Escudo de Santiago de León de Caracas

Al Señor Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, desde Caracas, en 8 de febrero de 2010:

En los últimos tiempos, Señor Presidente, Usted ha desafiado, a quienes ejercen desde partidos políticos de la Nación una oposición pertinaz a Su modo de gobernar, a que intenten convocar un nuevo referéndum revocatorio de Su elevación a la Presidencia de la República. Esto lo ha hecho repetidas veces en tiempos recientes.

La consulta al Pueblo, el Máximo y Soberano Poder de la Nación—distinto de Usted, aunque Usted haya querido equipararlo, también muy recientemente, con Su persona—, es asunto recomendable en una democracia. En efecto, el Pueblo o, más bien, una mayoría de Él, elige al Primer Mandatario Nacional y a Sus representantes legislativos de la Asamblea Nacional, como lo hace en circunscripciones parciales del país con otros cargos de ámbito menor.

Igualmente, el Pueblo puede pronunciar Su opinión en materias de especial trascendencia nacional, puede abrogar leyes o aprobarlas, así como decidir sobre tratados con terceros estados que se sometan a Su consideración. Puede también revocar poderes conferidos en elecciones y, finalmente, decidir en lo tocante a las modificaciones de la Constitución o la promulgación de una enteramente nueva. Esto lo puede porque, en Su carácter de Poder Constituyente Originario, no tiene otra limitación distinta de los derechos humanos y los tratados válidamente convenidos con otras repúblicas. De resto, puede hacerlo todo y todo poder constituido, especialmente el que Usted ejerce, le está sometido.

Así que sería perfectamente posible la convocatoria y celebración de un referéndum revocatorio como el que ha venido siendo objeto de Su insistencia, pero no es en ningún caso el único referéndum concebible.

Hay uno en particular que es grandemente aconsejable: la consulta al Pueblo sobre la conveniencia de instaurar en nuestro país un régimen político-económico socialista.

La Constitución de Venezuela no define nuestro Estado como uno de esencia socialista. Su Artículo Segundo establece: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. Siendo que la postura socialista es sólo una entre varias opiniones políticas, mal puede establecerse en el país como predominante o única cuando la Constitución estipula claramente el pluralismo político.

Y es de conocimiento perfectamente público que Usted dirige, por repetida y propia admisión, al Poder Ejecutivo Nacional y el Estado todo hacia un tal “socialismo del siglo XXI”, de definición imprecisa pero de conducta inequívoca, en total correspondencia con la definición que de socialismo ofrece el Diccionario de la Lengua Española: “Sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes”. (El castellano, naturalmente, a tenor de lo establecido en el Artículo 9 de la Constitución, es el idioma oficial en Venezuela, y su sentido, para cualquier propósito serio, está definido en el diccionario mencionado de la Real Academia Española).

Sin embargo, el Pueblo de Venezuela no ha sido nunca explícitamente consultado sobre materia de tan grande trascendencia, aunque un Estado venezolano socialista afectaría profundamente las costumbres de la Nación y alteraría radicalmente la suprema normativa constitucional.

Es verdad que Usted habló de “socialismo del siglo XXI” antes de ser reelecto en 2006, pero para la época esa noción era todavía muy nebulosa puesto que, según Su propia declaración, ese socialismo tendría que ser inventado. Esto es, quienes votaron por Usted el 3 de diciembre de 2006 estaban impedidos de saber en qué consistía Su proposición o intención de establecer en el país un régimen de “socialismo del siglo XXI”.

En cambio, pudiera argüirse que los venezolanos ya nos pronunciamos al efecto el 2 de diciembre de 2007. Pero esto último no es verdad. Ese día rechazamos dos proyectos de reforma constitucional propuestos por Usted y por la Asamblea Nacional, pero en ninguno de los dos se consultaba tan portentosa materia de manera franca y clara.

Hubo, sí, en esos proyectos intentos de contrabandear una imposición a la Nación de un régimen socialista. Por ejemplo, en la modificación pretendida del Artículo 16 de la Constitución, relativo al territorio nacional, se decía: “Las comunas serán las células sociales del territorio y estarán conformadas por las comunidades, cada una de las cuales constituirá el núcleo territorial básico e indivisible del Estado Socialista Venezolano”. Se quería también cambiar el Artículo 70 y decir: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo, en ejercicio directo de su soberanía y para la construcción del socialismo…” Al pretender la modificación del Artículo 103, en lo tocante a una “educación integral”, se quiso normar: “…el Estado realizará una inversión prioritaria de acuerdo a (sic) los principios humanísticos del socialismo bolivariano…” Etcétera.

Pero, por una parte, Usted no parece dispuesto a darse por aludido con la inequívoca manifestación del Pueblo, a pesar de que Usted mismo comentara luego del 2 de diciembre de 2007: “Quizás no estamos maduros para empezar un proyecto socialista, sin temores. No estamos listos todavía para emprender un gobierno abiertamente socialista”. Por la otra, conviene estar seguros en asunto tan grave. Los proyectos de reforma constitucional derrotados el 2 de diciembre de 2007, que negaron de pleno derecho todas y cada una de las aproximaciones indirectas mencionadas, comprendían la modificación de sesenta y nueve artículos de la Carta Magna, y puede sostenerse que a nadie le es posible especificar con seguridad a qué fue exactamente lo que una mayoría de electores negó su aquiescencia, puesto que las modificaciones individuales fueron amalgamadas en dos proyectos compuestos, cada uno, por muchos artículos. Usted pudiera argumentar con lógica validez que nadie sabe si el Pueblo negó, en aquella oportunidad, la implantación en Venezuela del indefinido “socialismo del siglo XXI”, base y justificación primordial de Su actuación.

Comoquiera, pues, que Usted persiste en el empeño de convertir el Estado venezolano en uno francamente socialista y, de hecho, aprovecha el menor pretexto para expropiar y estatizar entidades económicas típicas de la esfera privada; comoquiera que no puede sostenerse válidamente que el Pueblo ha repudiado explícitamente la pretensión de convertir nuestro Estado en uno socialista, es de la mayor importancia, de la más especial trascendencia nacional, que se consulte directa e inequívocamente al Pueblo, al verdadero Soberano, sobre Su voluntad acerca de este punto.

Para evitar ambigüedades, la pregunta sometida a cada ciudadano del país en disfrute pleno de sus derechos políticos debe ser como ésta: “¿Está usted de acuerdo con la implantación en Venezuela de un sistema político-económico socialista?”

Por supuesto, según pauta el Artículo 71 de la Constitución, este preciso referéndum consultivo pudiera ser convocado “a solicitud de un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras inscritos en el registro civil y electoral”. Pero también señala ese artículo que lo mismo puede ser causado “por iniciativa del Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros”, y es meridianamente claro que este último es el procedimiento más expedito y menos costoso para el país, en momentos de grande dificultad económica nacional.

De modo, pues, Señor Presidente, que si Usted ha recomendado insistentemente a sus opositores organizados en partidos políticos la convocatoria de un referéndum revocatorio en Su contra, a Usted puede recomendársele recíprocamente, más bien exigírsele, que convoque Usted mismo, en acuerdo con Sus ministros, el referéndum consultivo sobre la conveniencia de instaurar en nuestro país un régimen político-económico socialista.

Si Usted cree verdaderamente en la democracia participativa, si Usted puede ver que la pretendida instauración modifica profundamente la estructura y el concepto del Estado venezolano y las costumbres de la Nación, si puede ver que Usted no tiene derecho de imponer tal cosa, por su gravedad, sin recabar la opinión del Soberano, entonces Usted no puede negarse a la inmediata convocatoria del referéndum descrito. Usted nos debe esa consulta; se la debe al Pueblo, el Poder que le supera.

Es emplazamiento que le hace en Caracas, en calidad de Ciudadano e integrante del Poder Constituyente Originario,

Luis Enrique Alcalá

C. I. 2.139.408

………

Aquí, lectura de lo que antecede en archivo de audio:

Share This: