En día de ayer propuse por los 750 AM la celebración de un referendo consultivo que pregunte tres cosas: ¿está Ud. de acuerdo con la implantación en Venezuela de un régimen político-económico socialista? ¿Considera Ud. conveniente a la República que el presidente Maduro le entregue su cargo? ¿Desconoce Ud. el gobierno del presidente Maduro según lo establecido en el Artículo 350 de la Constitución?
He aquí el fragmento de audio (15 minutos) de la proposición:
(Fe de erratas: al comienzo del audio digo que un revocatorio se convoca a los cuatro años del período constitucional; en verdad, puede convocarse una vez cumplida la mitad del período, o tres años. En el caso que nos ocupa, a partir del 10 de enero de 2016).
La primera pregunta fue propuesta por primera vez el 23 de julio de 2009 (Parada de trote), y en este blog se encuentra abundante razonamiento sobre ella: Doctrina del referendo sobre el socialismo. Más recientemente, fue replanteada en el programa #72 de Dr. Político en RCR, el 7 de diciembre del año pasado, y así reapareció en el blog el 12 de febrero de este año:
No puede ocultarse lo pernicioso del régimen chavista, y la condición a la que ha sometido al país es repudiable en todo sentido. Es por ello que las ganas de mucho pueblo de protestarlo son harto explicables; el gobierno nos ha llevado a los límites de la exasperación. Pero mandar es muy preferible a protestar. La grave situación de la república, consecuencia de la necia intención de imponerle una camisa de fuerza socialista, sólo puede resolverla la Corona: el Soberano, el Poder Constituyente Originario. Éste es un poder supraconstitucional, sólo limitado por los derechos humanos y lo que la nación haya convenido con las soberanías equivalentes de otras naciones. Es éste el gigante que debe ser despertado para que hable, para que se pronuncie, para que manifieste su voluntad. No para que marche o fabrique pancartas, no para que golpee cacerolas o abuchee presidenticos en juegos de pelota, sino para que ordene.
No hay eventos electorales próximos en el calendario nacional (…) pero siempre es tiempo de referendo. Podemos convocarlo cuando queramos. Más que nunca, es el tiempo de preguntar al Soberano si está conforme con la implantación en Venezuela de un régimen político-económico socialista, que es la coartada fundamental del actual gobierno y los que lo antecedieron desde 1999. (Hace dos días, en su amoroso programa Con el mazo dando, el Presidente de la Asamblea Nacional insistía, al comentar la “movida”, la irresponsable “salida” de López & Machado, que “la salida” era el socialismo). Es hora de que hable Su Majestad.
Para esto es necesario, naturalmente, que el pueblo venezolano adquiera conciencia de Corona. Que se percate de que no tiene que desfilar para pedir o protestar, que no tiene que rogar pues puede mandar. Entonces bastará que diga tersamente, como la poderosa reina Victoria: “We are not amused”; cuando ella pronunciaba esas palabras, rodaban cabezas en Inglaterra. Bastará que digamos: “No estamos divertidos con el socialismo”. (La marcha de la insensatez. Para algo un poco más detallado, ver Exposición de motivos, 11 de marzo de 2014).
La segunda pregunta fue formulada y propuesta a comienzos de 2003 (Gran Referendo Nacional):
Las heridas venezolanas son tantas y tan lacerantes, que no hay modo de curarlas sin una apelación perentoria al poder fundamental y originario del Pueblo, a través de un Gran Referendo Nacional.
Lo primero que debiera dilucidar un referéndum así es la conveniencia de la permanencia del Presidente de la República en su cargo. No es éste un asunto que compete sólo a los más conspicuos entre los actores políticos en Venezuela. Es un asunto del Pueblo todo.
Formulada así la pregunta: “¿Considera Ud., Sr. Elector, conveniente para la salud de la Nación que el ciudadano Hugo Chávez Frías continúe en el cargo de Presidente de la República Bolivariana de Venezuela?”, el resultado no sería, en ningún caso, legalmente vinculante, aunque sí sería moral y políticamente obligante. Distinto fuere que una mayoría de venezolanos suscribiese un mandato expreso de abolición del gobierno, pues aquí se manifestaría plenamente el carácter supraconstitucional del Pueblo.
Pero aunque no sea vinculante el Sr. Presidente sabrá atenerse a la opinión popular. Si una mayoría contestare negativamente, entonces el Sr. Presidente debiera renunciar. Esta última posibilidad introduciría la obligación constitucional de elegir un nuevo presidente dentro de los treinta días de haberse hecho efectiva la renuncia, si es el caso que ésta se produjere antes de cumplirse la mitad del período.
Es sólo en esta semana que concluye cuando entendí que la manera correcta de aplicar el Artículo 350 de la Constitución—El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos—es a través de un referéndum. El titular del derecho de rebelión es una mayoría de la comunidad, como lo formulara con la mayor claridad la Declaración de Derechos de Virginia (12 de junio de 1776): “…cuando cualquier gobierno resultare inadecuado o contrario a estos propósitos—el beneficio común y la protección y la seguridad del pueblo, la nación o la comunidad—una mayoría de la comunidad tendrá un derecho indudable, inalienable e irrevocable de reformarlo, alterarlo o abolirlo, del modo como sea considerado más conducente a la prosperidad pública”. (Sección Tercera). El 3 de marzo de 2002, un mes y ocho días antes del Carmonazo, escribí para la Revista Zeta:
…el sujeto del derecho de rebelión, como lo establece el documento virginiano, es la mayoría de la comunidad. No es ése un derecho que repose en Pedro Carmona Estanga, el cardenal Velasco, Carlos Ortega, Lucas Rincón o un grupo de comandantes que juran prepotencias ante los despojos de un noble y decrépito samán. No es derecho de las iglesias, las ONG, los medios de comunicación o de ninguna institución, por más meritoria o gloriosa que pudiese ser su trayectoria. Es sólo la mayoría de la comunidad la que tiene todo el derecho de abolir un gobierno que no le convenga. El esgrimir el derecho de rebelión como justificación de golpe de Estado equivaldría a cohonestar el abuso de poder de Chávez, Arias Cárdenas, Cabello, Visconti y demás golpistas de nuestra historia, y esta gente lo que necesita es una lección de democracia.
Tal postura explica la proposición de incluir una tercera pregunta en el referendo consultivo, que he venido recomendando como tratamiento correcto de la más aguda de nuestras enfermedades políticas: ¿Desconoce Ud. el gobierno presidido por el ciudadano Nicolás Maduro, por las razones descritas en el Artículo 350 de la Constitución?
Dicho de otra manera: he sostenido consistentemente que la solución profunda de nuestros problemas está en las manos del Pueblo. Como le puse a una dama que me escribiera sobre el tema de las protestas al gobierno: No es algo así un expediente que cuente con simpatías entre líderes de la oposición formal; el protagonismo pasaría de ellos al Pueblo, y no es fácil entrevistar a éste en CNN. Pero no creo en la deposición violenta del Sr. Maduro; ni siquiera la valientísima diputada Machado puede garantizar que una cosa así redundaría en un curso sano para la república. En cambio, creo desde hace casi cinco años que la clave del asunto es la convocatoria del Poder Constituyente Originario; para quienes creemos verdaderamente en la democracia, eso es la verdadera salida.
Finalmente, expliqué también a otro corresponsal que no debía confundirse al referendo con una navaja suiza, que además es lima, tijeras, lupa, pinzas, etc. El referendo no resuelve la composición del CNE o la carestía de la vida. Su propósito es uno solo: llevar el problema fundamental a la atención de Su Majestad. LEA
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Buenas tardes, quería consultarle lo siguiente, 1.- ¿el art 350 no queda automáticamente activado a partir de las protestas públicas y notorias y de la violación sistemática del gobierno de una gran cantidad de artículos de la constitución? 2.- se podría activar el referéndum de inmediato basandonos en la crisis generalizada y el descontento popular o tendríamos obligatoriamente que esperar la mitad del mandato. 3.- existe alguna ley que contemple el destierro para los extranjeros que hayan tenido injerencia en los asuntos de nuestro país? Gracias por su respuesta.
El sujeto descrito en el Artículo 350 es el pueblo, por lo que debe entenderse una mayoría de él. Aunque las protestas son notorias, no participa en ellas una mayoría del pueblo. No puede activarse un referendo revocatorio hasta la mitad del período; es decir, a partir del 10 de enero de 2016. Pero un referendo consultivo puede ser planteado en cualquier momento, de allí que haya planteado con insistencia (desde 2009) uno para dirimir si una mayoría quiere socialismo. En el programa del sábado pasado en RCR introduje dos otras preguntas posibles dentro de nuestro marco constitucional (El fragmento de audio correspondiente puede escucharlo en este blog en El Gran Referendo). Se habla de destierro o exilio cuando se trata de los naturales de un país. Para el caso que Ud. introduce lo propio es hablar de deportación, y en las leyes venezolanas tal cosa es posible.
Buenos días: leyendo un artículo publicado por Henrique Capriles titulado «El modelo es el problema» me tomé la libertad de mencionar su nombre y su proposición de referendo consultivo.
A continuación copio el texto de mi respuesta a Capriles.
«Ciertamente el «modelo» es el problema principal que enfrenta el país en este momento, como bien dice el título del artículo. Este problema no permite comenzar a aplicar las soluciones requeridas para resolver los otros problemas que acogotan a este país.
Está circulando la idea, propuesta por Luis Enrique Alcalá – en su programa de radio Dr. Político – de solicitar la realización de un referendo CONSULTIVO dónde se le pregunte al Soberano, al Pueblo, al Poder Originario Constituyente, si está de acuerdo en aplicar este «modelo» de socialismo del Siglo XXI a Venezuela.
Creo que esta opción serviría para unir a la Alternativa Democrática tras un proyecto común, que no contradice ni excluye a las otras estrategias presentadas hasta ahora. «Calle», «Diálogo» y «Ruta Electoral Democrática» son necesarios y complementarios – no excluyentes – , pero no suficientes en las circunstancias actuales en que se encuentra la Nación.
El referendo CONSULTIVO aportaría una solución efectiva y eficiente a la grave situación actual del país
Por otra parte, y lo más importante, según diversas encuestadoras habría un rechazo ampliamente mayoritario al «modelo».»
También estoy propagando esta idea entre familiares, amigos y conocidos convencido de su conveniencia.
Me preocupan los obstáculos que seguramente pondrán el CNE y TSJ y cómo vencerlos.
Le agradezco mucho la promoción de la iniciativa y la mención de mi nombre. En verdad, la propuse por vez primera el 23 de julio de 2009 (Parada de trote), en la Carta Semanal #341 de doctorpolítico. En el programa la mencioné ya el 3 de noviembre de 2012, pero el nuevo ciclo de argumentación se inició el 7 de diciembre del año pasado.
No es una idea que haya sido bien recibida por la dirigencia opositora. (En mi libro Las élites culposas—descargable en .pdf desde mi blog—, dejo esta constancia en su página 368: «…lo que era una recomendación de perfecta lógica política, fue torpedeada insistentemente, con evaluaciones ligeras o interesadas y aun con descaradas mentiras»). En general, esta dirigencia carece de imaginación estratégica, y tiendo a postular que la solución a nuestros problemas políticos pasa por dejar atrás a las posiciones ideológicas, como el chavismo y lo que Ud. llama «la alternativa democrática». Me parece equivocado entender nuestro proceso como agotado en una película en blanco y negro. («Es preciso, por tanto, realizar una tarea de educación política del pueblo, una labor de desmontaje argumental del discurso del gobierno, no para regresar a la crisis de insuficiencia política que trajo la anticrisis de ese gobierno, sino para superar a ambos mediante el salto a un paradigma político de mayor evolución». En Retrato hablado, 30 de octubre de 2008. Puede cotejarse también, entre varios otros textos: MUD, MUD, MUD, es hora de partir, del 25 de diciembre de 2012 o La bipolaridad es curable, del 5 de septiembre de 2013).
Además, en Doctrina del referendo sobre el socialismo (9 de junio de 2010), expreso preferencia por una asociación de propósito único como ente promotor, pues creo que no debe entenderse la iniciativa en términos de oposición:
Cualquier partidario del socialismo que sea persona razonable y de espíritu democrático debe entender que tal sistema no debe ser impuesto a la sociedad, que esta decisión es de tal profundidad y de tan grave naturaleza, que no debe ser adoptada sino después de una consulta al Soberano. No es un secreto, además, que hay importantes contingentes de ciudadanos que, si bien apoyan en términos generales el gobierno presidido por Hugo Chávez, encuentran creciente desacuerdo con sus métodos frecuentemente avasallantes; que, si bien sienten afecto y gratitud hacia su persona, necesitan expresar diferencias con su criterio. El referendo consultivo sobre la conformidad con la implantación de un régimen político-económico socialista proveerá un canal idóneo a esa expresión.
Muchas derivaciones de este planteamiento podrán ser explicadas y debatidas desde ahora hasta el 26 de septiembre; la iniciativa tiene la virtud de la riqueza, y por eso mismo puede abrir un debate honesto y enriquecedor. Una entre ellas quiero destacarla de una vez: un rechazo del socialismo no es lo mismo que abrazar al capitalismo o ninguna otra ideología diferente; se trata de asuntos lógicamente independientes en un mundo que cada vez menos se ve en blanco y negro, en el que la riqueza multicolor de las diversidades culturales y de opinión nos promete, a pesar de todas las dificultades del momento en el planeta, un futuro mucho más satisfactorio.
Es, por último, una necesidad nacional la unión de los venezolanos, hoy divididos artificialmente por una política ideológica que sigue líneas comprensibles pero obsoletas e ineficaces. El referendo propuesto es un evento sobre cuya oportunidad puede haber en el país amplísimo consenso, y por tanto es un paso importante en la recuperación de la unidad de la gran familia venezolana. Es, por consiguiente, un referendo cuya celebración puede y debe ser apoyada por todos los venezolanos.
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Si la Mesa de la Unidad Democrática como un todo, o algunas entre sus organizaciones miembros, quiere cooperar con la convocatoria del referendo—por ejemplo, instruyendo a sus militantes para que se declaren voluntarios para recolección de firmas—la asociación de propósito único agradecerá la ayuda y recibirá a esos voluntarios a título de ciudadanos, pues no está entre sus funciones o fines federar organizaciones políticas específicas. Lo mismo diría a cualquier cooperación que pudiera ser ofrecida por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). La cosa sería diferente, por supuesto, si fuera posible un acuerdo bilateral a este respecto entre ambas organizaciones políticas; en este caso, la asociación para la convocatoria del referendo daría la bienvenida a tan portentoso consenso, pero respeta la noción de que este acuerdo debiera ser asunto de decisión exclusiva del PSUV y la MUD. Mi estimación personal es que el país entero lo agradecería a ambas; es realmente una terca y poco venezolana malacrianza sostener que no hay absolutamente nada en que estos contendientes puedan ponerse de acuerdo. Aun así, este desiderátum no agota la opinión nacional; la suma del PSUV y la MUD no reúne siquiera la mitad de las opiniones ciudadanas del país.
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A pesar de lo expuesto, la idea es tan suya como mía, y ciertamente la Mesa de la Unidad Democrática, como el PSUV, puede promoverla y lograr la convocatoria. Sea quien sea que lo haga, el debate durante la campaña que llevaría al referendo es un espacio para proponer consideraciones como las que anteceden. De hecho, como he insistido, el referendo podría ser convocado por el Presidente de la República en Consejo de Ministros. En este caso, más que el peligro de obstáculos por parte del CNE y el TSJ (que les sería costosísimo oponer), el riesgo sería que la redacción de la pregunta fuera tramposa; por ejemplo: «¿Está Ud. de acuerdo con la implantación en Venezuela del socialismo bolivariano que asegura la mayor suma de felicidad posible?», o algo parecido.
De nuevo, gracias por su aprecio y la oportunidad que me ha brindado de dar estas explicaciones.
Bunas noches: Cuándo leí el estupendo artículo de Alonso Moleiro en el Tal Cuál de hoy tuve el deseo de preguntarle si conocía su proposición de Referendo Consultivo. Luego al oir sus comentarios hoy en Dr. Político no me quedó ninguna duda. Es por ello que envié este tweet a Alonso Moleiro: «@amoleiro ¡ Estupendo artículo hoy en Tal Cuál ! ¿Conoce la proposición de referendo consultivo de Luis Enrique @doctorpolitico? Ver su blog» Creo interesante conocer la opinión de Moleiro al cuál considero un periodista muy acertado en sus artículos.
En otro orden de ideas ¿es Ud. ignaciano?
Acabo de agradecer por Twitter su sugerencia a Moleiro.
En verdad, soy producto de La Salle y de los jesuitas. En el primer colegio, estudié primaria y bachillerato. Formé parte de la primera promoción de bachilleres de La Salle de La Colina en 1959. Pero hice mis estudios de Sociología en la Universidad Católica Andrés Bello, y antes tuve amistad con Manuel Aguirre Elorriaga S. J., un personaje que marcó mi vida con sus enseñanzas en los Cursillos de Capacitación Social que diseñó, dictó y dirigió. Por si fuera poco, estoy casado con Cecilia Ignacia (nombre que debe a haber nacido en el día de San Ignacio), hija de Armando Sucre Eduardo, de familia enteramente ignaciana, al punto de que su hermano Gustavo es sacerdote jesuita y fue por mucho tiempo Secretario de la UCAB y conciencia normativa de la misma, luego de haber sido Decano de su Facultad de Economía. Mis tres hijos con ella son graduados del Colegio San Ignacio. De estas cosas di testimonio en prólogo a un libro de mi esposa—Alicia Eduardo: Una parte de la vida (Fundación Empresas Polar, 2009)—, en el que puse:
Al padre Gustavo Sucre S.J., verdadera columna vertebral de la Universidad Católica Andrés Bello, su Decano de la Facultad de Economía y su Secretario por muchos años. La universidad quiso premiarle con un especialísimo Doctorado Honoris Causa en Derecho, pues como cuenta el jurista José Luís Aguilar Gorrondona, quería ser abogado y sacrificó su interés al de la universidad, que tenía demasiados hombres de leyes cuando carecía de quienes supieran ciencia económica. No hay misas que den más paz y más sucintas que las que oficia, en cuyos escuetos y pertinentes sermones nunca falta una balsámica nota de humor.
Y también:
Y es que para hablar con propiedad de los Sucre Eduardo se requeriría oficio de antropólogo, puesto que hay una cultura Sucre Eduardo. Seguramente es su primer rasgo distintivo la religiosidad. Don Andrés y Doña Alicia fueron católicos fervientes, y decir Sucre Eduardo es decir Loyola, y no sólo por el deporte.
Mi señora explicó en su preámbulo:
Dicen que vine al mundo gracias a un milagro de San Ignacio de Loyola, de quien mi abuelo Andrés era muy devoto, y a quien compró y ofreció en España una camisita de bebé para que mis padres, Armando y Cecilia, tuvieran un hijo, pues ya hacía más de tres años que estaban casados y no habían podido tenerlo. Al año siguiente de la ofrenda, el 31 de julio de 1950, día de San Ignacio, éste les hizo el prodigio. Quizás el santo tenga todavía entre sus ofrendas la primorosa camisa a la que debo mi existencia.
Puede ser la hora de intentar esto, Doc.
El artificialmente engorroso y tardíamente convocado (en abril) referendo revocatorio ya no parece una salida apropiada para la grave situación de la República que representa la permanencia de Maduro en la Presidencia del Estado, y del resto del régimen socialista en las instituciones del mismo…
Ramos Allup a comienzos de febrero: «…durante un conversatorio llevado a cabo la tarde de este miércoles en la Universidad Metropolitana, dijo que ‘La salida de Nicolás Maduro del Poder Ejecutivo sólo es posible mediante una enmienda constitucional’. Allup considera que las opciones de referéndum revocatorio y renuncia son consideradas la primera muy engorrosa y la segunda considera que es imposible que ocurra». (El arte del disimulo).
La oposición se ha negado a desatar el nudo de la cuestión, cuando bastaría una mayoría simple de la Asamblea Nacional para convocar un referendo consultivo sobre el socialismo. (Sin firmas, sin captahuellas). Igualmente podría preguntar por la aplicación del Artículo 350.
No creo que lo hagan.
Deberían desatar el nudo. Si no, entonces ocurriría una tragedia…
Ojalá que tengan buen tino esta vez. La situación puede desbordarse y eso no sería nada sano para el país.
Según la desvergonzada decisión de hoy en el Consejo Nacional Electoral, la revocación de Maduro no conduciría a a una nueva elección, pues se produciría después del 10 de enero de 2017. Si el CNE es culpable de esto, también Ramos Allup, Torrealba y otros que torpedearon la salida revocatoria y no se movieron hasta abril: «El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, consideró que la salida de Nicolás Maduro del Poder Ejecutivo sólo es posible mediante una enmienda constitucional. La opción de referéndum revocatorio es considerada como ‘muy engorrosa’ por los parámetros que deben cumplirse…» (Informe 21, 5 de febrero). «El país que sufre agudos dolores y privaciones está atrapado en la tenaza de la perniciosidad del gobierno y la incompetencia de la oposición». (Etiqueta negra). No creo que la MUD sea capaz de tener «buen tino».