Para descansar de las espinas

Para descansar de las espinas

 

Muéstrenme una familia de lectores y les enseñaré la gente que mueve al mundo.

Napoleón Bonaparte

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La Semana Santa está a la vuelta de la esquina—del 13 de abril, Domingo de Ramos, hasta el 20, Domingo de Resurrección—, y puede ser ella tiempo propicio para intentar entender qué es lo que le pasa a Venezuela. A los quince años de haber llegado, la «Revolución Bolivariana» ha traído unas pocas cosas buenas y algunas muy malas. Es a estas últimas que se dirige una protesta manifestada con persistencia, sobre el telón de fondo de la desilusión nacional. Por ejemplo, ya no puede hablarse de un bolívar «fuerte», puesto que una nueva y brutal devaluación ha colocado nuestra moneda en condición casi comatosa, y el espectáculo diario del circo político, con su violencia y su arbitrariedad, realimenta la desconfianza general en el país. Más de uno dice que no ve la salida.

Pero aquí estaremos el 21 del mes próximo, y sería muy útil que regresáramos a la faena cotidiana más aprendidos, pues está visto que los intentos convencionales por dejar atrás al chavismo se han revelado como muy ineptos. Es para este fin que propongo acá la lectura de tres documentos, ofrecidos en formato .pdf para mayor facilidad. El primero, Este piazo’e pueblo, apareció en este blog como la Carta Semanal #196 de doctorpolítico (27 de julio de 2006). Su tema es la peniciosidad de una tendencia a la autodenigración de lo venezolano, de efecto psicológico castrante. En los intercambios de estos días en las redes sociales, emerge como explicación de nuestros problemas la falsa teoría de que somos un pueblo inferior.

Eso es una postura diagnóstica sin posible remedio, pero otra interpretación frecuente es que nuestros males se deben a una «crisis de los valores» y que, por tanto, es un énfasis sobre ellos la solución del problema venezolano. Pero el teorema subyacente a tal recomendación es tan simplista como impráctico. Hace poco escribí a un corresponsal que la propugna: «Tiendo a pensar que la discusión sobre los valores es mayormente abstracta; no es fácil imaginar a un padre de familia diciendo: ‘Hijo: siéntate que hoy voy a enseñarte el valor justicia’. La educación más eficaz se da a partir de ejemplos; es decir, mediante modelos de conductas concretas. Es sobre los casos que van dándose en la vida cotidiana como un padre puede enseñar el modo de tratarlos». También anexé a mi comunicación el segundo trabajo que ofrezco a la lectura: El lugar de los valores en la política, que compuesto en febrero del año pasado no ha sido publicado en este blog. Es, seguramente, el menos ameno de los tres.

Finalmente, creo una lectura importantísima y de gran utilidad un trabajo de Francisco Toro, fechado el 22 de marzo de 2005. Está escrito en inglés—Towards a critical theory of chavismo—, y es citado en Este piazo’e pueblo. Toro había descubierto las reveladoras tesis de José Manuel Briceño Guerrero en El laberinto de los tres minotauros. (En este blog puede leerse dos extractos de esta obra: Discurso salvaje y Discurso salvaje (2)). Toro establece elocuentemente la esencialidad del libro de Briceño Guerrero para explicarnos el fenómeno chavista.

Invito a los lectores de este blog a la reflexión cuaresmal—es decir, para resucitar—sobre esos textos. LEA

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Descargue los documentos en formato .pdf

Este piazo’e pueblo

El lugar de los valores en la política

Towards a critical theory of chavismo

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