A los forasteros les parecía que los espartanos habían vendido su alma. No sólo oprimían a sus siervos, sino que habían entregado gran parte de su libertad a su maquinaria militar. Culturalmente, sus vidas eran estériles. Mucho antes, los espartanos habían sido conocidos por sus poetas, su música y su alfarería y sus armas fundidas en bronce. Los poetas de toda Grecia habían competido todos los otoños en un festival espartano. Pero en la época de su apogeo, Esparta era un páramo cultural. Su capital era una simple colección de aldeas, con apenas algún bello templo. Para los espartanos, la música eran simplemente canciones de guerra y el sonido de las flautas cuando marchaban a la batalla.
James C. Davis
La increíble historia de la humanidad
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Hoy han salido a la calle manifestaciones oficialistas y opositoras para conmemorar los acontecimientos del 23 de enero de 1958. Todos sabemos que ese hito marcó el inicio de la vida democrática venezolana (luego del breve interregno de 1947-48). Uno de los dos lados no tiene autoridad moral para festejar, y dos videos, ambos llenos de distorsión, lo comprueban. El primero exhibe cómo presentó hoy Telesur la historia a partir de entonces, con una carga de adulteración esperada de un medio oficialista. (Ni siquiera tiene como son los datos más elementales: la locución señala que la Junta Patriótica se formó a raíz del derrocamiento de Pérez Jiménez, a quien correctamente califica de dictador, cuando esa agrupación clandestina estuvo muy activa antes del hecho y fue un factor decisivo en la conclusión del régimen. Tampoco fue, como afirma el locutor, una alianza de civiles y militares). El video de Telesur dice que la democracia antes de Chávez sumió a Venezuela en la miseria. ¿Qué pudiera decirse de la dictadura cubana, favorita del régimen actual, que ha mantenido en la miseria al pueblo de Cuba durante 52 años, ante la que la pobreza que hubiera habido en Venezuela para 1998 resultaba ser opulencia envidiable para los cubanos? También «reporta» el canal gobiernero que la democracia pre-chavista (toda ella) habría impuesto una agenda «neoliberal» (vigente sólo durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez). ¿Sería neoliberal la decisión del mismo Pérez de nacionalizar la industria petrolera venezolana en 1975, cosa que ha permitido al incompetente gobierno de Chávez financiar su resentida farsa del socialismo del siglo XXI?
Pero el segundo video es increíble. El amo de Telesur, canal que celebra la mascarada oficialista de marchar para festejar la caída del dictador en 1958, se encarga de exponer ante una asamblea de militares venezolanos que Pérez Jiménez fue ¡el mejor presidente que tuvo el país! (Antes de su propia pasantía, por supuesto). La tesis de Chávez es que Pérez Jiménez, pobrecito, fue desacreditado por ser militar, como los espartanos.
¿En qué quedamos? LEA
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La intención de distorsionar los hechos del 23 de enero es una manifestación del irrespeto que tiene Chávez para con la población en general. Claro, han pasado 53 largos años y se ha diluido los efectos de lo que se denominó el Espíritu del 23 de Enero. Lo cierto es que los militares no tuvieron mas salida que aceptar la realidad democrática y ceder el poder a los civiles. Fueron muchos los intentos de alzamiento o golpes a lo largo del período 59-63. Y, sobre todo, los efectos de una penetración del extremismo marxista de la Fuerzas Armadas, que permaneció con apariencia inocua luego de sus fracasos, pero que desde luego despertó el 4 de febrero de 1992.
Y la confrontación entre civiles y militares continúa. Por ello siempre es bueno tenerla presente, al recordar el 23 de enero.
La historia es como tan bien la resumes, Aurelio. Si Carlos Andrés Pérez tuvo que lidiar contra dos intentonas militares en 1992, Rómulo Betancourt debió sortear, con gran maestría y aplomo, al menos una media docena de asonadas, comenzando por la de Castro León e incluyendo el Porteñazo y el Carupanazo, así como el atentado contra su vida del que salió airoso y con mayor prestigio. El golpismo militarista fue mantenido a raya y la izquierda violenta, con el apoyo de Fidel Castro, asumió entonces un alzamiento de guerrillas que también fracasó. Con razón, Betancourt es el personaje más odiado por Hugo Chávez.