Filósofo, teólogo, apologista, sociólogo y tratadista político español (1810-1848)

 

Dicen que Jaime Balmes era tan intelectualmente capaz, que cuando llegaba a sus manos un nuevo libro se sentaba a la mesa con él y miraba fijamente su portada. Luego, lo apartaba a un lado y cavilaba un rato sobre lo que pudiera decirse bajo el título de la obra. Sólo entonces abría el libro y comenzaba a leer. Si después de un tiempo más bien breve, el texto no transitaba por donde había pensado, entonces lo desechaba por entero.

Contribución a la Peña de Luis Ugueto Arismendi (5) – 26 de octubre de 2009

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Hace unos minutos recibí de rebote una invitación por correo electrónico; esto es, no estaba dirigida a mi persona. La comunicación invita, en nombre de Ramón Guillermo Aveledo, a un foro en el Instituto de Teología para Religiosos (ITER, Universidad Católica Andrés Bello), y anuncia que su tema es: El Futuro de la Oposición en Venezuela. También avisa las intervenciones de José Virtuoso S. J. (Rector de la UCAB), María Gabriela Hernández (Diputada a la Asamblea Nacional) y Negal Morales (Secretario del mismo cuerpo legislativo). Tuve, pues, a mi disposición el título requerido a un ejercicio bálmico.

No me tomó mucho desechar cualquier idea de asistir (tal vez el remitente pensó que pudiera interesarme); el mero hecho de definirse como oposición es, lo he dicho muchas veces, un error fundamental. En 1999, a los dos meses de la primera toma de posesión de la Presidencia de la República por Hugo Chávez, dije a la peña mencionada en el epígrafe que antes que oposición lo indicado era una superposición, y que en vez de un protocolo de acusación se requería uno de refutación. Quince años después, recibí correo de alguien que se definía a sí mismo como chavista; había leído Las élites culposas y me ubicaba con «la oposición». Así le contesté:

Debo corregir una impresión inexacta: no tengo “compañeros de la oposición”. Precisamente, he sostenido consistentemente que considerarse “de oposición” es la falla de origen de la oposición venezolana. (…) Un artículo de Manuel Felipe Sierra en el diario El Nacional aducía poco después de la derrota de Manuel Rosales en las elecciones presidenciales: “La votación que el CNE le adjudicó al candidato opositor es importante, siempre y cuando éste sepa ejercer el liderazgo del antichavismo…” Exactamente el mismo día de su publicación, un análisis que circuló por correo electrónico se expresaba en términos como los siguientes:

La oposición… decidió no participar en las elecciones legislativas… la Oposición ya había perdido sus Gobernaciones y Alcaldías… para una parte importante de la Oposición el contrincante mayor no era Chávez, era el CNE… Muchos pensaban que la oposición era mayoría… la ausencia de la Oposición de la contienda electoral… La Oposición se debatía entre el método de escogencia del candidato único y la campaña por condiciones… Muestra un liderazgo indiscutible en la oposición durante la campaña… Se ganó al lograr la unidad de toda la oposición… Que la oposición es minoría… ¿Cuál es el estado de la oposición un día después?… La Oposición amanece como un conglomerado nacional de importante magnitud… no desperdiciar esfuerzos en combatir a la oposición desde la oposición misma…

Allí se evidenciaba la falla de origen de la inmensa mayoría de los planteamientos políticos distintos del chavismo: que sólo atinan a definirse como antichavistas. Desaparecido Chávez, dejarían también, entonces, de tener sentido sus existencias. (…) Una nueva acción política que quisiera ser viable no podía pensarse como oposición a Chávez; era preciso que procurara superar el estado de cosas por superposición, por salto a un nivel superior del discurso político. (…) La refutación de Chávez debía venir, para usar términos evangélicos, por añadidura, nunca como única justificación. Que rechace el chavismo no significa que apoye a “la oposición” o tenga en ella compañeros.

Por supuesto, Chávez ya no está, sino su designated survivor; la conducta de «la oposición», sin embargo, es exactamente la misma. El «Frente Amplio», donde Aveledo y Virtuoso son protagonistas, es receta ya probada con idéntica vocación de ineficacia, pues se sigue pensando como oposición. En 1996, el partido COPEI se sintió impelido a explicarle el país—que no se lo preguntaba—sus líneas de estrategia:

Fue Oswaldo Álvarez Paz el dirigente escogido por el Comité Nacional del partido para hacer la explicación. Las líneas de estrategia de COPEI eran: 1. oponerse al gobierno de Rafael Caldera; 2. deslindarse de Acción Democrática; 3. continuar en la búsqueda de alianzas con el Movimiento Al Socialismo (MAS), la Causa R y otros partidos similares. (…) …se trataba de una estrategia alienada, fuera de sí, pues COPEI se definía en función de terceros actores, y no parecía tener nada sustancial que decir acerca de sí mismo. (Las élites culposas).

Cierro con una reiteración, esta vez del 30 de octubre de 2008 (Retrato hablado):

…la refutación del discurso presidencial debe venir por superposición. El discurso requerido debe apagar el incendio por asfixia, cubriendo las llamas con una cobija. Su eficacia dependerá de que ocurra a un nivel superior, desde el que sea posible una lectura clínica, desapasionada de las ejecutorias de Chávez, capaz incluso de encontrar en ellas una que otra cosa buena y adquirir de ese modo autoridad moral. Lo que no funcionará es “negarle a Chávez hasta el agua”, como se recomienda en muchos predios. Dicho de otra manera, desde un metalenguaje político es posible referirse al chavismo clínicamente, sin necesidad de asumir una animosidad y una violencia de signo contrario, lo que en todo caso no hace otra cosa que contaminarse de lo peor de sus más radicales exponentes. Es preciso, por tanto, realizar una tarea de educación política del Pueblo, una labor de desmontaje argumental del discurso del gobierno, no para regresar a la crisis de insuficiencia política que trajo la anticrisis de ese gobierno, sino para superar a ambos* mediante el salto a un paradigma político de mayor evolución.

Gracias, Balmes**, por el método. LEA

………

* Datincorp, mayo 2015: «Las soluciones a los problemas del país ¿vendrán de…?» Respuestas: del oficialismo, 17%; de la oposición, 18%; de nuevos liderazgos, 56%.

** Jaime Balmes nace el mismo año del Acta del 19 de Abril y muere en el de la publicación del Manifiesto Comunista.

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