Primero que nada, la reproducción de una nota servida por el correo diario de la Emisora Costa del Sol, enviada hace tres días a quienes lo recibimos:
Juan Guaidó retó a Nicolás Maduro a adelantar unas presidenciales
El líder opositor y presidente de la AN electa en 2015 considera que una elección presidencial debe realizarse “ya, en diciembre… evidentemente lo más rápido posible”, sobre la base de que “es lo que resuelve el conflicto”
Juan Guaidó no tiene dudas de que la oposición que lidera arrasaría en una eventual elección frente a Nicolás Maduro, y hacia allá dirige sus esfuerzos en el proceso de negociación en México: medirse con él cuanto antes.
Guaidó, de 38 años, es reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, incluido Estados Unidos, que desconoce la reelección de Maduro en 2018 por considerarla fraudulenta.
“Lo he dicho desde el primer día (…). Si Maduro tiene miedo a medirse conmigo, o si cualquier otro… no tengo ningún problema”, desafía. “Lo reto, además, que él abandone (el poder) y abandono yo (el llamado gobierno interino), y que se mida”, dice Guaidó en una entrevista con la AFP en su apartamento en Caracas.
“El origen del conflicto es la no elección del 2018, el conflicto es una usurpación en el Ejecutivo… un cronograma de elecciones que transforme una elección en una real solución al conflicto es parte del proceso”, reflexiona.
Su mayor esfuerzo se centra en que la elección presidencial, prevista para 2024, se adelante como parte de la mesa de diálogo que arrancó hace dos semanas en México, con mediación de Noruega.
En ella usa como pieza de canje el levantamiento progresivo de la metralla de sanciones internacionales que presionaron a la administración de Maduro a sentarse a negociar.
¿Sería usted el candidato? “Vamos a tener un candidato unitario, un proceso de unidad”, responde el presidente de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015.
“Solución a la no elección de 2018”
El adelanto de los comicios presidenciales por ahora está descartado por el oficialismo. La oposición tiene la posibilidad de pedir un referendo revocatorio el año que viene, cuando se cumple la mitad del mandato del presidente.
“Podemos llamarlo elección presidencial, referendo revocatorio, sería una solución que atiende la no elección del 2018, la que nos deben a todos los venezolanos”, sostiene.
Confía en que en “una elección con confianza y un mínimo de credibilidad (…) ganaría la alternativa democrática 80-20, 70-30”.
“No tengo duda”, insiste, desestimando encuestas que ilustran una popularidad venida a pique.
Atrás quedaron los días en que congregaba a decenas de miles de personas en mitines en todo el país. La pandemia terminó de cercenar su ya desgastado poder de convocatoria.
En su casa, que le sirve de despacho, lo acompañan dos asistentes y un par de escoltas.
“No hay condiciones” para el 21N
¿Cuándo cree que deba celebrarse esa eventual elección presidencial? “Ya, en diciembre… evidentemente lo más rápido posible”, responde Guaidó. “Para los venezolanos, la elección presidencial es lo que resuelve el conflicto”.
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La venerable Agence France-Presse, que es la agencia de noticias más antigua del mundo (fundada en 1835), recibió esa sarta de mentiras de Guaidó, seguramente intranquilo porque su sueño de presidir la República está de un todo deshecho. Seguramente, el aprecio nacional de la gestión de Nicolás Maduro es bajísimo, como midió Datanálisis en febrero:
Pero el mismo estudio arrojó esta apreciación acerca del Sr. Guaidó:
Guaidó tenía en febrero de este año sólo 3,4 puntos de ventaja en apreciación positiva sobre el presidente Maduro, y la imagen de ambos continúa deteriorándose. Tal medición no predice en absoluto que en elecciones presidenciales adelantadas «la alternativa democrática» obtendría 70 u 80 por ciento de los votos contra 30 o 20 de la candidatura oficialista.
Pero es que no puede acordarse en México la celebración de elecciones presidenciales anticipadas:
…de las múltiples aristas del problema político venezolano, es la más aguda el ejercicio de la Presidencia de la República en manos del Sr. Nicolás Maduro (no en las de Juan Guaidó). Pero no puede celebrarse nuevas elecciones presidenciales mientras Maduro ejerza su cargo, pues el presente período constitucional expira el 10 de enero de 2025; tendría Maduro que renunciar a él para abrir la puerta o el único poder capaz de hacerlo, el Pueblo en su carácter de Poder Constituyente Originario y Supraconstitucional (no limitado por la Constitución), tendría que ordenar nuevas elecciones mediante referendo convocado al efecto. De no darse alguna de esas dos circunstancias, un acuerdo de fuerzas políticas en Barbados sólo sería convenir en la violación a cuatro manos de la Constitución. (De Oslo a Bridgetown, 9 de julio de 2019).
Sólo resta remachar que Nicolás Maduro es el Presidente de la República legítimo. Juan Guaidó es solamente un aspirante a usurpador.
Se ha dicho que la elección de Maduro es ilegítima, por diversas razones. La primera es que fue electo para su segundo período el 20 de mayo de 2018, en presunta contravención de lo constitucional y legalmente previsto; ciertamente, la fecha contravino la costumbre electoral venezolana, pero ni la Constitución ni la Ley Orgánica de Procesos Electorales prescriben una fecha específica a la elección de Presidente. Luego, la convocatoria misma, hecha por el Consejo Nacional Electoral, fue precedida por una decisión al respecto de la Asamblea Nacional Constituyente en funciones, pero nuestro CNE no podía objetarla, puesto que la Constitución establece en su Artículo 349: “Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente”. (Cualquier decisión subconstitucional de este órgano debe ser acatada). Claro que la constituyente misma es objetada, sobre la errada tesis de que la elección de ella no puede ser decidida sino mediante un referendo popular, cuando el Artículo 348 se inicia diciendo: “La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrá hacerla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros…” Finalmente, se sostiene que no todas las organizaciones partidistas pudieron participar en la elección de mayo del año pasado por encontrarse inhabilitadas ventajistamente; nuestra legislación electoral obliga a cualquier partido que no haya participado en la elección inmediatamente anterior a un proceso de rehabilitación, y fueron esos mismos partidos los que decidieron no acogerse a ese procedimiento. (Je m’accuse, 23 de septiembre de 2019).
No existe el respeto del Sr. Guaidó por la ciudadanía venezolana, a la que miente en grado de continuidad. Tal vez por eso tampoco existe mucho aprecio de los venezolanos por Guaidó, a juzgar por reciente medición de Meganálisis:
Dando y dando. LEA
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Lectura complementaria: Otro camino, 4 de abril de 2020).
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