Luego de que el Parlamento Europeo promulgara una resolución de urgencia (ver Europa contra Chávez) con graves observaciones acerca de la situación política venezolana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, órgano oficial de la Organización de Estados Americanos, ha emitido hoy un serio informe sobre el estado de la democracia y los derechos humanos en nuestro país.
Fue justamente la última estipulación de la resolución del Parlamento Europeo (#12, del 12 de febrero de 2010) la de elevar al conocimiento del Secretario General de la OEA el texto de la misma. La comunidad internacional parece haber iniciado una marcha contra Hugo Chávez, quien debiera cuidarse. Dos días antes de la resolución europea, Associated Press difundió la siguiente noticia: «El Tribunal Penal Internacional de la Haya, había sustentado hasta ayer que sus sentencias no podían aplicarse a Jefes de Estado o de Gobierno que estuviesen en funciones. Hoy, en una sentencia que produce jurisprudencia, establece que Omar al-Bashir, presidente de Sudán y acusado de genocida, y cualquier otro funcionario incurso en delitos de DDHH, será juzgado aún estando en funciones».
A continuación, el comunicado de prensa de la OEA que anuncia la publicación del informe de la CIDH. Al final se encuentra un enlace para descargar el informe mismo en su totalidad. LEA
__________
COMUNICADO DE PRENSA
No. 20/10
cidh publica informe sobre venezuela
Washington, DC, 24 de febrero de 2010 – La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó hoy el informe Democracia y Derechos Humanos en Venezuela.
La CIDH identifica una serie de aspectos que restringen el pleno goce de los derechos humanos. Entre otros, la CIDH analiza una serie de condiciones que evidencian la falta de una efectiva separación e independencia de los poderes públicos en Venezuela. El Informe hace referencia a que no se ha garantizado a todas las personas el pleno ejercicio de sus derechos con independencia de su posición frente a las políticas del gobierno. La Comisión encuentra además que se está utilizando el poder punitivo del Estado para intimidar o sancionar a personas en virtud de su opinión política. La Comisión considera que no existen las condiciones para que los defensores de derechos humanos y los periodistas ejerzan libremente su labor. Asimismo, la CIDH determina la existencia de un patrón de impunidad en los casos de violencia, que afecta de manera particular a los comunicadores sociales, los defensores de derechos humanos, los sindicalistas, las personas que participan en manifestaciones públicas, las personas privadas de su libertad, los campesinos, los pueblos indígenas y las mujeres.
En relación con los derechos económicos, sociales y culturales, la CIDH reconoce los logros del Estado relacionados con la progresiva vigencia de estos derechos, entre los que se destacan la erradicación del analfabetismo, la reducción de la pobreza, y el incremento en el acceso de los sectores más vulnerables a servicios básicos como la salud. Asimismo, la Comisión señala que existen serias falencias en materia de derechos sindicales así como también en relación con el derecho de los pueblos indígenas a su territorio.
La Comisión resalta que en aras de la realización de los derechos económicos, sociales y culturales en Venezuela no puede sacrificarse la vigencia de otros derechos fundamentales. Los derechos humanos constituyen un todo indisoluble y, conforme señala la Convención Americana en su preámbulo, “sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos”.
Al concluir el Informe, la Comisión considera que la intolerancia política, la falta de independencia de los poderes del Estado frente al ejecutivo, las restricciones a la libertad de expresión y a la protesta pacífica, la existencia de un ambiente hostil para el libre ejercicio de la participación política en disenso y para la actividad de monitoreo por parte de las organizaciones de derechos humanos, la inseguridad ciudadana, la violencia que afecta a las personas privadas de su libertad, a sindicalistas, a mujeres y a campesinos, y sobre todo la impunidad en la que se encuentran los casos de violaciones a los derechos humanos, son factores que contribuyen al debilitamiento del Estado de Derecho y la democracia en Venezuela y han tenido como consecuencia serias restricciones al pleno goce de los derechos humanos reconocidos en la Convención Americana.
La CIDH considera que el Estado debe aumentar sus esfuerzos para combatir estos desafíos y alcanzar una mejor y más efectiva protección de los derechos garantizados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
La CIDH elaboró este informe sin haber podido realizar una visita de observación a Venezuela debido a la negativa del Gobierno a otorgar su anuencia. La última visita de la Comisión a Venezuela se llevó a cabo en mayo de 2002. Las observaciones realizadas durante la visita fueron reflejadas en el informe que la CIDH publicó en diciembre de 2003. A partir de entonces la Comisión ha realizado múltiples gestiones en búsqueda de la anuencia del Estado para realizar una visita de observación. El hecho de que hasta la fecha el Estado se haya negado a permitir una visita de la CIDH no sólo afecta las facultades asignadas a la Comisión como órgano principal de la OEA para la promoción y protección de los derechos humanos, sino que debilita seriamente el sistema de protección colectivo creado por los Estados Miembros de la Organización.
La Comisión analiza en el informe la evolución de los derechos humanos en Venezuela a partir de información recibida a través de sus diversos mecanismos de protección. Asimismo, la Comisión fundamenta su análisis en información enviada por el Estado de Venezuela en atención a solicitudes de la Comisión.
La Comisión Interamericana reitera su ofrecimiento de colaborar con el gobierno, así como con la sociedad venezolana en su conjunto, a fin de dar cumplimiento efectivo a las recomendaciones contenidas en su informe y contribuir así con el fortalecimiento de la defensa y protección de los derechos humanos en un contexto democrático en Venezuela.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión está integrada por siete miembros independientes que se desempeñan en forma personal, que no representan a ningún país en particular y que son elegidos por la Asamblea General de la OEA.
_____________
Acá puede pulsar para obtener el archivo .pdf con el informe completo de la CIDH sobre Venezuela.
Sutil señal: en la página web de la OEA, la fotografía que acompaña a su nota sobre el Sistema de Seguimiento de las Cumbres de las Américas (SISCA), muestra a los presidentes de América—Barack Obama, Lula Da Silva, Evo Morales, Álvaro Uribe, Jorge Correa, Michelle Bachelet, hasta Manuel Zelaya—sin que la figura de Hugo Chávez aparezca por ningún lado. ¿Mensaje subliminal u olvido sin intención? Los editores de la página han podido escoger otra fotografía.
Después de leer el extenso informe, realmente es generoso pensar en señales sutiles; es muy claro el contenido, a la hora de analizar cada uno de los puntos que lo componen. Se trató de manera muy exacta cada uno de los problemas que nos aquejan, nada quedó por fuera, lo cual quiere decir que no obedeció a ninguna improvisación y que el caso venezolano les ha ocupado largas horas de investigación para llegar a tales conclusiones. La posición del Parlamento Europeo y la de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, respecto de la situación venezolana, apuntan a la necesidad de revisión urgente de las políticas que se está aplicando y concluyen con el ofrecimiento de «colaborar» con el gobierno venezolano para la adecuación de los correctivos necesarios; eso, en lenguaje diplomático, equivale a decir: ya estamos claros con lo que pasa en Venezuela; corrija o nos instalamos para que lo haga.
Mientras tanto, el Presidente regresaba de México de lo más dispuesto a reanudar negociaciones con Colombia, a dialogar, todo después del incidente verbal con el presidente Uribe. La creación de la llamada OEA paralela, que no cuenta con la participación de Estados Unidos y Canadá, ha dejado bien claro que eso no supone la aceptación de algún desconocimiento de los principios en los que se sustenta una democracia. Fue elocuente el discurso del Presidente de Costa Rica; no dejó lugar a dudas, cuando expresó: «Confío en que los pueblos latinoamericanos serán lo suficientemente inteligentes para saber escoger a sus líderes y no se confundirán eligiendo a quien le quede grande la camisa de la democracia». Antes había hecho referencia a algunos presidentes que, abusando de sus posiciones, descalificaban constantemente al adversario e impedían su participación en las contiendas electorales. Se está cerrando el círculo…
¡Qué claras las palabras del Presidente de Costa Rica! No las conocía; le agradezco por habérmelas enseñado. En efecto, se le viene al presidente Chávez «el mundo encima» o, como Ud. lo pone, «se está cerrando el círculo». La Nota del Día de mañana refuta la paupérrima defensa intentada por Roy Chaderton. En la de hoy destaqué justamente cómo Chávez había regresado como calmado cordero de Cancún, una vez que fuera confrontado por Uribe. Y lo de «señal sutil», naturalmente, llevaba intención irónica. La foto de una cumbre de presidentes en la página web de la OEA, que coloqué en mi comentario adicional, tiene la designación default_summits.jpg; es decir, se trata de su foto «por defecto», lo que significa que fue elegida muy adrede.