José Antonio Gil Yepes fue entrevistado en la mañana de hoy en Golpe a Golpe, el programa de Radio Caracas Radio (750 AM) que conducen Fausto Masó y Roberto Giusti. En sus declaraciones, Gil Yepes pintó un cuadro clarísimo acerca de las posibilidades de la oposición formal venezolana en las próximas elecciones de Asamblea Nacional. Vale la pena considerar lo que dijo un hombre muy autorizado para hablar de estas cosas, con base en mediciones confiables de la opinión pública que sistemáticamente lleva a cabo Datanálisis, la prestigiosa encuestadora. He aquí, por tal razón, el audio de su participación de esta mañana:
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Si a estas alturas no saben que tienen que estar UNIDOS TODOS, Henrique, Leopoldo, María Corina, Antonio, AD, COPEY, MAS, UNT, BANDERA ROJA, en resumen TODOS SIN EXCEPCIÓN, entonces no lloren y cálense lo que nos viene encima!!! Recuerden a la madre del califa «NO LLOREN COMO IMBECILES LO QUE NO SUPIERON CONQUISTAR COMO SERES PENSANTES»
Creo que la madre de Boabdil dijo al perder éste Granada: «No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre». A veces las uniones son inconvenientes; estando en tierra ibérica, podemos recordar la definición de Enrique Jardiel Poncela de bote salvavidas: «Lancha que sirve para que se ahoguen juntos los que se iban a ahogar por separado».
Excelente razonamiento del Sr. J.A.Gil Yepez: la oposición debe tender a «Organizar a la gente… y formar UN PARTIDO democrático PLURAlISTA». No hacerlo puede comprometer la meta deseada en las elecciones parlamentarias.
Tendría que ser, Don Yunis, una organización que trascienda lo ideológico. En Las élites culposas (mayo de 2012) quise observar: «Pero un outsider, alguien que viene de fuera, no podía por definición surgir de las filas chavistas, ni siquiera en el caso de que Hugo Chávez, fajado con su enfermedad, se viera impedido de la candidatura. Tampoco, por supuesto, de las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad Democrática. Los partidos que componían la abigarrada mezcla de la MUD no habían experimentado la metamorfosis que sería necesaria para convertirse en actores relevantes y pertinentes. Se trata de un impedimento congénito o, aun más profundamente, genético, constitucional. La valentía que se requiere para sobreponerse a eso es la necesaria para sufrir una lobotomía ideológica; no es coraje frecuente. Quizás, si nos indignáramos como en El Cairo, Madrid, Londres y Nueva York, algún día estén dispuestos a someterse a esa intervención quirúrgica».