ACTUALIZACIÓN: Una intervención de Alberto Valero me ha sugerido que puede ser útil poner a disposición del lector (en formato .pdf) un estudio de febrero de 2013 sobre el tema de los valores en política, asociación que es esencial al pensamiento ideológico convencional. Éste es el enlace para su descarga: El lugar de los valores en la política
Caídas las grandes ideologías unificadoras y, a su manera, totalitarias, y en crisis todos los sistemas de valores y de referencia apropiados para aplicar universalmente, nos queda, en efecto, la diversidad, la convivencia de opuestos, la contigüidad de lo incompatible. Puede derivarse de todo ello una conflictividad abierta y sanguinaria, arcaica, el enfrentamiento difuso, el renacimiento de los localismos y de los más feroces tribalismos, pero también podría surgir un lento aprendizaje de la aceptación de lo distinto a uno mismo, de la renuncia a un centro, a una representación única. (…) quizás podríamos darnos cuenta de que hay espacio para todos y que nadie tiene más derecho de ciudadanía que los demás.
Ryszard Kapuściński – Los cínicos no sirven para este oficio
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Henri José Falcón Fuentes no es originalmente guaro—DRAE: Especie de loro pequeño, mayor que el perico y muy locuaz; entre nosotros: gente larense—, puesto que nació en Nirgua, estado Yaracuy, pero es inocultable que su exitosa carrera política se ha desarrollado en Lara, primero como electo y reelecto Alcalde de Barquisimeto y luego como Gobernador electo y reelecto de la entidad protegida por la Divina Pastora.
Once años gobernó con Chávez: primero, fue Diputado a la Asamblea Constituyente de 1999, postulado en planchas del Polo Patriótico; luego, fue el Coordinador General del Movimiento Quinta República en Lara, cuando fue electo Alcalde del Municipio Iribarren por primera vez para el período 2000-2004; ya en el siguiente período (2004-2008), fue el candidato del PSUV a la Gobernación de Lara para el lapso 2008-2012. Recién electo, declaró: “Recibo este triunfo con mucha humildad y sólo pido que me dejen trabajar de la mano del Presidente de la República, Hugo Chávez Frías”. No fue sino en febrero de 2010 cuando se separó del chavismo. No mucho antes, apoyó entusiastamente el proyecto de enmienda constitucional que permitía la reelección indefinida de funcionarios electos, en contra de la negativa del referendo de 2007, cuando sólo se prescribía para la Presidencia de la República. Entonces buscó refugio en Patria Para Todos y, después de conformar el llamado Frente Progresista con Andrés Velásquez, Liborio Guarulla, Alfredo Ramos e Ismael García, terminó por fundar con este último el partido Avanzada Progresista. Al salir de la órbita chavista, pretendió erigirse en líder de la gente no alineada, no sin confirmar su filosofía socialista: “Creo en la democracia, en un socialismo ético y productivo y en la Constitución”. (El Nacional, 2 de mayo de 2010).
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Pero ya se ha dejado de eso, y nos propone ahora una novísima ideología: el progresismo. Habrá calculado que, en la oportunidad en la que Antonio Ledezma sólo propone un método—la encerrona de la Mesa de la Unidad Democrática—, ganaría puntos con la proposición de un tema «de fondo», doctrinario. Así registra el 14 de julio El Impulso, diario de Barquisimeto: «El gobernador del estado Lara, Henri Falcón planteó este lunes el progresismo como una vía alterna para salir de la crisis sociopolítica que existe en Venezuela, y exhortó a los miembros de la oposición a dejar las diferencias internas que se han generado en los últimos días dentro del seno de la Mesa de la Unidad Democrática. El primer mandatario regional planteó que se abra un debate serio en el que todos los sectores del país participen abiertamente y se conforme un modelo progresista de país para enfrentar la severa crisis». Él mismo, a través de la Oficina de Prensa de la Gobernación de Lara, mandó a poner: «El gobernador de Lara, Henri Falcón, exhortó a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a que inicie un debate nacional sobre el Nuevo Modelo Progresista y el Progresismo como alternativa frente a la crisis estructural que vive Venezuela».
—»¿Con qué se come eso?»—habría preguntado Luis Miquilena en una época. Bueno, no sé si Miquilena navega con facilidad en Internet, pero Wikipedia pone en el artículo sobre Avanzada Progresista:
Ideología política
El presidente del partido, Henri Falcón, describió que su partido «no es solamente de izquierda, es una izquierda eficiente, una izquierda moderna, moderada, progresista; como la de Lula, como la de Bachelet». Henri Falcón también afirma que «Avanzada Progresista es un frente contra el socialismo desfasado».
«Desfasado» es uno de sus adjetivos favoritos; por cierto, en un discurso adjetival que precisa de cuatro calificativos—eficiente, moderna, moderada, progresista—para explicar de qué clase de «izquierda» se trata. Cuando abandonaba a Hugo Chávez Frías, declaró a El Universal (25 de mayo de 2010): “No queremos nada con la política retrasada del pasado ni con la política desfasada del presente”. En otro punto repitió: “La gente tiene que estar consciente de que (…) debemos castigar al pasado fracasado y al presente desfasado”. (Ver sobre este punto Exégesis falconiana).
Pero, como la cosa no queda clara, volvamos a exigirle a Wikipedia:
Progresismo y progresista son términos ideológicos de aplicación genérica, que agrupan doctrinas filosóficas, éticas y políticas identificables de un modo amplio con la Revolución Francesa de 1789 y los movimientos sociales en Estados Unidos y Europa a inicios del siglo XIX. En términos sociales, el progresismo tiende a ser identificado con la lucha por las libertades individuales y homologado al concepto liberal. No obstante, el término varía mucho según los países y respecto a los ideales progresistas históricos. Actualmente, se entiende al progresismo en general como una ideología opuesta al conservadurismo.
Esto es, otra ideología más. (Ver Panaceas vencidas). Falcón ha dejado de ser socialista; ni siquiera lo es ético y productivo. Ha imaginado que la contra al socialismo del siglo XXI es el progresismo, y que esta menesterosa fórmula ideológica es lo que la MUD necesita vender a un pueblo que querría mensajes sencillos, de extensión no mayor que la de un eslogan. ¿Quién no quiere progresar?
Se parece mucho esto a la ocurrencia de Roberto Smith Perera en 2005; luego de fracasar en su intento de hacerse Gobernador de Vargas con Vargas de Primera, decidió extender el asunto con Venezuela de Primera, hoy fusionada con la Voluntad Popular del preso que Ramón José Medina no sabe cómo ayudar. Smith hablaba entonces de primerismo, la ideología de quienes querrían que Venezuela fuera una sociedad de primera clase; como la de Miami, digamos. (By the way, en noviembre de 2010, Henri Falcón y Leopoldo López anunciaron una alianza en pareja—comentada con no poca ironía en aporrea.org—para «defender la Constitución», y ahora López propugna una constituyente sin que se le haya ocurrido proponer una distinta. Que después no reclamen a Falcón si encuentra necesario distanciarse de #lasalida).
Las ideologías ya no dan más; ninguna, ni existente ni por inventar. Cualquier política ideológicamente justificada está condenada a la equivocación. Lo último que hace falta en el país es otra ideología, otra secta, otro culto. No necesitamos, y no queremos, la posibilidad de declarar: «Yo milito en las filas del progresismo».
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En la introducción a Las élites culposas admití tener esta opinión: «Creo que todas las ideologías son formas obsoletas, pre-científicas de hacer una medicina política que debe ser clínica». Pero si estuviera muy equivocado y estuviéramos condenados—lo que no creo—a hablar ideológicamente, si la política se redujera al hallazgo de un ismo que se suponga atractivo, sugerente, y en plan de acercarme al variable político que es Henri Falcón, le propongo que considere el felicismo. Pudiera acordarse con Ismael García para llamar a su partido Avanzada Felicista. Creo que esto es muy superior al subalterno progresismo; a fin de cuentas, uno progresa para ser feliz.
El mundo entero va a una época postideológica, transideológica, metaideológica y Falcón propone otro ismo de contornos borrosos. Es su modo de pensar lo que es atrasado, pasado, y un presente que también está desfasado. LEA
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¿ Cuál será el PROGRESISMO del señor Falcón ?. Leo en wikipedia que, en América Latina, el Progresismo se asocia a muchas corrientes políticas complejas y a veces contrarias entre sí, como por ejemplo: el estado benefactor, el movimiento ecologista, el nacionalismo, el antiimperialismo o el socialismo marxista. ! todo un gran abanico !
Lo bueno de la etiqueta es que sirve para casi todo. Si Falcón escogiera un solo significado se negaría la riqueza de la ambigüedad, y esto es algo que no creo quiera perder.
Muy oportuna tu reflexión, querido amigo. Casualmente, ayer, en alguna de las muchísimas páginas que en la internet circulan,venía esta frase, de la novelista estadounidense Kathleen Norris (1880-1996) que, me parece,apuntaba ya en la misma dirección: «In a free society, the conflict between social conformity and individual liberty is permanent, unresolvable, and necessary». Creo que por ahi van los tiros en este siglo XXI, como pensaba Kapuczynski que bien sabía del problema porque soportó cuarenta años de socialismo real en su país, sin tantos «ismos» anacrónicos… Cordiales saludos,
Gracias, Alberto, por la cita de Norris. Creo que el salto a una política clínica—no una ciencia sino un arte—dejará atrás el análisis que emplea nociones abstractas, como el que se funda sobre «valores»: libertad, justicia, etcétera. (Ve, por ejemplo, La política que vendrá). El acicate de tu intervención me mueve a colocar en la entrada el archivo .pdf de un estudio que compuse luego de conversaciones sucesivas con Marcel Granier y Luis Penzini Fleury, a quienes lo dediqué. A Luis fui a leérselo una semana antes de que muriera.