Lo que sigue es la reproducción, sin editar, de un artículo de Román Ibarra publicado por el servicio de noticias de Costa del Sol FM. Ibarra conduce con Alfredo Padilla el programa Por cuenta propia – La economía de carne y hueso, transmitido por Radio Caracas Radio. Mientras conduje Dr. Político en RCR, con frecuencia me encontraba con ambos, pues el de ellos salía al aire justo antes del mío. Suscribo lo que sigue.
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Suicidio electoral
06-05-2023
Es sorprendente como la política amateur intenta abrirse camino otra vez, a pesar sus reiterados fracasos, y sobre todo con la intención deliberada de chantajear a los interlocutores.
La actitud demagógica y populista de la señora María Corina Machado, de ahora en adelante Doña Cliché, es verdaderamente lamentable. Resulta increíble que proponga como “fórmula mágica”, la celebración de la Primaria sin la presencia del CNE y su asistencia técnica, a sabiendas de que sin ellos sería prácticamente imposible su realización.
La tontería de “papelito por papelito, y sin las maquinitas del fraude” del CNE de Maduro y Jorge Rodríguez, sólo habla de su recurrente deseo de sabotear cualquier proceso electoral, buscando una implosión que no va a ocurrir, para que la lleve a ella en hombros de no sé quien a sentarse en Miraflores
Desde que dirigía Súmate en 2005 ha estado saboteando la institución del voto y destruyendo a la oposición. Recordemos cómo llamaba desaforadamente a la abstención desde entonces, y logró chantajear a unos partidos huérfanos de liderazgo que le siguieron en sus niñadas, y le pusieron a Chávez en bandeja de plata todas las instituciones del Estado, por la vía de no participar en las parlamentarias de ese año.
En lo sucesivo ha estado saboteando junto a sus socios del G4 con otros clichés para fracasar siempre: Firmante del Decreto Imperial de Carmona; Plaza Altamira; La Salida; Maduro vete ya; dictadura no sale con votos; solos no podemos; los muchachos de los escudos de cartón (pero no sus hijos); la convocatoria del R2P buscando la invasión del país por tropas extranjeras (la más miserable y ruin de todas las propuestas); las guarimbas; los trancazos; nuevos llamados a la abstención; denunciando fraude sin pruebas, etc.
Siempre intentando destruir, como en efecto, la institución del voto para entregar a Chávez primero y luego a Maduro, quien sonríe feliz, todo el control institucional del país para su destrucción como se ve hoy.
Hasta 2018 y 2020, estuvo llamando a la abstención junto a sus socios del G4, pero resulta que ahora es candidata a la Primaria; ya lo había sido en las primarias de 2012 en las que recibió una paliza brutal por parte de Capriles. Qué casualidad que cuando ella es candidata se olvida de la abstención momentáneamente.
En esta oportunidad también ha intentado chantajear a la Comisión que organiza la Primaria, y estos cometieron el error de pedir asistencia técnica del CNE, pero sin el sistema biométrico, recibiendo como respuesta lógica una negativa rotunda.
No se entiende como insiste en esa necedad de la Primaria sin el CNE, puesto que en el caso de que se realizaran (hay dudas razonables), y ella hipotéticamente resultara ganadora, tendría que enfrentar a Maduro con ese CNE al que ella desprecia. Eso la convierte por incoherente y amateur, desde ya, en la candidata favorita del gobierno.
Esa eventual candidatura la convierte en el tramo más fácil para legitimar la reelección segura del peor gobierno posible, el de Maduro.
Protagonista de tanta irresponsabilidad, pareciera un plan para destruir el proceso que nació muy débil con mini partidos cuestionados y judicializados, para lanzarse sola y denunciar—otra vez sin pruebas—fraude.
El país no se merece a Maduro de nuevo y la candidatura de la Doña, sumado a que varios de sus contrincantes están inhabilitados, garantizan un triunfo seguro del oficialismo en 2024.
Por esas y otras razones largamente explicadas, estamos convencidos de que la Primaria, tal como se ve hasta ahora, anuncia un rotundo fracaso de exigua participación, y el reclamo para evitar la participación del CNE solo responde a la necesidad de inflar las cifras de participación. ¡Derrota cantada!
Debemos insistir en la necesidad de alcanzar un pacto de gobernabilidad y un candidato de consenso que dirija la transición democrática en paz. ¶
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Nota larga de este blog: Se lee en las páginas 283 y 284 de Las élites culposas (marzo 2012):
…el mismo Grupo La Colina había explicado que la violación del secreto del sufragio habría requerido la complicidad de la oposición, pues el acceso al piso de memoria en el que quedaba almacenada la secuencia de votación sólo era posible mediante el empleo de una llave partida en cinco fragmentos; uno de ellos quedaba en manos del Consejo Nacional Electoral, dos en manos de los partidos oficialistas, los dos restantes, finalmente, en manos de los partidos de la coalición opositora. Sin la anuencia de Henry Ramos Allup o Gerardo Blyde, era imposible que Jorge Rodríguez o Luis Tascón supieran cómo habían votado los electores.
María Corina me quiere gobernar
La segunda iniciativa extra partido de 2006 fue liderada por Súmate, organización que propuso con insistencia que la candidatura fuera determinada mediante elecciones primarias. Pronto revelaría la misma María Corina Machado que se trataba de una proposición extraordinariamente insincera.
El miércoles 5 de abril de 2006, una reunión extraordinaria de la peña más longeva de Caracas, cuyo anfitrión es Luis Ugueto Arismendi, antiguo Ministro de Hacienda de Luis Herrera Campíns, se convocaba para escuchar a María Corina Machado, quien había solicitado la sesión con urgencia. Unas setenta personas, entre quienes me encontraba, asistieron a la exposición de la indiscutible líder de Súmate. Machado comenzó con el enunciado de la premisa mayor de su presentación: nos hallábamos enfrentados a un gobierno que no creía en la alternabilidad democrática, uno que jamás entregaría el poder si lo llegare a perder en elecciones. La premisa no fue más comentada ni expandida durante toda la exposición, aunque proyectó su sombra sobre todo el resto de lo argumentado. Luego, describió a grandes rasgos el mecanismo de primarias y rebatió, de forma persuasiva, los inconvenientes que usualmente se oponían a la idea de las mismas. Lo que más enfatizó, sin embargo, fue la exigencia de que el candidato más votado tendría que convertirse en el sumo adalid de la lucha por condiciones electorales confiables para retirarse de las elecciones, no con 5% en las encuestas, sino con 40% gracias a las primarias, lo que era preferible y sí “tendría impacto”, en caso de “ser necesario”. Fue luego de todo eso que se suscitó una ronda de intervenciones de algunos asistentes. Uno de ellos argumentó que el gobierno no era demócrata y por tanto jamás sería derrotable por vía electoral—la premisa mayor del inicio—, razón por la cual “lo que había que hacer” era crear, mediante el retiro de la candidatura, una “crisis de gobernabilidad” que pudiera ser aprovechada por otros factores de poder que acabaran con el régimen. Entonces, María Corina Machado se dirigió al ponente de la receta descrita para decirle: “Pues mira, eso es exactamente lo que estamos buscando”.
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