El 11 de mayo, fue gentilmente entrevistado el suscrito por Fausto Masó, en el programa Golpe a golpe de Radio Caracas Radio, sobre el libro Las élites culposas. He aquí el archivo de audio de esa emisión:
Son muchos los incidentes que he apartado en el relato, las más de las veces de modo intencional; la historia completa del tiempo que cubro es mucho más nutrida que la que aquí refiero. Otros, simplemente, los desconozco, y no he suprimido con insinceridad ninguno que pudiera contradecirme para conveniencia de mi interpretación.
Luis Enrique Alcalá
Vestíbulo – Las élites culposas
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Un cuarto de siglo de política venezolana ha sido comprimido en 424 páginas de la primera edición de Las élites culposas (Editorial Libros Marcados). Ya está disponible al público en librerías. Un buen número de ejemplares ha sido ya entregado a las distribuidoras Las Novedades, Tecniciencia, Best Seller y próximamente a Librerías de Nacho. He aquí algunas librerías específicas donde puede ser adquirido el volumen: Alejandría I, II y III, El Buscón, Europa Costa Verde (Maracaibo), Júpiter, Ludens, Mundial, Pasillo (Universidad Central de Venezuela), Suma y Summa; Sophia Producciones alcanzó a exhibirlo en el stand 32 en la útima fase de la Feria del Libro, celebrada en la Plaza Francia de Altamira. En los próximos días llegará a más puntos este libro que salió de imprenta, hace diez, justo antes de la semana del 1º de mayo.
El autor, quien escribe este aviso, está abierto a la refutación; en septiembre de 1995 juré cumplir un Código de Ética Política que incluye esta estipulación: Consideraré mis apreciaciones y dictámenes como susceptibles de mejora o superación, por lo que escucharé opiniones diferentes a las mías, someteré yo mismo a revisión tales apreciaciones y dictámenes y compensaré justamente los daños que mi intervención haya causado cuando éstos se debiesen a mi negligencia.
No dudo que mi libro suscitará más de una inquietud, o incluso irritación en algunos casos. Son muchas las personas y las posturas mencionadas y criticadas en Las élites culposas; su índice onomástico lista más de seiscientas. La justificación de ese recuento se ofrece en el preámbulo (Vestíbulo), y Ramón J. Velásquez me hizo el favor de certificar, en la nota prologal que amablemente escribió: «Alcalá es un pensador polémico…»
Pero si en algo sirve este juicio de lo que sucedió* es para mostrar las inconvenientes consecuencias de una forma de hacer política que debe y puede ser sustituida. Siento que he cumplido mi deber al haber retratado equivocaciones para señalar caminos. LEA
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* La verdad histórica, para él, no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió. Jorge Luis Borges: Pierre Menard, autor de El Quijote.
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Luis: sería importante que hablaras con tu editor para ponerlo en venta a través de Amazon. Yo no lo pude hacer porque Random se fue de Venezuela en el momento de la edición.
Éxitos.
Gracias, Aurelio, por tus augurios y la estupenda sugerencia, que haré llegar a Fausto Masó.
Compré «Las Élites culposas» hoy en Librería «Templo Interno» del Centro Plaza, Bs. 195 muy bien gastados, cuando se compara con tantos libros de dudoso valor sobre la Venezuela 1988-2011.
Lo empecé a «devorar» hoy mismo, y luego lo repasaré cuanto sea necesario, para tomar nota y memorizar lo más relevante.
No quiero parecer un «jala mecate» de mi amigo LEA, pero no tengo la menor reserva en recomendarlo como lectura pausada y reflexiva para todo venezolano que tenga la buena intención de liderizar o dirigir en el futuro próximo no solamente una iniciativa politica, sino también futuros proyectos personales o empresariales, culturales o sociales que nos lleven a ser mejores personas, promover Instituciones y lograr ser un País ejemplar y respetado.
Leer y aprender de esas «Memorias imprudentes» es obligatorio para quienes actualmente aspiren a cargos de conducción política: Presidente, Ministros, Gobernadores, Alcaldes, Jueces o Representantes Legislativos, cualquiera sea su pensamiento doctrinario.
Ganaríamos todos los que deseamos lo mejor para nuestra Patria.
Un fuerte abrazo, L.E.
Mil gracias, Jorge, por tu cálido endoso de mi libro.
Escuché tu entrevista. Convincente tu argumentación sobre las élites políticas. Creo que es bueno transcribirla. En todo caso, la presentación pública que imagino harás, debe ser un extracto de esta entrevista. Un día me encontré por esos años iniciales del chavismo (1999) a Gustavo Tarre y le reclamé que cómo era posible que Rosana Ordóñez (presentadora de un horrible programa de RCTV) fuese electa presidenta de Copei. Y me respondió que ella sacó 100.000 votos en el DF o Capital y él no era popular. Por ello declinó ser dirigente de COPEI, y se fue al mundo no comprometido partidista. Hoy pontifica sobre política. Y así me encuentro con un personaje más oscuro llamado Nelson Chitty La Roche y le pregunto por qué había organizado un Foro Internacional sobre la Antipolítica (COPEI estaba alrededor de Irene) y me respondió: «Eso es lo que la gente quiere». De modo que llegamos a los dias de 2012, quizás más unidos por las primarias, es cierto, pero todavía descentrados con la realidad. Dios está ayudando con la enfermedad de Chávez, pero no es suficiente si no se ayuda a Dios con su cometido desde la tierra.
Gracias por tu apreciación generosa de la entrevista con Fausto Masó.
Dos cosas se me ocurre que son pertinentes a lo que planteas. Lo primero es ese plural de primera persona—aludido en la entrevista—que se refiere sólo a los opositores de Chávez. Escribes «…llegamos a los días de 2012, quizás más unidos por las primarias…» El 19 de febrero de 2009 cerraba el artículo de fondo (Principal virtud) de la Carta Semanal #320 de doctorpolítico con lo siguiente:
Hace unos días, en un sorprendente ejercicio de lucidez, por lo demás habitual en él, el Dr. Ramón J. Velásquez dibujó con hábil pincel grueso el trayecto histórico que nos ha traído a este insólito momento. Con toda la intención trazó la rúbrica de cierre: “El resultado de todo esto es que el país está dividido”.
¿Unir a “la oposición”, cuando la mitad de la nación no le está afiliada, sería la estrategia adecuada? Tal vez, pero la tarea política profunda es la de unir a ese país dividido. Es imposible completarla con altanería.
Luego, encuentro horrible la idea de que Dios esté «ayudando con la enfermedad de Chávez». En mi libro refiero cómo el cardenal Velasco insinuó cosas parecidas en la semana de la Tragedia de Vargas:
Quien sí se animó a una interpretación traída por los cabellos fue el cardenal Antonio Ignacio Velasco García, Arzobispo de Caracas. El domingo 19 de diciembre, sugirió en sermón que pronunciara en la Catedral de la ciudad demudada que los deslaves habían sido el resultado de la ira del Cielo por la soberbia del Presidente de la República. A la sazón, yo me desempeñaba como Editor en Jefe de un disminuido periódico, El Diario de Caracas, y en ese carácter escribía una página semanal. A la próxima oportunidad, comenté en ella el dislate cardenalicio y le solicité que nos propusiera “un Dios menos estúpido”.