En la herida París se reúne ahora el COP21, la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. El objetivo: establecer obligaciones legales a los países del mundo para reducir las emisiones de gases de invernadero, que son los principales responsables antropogénicos del deterioro del clima planetario. El villano más destacado es el dióxido de carbono, producido por actividades humanas que generan energía a partir de combustibles basados en carbono, básicamente el carbón, el petróleo y el gas natural.
No es descabellado pensar que Laudato si, la encíclica de Francisco I sobre el cuidado y preservación del medio ambiente, estuviera pensada para la audiencia parisina, puesto que la reunión estaba prevista como actividad de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés) y la undécima reunión de seguimiento del Protocolo de Kyoto (1997). También la tiene en la mira una coalición de líderes tecnológicos como Bill Gates (Microsoft), Mark Zuckerberg (Facebook), Jeff Bezos (Amazon), Richard Branson (Virgin Group), Marc Benioff (Salesforce) y Jack Ma (Alibaba Group), entre otros, quienes acaban de anunciar el establecimiento de un gigantesco fondo (la Breakthrough Energy Coalition de centenares de miles de millones de dólares), cuyo objetivo es el desarrollo de tecnologías energéticas asequibles y ecológicamente amistosas.
Venezuela será representada en París por Guillermo Barreto, el ministro venezolano para Ecosocialismo (?) y Agua, quien ha sostenido que nuestra república «exigirá ser compensada por los daños y pérdidas que el cambio climático ha causado en el país y de los que no es responsable». Consultado sobre las acciones emprendidas por Venezuela como contribución al control del cambio climático, destacó (para El Universal):
El programa más notorio es el de cambio de bombillos incandescentes por los ahorradores. Se han sustituido 230 millones, todos de forma gratuita y con fondos del Estado. Esto permite ahorrar energía y el número de emisiones de gases que van a la atmósfera. Venezuela cuenta con un sistema de energía hidroeléctrico (70%), lo cual disminuye los gases de efecto invernadero, pero a su vez nos hace vulnerables al cambio climático porque cuando hay sequía y bajan los niveles de los embalses, entonces se ve restringida nuestra energía. Por eso exigimos ser compensados, porque no somos los causantes del cambio climático. Y la inversión que estamos haciendo para proveer de agua potable a poblaciones afectadas es con fondos propios.
Pero Barreto deja de mencionar el hecho obvio de que somos un país productor de petróleo, es decir, de uno de los materiales con mayor responsabilidad en el deterioro del clima. Es como los países que producen cocaína o heroína; la culpa no es de ellos, es de los países consumidores. LEA
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Se le olvidó también mencionar las emanaciones de los vertederos de basura en, prácticamente, todas las ciudades de nuestro país y de los aromas que esparce diariamente el GUAIRE en nuestra Caracas.
¿No se iban a tomar un mondongo en el Guaire limpísimo Hugo Chávez y Jacqueline Farías?
Luis Enrique, hace este evento climático cambiará algo?
Y será nuestro país se adaptará a este cambio?
Creo que está cambiando, y que nuestros países tendrán que subirse al tren.
En general, puede decirse que la humanidad ha venido creciendo en conciencia ecológica, sobre todo a partir de los años setenta del siglo pasado. Baste este ejemplo: en lo que se suponía ser la Biblia de la futurología—The Year 2000, Herman Kahn y otros, 1967—no se encontrará referencia alguna al tema ecológico. Hoy en día, el ciudadano común del planeta ha adquirido una preocupación por su ambiente.