La anticipación de las elecciones presidenciales, «decretada» por la constituyente en funciones, suscitó el adelanto de la reanudación en vivo del programa #282 de Dr. Político en RCR. Éste fue dedicado a un nuevo planteamiento de la noción fundamental de nuestra constitucionalidad: que el Pueblo, en su carácter de único poder supraconstitucional del Estado venezolano, puede decidir cualquier cosa que no viole derechos humanos o contravenga tratados en los que la República haya convenido válidamente. Tal poder es suficiente para disolver, desde un referendo consultivo convocado por 10% de los electores inscritos, esa asamblea constituyente e incluso anular todos sus actos. Dos obras de la grandísima María Luisa Escobar musicalizaron la sesión: el vals criollo Noche de luna en Altamira y su Concierto sentimental. He aquí el audio de la transmisión de hoy:
LEA
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Gracias dr. Alcala por tener siempre presente la salida de este mundo donde estamos metido, debemos empezar ya a preparar o creo que ya el «Pueblo» esta bastantemente educadito,con el sufrimiento que nos ha tocado vivir para exigirnos y pronunciarnos como Poder Originario y hacer nuestra gran pelicula de la Guerra Inoculada y ganarla. gracias gracias.. cuando comenzamos a rodarla?
Gracias a Ud. por su comprensión y por su disposición. Ya está empezando a rodar; iré informando por este blog y desde los micrófonos de Radio Caracas Radio.
Buenos días Dr. Alcalá, su propuesta (referendo consultivo) es muy válida y hasta podría endosarla. Sin embargo, entiendo que dentro de los problemas más profundos que sufre mi país podemos citar la falta de institucionalidad, falta de independencia de poderes, violación a los derechos humanos, impunidad, etc. No existen reglas claras de convivencia, no se respetan ni la constitución ni las leyes. Las leyes parecieran algo así como una sugerencia y no un mandato. Las leyes son interpretadas por personeros de un partido político (PSUV). Actualmente el país es como una especie de barco que navega a la deriva, secuestrado por piratas que único interés, es el beneficio propio.
Muy respetuosamente pienso que su propuesta sería efectiva siempre y cuando se respeten los resultados del mencionado referendo. Algo poco probable que ocurra si consideramos que el gobierno (PSUV) no respetó los resultados de la Elección de la AN de diciembre de 2015 donde participaron mas de 14 millones de electores ni los resultados del referendo para rechazar la constituyente que se llevó a cabo el pasado año y donde participaron 7,2 millones de venezolanos.
!Le felicito por su programa!
Gracias por su aprecio del programa y su apoyo en principio a la propuesta.
Precisemos algunos puntos: 1. El gobierno respetó la votación de diciembre de 2015, al punto de que el Consejo Nacional Electoral proclamó la elección de 112 diputados de oposición. El propio CNE rechazó siete de nueve impugnaciones contra esos resultados; prosperaron dos, y esto llevó a la suspensión de cuatro diputados de Amazonas y al problema del desacato de la Asamblea al dictamen de la Sala Electoral, lo que permitió la imposición de una camisa de fuerza a la AN. Ésta jamás ha peleado el asunto en tribunales, ni tampoco quiso durante todo 2016 desincorporar los diputados en cuestión, lo que le habría valido recuperar su eficacia como poder. (Vea en este blog La historia desaparecida). El CNE, presidido por la misma Tibisay Lucena, certificó el 3 de diciembre de 2007 que el comandante galáctico Hugo Chávez había perdido el día anterior su referendo estratégico de reforma constitucional ¡por una diferencia de 1,31%! (Vea Suma contra gentiles abstencionistas).
2. La comparecencia de votantes del 16 de julio de 2017 fue, según el informe final de la Comisión de Garantes de la MUD, de 7.535.259 electores, no de «7,2 millones de venezolanos», como Ud. asienta. (En su estimación preliminar, la misma comisión habló de 7.186.170 votantes). Pero la cifra definitiva es el 38,5% del registro electoral, lo que no puede ser tenido por la mayoría del Pueblo. (Vea Exégesis crítica). Por otro lado, eso no fue un referendo; la MUD escogió el término «plebiscito» para justamente eludir el término «referendo», dado que según la Constitución los referendos deben ser organizados por el CNE. (Numeral 5 del Artículo 293). Lo que propongo es un referendo enteramente dentro del marco constitucional.
Creo que la postura que Ud. sustenta estima que nada es posible democráticamente en Venezuela. Me niego a esa impotencia. Si los resultados de una lucha de 19 años contra el chavismo-madurismo son magros, tal cosa no se debe únicamente a la maldad oficialista, sino a la incapacidad de la dirección de la oposición profesional. («El país que sufre agudos dolores y privaciones está atrapado en la tenaza de la perniciosidad del gobierno y la incompetencia de la oposición, mientras ambos se pegan mutuamente etiquetas en las solapas: ¡Dictadura! ¡Fascismo! Pobre país». Etiqueta negra).
Los fracasos los debemos a la repetición hasta la náusea de estrategias equivocadas. (Estamos haciendo «calle» en Venezuela desde diciembre de 2001, unos dieciséis años). Todavía hay espacio para las estrategias correctas.
Dr. Alcalá,
Mis respetos y agradecimiento por tomar en cuenta mis comentarios, y mil disculpas por insistir, pero usted como investigador virtuoso y conocedor resulta tentador para generar ideas y producir soluciones, por lo que me atrevo a plantear unas últimas estimaciones, en cuanto a la veracidad y transparencia del CNE. Existen otros ejemplos recientes sobre sus actuaciones que comprometen la credibilidad del CNE, como los comicios de la ANC (ilegítima, muy bien explicado por usted) en la que la misma empresa Smartmatic denunció el fraude por la vulnerabilidad en el incumplimiento de los debidos procesos de seguridad en el conteo. Esa denuncia ocasionó protestas masivas a lo largo y ancho del país. Además, podemos citar los procesos electorales de gobernaciones y alcaldías del 2017, con el gran descontento de la población y en medio de la peor crisis económica, social, financiera, sanitaria, moral, humana, etc, todavía no se explica como y de donde salieron tantos votos a favor del partido oficialista, incluso con la abstención. Para la reflexión basta preguntarse si ¿El CNE es o no confiable? (controlado y lo sabemos, por el Psuv).
Ahora, hemos visto casos como las inhabilitaciones arbitrarias de candidatos sin un debido proceso, la elección del Alcalde Mayor Antonio Ledezma y la sustitución de sus funciones y recursos con la creación del Jefe de Gobierno de Distrito Capital. La Asamblea Nacional ganada por la oposición con amplia mayoría, el presidente “solicitó” la creación de la Asamblea Nacional Constituyente, implantada a porrazos en el hemiciclo de la AN. También, casos como el de la reciente elección de la Gobernadora del Táchira, juramentada ante la ANC, pero delegando y preservando el poder de decisiones en materia de frontera al ciudadano Vielma Mora. (El muy cuestionado gobernador saliente). Los resultados al cargo a la gobernación del Estado Bolívar aun cuestionados, entre otros.
Además, es evidente que el presidente ha incumplido abiertamente con sus funciones, esas descritas expresamente en la CRBV, y otras en las que tiene responsabilidad como mandatario, de igual forma, su inobservancia a los principios constitucionales y la responsabilidad del Estado como GARANTE de los derechos fundamentales de la población, se ha tomado atribuciones que no le corresponden, se extralimita y abusa del poder y debo añadir, se burla del pueblo a niveles en los que pudiéramos pensar que carece de cordura. Sin tocar el tema de los daños patrimoniales y desfalco al erario público (sin una ley presupuestaria avalada por la AN como exige la constitución), del que dispone jocosamente como si fuera propio y frente a la nación.
Dr. Alcala, me inquieta que con más procesos electorales (referendo, elecciones) estemos reafirmando la autoridad de Nicolas Maduro, cuando a estas alturas ha demostrado tanta inmoralidad. Me angustia el TIEMPO, que transcurre en el poder y que cada minuto cuenta, es una realidad nacional que diariamente mueren niños por desnutrición, mueren ciudadanos por falta de medicinas, salen del país jóvenes, mano de obra calificada y necesaria, peor aún, los “presos políticos” aislados, torturados y ahora las ejecuciones y por supuesto, sigue la dilapidación de los pocos recursos que nos quedan.
Finalmente, no es mi intención polemizar, le comparto estas inquietudes en función de buscar soluciones expeditas por la gravedad del momento. Nuevamente mis felicitaciones por el espacio y gracias por la atención.
Gracias de nuevo, Sr. Fermín. Quizás quiera percatarse de que vivo en Venezuela y estoy consciente de su proceso político, pero creo que mezcla Ud. cosas y aduce algunas que no están probadas; por ejemplo, la denuncia de Smartmatic. Antonio Múgica dio una sola rueda de prensa sobre el tema desde Londres; no ofreció información ulterior ni pruebas de lo que adujo, que no es lo que Ud. dice sino que podía afirmar que la votación para elegir diputados constituyentes estaba inflada en al menos un millón de votos. En un tribunal estadounidense, si es que éste le genera más confianza que uno venezolano, una declaración así habría sido desechada del proceso (hearsay evidence). Hace no mucho (11 de agosto, en Catecismo constituyente), yo mismo escribí:
La supremacía del Poder Supraconstitucional le permitiría disolver la constituyente dudosamente elegida el 30 de julio. (El 9 de agosto, Saúl Cabrera, de Consultores 21, presentó en un foro de Ecoanalítica los resultados de su más reciente registro: 88% de sus entrevistados reportó no haber votado en la elección de diputados constituyentes).
Eso no es lo mismo que afirmar que hubo fraude en esas elecciones; una muestra que procede de una encuesta, por más sugerente que pueda ser, no puede ser tenida por un registro fidedigno de los resultados electorales. Me limité, pues, a señalar responsablemente que hay dudas de los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral para esas elecciones. Creo que una política seria debe guiarse por la máxima de William Clifford (La ética de la creencia): «Es en todo tiempo y lugar moralmente erróneo que cualquiera crea en algo sobre la base de evidencia insuficiente».
Por lo demás, el inventario que Ud. ofrece, harto incompleto, es una instancia más de lo que llamo «la crónica del desastre». Escribirla no es lo mismo que resolverla. He aquí un pasaje de Enfermo típico (26 de enero de 2006):
El opositor patológico es adicto al objeto de su oposición. Si Chávez no ha dicho nada últimamente siente una desazón de carácter obsesivo-compulsivo y busca encontrar en el territorio de alguna gobernación, o un municipio fronterizo una manifestación más de la maldad de su régimen.
Pero, atraído irremisiblemente hacia el objeto de su odio, como quien se deja cautivar por la mirada de una serpiente, como mariposa que busca la lumbre en la noche (así se achicharre), procura estar enterado de todos los pasos del actual Presidente de la República, y esto realimenta su angustia, su odio, su estrés. Chávez sabe que causa ese efecto y disfruta dando pie a que esas emociones cundan en el número de sus opositores; hace a propósito lo que él presume que causará mayor irritación a sus opositores. El niño es llorón y la mamá lo pellizca.
Ésta no es, por otro lado, la única realimentación que se produce en esta dinámica. La ritual execración de la figura presidencial proporciona al opositor adicto un progreso indirecto en la imagen ética que tiene de sí mismo. En efecto, mientras puedo hablar peor del Presidente, mientras más malvado lo encuentro, yo soy por implicación una mejor persona. Como no soy como él—¡Dios me libre!—entonces soy bueno. Mi bondad progresa relativamente, sin que yo haga mérito independiente, porque su maldad crece todos los días. Así obtengo satisfacción moral.
En ningún momento o lugar he dicho que la asamblea constituyente sea, como pone Ud., ilegítima («ilegítima, muy bien explicado por usted»). Lo que he dicho es que las bases comiciales con las que fue elegida dudosamente son deformes, y también que la Asamblea Nacional pecó por omisión al no legislar sobre el asunto: “…el vicio fundamental de la convocatoria a constituyente no es que requiera un referendo previo para que sea válida, sino el diseño de las bases comiciales. Es una verdadera aberración eso de los diputados ‘sectoriales’. El Pueblo, el Poder Constituyente Originario, no es un agregado de sectores sino de ciudadanos. (…) La Asamblea Nacional ha pecado por omisión al no legislar sobre las bases comiciales de una asamblea constituyente…” (Película de terror, 3 de julio). He dicho reiteradamente—desde el día siguiente de la convocatoria: #lasalida de Maduro (segunda parte)—y con la mayor claridad que la convocatoria de la constituyente por el Presidente de la República en Consejo de Ministros es enteramente legítima.
Ud., Sr. Fermín, ha escrito: «usted como investigador virtuoso y conocedor resulta tentador para generar ideas y producir soluciones». En efecto, lo que Ud. cuestiona dándome noticia de cosas que no ignoro es una solución entre muchas que he formulado. Ud. no ha propuesto ninguna.
Buenas noches Dr. Alcalá,
El propósito de mi participación en este foro no era antagonizar. Al contrario, soy un soldado mas que quiere unirse a esa mayoría de venezolanos que deseamos lo mejor para nuestro país. Desde mi perspectiva entiendo la importancia de que se respeten los derechos humanos, la constitución y que se practique un verdadero sistema republicano y democrático de gobierno. Ud. tiene muy buenas ideas, las cuales respeto y hasta apoyaría oportunamente.
Ahora, existe una diferencia fundamental entre sus propuestas y las mías. Es decir, Ud. cree y confía en las instituciones del estado venezolano. Según su argumento, el pueblo no ha sabido abogar por lo que le corresponde. Sería cuestión de reclamar los derechos ante las instancias pertinentes. Sin embargo, por mi parte no creo en la institucionalidad del país y considero que el Gobierno es el primer transgresor de la Constitución. Por lo tanto, no puedo estar de acuerdo con un proceso (referendo electoral) sabiendo que el CNE actúa de manera parcializada, no tengo las estadísticas, pero me atrevo a estimar que casi siempre el Gobierno resulta favorecido en las controversias judiciales, debido a que está muy politizado el Sistema Judicial.
Mi propuesta consiste en que el pueblo venezolano debe ejercer desobediencia civil y desconocer todas las instituciones del gobierno. A propósito, eso es una solución democrática según se contempla en el . Artículo 350 de la Constitución.
Le agradezco me haya permitido participar en este foro y continuaré como oyente de sus programas radiales y lector de su blog.
!Mucha suerte!
Sr. Fermín: yo no he cuestionado su participación en este espacio ni observado en ninguna parte que ella se deba a un propósito de antagonizar; ya antes se sintió impelido a aclarar, sin que nadie se lo solicitara, que su intención no era la de polemizar. Pero aunque no antagonice (una lucha contra la persona) es clarísimo que sí ejerce la polémica (controversia, discusión, según el Diccionario de la Lengua Española). No es algo que me moleste; es la estipulación quinta de mi Código de Ética (septiembre, 1995) la siguiente: «Consideraré mis apreciaciones y dictámenes como susceptibles de mejora o superación, por lo que escucharé opiniones diferentes a las mías, someteré yo mismo a revisión tales apreciaciones y dictámenes y compensaré justamente los daños que mi intervención haya causado cuando éstos se debiesen a mi negligencia».
Lo que hecho, Sr. Fermín, es señalar varios puntos de sus intervenciones en los que hizo afirmaciones no sustentadas por los hechos, y Ud. no ha reconocido ninguna de esas refutaciones a su discurso. Y si no habido diferencia entre «sus propuestas» y la mía (en singular), que Ud. objeta y declara carente de realidad, es principalmente porque hasta ahora no había hecho Ud. ninguna. Ahora reedita Ud. la antigua idea de aplicar el Artículo 350 de la Constitución. (Vea acá, por ejemplo, El Castillo de Cardenales de Lara, del 27 de octubre de 2005, hace más de doce años). ¿Cómo cree Ud. que tal cosa pudiera llevarse a la práctica? Cada uno de sus argumentos de impotencia pudiera aplicarse a su recentísima y única prescripción. Por ejemplo, que el gobierno no le haría caso, como tampoco la Fuerza Armada Nacional. Ud. puso en su primera intervención: «No existen reglas claras de convivencia, no se respetan ni la constitución ni las leyes». Si no se respeta la Constitución ¿cómo podría respetarse uno específico entre sus artículos, el 350?
Ud. señala, sin base, que yo creo y confío en «las instituciones del e[E]stado venezolano», y que sostendría que el p[P]ueblo «no ha sabido abogar por lo que le corresponde. Jamás he dicho una cosa así; en cambio, he señalado que la dirigencia opositora profesional ha sido incompetente, mediocre, carente de imaginación estratégica. Es decir, Ud. adultera el sentido de mis declaraciones, y así la polémica, a la que como ve siempre doy la bienvenida al punto de cuestionar yo mismo mis mismas prescripciones, se hace ineficaz; Ud. polemiza (o antagoniza) con alguien que no soy yo. Y si lo que quiere Ud. decir es que a su juicio ya no queda más que la radicalidad, le invito a leer en este blog Manda Su Majestad (17 de diciembre de 2016), una pieza que contiene algo bastante más fundamentado, desarrollado, contundente, concreto y preciso que su Artículo 350: un procedimiento para abolir desde el poder directo del Pueblo el gobierno del Sr. Maduro Moros. (En adaptación y actualización del mismo procedimiento para el caso de Hugo Chávez Frías, que propuse el 25 de febrero de 2002—con casi dieciséis años de anticipación a esta fecha—en un programa de televisión).
Ahora bien, Sr. Fermín, ¿estaría Ud. dispuesto a organizar una cosa así, como yo lo estoy para el referendo que ahora promuevo, o prefiere permanecer en la trinchera del «no se puede»? ¿Quiere Ud. organizar con otros ciudadanos la aplicación del Artículo 350?
Proverbio chino: «Cuando el sabio señala a la luna, el necio apunta al dedo».