Presentación de dirigentes de oposición en uno de los estadios de la UCV

 

Quizás la causa de nuestro pesimismo contemporáneo es nuestra tendencia a ver la historia como una turbulenta corriente de conflictos—entre individuos en la vida económica, entre grupos en política, entre credos en la religión, entre estados en la guerra. Éste es el lado más dramático de la historia, que captura el ojo del historiador y el interés del lector. Pero si nos alejamos de ese Mississippi de lucha, caliente de odio y oscurecido con sangre, para ver hacia las riberas de la corriente, encontramos escenas más tranquilas pero más inspiradoras: mujeres que crían niños, hombres que construyen hogares, campesinos que extraen alimento del suelo, artesanos que hacen las comodidades de la vida, estadistas que a veces organizan la paz en lugar de la guerra, maestros que forman ciudadanos de salvajes, músicos que doman nuestros corazones con armonía y ritmo, científicos que acumulan conocimiento pacientemente, filósofos que buscan asir la verdad, santos que sugieren la sabiduría del amor. La historia ha sido demasiado frecuentemente una imagen de la sangrienta corriente. La historia de la civilización es un registro de lo que ha ocurrido en las riberas.

Will Durant – Los placeres de la Filosofía

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El sitio web de Banca y Negocios reportó una presentación de Datanálisis—Escenarios Datanálisis Respuestas Concretas ante la Crisis—, celebrada ayer, 18 de octubre, fecha franquicia de Acción Democrática, pues en ese día de 1945 un golpe de Estado derrocó al presidente Isaías Medina Angarita para inaugurar lo que se nombraría como el «Trienio Adeco». (En menor medida, puede reivindicarla como suya Eduardo Fernández, al haber nacido exactamente cinco años antes de producirse tal turbulencia, en 1940). La reseña registra la pregunta que dirigiera el moderador del evento a José Antonio Gil, Director de Datanálisis: “¿Se va a ir Maduro?”

Sin embargo, Gil Yepes no pudo responder de forma clara a la pregunta de si Maduro se irá. “Nadie lo sabe”, fue lo primero que pudo señalar después de esperar unos segundos para su respuesta. El alto grado de impopularidad de Maduro no significa que su salida esté próxima. El grado de aceptación del principal líder de la oposición, Juan Guaidó, cayó de 49% a 39%. “Venezuela parecería ser un país sin héroes”, aseguró el director de Datanálisis.

Gil logró evocar en mí una máxima de Bertolt Brecht—»un dramaturgo y poeta alemán, uno de los más influyentes del siglo xx, creador del teatro épico, también llamado teatro dialéctico» * (Wikipedia en Español)—, quien dijera: «Desgraciado el país que necesita héroes».

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El género de la novela, una narración en prosa de extensión mayor a la de un mero cuento, no aparece en Occidente hasta el siglo XIII, con la obra Blanquema (1283), de Raimundo Lulio. Hasta entonces, el género narrativo predominante era el épico, que registraba grandes hazañas aderezadas con una buena dosis de mitología; sus protagonistas eran heroicos. Pero nuestra política cotidiana no ha llegado aún a la época novelesca; sigue siendo «una turbulenta corriente de conflictos».

Acaba de producirse uno de esos rituales e inútiles intercambios que son formulados en dimensiones heroicas (destacados en cursivas de este blog):

La actriz Liliana Morillo comentó una de las recientes publicaciones que realizó Juan Guaidó en su cuenta en Instagram, mensaje que al parecer no fue del agrado del político. “Sigue dialogando, señor. Que va bien, muy bien. No me joda”, escribió Morillo en un post en el que Guaidó habla de la muerte de Edmundo Rada, mejor conocido en la parroquia Petare como Pipo, quien supuestamente fue asesinado por los “esbirros de la dictadura por estar liderando protestas a favor de los derechos de la gente de su barrio”. “Acaban de matar a un hermano de lucha, Liliana. Sé que eres cristiana y que conoces la misericordia como concepto. Mañana es el funeral de ese hermano de lucha. Será en Petare, el lugar donde luchó y donde nosotros seguiremos luchando. Aquí y con fuerza», le contestó Guaidó a la hija de Lila Morillo y «El Puma» Rodríguez. «Usar el sarcasmo en este momento, siendo una cristiana que conoce la misericordia, no es de Dios”, agregó. “No cuando se hace en contra de quienes estamos poniendo el pecho. Dios te bendiga a ti y a los tuyos”, continuó. (nuevodia.com).

Cuatro menciones de lucha, una de puesta del pecho y una de fuerza en tan sólo 83 palabras. Nuestros políticos convencionales (y los de otros países) entienden la actividad política como lucha por el poder, no como la solución de problemas de carácter público. Eso no es nada nuevo: “Mi planteamiento es que los intelectuales, los sectores profesionales y empresariales, los líderes de la sociedad civil no pueden seguir de espaldas a la realidad de los partidos, y sobre todo, a la realidad de los partidos que protagonizan la lucha por el poder». (Declaración de Pedro Pablo Aguilar, Secretario General de COPEI, al diario El Nacional, 7 de junio de 1986. Guaidó estaba por cumplir tres años de edad).

Al menos Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Héctor Rodríguez, Vladimir Padrino, Tarek William Saab, Aristóbulo Istúriz, Juan Guaidó, Ma. Corina Machado, Diego Arria, Ricardo Hausmann, Nitu Pérez Osuna, Stalin González… (paro de contar) se perciben como héroes de una gloriosa epopeya; son contraejemplos del dictamen de Gil Yepes y, como entendiera Brecht, desgraciada Venezuela si los necesitara. LEA

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* La dialéctica—del griego διαλεκτική (dialektikḗ), τέχνη (tékhnē), literalmente: técnica de la conversación; con igual significado, en latín (ars) dialectica—es una rama de la filosofía cuyo ámbito y alcance han variado significativamente a lo largo de la historia. Originariamente designaba un método de conversación o argumentación análogo a lo que actualmente se llama lógica. En el siglo XVIII el término adquirió un nuevo significado: la teoría de los contrapuestos en las cosas o en los conceptos… (Wikipedia en Español).

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