Candidato a la Asamblea Nacional en Caracas

Candidato a la Asamblea Nacional en Caracas

Hoy domingo 11 de octubre de 2015, el economista José Guerra, candidato de la Mesa de la Unidad Democrática a la Asamblea Nacional por el Circuito 4 del Distrito Capital, publicó un artículo—El socialismo va a referendo—en el que admitió: «Estoy entre quienes opinan que este 6 de diciembre, además de la elección de una nueva Asamblea Nacional, se celebra un referendo consultivo sobre el modelo económico que queremos transitar. La pregunta es muy sencilla: ¿Está Usted de acuerdo con el modelo socialista actual o prefiere recuperar el sistema de libertades económicas consagrado en la Constitución? Esa es la disyuntiva».

La noción está equivocada. Jamás unas elecciones (democracia representativa) equivaldrán a un referendo (democracia participativa); jamás fueron las elecciones municipales de 2013 un «plebiscito» acerca del gobierno de Nicolás Maduro, como intentara vender Henrique Capriles Radonski. Pretender algo así es adulterar el sentido constitucional de los actos electorales. El 6 de diciembre no está planteada esa disyuntiva, sino la de votar o no votar por alguno de los candidatos del circuito correspondiente. Si se quiere que algo sea tenido por un referendo consultivo debe serlo; no debe proponerse que las elecciones del 6D usurpen lo que tendría que ser una manifestación explícita del Soberano.

Ya no hay tiempo para que el candidato Guerra convenza a las personas suficientes para que se instrumente la recolección, por iniciativa popular, de las firmas necesarias a un referendo de esa clase. Cuando, el 2 de junio de 2010, el difunto presidente Chávez retaba a la oposición a que convocara un nuevo referendo revocatorio por iniciativa popular, sugirió que tal consulta se celebrara con las elecciones de Asamblea Nacional y manifestó su seguridad en que las autoridades electorales pudieran organizarla en cuatro meses. Falta un mes y 26 días para el 6 de diciembre. Pero el referendo sobre el socialismo fue propuesto en 2009 (Parada de trote), más de un año antes de aquellas elecciones parlamentarias, y por enésima vez este mismo año, comenzando marzo, a Primero Justicia y a la Mesa de la Unidad Democrática en carta a uno de sus dirigentes principales, y a esta última dos meses después por intermedio del ejecutivo principal de la organización. Bastante tiempo hubo; de eso ya no queda nada.

Pero si el candidato Guerra quisiera que en verdad se consultara la preferencia del pueblo en pro o en contra del socialismo, podría comprometerse desde ya a que de resultar electo levantará su mano para formar una mayoría simple de colegas que apruebe la convocatoria de un verdadero referendo, no uno pretendido, acerca de asunto tan crucial. Es ahora, mientras requiere votos ciudadanos, cuando debe prometer que hará exactamente eso. También puede, naturalmente, intentar convencer a sus compañeros candidaturales de la MUD para que se comprometan de igual modo. Eso, si es que creen valiosa la participación popular real y directa para decidir «las materias de especial trascendencia nacional». (Artículo 71 de la Constitución).

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Ahora me permito anotar a otros dos puntos del artículo del economista Guerra:

1. Él escribe: “la Venezuela del 2015 es una economía socialista tal cual, esto mismito que estamos viviendo es el socialismo y mientras no se cambie de rumbo no hay mejora posible. Tampoco se trata de una fase intermedia, de un ‘vamos rumbo al’. No camarada, ya llegamos, no le falta nada. El socialismo como sistema económico se basa en el rechazo de la iniciativa privada y la preeminencia de los controles administrativos para la toma de las decisiones económicas a todo nivel. Como las cosas nunca resultan como lo planean los burócratas, la respuesta siempre es arreciar aún más con controles de todo tipo, lo que invariablemente conduce a minimizar el papel de la propiedad privada y de los mercados formales”.

El socialismo es: «Sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes». Se puede decir que se ha agravado mucho la regulación estatal, pero aún hay bastantes medios de producción cuya propiedad no es ni colectiva ni estatal. (La definición empleada es la del Diccionario de la Lengua Española, herramienta cotidiana del Tribunal Supremo de Justicia, y no debe arriesgarse que un cierto procedimiento ciudadano sea invalidado allí por definiciones inexactas). Le falta mucho al país para llegar al socialismo, como llegaron Cuba en 1961 o Rusia en 1917.

2. Él escribe: «en el referendo de 2007 la mayoría rechazó contundentemente la propuesta de reforma constitucional».

Primero, la cosa no fue tan contundente; el bloque de 33 modificaciones propuesto por la Presidencia de la República fue derrotado por una diferencia de 1,31%, pero 49,34% de los votantes sufragó a su favor, y, también, 48,99% votó por los 36 artículos que la Asamblea Nacional quería alterar, pretensión que fue negada por una diferencia de 2,02%. (En 2010, el oficialismo no derrotó «contundentemente» a la oposición en las elecciones de Asamblea Nacional con sólo 0,91% de diferencia a favor del PSUV sobre la MUD; a lo que derrotó contundentemente fue a la disidencia chavista del PPT, sobre la que obtuvo 44,99 puntos de ventaja: PSUV 48,13, MUD 47,22, PPT 3,14. Y Capriles no admitiría que Maduro lo superó contundentemente el 14 de abril de 2013, al resultar electo con delgada ventaja de 1,49%. Hace tiempo que ya no se ven en el país ventajas electorales contundentes). Luego, se votó por bloques, de modo que no es posible saber cuántas personas rechazaron las reformas propuestas por desacuerdo con la reducción de la jornada de trabajo, oposición a la posibilidad de que el Presidente se reeligiera indefinidamente, inconformidad con la subordinación de las contralorías estadales a la Contraloría General de la República o porque se rechazara la mención de los «principios del socialismo bolivariano». En sólo cinco de los artículos del total de 69 modificaciones propuestas se colaba la palabra socialismo como de contrabando. La pregunta directa—¿Está Ud. de acuerdo con la implantación en Venezuela de un régimen político-económico socialista? (en el sentido del DRAE)—jamás ha sido planteada a los miembros del Poder Constituyente Originario.

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No están los electores convocados en su carácter de miembros del Poder Constituyente Originario para el próximo 6 de diciembre, así que el socialismo no va a referendo en esa fecha; lamentablemente, no se lo quiso convocar. Pero la Asamblea Nacional puede hacerlo por mayoría simple. Espero que el candidato Guerra prometa que en cuanto esté a su alcance procurará que así sea; cordialmente le invito a que nos comunique que tal es su decisión. (Si yo votara en el Circuito 4 del Distrito Capital, trocaría la invitación en conminación). LEA

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