El nombre de un ente político no siempre dice la verdad:
…mucha de la actividad opositora se concentra en los “estados vaticanos” de Chacao y Baruta. Hay, sí, una preocupación o un interés explícito que se manifiesta en el uso del adjetivo popular para designar organizaciones políticas que no lo son: COPEI-Partido Popular (agradecido por la ayuda económica recibida de la organización homónima de José María Aznar), Alianza Popular (que, como el corno inglés que ni es inglés ni es corno—José Antonio Calcaño dixit—, ni alía a nadie ni mucho menos es popular), o las “redes populares” de Leopoldo López, o su reciente Voluntad Popular o su previo amago de constituir Primero Justicia “Popular”. (Nota del día (Archivo): 20/04/10: Acto popular).
De la efímera Alianza Popular fundada en mayo de 2005 por Oswaldo Álvarez Paz—en la entonces consabida Quinta La Esmeralda de la popular y populosa barriada de Campo Alegre—, ya no se tiene noticia; su voz ha desaparecido para reiterar como lo hizo muchas veces, cansado él mismo de su incesante prédica, que la ruta electoral no sirve de nada: «Ya basta de pensar sólo en elecciones. La verdadera naturaleza del problema no es electoral. Algo está por nacer”. (LEA #135, 28 de abril de 2005). A raíz de su detención—por decir en Globovisión que el gobierno de Chávez auspiciaba el narcotráfico—, Luis Chataing preguntaba por Twitter que, si entonces había delito de opinión en Venezuela, por qué no se ponía presa a su esposa, que le había espetado: «¿Y tú piensas salir así?» Ésa fue toda la resonancia que tuvo entonces su denuncia.
Pero Álvarez Paz sí tuvo sucesores que lo relevan. Nitu Pérez Osuna y Enrique Aristeguieta Gramcko son los líderes de la novísima Gran Alianza Nacional (GANA) que, como antes Alianza Popular, no alía mucho, no es en absoluto grande y tampoco puede esperarse de ella que gane nada. El Nuevo Herald, sin embargo, la toma en cuenta para notificarnos solemnemente la semana pasada:
La agrupación incomoda a los centros del poder en Venezuela, tanto dentro del régimen de Nicolás Maduro como de la oposición, al atentar contra la ecuación que tradicionalmente ha dominado la pugna política en el país petrolero. Pero los líderes de la recién formada Gran Alianza Nacional (GANA) aseguran que su lucha es sólo contra el régimen dictatorial instaurado en Venezuela, y que su objetivo central es recuperar la democracia, aunque eso en ocasiones implique criticar la actuación de los partidos de la oposición o tomar posiciones distintas a las promovidas por la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Y es que los partidos de oposición han insistido en llevar la lucha política por el camino incorrecto, explicó la periodista Nitu Pérez Osuna, una de las principales fuerzas detrás de la nueva alianza. “GANA surge porque en Venezuela se murió la ilusión de una salida electoral. Por muchos años, en este país nos han vendido la idea de que de la dictadura se sale de forma electoral, y ya se cerró esa vía”, dijo Pérez Osuna en una entrevista telefónica. “Nosotros somos venezolanos que hemos acompañados a la oposición en todas y cada una de sus convocatorias, hemos ido va votar, hemos marchado, hemos ido a las concentraciones, hemos rezado, pero creemos que se necesita una organización que adelante un proceso para salir de la dictadura y no para ganar espacio”, explicó.
Hoy puso Jorge Rodríguez un audio que proviene de una brevísima conversación telefónica del biunvirato de GANA, seguramente grabado ilegalmente. Ya es público, pues además de la transmisión en La Política en el diván, ha sido montado en YouTube:
No le gustó a Pérez Osuna la manifestación opositora de hoy, convocada por la MUD, a la que llama «un show»; eso quedó claro, así como su aprobación al llamado a una intervención militar desde Voluntad «Popular». (¿Será la de los «militares decentes» que Juan Carlos Sosa Azpúrua sugería buscar en agosto de 2014 para salir de un régimen militarizado?) También está claro que Aristeguieta reclama ser un convocante protagónico de «una marcha», aunque menos conocido que otros. Como más de uno que he escuchado (desde 2002), postula que debe haber sangre y violencia generalizada para dar al traste con el gobierno socialista de Nicolás Maduro; se le nota las GANAs de sucederlo, así sea con muertos. (Con tal que no sea él uno de ellos, por supuesto). LEA
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afortunadamente alguien habla claro para evitar otro caso de surrealismo
En efecto, hay muy poca claridad en ciertos actores que inciden sobre nuestro proceso; un caso en punta es el de la OEA, cuyo Chapulín Colorado acaba de declarar que reconoce a Moreno como Presidente Electo de Ecuador (dejando espacio a la impugnación de su contendiente). Como hemos comentado tú y yo, la más reciente declaración del Consejo Permanente de la OEA exhorta a Maduro a que garantice «la separación e independencia de los poderes constitucionales» y restaure «la plena autoridad de la Asamblea Nacional», lo que en sí mismo equivale a exigirle al Poder Ejecutivo ¡que ordene esas cosas al Tribunal Supremo de Justicia! (¿En qué queda, por fin, la separación de los poderes?) También ha reclamado Almagro insistentemente elecciones «generales» en Venezuela, lo que no está contemplado en la Constitución, por lo que no puede ser acordado en una mesa de diálogo ni «concedido» por el Presidente de la República. El Chapulín tras los pasos de André Breton. Al menos el oficialismo está claro en su proyecto absolutista.
LEA
Totalmente de acuerdo con lo expuesto y especialmente en que hay que hablar claro.
Enseñanza de un taxista del aeropuerto de Maiquetía: «Venezuela es el único país donde para cambiar al capitán hay que hundir el barco».
Sobre el video, quisiera ver a alguna de estas personas que manejan con tanta facilidad y frialdad el tema de la vida, diciendo que pondrá los muertos de su familia o en último caso inmolarse. «Con el tronqui» como dicen en Maracaibo.
Un sector numeroso de la oposición siente, además de ira, que tiene la piedra filosofal en el bolsillo. ¿Cómo procesamos esto? Será instalando divanes en lugar de mesas electorales para atacar la oleada de surrealismo que menciona el Dr. Revenga.
Los problemas son graves y requieren de acciones importantes en favor del ser humano, especialmente en seguridad y alimentación, pero «matar a un hombre por defender una idea, no es defender una idea, es matar a un hombre». Hablando claro, este orden hay que respetarlo a ultranza, sea quien sea el que trate de violarlo.
Gracias, Orlando. Por mi parte, estoy enteramente de acuerdo con todo lo que expones. Barbara Tuchman, como el taxista, destacó (en The March of Folly) la locura de lo siguiente:
A sense of disaster pervaded the United States, sharpened by the most widely quoted remark of the war: «It becomes necessary to destroy the town in order to save it.» The American major meant that the town had to be razed in order to rout the Viet-Cong, but his phrase seemed to symbolize the use of American power destroying the object of its protection in order to preserve it from Communism.
Tú y yo escuchamos a alguien decir hace unos años: «Lo que hay que hacer es provocar un segundo Caracazo». (¡?)
Decalogo de la Gran Alianza Nacional.
Rescatemos a Venezuela por medio de una nueva estrategia opositora
En vista de la grave crisis moral, política y humanitaria que vive Venezuela, nos comprometemos solemnemente a promover una gran alianza nacional para lograr una transición, con base en los siguientes planteamientos:
1. Un cambio de gobierno es urgente e indispensable. El pueblo venezolano no aguanta más el hambre, la escasez, la inseguridad y la corrupción.
2. Nicolás Maduro es un dictador que está usurpando el cargo, por tener nacionalidad colombiana y porque fue destituido por la Asamblea Nacional el pasado 9 de enero.
3. El Régimen impide una salida electoral a la crisis, pero existen otras opciones constitucionales para producirla.
4. No es tiempo de promover candidaturas ni de aspirar a cargos públicos. El momento requiere de líderes dispuestos a sacrificar sus intereses personales por el bien común.
5. Los militares institucionales deben participar activamente en la solución de la crisis. Venezuela está catalogada como un narco-Estado que promueve el terrorismo.
6. Un diálogo en Venezuela no es realista. Con criminales no se negocia.
7. Urge la aplicación de la Carta Democrática Interamericana y la intervención de la Corte Penal Internacional.
8. Respaldamos la exhortación de la Iglesia Católica, titulada “Jesucristo luz y camino para Venezuela”.
9. Condenamos el comunismo y cualquier otra forma de totalitarismo. Defendemos la propiedad y la empresa privada. Soñamos con una Venezuela desarrollada e industrializada, donde existan libertades, progreso y oportunidades para todos.
10. Invitamos a todos los venezolanos de buena voluntad a incorporarse a esta gran alianza nacional.
Gracias por el decálogo, que considero muy desencaminado. Pareciera, a juzgar por las palabras de Pérez Osuna, que la estrategia—en ningún punto del documento desarrollada suficientemente—es llamar a la intervención militar (punto 5), lo que no es en ningún caso una «opción constitucional» (punto 3), y que indefectiblemente, según Aristeguieta, la tal estrategia requerirá un estado de «violencia desatada». Maduro no ha abandonado su cargo (ojalá lo hubiera hecho) y la Registraduría Nacional de Colombia ha certificado que no figura en sus archivos como nacional de ese país (punto 2). No basta condenar al comunismo; no basta oponerse a lo malo para tener razón. Dos errores no hacen un acierto.