Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Gabriel García Márquez – Cien años de soledad
__________________________________________________
El domingo 15 de los corrientes, al día siguiente del programa #135 de Dr. Político en RCR, recibí una extensa llamada a mi teléfono celular; el interlocutor resultó ser Daniel Lara, uno de los conductores de Y así nos va, programa que Radio Caracas Radio transmite de lunes a viernes a las 4 p. m. Daniel justificó su llamada porque en las redes sociales hubo quien me calificara de «colaboracionista» a raíz de mi programa del día anterior, y hasta se me había asemejado al mariscal Petain, fusilado en Francia precisamente por eso. (Ver sobre este punto corrección de Daniel). Pronto surgió la idea de mi comparecencia en el programa de Daniel y Nehomar Hernández, y yo mismo sugerí que promovieran la ocasión como «Al paredón con Alcalá». Ayer, en ruta a El Paraíso, conseguí un confesor en la iglesia de El Recreo, parroquia de mi infancia, para poner en orden mis asuntos espirituales. Resultó ser una previsión innecesaria; como es su costumbre, Daniel y Nehomar me trataron con la mayor gentileza, y regresé a mi casa indemne. Acá está el audio de mi participación en Y así nos va de ayer, 17 de marzo. Gracias a Nehomar y Daniel.
LEA
______________________________________
Saludos Sr. Politico.
Ayer casualmente pude escuchar el programa al cual hace usted referencia, y si tengo un comentario importante, para mi, sobre el tema.
Hacer o dejar de hacer cosas, en las que uno cree, por lo que pueda causar en un tercero, tiene justificación en contadas ocasiones. En este caso, no es una de ellas. Usted y muchos otros, justifican una critica al gobierno de USA aduciendo, con simpleza (aunque pretenda ser erudita), que le damos üna «excusa» para que el PSUV, Maduro, Los santeros de Chavez, Los militares del gobierno, o cualquiera o todos los que participan politicamente con este gobierno logren unir al «pueblo» en torno a ellos y aumente el apoyo deteriorado que usted mencionó, tenía Maduro. Es una pena que debamos seguir fingiendo cosas para que «ganemos unas elecciones limpiamente». Yo si aplaudo la decisión geopolitica de USA, pais soberano ( no como el nuestro) de declarar lo que consideren necesario para su protección. Y Venezuela es una amenaza para USA, por narcotrafico, por apoyo a la guerrilla y terrostas como los vascos, a los lideres de la falasa defensa palaestina, a Iran, etc. No es un ataque a Venezuela, es una medida de protección a USA, y eso son pocos los que lo declaran. Hoy supe (confirmado) de una capitan retirado actualmente en funciones de gobierno que recibió hoy un sobre de un organismo de investigación de USA para que explique el origen de los fondos que tiene en una cuenta bancaria en USA. Es decir se nota que el Gobierno de ese país está actuando para proteger sus intereses y es muy posible que estén instruyendo expedientes basados en las declaraciones que exfuncionarios de este régimen deben estar dando en USA.
Creo que el «nacionalismo» mal entendido y aplicado limita el pensamiento, la estrategia y la acción, por temor, no se a que. La dictadura totalitaria que padecemos no va a cambiar ni con elecciones ni con sumisiones, ni con evadir el enfrentamiento civilizado.
Yo no lo llevo a usted al paredón, pero tampoco lo haga usted con quien opina lo contraro a lo que usted predica.
Su comentario, Sr. Pérez, es típico. Ud. me reconviene porque no puso atención a lo que dije y porque razona defectuosamente. Vamos por partes.
1. No he criticado al gobierno de los EEUU—la abreviatura USA es un anglicismo—por los efectos inconvenientes de su decisión sobre nuestro escenario electoral; me he limitado a señalar que tiene tales efectos. Critico, sí, a las autoridades de ese gobierno cuando predican la salvaguarda de los derechos humanos de los venezolanos mientras ese país tiene un récord de centurias de abuso de los mismos derechos, en el que los casos que mencioné en el programa son apenas una muestra.
2. No actúo, Sr. Pérez, con simpleza. Soy un profesional que ejerce una política clínica con arreglo a un estricto código de ética, el que me impone actuar con seriedad y responsabilidad. Ud. no me conoce, y sugerir que hablo con pretensiones de erudición es ofensivo y una falta de respeto. Por lo demás, es obvio que una pretensión de erudición le sería a Ud. de un todo imposible.
3. En ningún momento he dicho que los venezolanos «le damos una excusa» al gobierno; quien se la da, como estimara, por ejemplo, el Consejo Editorial del New York Times, es el gobierno de Obama. Ud. redacta como si fuéramos los nacionales de este país una misma cosa que el gobierno de los EEUU. Tal vez Ud. se identifique con él de un modo tan estrecho. Y es una insinuación irrespetuosa (otra) que procedo con fingimiento; no es eso en absoluto conducta que me caracterice.
4. Andrés Oppenheimer ha citado textualmente a la Sra. Roberta Jacobson, quien en ningún momento sostuvo lo que Ud. aduce (respeto fielmente su escritura): «Venezuela es una amenaza para USA, por narcotrafico, por apoyo a la guerrilla y terrostas como los vascos, a los lideres de la falasa defensa palaestina, a Iran, etc.» Esto refiere Oppenheimer: «En una entrevista telefónica, Roberta Jacobson, la secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, me dijo que no hay ‘ningún cambio en la política de Estados Unidos’, y que las últimas sanciones son solo una implementación de la ley firmada por Obama el 18 de diciembre que autorizó al presidente tomar medidas contra violadores a los derechos humanos en Venezuela. (…) ‘Estas sanciones no son generales’, dijo Jacobson. ‘No tenemos ningún interés en invadir a Venezuela, ni queremos derrocar al gobierno de Maduro. Estamos tratando de arrojar luz sobre violaciones de derechos humanos o comportamientos que buscamos cambiar'». (…) Luego añadió: «Tal como fue anunciada, la orden ejecutiva sobre la ‘extraordinaria amenaza’ de Venezuela solo logrará alimentar expectativas falsas entre la oposición venezolana de que Estados Unidos hará algo más grande para derrocar al régimen venezolano, y le dará a Maduro nuevas excusas para restringir aún más las libertades democráticas».
5. En ningún caso he afirmado que las medidas acordadas por el Poder Ejecutivo de los EEUU sean «un ataque a Venezuela». Su observación en este particular es, por tanto, impertinente. (DRAE: impertinente. Que no viene al caso, o que molesta de palabra o de obra).
6. Su insinuación de que opino a partir de un «nacionalismo mal entendido y aplicado» es impertinente también, además de irresponsable. Me atribuye algo que no le consta.
7. No padecemos una «dictadura totalitaria». Ésta la hubo en la Unión Soviética, donde causó nueve millones de muertos; existe una en Cuba y otra en Corea del Norte. Lo que enfrentamos acá es una subdictadura que comparada con esos tres casos es un sarampión más o menos agudo. Por cierto, desde 2003 me he referido al gobierno de los socialistas venezolanos como «chavoma», por considerarlo un proceso pernicioso e invasivo. Los combato desde mis años universitarios, en la década de los sesenta, y al chavismo en particular desde 1992. No necesito que Ud. me dé lecciones a este respecto.
8. Es manifiesto que Ud. cree más en bombardeos con Tucanos que en elecciones («no va a cambiar con elecciones ni con sumisiones»). De nuevo, Sr. Pérez, la sugerencia de que soy persona sumisa al gobierno socialista es un irrespeto. Ud. no ha hecho la milésima parte de lo que yo he producido en materia de refutación del chavismo. Le pondré una lista incompleta que cubre hasta 2002 (podría ampliarla hasta la actualidad):
Pocos días después del 4 de febrero de 1992, el diario El Globo nos publicaba artículo en el que asentábamos contundentemente nuestra opinión de que la asonada de aquel día era un evidente abuso de parte de Hugo Chávez y sus secuaces de conjura. (El día 3 de febrero nos había publicado asimismo, la víspera del golpe cuya preparación ignorábamos, un artículo en el que por enésima vez exigíamos la renuncia de Carlos Andrés Pérez).
En 1994 escribimos, a raíz del sobreseimiento de la causa de los prisioneros de Yare, que creíamos que han debido cumplir, contra lo concedido por Rafael Caldera, la pena exacta que las leyes venezolanas preveían en materia de rebelión.
En desayuno al que fuéramos invitados en plena campaña electoral de 1998 (en las oficinas de la agencia de publicidad J. Walter Thompson) dijimos al mismísimo Hugo Chávez, expositor de circunstancia, que el titular del derecho de rebelión es una mayoría de la comunidad, y no una logia de una decena de comandantes que sin ningún derecho juraran alzarse ante los restos de un decrépito y patriótico samán. En la misma ocasión le quisimos hacer entender que si insistía en glorificar su criminal aventura de 1992 no tendría ningún sentido establecer un diálogo al que me invitaba, tras mi declaración primera, en compañía de William Izarra.
El 19 de agosto de ese mismo año escribíamos, para el diario La Verdad de Maracaibo, un artículo en el que se estableciera, por primera vez de modo público, una comparación entre la figura de Chávez Frías y la de Adolfo Hitler.
En enero de 1999, ya electo Chávez, nos permitimos decir en voz tan alta que llegó a todo el auditorio, y en su presencia a distancia de dos metros, que estaba completamente equivocado en su concepto constituyente, en acto convocado en La Viñeta.
Durante todo el transcurso de su desgobierno, por escrito, por radio, por televisión, hemos hecho explícita nuestra consistente oposición a sus ideas y sus métodos. El 25 de febrero de 2002, por citar un solo caso, propusimos un procedimiento para abolir su régimen en conocido programa matutino televisado.
9. Jamás, Sr. Pérez, llevaría a nadie al paredón, mucho menos a quien opine distinto de mí. Es una estipulación del código de conducta ya mencionado (en septiembre cumplirá veinte años de haber sido redactado) la siguiente:
Consideraré mis apreciaciones y dictámenes como susceptibles de mejora o superación, por lo que escucharé opiniones diferentes a las mías, someteré yo mismo a revisión tales apreciaciones y dictámenes y compensaré justamente los daños que mi intervención haya causado cuando éstos se debiesen a mi negligencia.
………
En síntesis, Sr. Pérez, Ud. se ha permitido lenguaje ofensivo sin tener idea de lo que está hablando ni con quién. Seguramente reivindicará su postura aduciendo su condición de demócrata; así no actuaría uno que lo fuera de verdad.
Espero que posibles contribuciones futuras suyas a este blog se atengan a elementales normas de respeto. De eventuales errores de razonamiento en ellas me ocuparía al señalárselos.
La idea de usar el Internet para conocer la posición del electorado venezolano (Referendum consultivo, primarias), me parece muy valiosa. ! Excelente programa !
Más que valiosa es obvia. Gracias, Don Yunis.
Gracias por la mención al programa y por la difusión. Sin embargo,hay algo importante,un detallito,pero que el rigor de historiador frustrado me obliga a decirlo: Pétain no fue fusilado. Fue conmutada la pena de muerte a la que fue condenado debido a su avanzada edad. Murió confinado en la isla de Yeu y nunca se le retiraron sus méritos militares,conservó el grado honorífico de «Mariscal de Francia». Pero los méritos académicos si los perdió: se le expulsó de la Academia Francesa y se le declaró traidor. De hecho,no muere preso porque al enfermarse de gravedad,se permite el traslado a una residencia,en la misma isla. A quien sí se le fusiló fue al Canciller del gobierno de Vichy, Pierre Laval. No se salvó de la furia. Creo que Chaderton no recuerda el caso Laval. Alguien debería recordarselo…
Gracias, Daniel, por la invitación a vuestro programa y la oportuna corrección histórica, suscitada por error de mi cercanía a una avanzada edad. Ha sido un descuido imperdonable de mi parte.