Manuel Felipe Sierra quiso conversar hoy conmigo en el programa Venezuela al Día, que conduce en Radio Venezuela de lunes a viernes. Abriendo con temas internacionales, luego dirigió la conversación hacia las circunstancias políticas venezolanas. Acá está el archivo de audio (calidad deficiente) de la sesión:
Uno de los puntos que procuré resaltar es el razonamiento sofista común en personalidades del oficialismo, y fijé la atención sobre las muy extraviadas declaraciones de Blanca Eekhout, recogidas por nota de ayer en El Universal:
“Realizar el referendo este año es imposible porque estarías pasando por encima de la Constitución, por encima de la voluntad de buena parte de la población venezolana y por encima de la democracia”. Así lo indicó Blanca Eekhout, vicepresidenta de Movimientos Sociales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quien aseguró que la oposición está utilizando el revocatorio presidencial para “desestabilizar” al país, para “tener un sector de la población radicalizado e intentar imponer a través del fraude una acción violenta”. (…) “Si ellos (oposición) creyeran en el referendo, hubiesen hecho a tiempo la solicitud y no habrían incurrido en un fraude tan vergonzoso como el que hicieron para recoger el 1% de las firmas». La también coordinadora del Gran Polo Patriótico (GPP) se refirió al proceso de recolección del 20% de manifestaciones de voluntad y dijo que debe hacerse por estados para que la opinión de todos los ciudadanos sea reconocida. “Si es por circunscripción nacional, eso implica que habrá ciudadanos que no serán considerados (…) El 20% puede ser recogido en tres o cuatro estados dejando así sin reconocimiento a unos 20 restantes que no apoyan la medida, en tal sentido es justo que la recolección se dé tomándolos a todos en cuenta”. (…) “Es una elección de carácter nacional pero que expresa la voluntad de todo un pueblo donde no hay estados de segunda ni de primera».
Admitamos que la Mesa de la Unidad Democrática se movilizó con retraso en la promoción del referendo revocatorio—Henry Ramos Allup y Jesús Torrealba, por ejemplo, cantaban a dúo que el revocatorio era «muy engorroso» hasta el mes de abril, cuando debió iniciarse la cosa el 10 de enero—, pero nadie ha comprobado la existencia de fraude por parte de la MUD en la recolección de firmas de la fase previa; las firmas «inválidas» han podido ser sembradas por el partido que Eekhout vicepreside y el número que se alega (¿2.000? ¿3.000?) no puede aducirse para invalidar la correcta y heroica expresión de 1.900.000 ciudadanos, a quienes ahora se castiga con despidos de sus empleos públicos o la negación de bolsas de comida irregularmente provistas por los patrióticos, endógenos, protagónicos, biométricos y, en general, esdrújulos CLAPs.
Es de imposible comprensión eso de que la realización del referendo revocatorio en 2016, como lo quiere una enorme mayoría de ciudadanos, sería pasar «por encima de la Constitución», y ciertamente no es de una «buena parte de la población venezolana» la voluntad de cuatro rectoras oficialistas en el Consejo Nacional Electoral. Tampoco se entiende por qué es «desestabilizar al país» el empleo de un mecanismo expresamente previsto en la Constitución que, por eso mismo, no es una «acción violenta». Y no se necesita «fraude» para nada; tan sólo la expresión de un sentir nacional que ya han medido recientes estudios de opinión en niveles de 88% favorable a la revocación.
La «opinión de todos los ciudadanos» es reconocida justamente porque se la consulta nacionalmente; la Nación, Sra. Eekhout, está compuesta por todos los ciudadanos, y por consiguiente hacerlo como la Constitución establece, en circunscripción nacional, no conduce a la desconsideración de ningún ciudadano, ni a la distinción entre «estados de segunda ni de primera», en ningún caso.
La exdiputada Eekhout propone sofismas—Diccionario de la Lengua Española: Razón o argumento falso con apariencia de verdad—de muy mediocre factura. Nadie creerá, licenciada (en Artes con mención Cine), el torpe guión fílmico para la ficción que propone: que el 20% constitucionalmente estipulado pudiera recabarse en tres o cuatro estados—u oyó o le habrán advertido del cálculo de Dr. Político en RCR del pasado sábado; tal vez le hayan encargado refutarme—»dejando así sin reconocimiento a unos 20 restantes que no apoyan la medida». Todos los estados, licenciada, apoyan la revocación; ni siquiera Portuguesa, su estado de origen y exrrepresentación, mucho menos veinte, escapan al repudio de Nicolás Maduro, a quien Ud. insiste en proclamar como ¡»el único garante de la paz en el país»! LEA
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