Allá por los años sesenta, cuando comenzaba la democracia larga en Venezuela, corría un chiste acerca de las medidas que tomaban los hombres cornudos según su ideología política. El derechista enterado de que su esposa le era infiel tomaba un revólver y la mataba junto con su amante, el centrista socialcristiano buscaba la guía de su director espiritual, y quien fuera izquierdista iba a protestar ante la embajada americana.
Medio siglo más tarde, este último procedimiento de proyección de la culpa en el enemigo se ha desplazado al polo opuesto. María Corina Machado se sintió «obligada» a comentar el trágico incidente de muertos y heridos en el Parque del Este—¿sólo quiso aprovechar para insertarse en el «ciclo de las noticias»?—, a raíz de una estampida juvenil que buscaba entrar a un concierto de rap trepando sobre las rejas que separan a ese espacio de la calle. Esto dijo:
“Qué dolor e indignación tan grande por la tragedia del Parque del Este. Son niños que sólo han visto abuso y maldad desde ‘el poder’. Niños, cuya cotidianidad es violencia y privaciones. Les robaron su infancia. Hoy, la irresponsabilidad generalizada les quita la vida”.
Esa unifocal «sociología» de Machado cabría holgadamente dentro de lo que ella misma llama «la irresponsabilidad generalizada». LEA
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Actualización: con fecha de ayer (16/11/19), el diario El Universal ofreció información acerca de lo acaecido, en la que se lee esta evaluación:
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