Los resultados ofrecidos por el CNE indican una victoria del PSUV y sus aliados en la mayoría de los municipios del país, ya que obtuvieron 250 alcaldes, además de obtener la mayoría de los concejos municipales y mayoría de votos a nivel nacional con 5.216.522 votos para la alianza oficialista lo que representa 54,6%, mientras que la alianza opositora MUD obtuvo 4.373.910 votos para 46,4%.
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Es ya proverbial el chiste de un argentino que evaluó positivamente el desenlace de la Guerra de las Malvinas: «¡Fabuloso, che! ¡Quedamos subcampeones!» Una psicología parecida se extiende en cabezas de la oposición, que pretenden que el gobierno perdió el «plebiscito» predicado por Henrique Capriles Radonski, autoungido jefe de campaña de todas las candidaturas de la Mesa de la Unidad Democrática en las elecciones municipales del pasado 8 de diciembre. María Corina Machado postula que los resultados confirman que «somos mayoría»—el plural de primera persona se refiere a los opositores—y replantea la recomendación de una asamblea constituyente; Francisco Suniaga declara: «Las elecciones del pasado domingo fueron una victoria para las fuerzas democráticas de la oposición. Obtuvo más votos absolutos que el gobierno (5.268.828 vs 5.111.336, según Últimas Noticias)…»; Celina Carquez pone el 10 de diciembre en El Nacional: «Una de las lecturas que se desprende de los resultados del domingo indica que la mayoría de los venezolanos decidió no apoyar las fórmulas de candidatos postulados por el PSUV para las 337 alcaldías. En total, 5.494.356 (51,31%) electores no apoyaron al Gobierno, mientras que el PSUV y sus aliados obtuvieron 5.213.190 (48,69%). El total de votos nulos alcanzó 412.977, lo que suma un total de votos escrutados de 11.120.603 con un total de 98,61% de actas recibidas».
Bueno, una mayoría mayor decidió no apoyar las fórmulas de candidatos postulados por la MUD: 6.746.693 votantes (60,7%) no sufragaron por sus candidatos. Capriles perdió el «plebiscito» al que apostó todos sus reales: «El 8 de diciembre tiene que ser un gran plebiscito para evaluar y decidir si gana la alternativa democrática. (…) El reto que tenemos es superar la votación del 14 de abril. (…) El ocho de diciembre quedará demostrado quién es mayoría”. Recordemos palabras de Luis Vicente León del 18 de agosto:
Está claro que el Gobierno ganará la mayoría de las alcaldías del país. Su penetración en poblaciones remotas, donde se escoge un alcalde con un puñado de votos, es evidente, frente a una oposición con ventaja en grandes centros poblados y pocos alcaldes. Pero el total de votos es otra cosa y ahí la batalla será campal. Si el Gobierno gana, dirá que el pueblo apoyó a Maduro y si pierde dirá que es un evento local que no pretende evaluar la gestión presidencial, mientras muestra el gráfico con su porcentaje de alcaldes. Pero es evidente que ganar o perder en el número de votos totales manda un mensaje político potente y la gente no debería ser tan bolsa como para no entenderlo, aunque con los años he comenzado a pensar que lo único realmente democrático… es la estupidez.
Con la estupidez de la idea plebiscitaria se regodea el gobierno. El mismo presidente Maduro tuiteó recomendando este video en YouTube:
Por supuesto, no se trataba de un plebiscito. El 8 de diciembre se escenificó un total de 337 elecciones locales, y en ellas el Polo Patriótico más que triplicó a la MUD en número de alcaldías obtenidas. Es verdad que la oposición profesional obtuvo más alcaldías que en 2008, cuando Hugo Chávez—el modelo para Capriles—se autoungiera como jefe de campaña de todas las candidaturas del oficialismo. Pero Capriles insistió en la interpretación del 8D como un evento de carácter nacional; él clavó el autogol en las redes de la MUD. Toda otra lectura es una falacia, un malabarismo engañoso típico de un mal perdedor.
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Es obvio que el oficialismo no cuenta con la mayoría del país; pudo llevar a las urnas a sólo 27,3% del total de 19.066.431 electores. Considerando las cifras de Wikipedia—la web del Consejo Nacional Electoral no dispone aún de las cifras definitivas—, no hay duda de que la oposición tuvo un desempeño inferior; sólo 22,9% de los electores inscritos votó por candidaturas postuladas por el consorcio opositor. Es razonamiento claramente tramposo sumarle 1.533.503 votos (13,8% de los votantes, 8% de los inscritos) por candidaturas no alineadas con ninguno de los extremos de la polarización. Lo mismo pudiera hacerse con los números del otro lado para decir que no votó por la MUD un total de 6.746.693 asistentes a las urnas, lo que supera en 2.372.783 su propia votación.
También es patente que los dos bloques polarizadores son de tamaño más o menos equivalente. La ventaja oficialista no es aplastante, pero aunque las capitales más importantes, según lo esperado, fueron ganadas por la oposición, el oficialismo obtuvo en ellas proporcionalmente más votación que la que obtuvo el 14 de abril. Por ejemplo, he aquí gráficos comparativos para el Municipio Sucre del estado Miranda y la ciudad de Maracaibo:
La generalidad de los análisis de lado y lado continúa ignorando la proporción considerable de electores no alineados; medidos en 32% por Datanálisis a comienzos de octubre, se han manifestado en el voto de 13% de los sufragios por candidatos no alineados (con mucho menos recursos) y parte de la abstención de 41,6%. Lo mismo hacen el gobierno y la MUD; en su interés está proyectar una película en blanco y negro. Si se quisiera imitar el tramposo argumento de algunos, sería posible razonar que la gente no alineada es la suma de esos porcentajes: 54,6% del país. Eso sí sería una clara mayoría. LEA
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En el día de hoy, la rectora Sandra Oblitas certificó definitivamente que, de un total de 335 alcaldías en disputa, el PSUV y sus aliados ganaron 242 (72,24%), mientras que la MUD obtuvo 75 (22,39%) y otros candidatos un total de 18 (5,37%). En votos totales, la alianza centrada en el PSUV obtuvo 5.227.491 sufragios sobre 4.423.897 de la MUD, para una ventaja de 803.594 votos.
Luis,
Los resultados de estas elecciones municipales tienen varias interpretaciones, segun sea el enfoque bajo el cual se intenta deriver conclusions. Por ejemplo es verdad que la mayoria de las Alcaldias, las obtuvo el PSUV, pero desde este punto de vista habria que analizar cuales fueron y de que poblacion estamos hablando. Mas del 70 % de la poblacion vive en areas urbanas, Las poblaciones de Maracaibo, Caracas, Barquisimeto, San Crsitobal, Merida, Valera, Maturin, Barinas, ademas de otras poblaciones importantes tambien urbanas, indicant que el PSUV no fue tan exitoso, como lo ha sido en el medio rural, en el cual, por una manera arbitraria se han creado municipios, que no tienen entidad poblacional y economica para tener ese estatus. Pero entodo caso, se destaca que en el medio rural, digamos poblaciones menores de 20.000 habitants, las fuerzas del gobierno tienen mayor influencia.
Por ello estoy convencido que los analisis que se han realizado sobre este tema, mas alla de la base numerica, las interpretaciones tienen el sesgo de los intereses conforme a los objetivos que se proponen sus autores. Se critica a la MUD, y me encuentro entre ellos, pero no hay duda, que la manipulacion de la opinion publica con relacion a la Guerra economica pudo haber tenido influencia, sin embargo justamente en donde esta Guerra tuvo su manifestacion mas evidente, fue en las grandes ciudades. Se especula que se pudo haber ganado con mayor holgura, sino hubiese intervenido el gobierno en los comercios. Por cierto de una manera y modos muy alejados del regimen juridico vigente.
No creo que el CNE sea un ejemplo de virtudes ciudadanas. Su parcializacion es evidente, tanto asi que Vicente Diaz lo manifesto publicamente. Es necesario recomponer un CNE con mayor independencia.
Finalmente, estamos ante el caso de un estatua ubicada en un parque publico, en la cual cada observador tiene una perspectiva de ella, segun el punto en se ubique . La actual constitucion solo fue aprobada por una minoria del total de la poblacion, creo que no paso del 25% de la poblacion. Sin embargo se dice y se comenta que esta constitucion fue el resultado de una expresion mayoritaria.
Hola, Aurelio. Gracias por tu nueva visita. Aprovecho para desearte unas felices fiestas en compañía de los tuyos.
La Constitución que nos rige fue aprobada por una mayoría de votantes: 3.301.475 electores votaron por ella contra 1.298.105 votos negativos. (Una proporción de 2,5 a 1). La abstención fue enorme: no se presentaron a votar 6.121.548 electores (56%) de un total de 10.940.596 inscritos. ¿Significa esto que la Constitución es ilegítima? Para nada; la regla de la democracia es la mayoría de los presentes y, como dice el proverbio, «El que calla otorga». Por otra parte, la abstención del 8 de diciembre estuvo cerca del promedio para elecciones locales de los últimos años, y fue ciertamente inferior (41%) a la del 15 de diciembre de 1999, además de tratarse de procesos distintísimos de difícil comparación.
Absolutamente todos los hechos políticos son estatuas en parques públicos, no solamente las recientes votaciones; decir eso de las elecciones del domingo pasado es una perogrullada. La subjetividad es una constante humana que se manifiesta en la percepción de las cosas, sean éstas importantes o nimias. En La lógica de la investigación científica Karl Popper, el papa de la filosofía de la ciencia en el siglo XX, argumenta que aun en el proceso de la ciencia no existe la objetividad individual; es una dinámica de conjeturas y refutaciones en el seno de la comunidad científica, un cuerpo crítico, lo que aproxima las cosas a una objetividad socialmente obtenida.
Pero los hechos son los hechos: la constante de gravitación universal y el punto de congelación del agua no tienen discusión. El oficialismo triplicó a la MUD en número de alcaldías y sacó en votos totales (el famoso «plebiscito» de Capriles) una ventaja de 800.000 votos. La estatua ante la que estamos es un nuevo fracaso de la oposición formal en Venezuela, y podrás verla desde arriba o agachado, pero ese hecho permanece irrebatible; la realidad, a diferencia de los argumentos, no se rebate.
La única vez que el chavismo salió derrotado de un cotejo de votación fue en 2007, cuando sus proyectos estratégicos de reforma constitucional fueron negados por una mayoría del orden de 1,5%. (Por cierto, esto fue resultado certificado por un CNE presidido ya por Tibisay Lucena). En esa ocasión, los resultados indicaron una abstención importante de electores habitualmente inclinados a votar por el gobierno. La serie de estatuas que comienza en 1998 y ha llegado hasta el 8 de diciembre revela una ineptitud constitucional o congénita en la dirigencia opositora. Ya cuatro días después del referendo revocatorio pude escribir (en Bofetada terapéutica):
Si tuviéramos, Dios no lo permita, un pariente con tan grave dolencia que ameritara la atención de toda una junta médica; si este cuerpo de facultativos intentase primero una cierta terapéutica y con ella provoca a nuestro familiar un paro cardiaco; si a continuación prescribe un segundo tratamiento que le causa una crisis renal aguda; si, finalmente, aplica aún una tercera prescripción que desencadena en nuestro deudo un accidente cerebro-vascular, con toda seguridad no le querremos más como médicos.
Y esta es la estructura del problema con la Coordinadora Democrática. La constelación que se formó alrededor de ella, no sin méritos que hemos reconocido, nos llevó primero a la tragedia de abril de 2002, luego a la sangría suicida del paro, finalmente a la enervante derrota del revocatorio. (Para no agregar al inventario una nutrida colección de derrotas menores). No hay vuelta de hoja. No podemos atender más nunca a esa dirigencia.
El Informe Stratfor, publicación electrónica norteamericana, a todas luces conservadora, insospechable de chavismo, dictaminó de ella, lapidariamente, el pasado 6 de agosto: “Afortunadamente para Chávez, si hay algo que la oposición venezolana ha demostrado es que es estratégicamente torpe, profundamente impopular y moralmente cuestionable”.
Nunca hemos sido tan implacables con la dirigencia opositora autoungida en esta publicación, aunque ya antes hemos hecho algunas caracterizaciones por las que la considerábamos constitucional o genéticamente impedida de producir lo que fue necesario y no se hizo, a pesar de reiteradas y longevas advertencias y recomendaciones. En el fondo del problema hay una raíz paradigmática: sus más connotados directivos operan, como Chávez, dentro del paradigma de la Realpolitik, el que propugna que la política es en realidad la procura del poder mientras se impide que el adversario lo asuma. Ellos creen, la mayoría honestamente, que “la política es así”, y desechan cualquier otra conceptualización, por ejemplo una según la cual la Política es el arte u oficio de resolver problemas de carácter público.
La estructura del problema permanece idéntica. La Mesa de la Unidad Democrática se parece muchísimo a su ya difunta madre, y tal vez ella misma, para propósitos prácticos, esté a punto de morir.
Efectivamente la Cosntitucion fue aprobada por una minoria del 30 %. Es legal su aprobacion, mas no legitima. Si hubiese sido aprobado en con mas del 50 %, otra situacion seria. Bueno, en estas elecciones no votaron 7.6 millones de personas, que tambien se le aplica el proverbio del que calla otorga. Y esta realidad nos lleva a que existen dos grandes grupos politicos organizados enfrentados entre si. Criticas a la MUD, ciertamente tiene fallas, pero no hay otra organizacion que la sustituya, que pueda surgir a enfrentarse a un gobierno de apariecia democratica, pero con una praxis totalitaria en todos los campos de la vida del venezolano. El tema es que el gobierno utiliza instrumentos de la democracia para destruir la democracia, De modo que hay una gran asimetria en la lucha politica.
Me pregunto cuales son esos otros lideres, que estan en la actividad politica y que pueden enfrentar la polaridad y ebullir como un volcan que sustituya a los polos. Si existiesen ya hubiesen aparecido en la lucha politica. Estamos ante una realidad de un gobierno que pretende establecer un regimen marxista socialista, por la via de los hechos. Y ello sucede porque culturalmente los venezolanos tienen un modo de pensar el cual estan convencidos que el gobierno debe solucionar sus problemas personales de subsistencia, son proclives a la dadiva, y por ello apoyan todas las medidas que propenden a ello. No me sorprende en lo absoluto, que un 70 % de los venezolanos apoyaron las medidas de secuestro a los comercios. Y fue un factor muy importante en los resultados electorales. Venezuela a mi juicio esta entrampada en un populismo del cual sera dificil cambiar. A menos que ocurra una aparicion subita de un movimiento social y politico, que rompa con el modelo populista rentista. Quizas estamos cerca por cuanto ya el petroleo venezolano no tiene la misma importancia estrategica en el mundo, ante los avances de la produccion y posible exportacion de petroleo por USA y ahora con la apertura extranjera en Mexico. Hemos perdido en estos 15 anos de socialismo del Siglo XXI la oportunidad de trasnformarnos en quizas un productor de la dimension de Arabia Saudita. Y creo que la dirigencia politica de oposicion esta tambien presa del pensamiento populista. Quienes son los lideres que proponen de manera concreta una economia de Mercado divesificada que le permita a Venezuela captar inversion extranjera en petroleo y otras actividades, Un sistema poltico economico, como ha sucedido en Colombia, Peru y Chile que cree empleos y se genere un aumento de la riqueza nacional. Los venezolanos creen que pertencen a una sociedad rica y su principal problema es la distribucion de la riqueza.
Apartando que tu noción de legitimidad parece requerir 50% de aprobación, el defecto fundamental de tu enfoque es que, como no hay otra cosa para «enfrentarse a un gobierno de apariencia democrática pero con una praxis totalitaria», hay que seguir haciendo lo malo, hay que seguir creyendo que la salida la proporcionarán dirigentes comprobadamente ineptos. Si aplicáramos tu regla de legitimidad, es la polarización la que sería legítima: es sumando al Polo Patriótico y la Mesa de la Unidad Democrática como a duras penas se cumple tu criterio; son esos dos polos los que entre ambos apenas suman 50,2%. Es a ambos, no sólo al gobierno, a lo que hay que superar. Antes del chavoma había una insuficiencia política (causada por la esclerosis paradigmática de los actores que hoy componen la MUD) que todavía persiste. La definición del problema como el enfrentamiento al gobierno es precisamente el vicio principal, la falla de origen, de la oposición.
Éste es el concepto que he intentado explicarte una y otra vez y una y otra vez has dejado de entender; tú conoces que diagnostiqué la insuficiencia política en 1985 y que sé como refutar al gobierno, lo que es mucho más pertinente y eficaz que meramente acusarlo. Pero ya no estoy solo. Espera, desde la distancia que has interpuesto con tu nación, nuevas iniciativas. Tus recomendaciones económicas no son sino una parte, aunque importante, del asunto.
Luis,
Podemos tener puntos de vista diferentes, pero no son defectos. No estas en condiciones de juzgar mis puntos de vista. Respeto los tuyos . No se como concluyes que yo pienso que hay que seguir haciendo lo malo. Creo que el Gobierno de Chavez y ahora de Maduro no tienen convicciones democraticas. Utilizan la democracia y sus instrumentos para lograr su objetivo totalitario. Ese es el tema fundamental en Venezuela. Muy claro el fin justifca los medios.
Mis comentarios tienen un fin muy simple, intercambiar ideas y puntos de vista sobre la situacion politica del pais, que es muy compleja. Y por ello te escribo. No tengo otro interes, salvo este.
Muchas felicidades en estas navidades y en 2014
DRAE: defecto. (Del lat. defēctus). 1. m. Carencia de alguna cualidad propia de algo. 2. m. Imperfección en algo o en alguien.
Por supuesto que estoy en capacidad de encontrar defectos en tu razonamiento, como tú en los míos o los de otra gente, y no te he acusado de ocultar intereses, por lo que no veo a qué viene tu aclaratoria sobre el punto. Pero tu propia respuesta confirma el problema: descartas la posibilidad de opciones que no sean el chavismo y la central opositora, destacando que no han emergido otras. Bueno, si no lo han hecho tal cosa no equivale a negar que una opción diferente sería el tratamiento adecuado.
Los rasgos que señalas en el oficialismo son harto conocidos. La teoría de la información la define como algo que cambia el estado mental de quien la recibe. Si me participas que Carlos Gardel ha fallecido eso no constituye información para mí, puesto que ya estaba enterado del hecho. Repetir a cada rato que el gobierno es maluco no es útil. Más que acusarlo, lo que ha sido el protocolo de actuación opositora, el asunto es refutarlo, y en esto la MUD, y antes su difunta madre, la Coordinadora Democrática, han fracasado evidentemente. No necesito que me instruyas acerca de lo que es patente, como si mi ocupación fuera defender al gobierno. Ya lo sé. Por ejemplo, redacté en 2002 un documento que comenzaba así: «…es derecho, deber y poder del Pueblo abolir un gobierno contrario a los fines de la prosperidad y la paz de la Nación cuando este gobierno se ha manifestado renuente a la rectificación de manera contumaz (…) el gobierno presidido por el ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías se ha mostrado evidentemente contrario a tales fines, al enemistar entre sí a los venezolanos, incitar a la reducción violenta de la disidencia, destruir la economía, desnaturalizar la función militar, establecer asociaciones inconvenientes a la República, emplear recursos públicos para sus propios fines, amedrentar y amenazar a ciudadanos e instituciones, desconocer la autonomía de los poderes públicos e instigar a su desacato, promover persistentemente la violación de los derechos humanos, así como violar de otras maneras y de modo reiterado la Constitución de la República e imponer su voluntad individual de modo absoluto…» El valor agregado de tus observaciones a este respecto es cero.
Creo que sabes de mi aproximación a la Política como arte de carácter médico. En enero de 2008, hace casi seis años, Seguros Nuevo Mundo me pidió una lectura del país. De mi presentación, te copio las láminas pertinentes:
DIAGNÓSTICO
Cuadro de prolongada insuficiencia política funcional y constitucional (al menos desde 1983)
Superposición de proceso oncológico: “chavoma” (desde 1999, con signo precoz en 1992)
ETIOLOGÍA DE LA INSUFICIENCIA
La insuficiencia política en Venezuela se origina en la esclerosis paradigmática del liderazgo convencional
El paradigma prevaleciente—Realpolitik + dicotomía izquierda-derecha—impide soluciones eficaces a los problemas públicos
ETIOLOGÍA DEL CHAVOMA
La dominación chavista ancla en:
El discurso salvaje (Briceño Guerrero)
El rechazo a la unipolaridad planetaria
El fracaso del Consenso de Washington
La dinámica de la democracia participativa
La ideología marxista residual
Y se disemina con el uso de abundantes recursos (en Venezuela y América Latina)
EQUIVOCACIÓN TERAPÉUTICA
Negación de Chávez
Acusación ritual de Chávez (sin refutación)
Deposición inconstitucional o participación electoral sin oferta o liderazgo convincentes
TRATAMIENTO EFICAZ
Establecimiento de organización política de código genético diferente (Amos Davidowitz, MAPAM)
Elevación de cultura política del público general (conjetura Tuchman)
Preparación de profesionales dentro de paradigma clínico
Oferta programática
Garantía de calidad
VIRTUDES TERAPÉUTICAS
Superación, por superposición, del discurso chavista y el discurso opositor formal
Capacidad de disolver la conflictividad
……….
Espero de tu parte la proposición de un dictamen mejor o más completo que ése o el hallazgo de defectos en mi planteamiento. En el Código de Ética que compuse y juré públicamente cumplir en septiembre de 1995, me obliga entre otras esta estipulación: «Consideraré mis apreciaciones y dictámenes como susceptibles de mejora o superación, por lo que escucharé opiniones diferentes a las mías, someteré yo mismo a revisión tales apreciaciones y dictámenes y compensaré justamente los daños que mi intervención haya causado cuando éstos se debiesen a mi negligencia».
Diez años antes (faltaban siete para la aparición de Chávez en la escena), propuse un tipo de organización política que portaría, precisamente, el código genético que mencioné en la quinta lámina transcrita. En el documento descriptivo me cuidé de insertar una sección que copio entera de seguidas:
La objetividad política
No basta, sin embargo, para justificar la aparición de una nueva asociación política la más contundente descalificación de las asociaciones existentes. La nueva asociación debe ser expresión ella misma de una nueva forma de entender y hacer la política y debe estar en capacidad de demostrar que sí propone soluciones que escapan a la descalificación que se ha hecho de las otras opciones. En suma, debe ser capaz de proponer soluciones reales, pertinentes y factibles a los problemas verdaderos.
No debe entenderse por esto, sin embargo, que tal asociación pretenda conocer la más correcta solución a los problemas. Tal cosa no existe y por tanto tampoco existe la persona o personas que puedan conocerla. Ningún actor político que pretenda proponer la solución completa o perfecta es un actor serio.
Siendo las cosas así, lo que proponga un actor político cualquiera siempre podrá en principio ser mejorado, lo que de todas formas no necesariamente debe desembocar en el inmovilismo, ante la fundamental y eterna ignorancia de la mejor solución. Más todavía, una proposición política aceptable debe permitir ser sustituida por otra que se demuestre mejor: es decir, debe ser formulada de modo tal que la comparación de beneficios y costos entre varias proposiciones sea posible.
De este modo, una proposición deberá considerarse aceptable siempre y cuando resuelva realmente un conjunto de problemas, es decir, cuando tenga éxito en describir una secuencia de acciones concretas que vayan más allá de la mera recomendación de emplear una particular herramienta, de listar un agregado de estados deseables o de hacer explícitos los valores a partir de los cuales se rechaza el actual estado de cosas como indeseable. Pero una proposición aceptable debe ser sustituida si se da alguno de los siguientes dos casos: primero, si la proposición involucra obtener los beneficios que alcanza incurriendo en costos inaceptables o superiores a los beneficios; segundo, si a pesar de producir un beneficio neto existe otra proposición que resuelve más problemas o que resuelve los mismos problemas a un menor costo.
En ausencia de estas condiciones para su sustitución la política que se proponga puede considerarse correcta y, dependiendo de la urgencia de los problemas y de su importancia (o del tiempo de que se disponga para buscar una mejor solución), será necesario llevarla a la práctica, pues el reino político es reino de acción y no de una interminable y académica búsqueda de lo perfecto.
Pero es importante también establecer que no constituyen razones válidas para rechazar una proposición la novedad de la misma («no se ha hecho nunca») o la presunción de resistencias a la proposición. Por lo que respecta a la primera razón debe apuntarse que una precondición de las políticas aceptables es precisamente la novedad. Respecto de la existencia de resistencias y obstáculos hay que señalar que eso es un rasgo insalvable de toda nueva proposición. El que las resistencias y los obstáculos hagan a una proposición improbable no es una descalificación válida, puesto que, como se ha dicho, «El trabajo del hombre es precisamente la negación de probabilidades, la consecución de cosas improbables”.
Toda proposición política seria, y muy especialmente la que pretenda emerger por el canal de una nueva asociación política deberá estar dispuesta a someterse a un escrutinio y a una crítica comparativa que se conduzcan con arreglo a las normas descritas más arriba. La «objetividad» política sólo se consigue a través de un proceso abierto y explícito de conjetura y refutación, pero jamás dentro de un ámbito en el que lo pautado es el silencio y el acatamiento a «líneas» establecidas por oligarquías, o en el que se confunde la legitimidad política con la mera descalificación del adversario.
No ha sido fácil que este modo de hacer la política se acepte. La inmensa mayoría entre los posibles facilitadores de su emergencia—cooperadores, financistas, dueños de espacios de comunicación—adopta la versión de la Realpolitik: que la política es una lucha por el poder soportada por una coartada ideológica. Es la idea de la política como combate. (Caldera: «Porque yo no estoy en las alturas del poder sino en las arenas de la lucha política…»; Pérez: «Yo soy ante todo un luchador político»; la designación oficial de los militantes del MEP como «combatientes»; o, finalmente, Useche: «Criticas a la MUD, ciertamente tiene fallas, pero no hay otra organización que la sustituya, que pueda surgir a enfrentarse a un gobierno de apariencia democrática…»)
Y cuando resientes que señale que tu exposición, que se niega a considerar opciones eficaces, equivale a perpetuar la incompetencia—»hay que seguir haciendo lo malo, hay que seguir creyendo que la salida la proporcionarán dirigentes comprobadamente ineptos»—, dejas de percibir que te niegas a la innovación y supones que la junta médica que no pega un tratamiento desde al menos 1998 es algo que merece ser apoyado todavía, confiando en su capacidad de corregirse. Eso es lo que no creo que existe, y no porque postule maldad política en sus dirigentes sino por el encerramiento de sus escleróticos y obsoletos marcos mentales.
Que sea muy feliz para ti y los tuyos tu lejana Navidad. Lo es tanto, que las fotos de los adornos navideños de tu casa extranjera las colocaste en Facebook con descripciones en inglés.
«…pues el reino politico es reino de accion y no de una interminable y academica busqueda de lo perfecto»
Es valida su propuesta politica, pero es necesario que la de a conocer a las masas, y que forme un equipo y proyecte un liderazgo para poder llevarla a cabo. Saludos
Espero poder hacer más de lo que he hecho desde hace treinta años. Si se hace una política clínica, es natural la incomprensión, pero el tiempo le va dando la razón. Gracias por su visita.