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Un triunfo que poco convence

La estrechísima diferencia que dio el triunfo a Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles—1,59%—pinta un cuadro político prácticamente inédito en el lienzo venezolano. Una diferencia tan pequeña no se veía en el país desde 1968, cuando Rafael Caldera alcanzó por primera vez la Presidencia de la República ganando a Gonzalo Barrios por menos de 33.000 votos (0,89% de diferencia). En aquella ocasión, el forcejeo en un Consejo Supremo Electoral no automatizado duró tres días hasta que Acción Democrática aceptara la derrota. Ahora ha ganado Maduro por escasos 234.935 votos, para algo más de 99% de las actas escrutadas.

Encuestadoras como Datanálisis, IVAD, Hinterlaces y GIS XXI esperaban una reducción de la brecha entre ambos candidatos. La primera de ellas midió por última vez un promedio de 7,22 puntos de diferencia y, como se reportó acá ayer—Final cerrado—, su registro en la última muestra fue de sólo 3 puntos de ventaja. Esto es, la candidatura oficialista colapsaba con el paso de los días. Se escuchará ahora que una semana más de campaña habría redundado en una derrota del gobierno lo que, por supuesto, es contrafáctico, pero sin duda una victoria pírrica—»una victoria de m…», habría dicho Chávez—es lo que ha obtenido.

La proximidad llama a la incredulidad opositora—ya el rector Vicente Díaz ha urgido la auditoría del 100% de las cajas—, y seguramente la Mesa de la Unidad Democrática no se conformará de inmediato con el resultado cantado. Tampoco podría pretender demasiado; cuando comenzaba la noche, Carlos Alberto Montaner tuiteó: «La información que se maneja en la cúpula de la MUD le da la victoria a Capriles por 200.000 votos con el 98% de las actas». En todo caso, se trataría de protestar al mismo Consejo Nacional Electoral que en 2007 dijo que el proyecto de reforma constitucional presentado por la Presidencia de la República había sido rechazado por una diferencia de 1,41 por ciento. (El de la Asamblea Nacional fue repudiado por una diferencia de 2,1%).

Se abre un nuevo período en la política nacional, a escasos 39 días de la falta absoluta de Hugo Chávez. Habrá tiempo para comentarios más extensos y considerados. Pero por ahora se puede recordar que Datanálisis midió—del 29 de febrero al 7 de marzo de 2012—que Maduro perdería una hipotética elección contra Capriles (33,7% a 23,3%). Esto es, Capriles habría perdido una ventaja de 10,4 puntos y Maduro ganó con lo que no alcanzó a dilapidar, en poco más de un mes, de la herencia que Chávez le dejara. A lo que Michael Rowan le advirtiera, hay que sumarle la extrema debilidad de su ganancia: medio mandato. LEA

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