Meganálisis. Medición de mediados de 2021.

 

Juan Guaidó regresó a Colombia, con la pretensión de participar de algún modo en el diálogo entre el gobierno venezolano y su oposición que patrocina Gustavo Petro. No tardó mucho en ser expulsado. Reporta El Nacional

El gobierno de Gustavo Petro envió la noche de este lunes al opositor Juan Guaidó a Miami, Estados Unidos, informó el diario El País.

Guaidó arribó el lunes a Colombia para tratar de intervenir en la cumbre internacional sobre Venezuela que se realizará en la Cancillería con la presencia de diplomáticos de 20 países y que busca una solución a la grave crisis política, social y económica que afronta Venezuela bajo el gobierno de Nicolás Maduro.

Guaidó ingresó al territorio colombiano sin presentar su pasaporte ante las autoridades migratorias.

Al llegar a Bogotá, el opositor sostuvo algunas reuniones y el gobierno Petro le notificó que debía salir del país de forma urgente.

Horas antes, el canciller colombiano Álvaro Leyva le hizo una fuerte advertencia al decir que no estaba invitado a la cumbre y que entró al país de forma ilegal.

 

María Corina Machado no iba a pelar ese boche. Reporta Semana, la revista colombiana:

Ante esto, la líder de oposición María Corina Machado dijo: “Aprovecho esta oportunidad para hacerle llegar mi solidaridad a él, a su familia, a sus equipos. Sabemos lo que este régimen brutal y cruel es capaz de hacer, lo primero que uno siente es alivio por su integridad personal y la de todos los suyos”.

Machado agregó: “Frente a lo que él va a hacer, hay que permitirle que por los mecanismos y tiempos necesarios que él considere lo haga, no me voy a adelantar ninguna opinión al respecto”.

Según Machado, “respeto profundamente la decisión de cada persona perseguida por esta tiranía, son muchos años sufriendo y hay que entender lo que él y su familia viven en una circunstancia como esta”.

“Esto ya no es una lucha política electoral, es una lucha espiritual, donde muchísimos venezolanos estamos confluyendo porque sabemos que lo que está en juego es de vida o muerte”, dijo Machado.

Para quien escribe, que el gobierno de Nicolás Maduro nunca apresara a Guaidó fue un signo de debilidad. Desde el inicio, cuando éste pretendiera usurpar la Presidencia de la República, y más sorprendentemente cuando se supiera que su apoderado, J. J. Rendón, había contratado un golpe de Estado que incluía el secuestro de Maduro y su posible asesinato a un antiguo soldado estadounidense, quien supuestamente contaría con el apoyo del gobierno de Donald Trump.

Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras, lo que jamás dijo el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.

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