entero, expedientes y pruebas de denuncias sistemáticas que reflejan todos los atropellos que viven hoy los periodistas y los medios de comunicación privados e independientes en Venezuela”. La CIDH es, justamente, un órgano de la OEA.
Sobre el incendio sabanero de la revolución chavista, arrecia ahora el aguacero local e internacional que terminará por apagarlo.
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Hasta ahora es una revolución relativamente fácil: con real y con una oposición estratégicamente ineficaz. Ambas cosas están cambiando drásticamente.
La revolución chavista no va a encontrar el camino más allanado de aquí en adelante.
Es una guerra de clases, en apariencia, contra los ricos (que no son humanos). Pero no es una lucha de clases marxista. Ni Carlos Marx se atrevió a decir alguna vez que los ricos no eran gente, y el mismo Presidente de la República ha indicado la imposibilidad de que existan en Venezuela “cinco millones de ricachones”, que votaron contra su enmienda constitucional el 15 de febrero de este año. Entre los cinco millones que se abstuvieron de votar, al menos dos de ellos tampoco aprueban la reelección indefinida de un jefe que se considera no sólo necesario, sino imprescindible.
La Sociología, claro, ha venido variando en su definición del concepto de clase social. Antes (Marx) se establecía únicamente en términos de ingreso. Más modernamente, se ha pensado que la noción de clase se expresa mejor en actitudes (William Lloyd Warner) y en estilos de vida.
Visto así el asunto, uno puede entender que son muy contados los miembros del jet set que pudieran competir largo tiempo con el estilo de vida de nuestro Presidente. Consume muchos recursos y dispone de muchos más a su capricho. Por consiguiente, Hugo Chávez es rico, para la ciencia social reciente. Por otro lado, muchos se han enriquecido súbita y exageradamente con él. Es decir, han pasado de la humanidad a la infrahumanidad. Tal vez es por esto que sostiene que ser rico es malo.
luis enrique ALCALÁ
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