¿Cómo se cura la vergüenza de una ciudad, de un pueblo? Comprometiéndola, comprometiéndolo con un futuro distinto, trasmutando pena en compromiso de amor y de trabajo transformador. La gente de Tucson estaba en el purgatorio, su corazón roto por la tragedia del 8 de enero. Hasta allá fue el Presidente de los Estados Unidos, en compañía del senador John McCain, para curar almas adoloridas que, de algún modo, se sentían culpables. Allá habló a la gente de Tucson, a la de Arizona, a todo su pueblo. Allí indicó el camino y el alivio de la expiación. He aquí el video que recoge sus mágicas palabras (en inglés), sus palabras sabias, necesarias y bienvenidas. Con ellas renace la política buena. LEA
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Obama habla de la quinta esencia del pueblo americano, una lista de virtudes que incluye escucharse, expresar aprecio, honrar el heroísmo sencillo e inmortal de quienes dieron su vida o la arriesgaron para protegerse mutuamente. Convierte esta tragedia en una oportunidad para destacar y fortalecer los valores que unen a ese gran país que son los Estados Unidos de América.
¿Cuáles son las virtudes ciudadanas que caracterizan a los venezolanos? ¿Cuáles son esas virtudes que caracterizan a nuestros gobernantes? ¿Cuáles son los valores que nos unen? En el caso reciente de los damnificados por las lluvias, ¿hemos convertido esa tragedia en un punto de encuentro para la reconstrucción del país?
No puede mejorarse esta contribución de Lorenzo Lara Carrero, su convocatoria a nuestra toma de conciencia. Él habla de unas virtudes aparentes en Elena Kagan, la más reciente entre los jueces de la Corte Suprema de los EEUU, de quien Obama destacó poco antes de su confirmación: «…su apertura a una amplia gama de puntos de vista; su hábito, para tomar prestada una frase del juez [John Paul] Stevens, de entender antes de disentir».
Es tarea urgente desterrar del alma nacional el discurso contrario y recuperar la proverbial bonhomía del carácter venezolano.
Gracias, Lorenzo.
Es el comeback de Barack.
Me hace pensar, en una analogía imperfecta pero no por eso menos exacta, si hay alguien en Venezuela capaz de generar un discurso con una finalidad terapéutica similar, en relación con la tragedia nacional causada por empeñarse en usar el bisturí del pensamiento único, para mantener abiertas las venas por donde sangra la pluralidad de opinión que nos caracteriza como venezolanos.
¡Comeback de Barack! ¡Ha debido ocurrírseme ese título!
Creo que la respuesta a la pregunta del Dr. Revenga es positiva. Cosas veredes.
Luis: ciertamente Obama, entre otros líderes de EEUU, está claro sobre los peligros y las amenazas que la democracia tiene que enfrentar, cuando las crisis económicas afectan los niveles de vida de la población. Por ello, es necesario reforzar los valores y creencias de las gentes para poder lograr la aceptación de las políticas que tienen como objetivo regresar al crecimiento económico y, desde luego, a la paz interior. Este discurso revela las condiciones políticas de Obama quien, entre muchos otros políticos de este continente, tiene claros sus objetivos. En Venezuela, luego de un período de desasosiego, se esta construyendo una concertación democrática, que tendrá sus frutos en el futuro.
Gracias, Aurelio, por tu comentario. Me llama poderosamente la atención esta idea que expresas: «…los peligros y las amenazas que la democracia tiene que enfrentar, cuando las crisis económicas afectan los niveles de vida de la población». Todavía hoy hay quienes censuran a la figura de Rafael Caldera por haber dicho el 4 de febrero de 1992, en el Congreso de la República, estas palabras:
«Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia, cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer y de impedir el alza exorbitante en los costos de la subsistencia; cuando no ha sido capaz de poner un coto definitivo al morbo terrible de la corrupción, que a los ojos de todo el mundo está consumiendo todos los días la institucionalidad. Esta situación no se puede ocultar. El golpe militar es censurable y condenable en toda forma, pero sería ingenuo pensar que se trata solamente de una aventura de unos cuantos ambiciosos que por su cuenta se lanzaron precipitadamente y sin darse cuenta de aquello en que se estaban metiendo. Hay un entorno, hay un mar de fondo, hay una situación grave en el país y si esa situación no se enfrenta, el destino nos reserva muchas y muy graves preocupaciones».
Por lo de la concertación democrática que anuncias, hasta ahora veo más bien una cooperación aristocrática de cogollos en los que predomina la presencia de viejos actores, como Luis Miquilena, Eduardo Fernández o Cecilia Sosa, que huelen un inminente desenlace de colapso del pernicioso régimen de Chávez. Añoro la verdadera concertación democrática, la de la participación directa del Pueblo para componer un problema que es exclusivamente suyo. Las cosas han llegado a un punto en que ya no se trata de un asunto de operadores políticos convencionales; ahora es un asunto de Corona, de pueblo, de enjambre soberano. Esos operadores, ocupados ahora en discutir lo que debe hacerse en un tal «Día D» y los días subsiguientes, no dan muestras de querer convocar al Pueblo, el actor que tiene la clave. No debe resolverse el terrible problema que es Chávez sin la instancia de un referendo.
Varias veces he dicho cosas como las que copio ahora a continuación, del 25 de marzo de 2004:
En verdad el concepto en cuestión había sido tomado de… la Declaración de Derechos de Virginia: “…cuando cualquier gobierno resultare inadecuado o contrario a estos propósitos—el beneficio común y la protección y la seguridad del pueblo, la nación o la comunidad—una mayoría de la comunidad tendrá un derecho indubitable, inalienable e irrevocable de reformarlo, alterarlo o abolirlo, del modo como sea considerado más conducente a la prosperidad pública”. (12 de junio de 1776). (…) Así escribíamos, algo proféticamente, por entonces (3 de marzo de 2002): “ el sujeto del derecho de rebelión, como lo establece el documento virginiano, es la mayoría de la comunidad. No es ése un derecho que repose en Pedro Carmona Estanga, el Cardenal Velasco, Carlos Ortega, Lucas Rincón o un grupo de comandantes que juran prepotencias ante los despojos de un noble y decrépito samán. No es derecho de las iglesias, las ONG, los medios de comunicación o de ninguna institución, por más meritoria o gloriosa que pudiese ser su trayectoria. Es sólo la mayoría de la comunidad la que tiene todo el derecho de abolir un gobierno que no le convenga. El esgrimir el derecho de rebelión como justificación de golpe de Estado equivaldría a cohonestar el abuso de poder de Chávez, Arias Cárdenas, Cabello, Visconti y demás golpistas de nuestra historia, y esta gente lo que necesita es una lección de democracia”.
Luis: cuando Caldera intervino ese día de 1992, habían pasado ya casi 9 años de la devaluación de 1983 y sus posteriores efectos en el ingreso de la población a lo largo de las sucesivas devaluaciones de Luisinchi, todas ellas con control de cambios. En todo caso, las crisis económicas son la génesis de las crisis de gobernabilidad y no al revés. Eso también sucede en EEUU, cuando hay desempleo, y mas de 5 millones de familias perdieron sus casas. Y otras más en peligro por la recesión, que no ha cedido, a pesar de los ajustes de política económica.
Aurelio: cuando Caldera intervino ese día de 1992, habían pasado sólo 3 años del Caracazo. No fue el Viernes Negro la única mala noticia para el bolsillo de los venezolanos desde entonces. El año de 1987 llegó a ostentar nuestro récord histórico de inflación del siglo XX. Si se toma como unidad de poder adquisitivo del bolívar su posición en enero de 1984, para junio de 1987 este valor había descendido a 0,58. Y si bien las políticas de CAP II mejoraron algunas variables macroeconómicas, la economía de la gente continuó empeorando, incluso con más velocidad. ¿O es que no recuerdas el desmedido aumento de las tasas de interés, que convino a los bancos—como el Latino, de quien presidía entonces el Banco Central—pero desencadenó el colapso de grupos industriales emblemáticos (como las Empresas Mendoza y Corimón) e hizo más caro a la población el uso del dinero?
Tú hiciste una formulación prácticamente idéntica a la de Caldera, cuando ya han pasado, no 9, sino 28 años de la devaluación de 1983, y en ningún punto sostuvo él que las crisis de gobernabilidad generen crisis económicas. Yo tampoco. No sé con quién discutes.
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En otra parte relato un intercambio instantáneo sobre las bondades de la devaluación de 1983, que tú insinúas como algo que habría más o menos estabilizado las cosas. Te copio el fragmento pertinente:
Durante el tiempo que empleamos en leer la primera parte de los textos, dedicada a una evaluación estratégica de la situación, Tarre Briceño me preguntó cuándo había escrito yo eso. Pensé que se refería al tiempo que me había tomado escribirlo. Le contesté, orgulloso de mi eficiencia: “Anoche”. En realidad Tarre quería saber si lo había escrito antes del 18 de febrero, pues mi análisis comenzaba diciendo que las recientes medidas económicas, luego de un breve respiro, no tardarían en agotar su efecto, por lo que pronto la situación estaría peor. “Entonces, ¿tú escribiste eso después del 18 de febrero y crees que la situación no está ya controlada?” Así me preguntó consternado. Esta reveladora e inocente pregunta de Tarre Briceño me hizo comprender que la dirigencia copeyana había llegado a creer que el trago amargo del tristemente célebre “Viernes Negro” había sido suficiente para estabilizar la economía.