Es un caballero que se ha ido. Ya no celebrará a Kepler y Copérnico ni hablará orgulloso de sus hijos, ni mejorará el paisaje urbano, ni jugará dominó con nosotros, ni nos obsequiará libros o aderezos deliciosos. No contará más chistes ingeniosos y finos o anécdotas hilarantes, no nos sorprenderá más con las cosas muchas que sabía; no nos abrazará con su sonrisa, no nos llamará con su voz dulce, gentil y pedagógica, no nos convocará a la bondad. El peso de todo eso reunido lo sentiremos ahora, como una sola mole de amistad descomunal, en su elocuente ausencia. Luis Penzini Fleury fue él mismo un generoso regalo cósmico.
Hubo cosas que no pudo conocer: la doblez, la mezquindad, la malicia; en esto era un ignorante. Despedía luz, eso sí; inventaba incesantemente iniciativas bondadosas y eficaces, pintaba las conversaciones de nobleza, comunicaba con entusiasmo su admiración por los hechos de la inteligencia, no se rendía.
El país era, tras la familia, su interés supremo; jamás dejó de vivirlo, de sufrirlo y gozarlo. Últimamente, predicaba que a la sucesión de los discursos de la vieja democracia y el prevaleciente del hombre fuerte militarista, buscáramos superponer a la patria el discurso de los valores, el del hombre sabio.
Una última sonrisa me regaló el lunes, con ojos que se despedían, al regresar a su casa de la diálisis rutinaria en la que puso conmovedora esperanza, pasando frente a la mía para morir. De algún modo, supe que no volvería a verlo y que no le había agradecido adecuadamente todo lo que me había dado.
Mañana será cremado como Sigfrido, la paz de la victoria. Ha muerto un gigante amable, y su huella enorme ha quedado impresa suavemente, como suave era su corazón, en el territorio de nuestras almas y en el de la geografía. Esa marca irá creciendo con la edad de nuestra nostalgia. LEA
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Funeral de Sigfrido e inmolación de Brunilda – George Szell y Orquesta de Cleveland
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Muy bello y justo homenaje.
Con seguridad, sin embargo, insuficiente, visto el tamaño del hombre. Gracias por la sintonía.
Comparto estas notas tan hermosas que has escrito. No lo veia desde hace unos tres anos que emigre a USA. Ni tenia idea de que sus males, se acrecentaron. Luis un gran ingeniero, lo conoci en la UCAB cuando era Profesor de Analisis Matematico II. Aun cuando no fui alumno, siempre lo escuchaba en esas charlas amenas de los cafetines y patios de la UCAB, en la Esquina de Jesuitas. Asiduo de las reuniones de los Lunes en casa de Luis Ugueto, siempre con ideas y propositos de poner en marcha iniciativas para enfrentar a la terrible situacion venezolana.
Gracias por tu abundamiento sobre la especialísima persona de Luis. A todos nos tocó con su alegría y su clase.
Lamento mucho la muerte de Luis Penzini. Tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en tu casa en una amena charla que organizaste. Entre en su cuenta en Twitter (no era muy asiduo) y vi que recomendaba un libro https://twitter.com/luispen The Economics of Ethics and the Ethics of Economics: Values, Markets and the State, leeré el libro en recuerdo a la memoria de un venezolano ejemplar. Paz a sus restos.
Gracias por añadir estos esbozos de un gran amigo.
Aunque no tuve el placer de conocer al Sr. Luis Penzini, a través de su eulogía, encuentro muchas similitudes acerca de lo que pienso que tendría que cambiar en nuestra sociedad para que podamos salir del hueco donde nos hemos metido por nuestra propia mano, amparándonos en nuestra propia carencia de sentido de pertenencia y nuestra estupidez incesante de repetir las recetas que la historia ha demostrado equivocadas una y otra vez. Como siempre, lo escucho todos los sábados para ver que aprendo ese día de su clase pedagógica acerca de lo que debiéramos de ser, buscando que dejemos de ser un país de habitantes para convertirnos en uno de ciudadanos, que a la final creo que es lo que Bolívar soñaba. Muchas gracias por su atención. Saludos.
Gracias por su amable opinión. El sábado pasado sugerí que debemos diseñar mejor nuestras instituciones, para que ellas funcionen operadas por gente normal, que no es consistentemente heroica o constantemente malévola. Ciertamente, no puede lograrse resultados distintos con la reiteración de recetas fracasadas. Uno de esos récipes es la prédica moralista.
La moral es parte de los valores que se enseñan en la casa para ser practicada básicamente en nuestro diario andar, pero cuando no se tiene ni la educación, ni la cultura suficiente, este valor se convierte en un azote. De todas maneras, los que hoy nos desgobiernan se creen moralmente muy rectos hasta el punto de creer que son un ejemplo y no son mas que un azote de la moralidad. En relación a las instituciones el problema es del sesgo y falta de valores de las personas que las dirigen, su sentido de justicia perdió la brújula hace mucho tiempo y nosotros como sociedad no hemos lograda encontrarla por que nos falta mucha cultura y educación.