Medición de Consultores 21 en mayo-junio (clic para ampliar)

 

Hace no mucho que un editorialista prestigioso escribiera que «las encuestas» indicaban que los venezolanos habían llegado a adquirir una inclinación favorable hacia el socialismo; poco antes, un empresario aficionado a la política me había sugerido que examinara los estudios de opinión para que no siguiera promoviendo el referendo consultivo sobre la conveniencia de un régimen político-económico socialista en Venezuela. Textualmente, me puso en un correo: «Valdría la pena que averiguaras qué entienden por SOCIALISMO nuestros conciudadanos y veas los resultados de encuestas actuales sobre el tema antes de seguir con esta cruzada».

Este último llegó a sugerir después (nunca aportó el dato concreto) que el último Pulso Nacional, de la encuestadora Datos, habría detectado una preferencia mayoritaria por el socialismo. Indagaciones posteriores establecieron que éste no era el caso; lo que registraba el estudio es que entre los partidarios de Hugo Chávez una gran mayoría no cree que el socialismo de su líder amenace a la empresa privada.

Más tarde, un buen amigo me hizo llegar esta impresión: «De una presentación de una encuesta que mostró el padre Virtuoso en [la reunión del Grupo] Jirahara (creo que realizada por el Centro Gumilla), me quedó la sensación de un avance impresionante en la aceptación del Socialismo como marca. Si mal no recuerdo, la gente en un porcentaje alto lo igualaba a ideas como: Solidaridad, Igualdad, Progreso, Bienestar… Valdría la pena revisarlo, para evitar caer en una trampa de interpretación».

A esto pude contestar:

El estudio del Centro Gumilla tampoco dice lo que crees recordar. Te lo anexo para que lo examines tú mismo y veas si puedes encontrar los datos que te permitirían afirmar la identificación mayoritaria entre «socialismo» y los valores o ideales que enumeras. Fue una decisión terminológica de los redactores del Centro Gumilla la de nombrar a un segmento poblacional como «Grupo de Socialistas Moderados», que dice apoyarían una «economía social de mercado», lo que es otra forma de decir socialdemócratas. Hasta Eduardo Fernández propugnaba en febrero de 1992 una «economía social de mercado» (una «economía con rostro humano»), aludiendo a la política de Adenauer, cuando COPEI quiso proponer un «paquete alternativo» al de CAP. Por otra parte, no había que esperar el estudio de los gumilleros para conocer que la mayoría de los venezolanos se inclina «a la izquierda»; el mero ojo clínico de cualquier persona con mediano conocimiento de Venezuela nos podría haber dicho eso desde hace muchos años. Es eso lo que explica, por ejemplo, que nunca haya prosperado en épocas modernas ningún intento de establecer abiertamente un partido de derecha; hasta Caldera definió a COPEI… como partido de centro-izquierda, en el mitin de cierre de su campaña en 1963 (Plaza Venezuela). Sigue siendo verdad que absolutamente todos los estudios de opinión que hemos podido conocer, como el que envié hoy de Consultores 21, reportan una sólida mayoría contraria al socialismo. Cuando se mide la mayoría más baja (Keller, 58%) la ventaja sobre los que quieren socialismo sigue siendo de más de veinte puntos.

En efecto, la encuesta de KELLER-Mayo-2010, como todas las demás, midió un amplio rechazo al socialismo propugnado por el gobierno y específicamente a la reciente ola de estatizaciones.

………

Dos encuestas posteriores han confirmado el mismo repudio. Consultores 21 buscó medir—Perfil 21-Junio 2010—la aceptación o el rechazo a medidas gubernamentales específicas mediante preguntas cerradas; al consultar sobre la intención del gobierno de «convertir a Venezuela en un país socialista», la encuestadora obtuvo 2% de ignorancia o renuencia a contestar, 34% de apoyo y 65% de rechazo, para una diferencia de 31 puntos a favor del repudio.

Ahora se conoce, en publicación de El Nacional, algunos de los resultados del más reciente estudio de la firma Hinterlaces (3 al 13 de junio). El diario reporta que la «radicalización y el énfasis ideológico» han resultado ser mal negocio político para el gobierno, y sobre el rechazo particular del «socialismo del siglo XXI» el informe de la Unidad de Estudios de Coyuntura y Tendencias de la encuestadora mide prácticamente lo mismo que Consultores 21: un repudio de 63%. Vale la pena reproducir una sección—Virulento estigma—del trabajo de Omaira Sayago en la edición de hoy del periódico:

A los encuestados se les preguntó si creen que el Presidente quiere limitar la propiedad privada o, por el contrario, quiere fortalecerla. 69% cree que quiere limitarla, 25% fortalecerla y 6% no sabe o no respondió. 

Al indagar sobre la posición de los ciudadanos frente a la nacionalización o expropiación de empresas y haciendas, 70% se mostró en desacuerdo, 25% de acuerdo y 5% no sabe o no respondió. Ante la pregunta de qué prefieren entre propiedad privada o propiedad colectiva o comunal, 80% se inclinó por la propiedad privada, 17% por la colectiva o comunal, y 3% no sabe o no respondió. 

A la pregunta de si tienen una opinión favorable o desfavorable de Empresas Polar, basándose en lo que saben o escuchan de ella, 76% dijo que favorable, 19% desfavorable y 5% no sabe o no respondió. 83% está en desacuerdo con que el Gobierno expropie Polar, en tanto que 13% sí está de acuerdo y 4% no sabe o no responde. 87% cree que el Gobierno y la empresa privada deben dialogar y trabajar juntos, 11% cree lo contrario. 79% es contrario a la idea del Presidente de que «todos debemos ser iguales para que no haya ni ricos ni pobres». 88% está de acuerdo con la idea de que lo que saca a la gente de la pobreza es un buen trabajo y estudiar; 9% está en desacuerdo y 3% no sabe o no respondió. 

La interpretación de la Unidad de Estudios de Coyuntura y Tendencias de Hinterlaces de todos estos índices sobre las empresas privadas es que la virulenta estigmatización de ellas es la táctica del Gobierno para respaldar la estatización de la economía y acentuar la lucha de clases. Ahora el enemigo social y político no es la oposición sino la burguesía, convertida por la propaganda oficial en explotadora, especuladora, acaparadora y antipopular. A pesar del rechazo mayoritario a las expropiaciones y nacionalizaciones, la estrategia oficialista busca apropiarse y someter el sector privado de la economía para controlar las fuentes de empleo y de esta manera dominar el pensamiento crítico, aspiracional y liberal de los trabajadores venezolanos. 

La propuesta revolucionaria de impulsar la propiedad social, comunal o colectiva de los medios de producción y de la tierra no logra convencer a la mayoría, que mantiene una alta valoración por la propiedad privada. En el caso concreto de Polar—prosigue el informe—es una empresa que ha construido una sólida imagen sustentada en la calidad y popularidad de sus productos, el impacto y permanencia de sus programas de responsabilidad social y las favorables condiciones de sus trabajadores.

En suma, no tiene el menor asidero el temor de que una consulta sobre la conveniencia de instaurar en nuestro país un Estado socialista conduzca a una aprobación de tan terca y perniciosa finalidad. El gobierno no ha convocado a ese referendo teniendo la posibilidad de hacerlo en cinco minutos, ni siquiera porque se le emplazara a hacerlo: «De modo, pues, Señor Presidente, que si Usted ha recomendado insistentemente a sus opositores organizados en partidos políticos la convocatoria de un referéndum revocatorio en Su contra, a Usted puede recomendársele recíprocamente, más bien exigírsele, que convoque Usted mismo, en acuerdo con Sus ministros, el referéndum consultivo sobre la conveniencia de instaurar en nuestro país un régimen político-económico socialista». (Emplazamiento de Caracas, 8 de febrero de 2010).

No hay que temer a que ese referendo en particular «polarice» las elecciones del 26 de septiembre, las haga «plebiscitarias» si se tuviere éxito en convocarlo para esa fecha. Como se decía ya el 23 de julio de 2009: «¿Qué hace uno con una mayoría tan fuerte? Pues procura que se exprese políticamente de modo válido. Pide que el asunto sea votado, pues está seguro de ganar una consulta que lo considera. Es ésa una regla política elemental. Quien tiene la mayoría quiere que se la mida y certifique, porque quien tiene la mayoría puede mandar. La mayoría abundante que no quiere un régimen socialista para Venezuela debiera apoyar la convocatoria, por iniciativa popular, de un referéndum consultivo sobre dicha posibilidad, de una consulta que le pare el trote a [Rafael] Ramírez y a su jefe». (Parada de trote).

Lo que Chávez busca desesperadamente es que sus opositores se lancen por un nuevo revocatorio, puesto que no cesa de azuzarlos en ese sentido, y quisiera, en efecto, que fuera realizado el 26 de septiembre. El 2 de junio, dos días después de que este blog mencionara por primera vez la comodidad de esa fecha, dijo: “¿Por qué no llaman a un referendo revocatorio, si la constitución les da ese derecho? Aprovechan las elecciones y piden un referendo para el 26 de septiembre».

Hace tiempo ya que este blog optara por no recomendar (Dictamen 2010, 18 de diciembre de 2009) la posibilidad del revocatorio: «El referéndum revocatorio requiere el doble de las firmas que uno consultivo, además de tener mala recordación por haber sido un fracaso el intentado en 2004». También se advirtió en el mismo trabajo: «…aun un nivel muy considerable de rechazo puede no convertirse en una votación positiva del referéndum sugerido si los electores no pueden visualizar quién pudiera asumir la Presidencia de la República a la cesación del mandato de Hugo Chávez, y si las figuras asomadas como posibilidad no logran—como ninguna hasta ahora—resultar atractivas a una mayoría de los ciudadanos». No hay en los actuales momentos una contrafigura convincente, mucho menos unánime, en el terreno de juego, ni es ella el protagonista que se requiere. La estrella de la película debe ser ahora el Pueblo mismo.

Para quien escribe, buena parte de la insólita resistencia de algunos políticos, supuestamente entendidos, a la idea del referendo sobre un régimen socialista reside en su renuencia a permitir que el Pueblo protagonice ese cotejo, porque entonces les robaría cámara; a ellos o a sus agendas. También, porque la fuerza y eficacia de la iniciativa es mucha y no se les ocurrió primero. LEA

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