Una docena más

De las cumbres del canto culto puede pasarse sin dificultad a las del canto popular. Música es música, y en el folklore más simple se encuentra con frecuencia gran belleza y calidad musical. El aprecio de un aria de Bellini no debe impedir en absoluto el goce de un bolero de Agustín Lara. Y no es infrecuente el caso en el que cabe como adjetivo descriptor de una pieza clásica la palabra sabrosa, que habitualmente asignaríamos a un número de salsa. De hecho, es el que empleo, a la par de sublime, para referirme a mucha de la música de nadie menos que Juan Sebastián Bach.

¿Estoy desvariando? Presento acá la prueba: el tercero y último movimiento de su Concerto 3zo a tre Violini, tre Viole, è tre Violoncelli col Basso per il Cembalo en Sol mayor (BWV 1.048), del grupo de sus famosos Conciertos de Brandenburgo. Usted convendrá conmigo en que, en lugar de ser marcado como Allegro, ha podido decir, directamente, Joropo.

De modo que, sin la menor vergüenza y a mucha honra, traigo acá otra docena de canciones que no son del repertorio clásico, sino maravillas de la música pop, del género del blue, del bolero.

Resultará apropiado comenzar—begin—con un beguine, y ninguno más indicado, justamente, que Begin the beguine, inventado por Cole Porter al piano del bar del Hotel Ritz en París. El beguine es una forma musical martiniqueña, combinación de danzas francesas y caribeñas que desde la isla de Martinica llegó hasta París. (Beguine es el femenino de begue, que en habla vernácula significa persona de piel blanca). El ritmo es prácticamente el mismo de una samba. Vic Damone canta acá la pieza de modo estupendo.

En 1946 se grabó por vez primera Sixteen tons (Merle Travis), pero fue Tennessee Ernie Ford quien la popularizara. Acá podemos escucharla en versión del cuarteto The Platters o, mejor, en la increíble y afinadísima voz de su gran bajo: Herb Reed. La letra narra las condiciones de un minero de carbón, que para sobrevivir debe empeñar su existencia al economato de la compañía minera.

Mucho más reciente, por supuesto, es el cuarteto sueco ABBA, que estuvo muy activo en el mundo rock, pop y disco entre 1972 y 1983. Sus clips de video para la promoción de sus canciones y álbumes pueden considerarse precursores del género del video musical, hoy tan extendido. He aquí una de mis canciones favoritas del grupo, entre muchas buenísimas: The winner takes it all. La letra habla de un divorcio, experiencia vivida por los cónyuges Björn Ulvaeus y Agnetha Fälkstog, miembros del grupo.

Louis Armstrong, el inigualable trompetista Satchmo, grabó por vez primera What a wonderful world en 1968, y nadie más la ha cantado como él. Aquí está su versión, incorporada en 1999 al Salón de la Fama Grammy:

Del musical que todos amamos, The sound of music (Rodgers & Hammerstein) la canción Climb every mountain es cantada por la Madre Superiora a María, en el convento al que ha regresado para escapar a los riesgos del amor. Luego vuelve a sonar a contrapunto como marcha nupcial en una escena posterior. Dame Kiri Te Kanawa, la soprano neozelandesa de maravillosa voz, la interpreta en la grabación que sigue. La acompaña el Coro del Tabernáculo Mormón.

Elton John no ha olvidado que compuso Your song exactamente el 27 de octubre de 1969. Es considerada por muchos críticos y músicos una canción perfecta; John Lennon dijo: «Es la primera cosa nueva que ha ocurrido desde que nosotros [los Beatles] ocurrimos». El propio John, que la canta, admitió: «No creo que he escrito desde entonces una canción de amor que la supere».

Hablando de canciones impecables, estaría dispuesto a sostener que el bolero venezolano perfecto es uno muy hermoso compuesto por María Luisa [González de] Escobar (1903-1985), Premio Nacional de Música un año antes de su muerte, fundadora y primera Directora del Ateneo de Caracas. Es cantado aquí por Ilan Chester: Desesperanza.

Y es una joya montada en menos de dos minutos por su autor, Joan Manuel Serrat, la canción de simple nombre: Aquellas pequeñas cosas.

Uno de los fundadores de Apple Computers vendió su participación al poco tiempo por una suma irrisoria. Isabel Pantoja cometió un error análogo al rechazar ser quien estrenara Hijo de la Luna, la emblemática canción del muy profesional, elegante y preciso grupo Mecano. Fue compuesta por José María Cano en 1986 y grabada al año siguiente. La canta aquí Ana Torroja, en concierto en vivo que no deja dudas acerca de lo que el público las aprecia a ambas.

Mecano alcanzaba su cúspide justamente en ese año de 1987, cuando también grabó No es serio este cementerio, de nuevo en la voz de Ana Torroja para la composición de José María Cano. El grupo usó con gran maestría las posibilidades técnicas de la grabación electrónica. En este caso, la sección final trae la segunda voz de la misma Ana repitiendo la frase latina Finis gloriæ mvndi.

Jimmy Webb compuso By the time I get to Phoenix para que la grabara por primera vez Johnny Rivers en 1965. Dos años más tarde, Glen Campbell grabaría un álbum con ese nombre y la haría famosa. Físicamente, es imposible el viaje de Phoenix a Oklahoma, pasando por Albuquerque, en el tiempo implicado en la canción, pero eso no importa. La rica voz de Johnny Mathis canta aquí la hermosa melodía.

Volvemos al comienzo, a Cole Porter, para cerrar por hoy. Miss Otis regrets tiene la ironía de una novela negra, una suerte de humor negro a lo Raymond Chandler. Explica a una dama de sociedad que la señorita Otis no puede cumplir su compromiso de almorzar porque fue abandonada por su amante, no puede venir a almorzar porque lo mató de un tiro, es imposible que venga a almorzar porque una turba la sacó de la cárcel y la ahorcó colgándola de un sauce; la señorita Otis siente mucho que no puede venir a almorzar hoy con usted.

Para interpretarla se trae acá un cantante que presentaré de este modo: Duke Ellington, el Papa del jazz, vino a Venezuela a fines de 1973 y una periodista de El Nacional le preguntó cuál era su cantante favorito. Ellington dijo, naturalmente, que eso dependía del género, de la época, del estado de ánimo pero que, si lo que ella quería saber era quién era el cantante, podía decirle que el cantante se llamaba José Feliciano.

Manténgase en la sintonía de esta frecuencia musical. LEA
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Una docena de años atrás

¿Líderes a perpetuidad?

 

La Nota del Día se publicó en este blog hasta el 27 de julio de 2010. He aquí la del 11 de marzo de ese año.

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Los ciudadanos rusos han comenzado a usar el poco eufónico pero muy práctico término “desputinización”. Obviamente, esto quiere decir la cesación del poder e influencia de Vladimir Putin en su país, la desintoxicación de Rusia.

Simon Shuster ha escrito sobre el tema desde Moscú para TIME Magazine, y registra un cambio cualitativo que es desfavorable para Putin. De acuerdo con observación que obtuviera de Boris Nemtsov—el equivalente ruso de Julio Borges o Henry Ramos Allup—, hasta ahora la oposición a Putin no había logrado más que dejar caer “gotas de agua sobre un lingote incandescente”. Pero, últimamente, son ahora múltiples protestas de miles de ciudadanos contra el régimen las que exigen la renuncia del primer ministro ruso en localidades de provincia.

El punto de quiebre, arguye Shuster, ocurrió el 30 de enero, con una manifestación en Kaliningrado de 10.000 asistentes, nada para los estándares venezolanos pero desusadamente grande para “la dócil cultura política rusa”. Los habitantes de esta ciudad báltica se han visto grandemente afectados en lo económico, a consecuencia de medidas impositivas que han traído desempleo y el cierre de unos 20.000 negocios. Tampoco les agrada el gobernador impuesto por Moscú, y menos todavía que en medio de la crisis éste pase costosas vacaciones europeas. (O sea, un putinburgués cualquiera).

Nemtsov, como otros líderes de la oposición, fue hasta Kaliningrado para hablar a las concentraciones protestantes. Allá dijo: “Moscú está chupando los recursos de las regiones como si fueran sus colonias. Mientras no salgamos de este estado policial corrupto no habremos logrado nada”.

Pero lo interesante es que las protestas afloran en varios sitios, cada vez con mayor asistencia, y que simultáneamente la popularidad de Vladimir disminuye significativamente. A la semana siguiente de los eventos de Kaliningrado, la encuestadora estatal VTsIOM midió el más bajo nivel de aprobación de Putin de los últimos cuatro años.

A pesar de esto, Shuster advierte que Putin es, de lejos, el político ruso más popular y el más poderoso. El putinismo controla todas las instituciones políticas de Rusia, a su burocracia y los principales canales de televisión. (¿Suena conocido?) Y la oposición está profundamente dividida: “Los egos a veces sobrepasan su pragmatismo, y una alianza real pareciera imposible. Desde Kaliningrado, los líderes opositores han vuelto a las andadas de denunciarse los unos a los otros”. (Acá no estamos tan mal, a pesar de las recientes demostraciones en Carabobo).

Pareciera recomendable, entonces, que tanto el gobierno venezolano como su leal oposición adquieran espejos rusos. LEA

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Complemento

El 28 de junio de 2007, la Deutsche Welle decía en Chávez y Putin: ¿aliados naturales?: …la visita de Chávez le viene bien a Putin, según el director del equipo de investigaciones sobre Rusia de la Fundación Ciencia y Política (SWP), Prof. Dr. Hans-Henning Schröder. En conversación con DW-WORLD, el politólogo hizo notar que Putin está en gran medida aislado y sólo le queda la posibilidad de llevar a cabo una política de obstrucción. Y cualquiera que lo secunde en ello es bienvenido. Por otra parte, su estructura económica se asemeja más bien a la de un país emergente, ya que se basa en alto grado en la exportación de materias primas. Ahora, sin embargo, los cambios en el mercado energético han mejorado su situación. Y Moscú quiere aprovechar el momento para consolidar su posición en el plano internacional, dice el politólogo. En este contexto hay similitudes con lo que ocurre en Venezuela, que tampoco tiene fuerza para desarrollar más que una política de obstrucción a ese nivel. En este contexto Chávez es un socio oportuno para Putin, opina Schröder, calificándolos como «socios naturales». Pero de ahí no se colige que sean aliados estratégicos, sino más bien circunstanciales. Por otra parte, no cabe esperar que la cúpula rusa pueda llegar a dar un giro en dirección a la cruzada ideológica de Chávez porque, según puntualiza Schröder, «las elites rusas se han enriquecido hasta la saciedad con el modelo, de modo que no tienen inclinación alguna al socialismo».

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Anécdotas anónimas (1)

Diseño para la toma del poder

 

Tal vez la historia española se escriba antes de que ocurra.

La verdad que ya no podemos eludir

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Era el mes de noviembre del primer año de un cierto período presidencial en Venezuela. Un alto funcionario del incipiente gobierno invitó a su casa a un compacto grupo de conocidos, amigos y subalternos de su cargo, a quienes justificó la convocatoria en estos términos: «Les pedí que vinieran para comunicarles que quiero ser el próximo Presidente de la República».

Una discusión más o menos pertinente siguió a tal solemnidad, y cuando tocó el turno a uno de los presentes, éste dijo: «Veo dos problemas en lo que planteas, y te anticipo que el primero de ellos no me interesa en absoluto: no me importa cuántos mítines, cuántos eslóganes, cuántas pancartas y volantes o cuántos jingles sean necesarios para que alcances la Presidencia. No me preocupa para nada cómo harías para llegar a Miraflores. En cambio, me interesa un segundo asunto: ¿que harías tú como presidente? O, puesto de distinta manera, ¿por qué tendrían los venezolanos que elegirte? ¿Para qué quieres ser presidente?»

El interpelado era persona de mente rápida y repuso con agilidad aduladora: «Aquel presidente que se rodee de personas tan capaces y brillantes como las que hoy están aquí será un gran presidente». Quien lo emplazara le hizo notar de inmediato que su respuesta, si bien ágil, astuta y persuasiva, no era en ningún caso convincente.

Poco después se produjo un alejamiento de estos dos interlocutores, y el pretendiente de la Jefatura del Estado se quejaba a comunes amigos que sus llamadas e invitaciones al otro no eran contestadas. No menos de una media docena de reclamos de esta clase le hizo llegar por interpuestas personas, hasta que el destinatario optó por escribir una carta al quejoso. Allí le puso:

Hace poco supe de una vieja leyenda alemana: en el origen del mundo había sólo dos clases de hombres, los héroes y los sabios. Los primeros salían todas las mañanas a trabajar: a conquistar castillos, rescatar doncellas y matar dragones; lo propio de los héroes. Pero éstos, al final de la jornada, se encaminaban a las cuevas de los sabios y les pedían que les explicaran qué significaba lo que habían hecho durante el día, pues no tenían la menor idea de por qué lo hacían.

He registrado mi parentela: tengo, obviamente, sangre española; tengo sangre francesa, italiana y hasta algo de escocesa, pero el alemán no me sale por ninguna parte. A mí tienes que explicarme el sentido de una hazaña antes de acometerla. Su justificación no puede ser una racionalización posterior.

No hay duda de que eres un poderoso emisor de señales políticas, pero lo que a mí me interesa son los significados. Es eso lo que nos separa.

 La carta bastó. LEA

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¿Valses? Una docena, por favor

Ekaterina Pozdniakova: Vals vienés

 

El vals es una danza de pareja deslizante—como el pasodoble pero en tiempo ternario en lugar de binario—asociada indisolublemente con la ciudad de Viena. Sus orígenes son imprecisos: hay referencias a este tipo de baile resbaladizo ya en el siglo XVI europeo, pero se popularizó en la capital austriaca hacia el año de 1780.

El hecho de que los dos socios de una pareja bailaran medio abrazados fue motivo de escándalo desde sus inicios, y tan tarde como en 1825 el Diccionario Oxford del Inglés describía a este baile como «desenfrenado e indecente». En Historia de la señorita von Sternheim (1771), novela de Sophie von La Roche, una severa dama admite: «Pero cuando él puso su brazo alrededor de ella y la apretó contra su pecho, y retozaba con ella en el descarado e indecente torbellino de la danza de los alemanes, y participó en una familiaridad que rompió todos los límites de la buena crianza de entonces, mi silenciosa pena se transformó en ardiente furia». Uno puede imaginar qué habría dicho de un bolero de mosaico o, peor aún, de una lambada.

Pero entremos en materia: uno de los más famosos valses del maestro de esta forma musical, Johann Strauss hijo, es el Vals del Emperador. En realidad, era el vals de los emperadores, ya que fue compuesto para la visita de Francisco José, Emperador de Austria, al káiser Guillermo II de Alemania en 1889. (De hecho, el nombre original era Mano en mano, una alusión a la amistad de ambas coronas). Fue estrenado en Berlín el 21 de octubre de ese año. Aquí lo interpreta la Orquesta Filarmónica de Viena, conducida por Herbert von Karajan.

Armas de Francisco José

Armas de Guillermo II

Emperador

También es vienés el Vals de La viuda alegre—Die lustige Witwe—, la más conocida y apreciada opereta del húngaro y, por tanto, súbdito de Francisco José, Franz Lehár. La obra fue estrenada en Viena en 1905; desde entonces, centenares de miles de personas la han visto. (Tan sólo en Londres, donde se montó por primera vez en 1907, tuvo una racha de 778 presentaciones). Richard Hayman dirige esta versión de la Orquesta Filarmónica Eslovaca. (La ciudad donde Lehár naciera, Komárno, antes Komárom, es hoy en día de Eslovenia).

La viuda alegre

Les patineurs a 78 r. p. m.

Émile Waldteufel, compositor francés, creó valses deliciosos. El popular Vals de los patinadores sonaba incesantemente en la pista de hielo del Teleférico de Caracas en tiempos de Pérez Jiménez. Aquí lo oímos por la Orquesta Johann Strauss con la dirección del gran divulgador musical André Rieu. El Vals Estudiantina, en cambio, su opus 191, es tocado por la lujosa Orquesta de Filadelfia que pulió y dirigía el húngaro Eugene Ormandy.

Los patinadores

Estudiantina

Léo Delibes, otro francés, famoso por sus ballets, tiene en su haber valses muy hermosos. Por ejemplo, de su ballet Sylvia, podemos escuchar ahora el Valse lente del Acto I, interpretado por la Orquesta del Teatro Nacional de la Ópera de París, bajo la batuta de Jean Baptiste Mari. Luego, de Coppelia, la de los ojos de esmalte, su Vals lento es traído por Richard Bonynge dirigiendo la Orquesta Nacional Filarmónica inglesa, una orquesta creada expresamente para grabar que también se conoció como Orquesta RCA Victor u Orquesta Promenade.

Lento de Sylvia

Lento de Coppelia

Los compositores rusos no tienen nada que envidiar a vieneses o franceses; muchos fueron grandes valsistas. Por supuesto, Pyotr Illich Tchaikovsky, el emperador del ballet que también los compuso en otras obras (óperas y sinfonías; incluso en su Serenata para cuerdas). Escuchemos de él primeramente su Valse sentimentale en versión para violín y orquesta; Janine Jansen hace el solo mientras Daniel Harding dirige la Orquesta Mahler de Cámara. A continuación, el grandioso Vals de Eugenio Onegin, su mejor ópera. Lo interpreta la fina Orquesta Sinfónica de Londres, con la dirección característicamente vigorosa de Antal Doráti.

Sentimentale

Eugenio Onegin

El vals de Onegin por la Ópera Nacional Inglesa

El ballet Cenicienta, de Sergei Prokofiev, tenía que llevar un vals que la heroína bailara con el Príncipe. Prokofiev compuso una pieza moderna, con armonías inconfundiblemente suyas que se hacen ácidas al romperse el hechizo con las campanadas de la medianoche. Yuri Temirkanov dirige la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo.

Cenicienta

Aram Khachaturian, soviético, era armenio antes que ruso. Su Vals de la Suite Mascarada compuesta en 1944 es particularmente sabroso; retiene el arranque del tema con gran efecto, haciéndonos esperar con cinco amagos en escala antes de soltarlo en toda su gloria. Kiril Kondrashin lo grabó con la antes mencionada Orquesta de la RCA Victor.

Mascarada

Para concluir la estancia en Rusia, pudiéramos escuchar—y bailar—el Vals #2 de la Suite para Orquesta de Variedades, de Dmitri Shostakovich, que erróneamente fue llamado Vals de la Suite de Jazz #2 durante mucho tiempo. Esta pieza alcanzó gran popularidad porque fue incluida en la banda sonora de Wide Eyes Shut, la última película que realizara Stanley Kubrick, genio del cine. Aquí está en la versión empleada en la película por la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam, la mejor orquesta del mundo. Dirige Riccardo Chailly.

Vals #2

Nicole Kidman y Tom Cruise bailan en Wide eyes shut, de Stanley Kubrick

Todavía en tierra fría, visitemos a Jan Sibelius en Finlandia para completar la docena de piezas con su Valse triste. Alfred Scholz es en esta ocasión el director de la Orquesta del Festival de Londres.

Valse triste

Bueno, una ñapa, pero sólo porque Ud. lleva una docena de valses. Directamente de la banda sonora de la película Ramona (1928), la voz de la numerosa actriz Dolores del Río con la canción del mismo nombre, un vals lento. El video está compuesto con fotogramas de la película que enamoró a una generación. Lleve Ud. también la letra de la canción, de L. Wolfe Gilbert para música de Mabel Wayne.

I wander out yonder o’er the hills
Where the mountains high, seem to kiss the sky
Someone’s up yonder o’er the hills
Waiting patiently, waiting just for me

Ramona, I hear the mission bells above
Ramona, they’re ringing out our song of love
I press you, caress you
And bless the day you taught me to care
I’ll always remember
The rambling rose you wore in your hair

Ramona, when the day is done you’ll hear my call
Ramona, we’ll meet beside the waterfall
I dread the dawn
When I awake to find you gone
Ramona, I need you, my own

Ramona, when the day is done you’ll hear my call
Ramona, we’ll meet beside the waterfall
I dread the dawn
When I awake to find you gone
Ramona, I need you, my own

Que tenga Ud. un rumboso Carnaval. LEA

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Más música política

Gabriela Montero: el arte puesto de pie

Son muchos los ejemplos de música con intención o inspiración política. Tanto la música popular como la que llamamos culta o clásica alojan un buen número de piezas con tal carácter. (Ver en este blog, por ejemplo, Música política). He aquí una colección abigarrada, que comienza por lo que pudiera considerarse el himno de la democracia, la Fanfarria para un hombre común, de Aaron Copland, quien optó por celebrar a la gente común y corriente en lugar de algún héroe o hazaña. En esta ocasión la interpreta la maravillosa Orquesta de Filadelfia, dirigida por Eugene Ormandy. (Puede compararse con una versión por la Orquesta Sinfónica de Detroit, dirigida por Antal Doráti, en Música política):

Buena parte de la carga política en la música popular viene expresada en testimonios de la pobreza. Lamento borincano, cantada aquí por Marco Antonio Muñiz, es una queja campesina que contrasta los sueños de un padre pobre con su fracaso: el jibarito va pensando así, diciendo así, llorando así por el camino: ¿que será de Borinquen, mi Dios querido, que será de mis hijos y de mi hogar?

Construçao, en cambio, de Chico Buarque de Holanda, es una tragedia urbana, la muerte de un obrero albañil que cae al tropezar desde lo alto de una obra. Como una canción de nuestro Vicente Emilio Sojo, la última palabra de cada verso es esdrújula. He aquí su letra:

Amou daquela vez como se fosse a última
Beijou sua mulher como se fosse a última
E cada filho seu como se fosse o único
E atravessou a rua com seu passo tímido
Subiu a construção como se fosse máquina
Ergueu no patamar quatro paredes sólidas
Tijolo com tijolo num desenho mágico
Seus olhos embotados de cimento e lágrima
Sentou pra descansar como se fosse sábado
Comeu feijão com arroz como se fosse um príncipe
Bebeu e soluçou como se fosse um náufrago
Dançou e gargalhou como se ouvisse música
E tropeçou no céu como se fosse um bêbado
E flutuou no ar como se fosse um pássaro
E se acabou no chão feito um pacote flácido
Agonizou no meio do passeio público
Morreu na contramão atrapalhando o tráfego
Amou daquela vez como se fosse o último
Beijou sua mulher como se fosse a única
E cada filho seu como se fosse o pródigo
E atravessou a rua com seu passo bêbado
Subiu a construção como se fosse sólido
Ergueu no patamar quatro paredes mágicas
Tijolo com tijolo num desenho lógico
Seus olhos embotados de cimento e tráfego
Sentou pra descansar como se fosse um príncipe
Comeu feijão com arroz como se fosse o máximo
Bebeu e soluçou como se fosse máquina
Dançou e gargalhou como se fosse o próximo
E tropeçou no céu como se ouvisse música
E flutuou no ar como se fosse sábado
E se acabou no chão feito um pacote tímido
Agonizou no meio do passeio náufrago
Morreu na contramão atrapalhando o público
Amou daquela vez como se fosse máquina
Beijou sua mulher como se fosse lógico
Ergueu no patamar quatro paredes flácidas
Sentou pra descansar como se fosse um pássaro
E flutuou no ar como se fosse um príncipe
E se acabou no chão feito um pacote bêbado
Morreu na contramão atrapalhando o sábado

En la misma onda, el clásico Sixteen tons (canción de Merle Travis; ver la magnífica versión de The Platters, en la rica voz baja de Herb Reed en Una docena más) describe la alienación de los mineros de carbón, amarrados de por vida a las compañías explotadoras de los yacimientos y sus obreros. (You load sixteen tons, what do you get/Another day older and deeper in debt/Saint Peter don’t you call me ‘cause I can’t go/I owe my soul to the company store). Quien popularizó esta canción fue Tennessee Ernie Ford, que la canta acá:

Todavía en situación peor, la gente encarcelada es cantada en Prison song por Graham Nash—formó parte del grupo Crosby, Stills, Nash & Young—, quien asegura que la gente rica no paga penas carcelarias: And here’s a song to sing for every man inside/If he can hear you sing, it’s an open door/There’s not a rich man there who couldn’t pay his way/And buy the freedom that’s a high price for the poor.

David Crosby y Graham Nash en Occupy Wall Street (clic amplía)

Puede cantarse a los héroes de epopeyas revolucionarias, personajes concretos o caracteres genéricos como el de Canción del elegido, obra de Silvio Rodríguez interpretada por Soledad Bravo, quien grabó un álbum de canciones de la Nueva Trova Cubana.

El romance de personajes de reparto

Hablando de epopeyas, en 1960 se estrenó el filme Éxodo, dirigido por Otto Preminger, que narra el episodio de unos refugiados que se trasladaban en barco en momentos de la fundación del Estado de Israel. Su tema musical se convirtió en un éxito principalmente por la versión del dúo de pianistas Ferrante & Teicher. Aquí se pone en la interpretación de nadie menos que Edith Piaf, el Ruiseñor de Francia.

Por supuesto, es una mordaz crítica a los valores sociales pervertidos el famosísimo tango Cambalache, de Enrique Santos Discépolo. Un cantautor que siempre ha tenido carácter protestatario, Joan Manuel Serrat, la expone en este archivo:

Ese mismo cantante profiere un reclamo más extenso en El sur también existe:

Con menor aspereza, John Lennon compuso y canta aquí Imagine, una canción que la revista Rolling Stone colocó en el tercer lugar de las quinientas canciones más grandes de todos los tiempos.

La canción We are the world, compuesta por Michael Jackson y Lionel Richie, reunió un supergrupo de estrellas en 1985 para producirla. La canción vendió más de veinte millones de copias, y los ingresos fueron destinados a aliviar el hambre africana (recaudó 63 millones de dólares).

There comes a time when we heed a certain call (Lionel Richie)
When the world must come together as one (Lionel Richie & Stevie Wonder)
There are people dying (Stevie Wonder)
Oh, and it’s time to lend a hand to life (Paul Simon)
The greatest gift of all (Paul Simon/Kenny Rogers)

We can’t go on pretending day by day (Kenny Rogers)
That someone, somewhere will soon make a change (James Ingram)
We’re all a part of God’s great big family (Tina Turner)
And the truth (Billy Joel)
You know love is all we need (Tina Turner/Billy Joel)

  (CORO)
  We are the world, we are the children
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Michael Jackson)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Diana Ross)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Michael Jackson/Diana Ross)

Well, send ‘em you your heart so they know that someone cares (Dionne Warwick)
And their lives will be stronger and free (Dionne Warwick/Willie Nelson)
As God has shown us by turning stone to bread (Willie Nelson)
And so we all must lend a helping hand (Al Jarreau)

  We are the world, we are the children (Bruce Springsteen)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Kenny Loggins)
  Oh There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Steve Perry)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Daryl Hall)

When you’re down and out there seems no hope at all (Michael Jackson)
But if you just believe there’s no way we can fall (Huey Lewis)
Well, well, well, let’s realize that a change can only come (Cyndi Lauper)
When we (Kim Carnes)
stand together as one (Kim Carnes/Cyndi Lauper/Huey Lewis)

  We are the world, we are the children (Todos)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)

  We are the world, we are the children (Todos)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Bob Dylan)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Bob Dylan)

  We are the world, we are the children (Todos)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)

  We are the world, we are the children (Todos)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos)
  Oh There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Ray Charles)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Ray Charles)

  We are the world, we are the children (Stevie Wonder/Bruce Springsteen)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Stevie Wonder/Bruce Springsteen)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Stevie Wonder)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Stevie Wonder)

  We are the world, we are the children (Stevie Wonder/Bruce Springsteen)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Stevie Wonder/Bruce Springsteen)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Bruce Springsteen)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Bruce Springsteen)

  We are the world, we are the children (Todos)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)

  We are the world, we are the children (James Ingram)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (James Ingram)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Ray Charles)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Ray Charles)

  We are the world, we are the children (Todos)
  We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos)
  There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos/Ray Charles)
  It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos/Ray Charles)

Sibelius y Ormandy en la casa de campo del primero

Si entramos a otra dimensión, la música culta nos proporciona música de independencia y liberación. Éste es el caso de Finlandia, el opus 26 de Jan Sibelius. Suena acá en versión monumental de la Orquesta de Filadelfia y el Coro del Tabernáculo Mormón, dirigidos ambos por Eugene Ormandy. (La orquesta fue a Finlandia en 1955 y visitó a Sibelius poco antes de su muerte. Los músicos esperaron fuera de los autobuses que los llevaron a la casa del compositor, en pleno y nevado invierno, a que Ormandy sacara al maestro a saludarlos).

Krzysztof Penderecki, compositor polaco contemporáneo, que últimamente ha suavizado su música muy astringente con un nuevo estilo postromántico, se hizo conocer con la gélida Trenodia por las víctimas de Hiroshima (para 52 instrumentos de cuerda), que toca aquí la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional Polaca. (Advertencia: debe oírse teniendo a la mano una buena dosis de sal de frutas).

La ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi, como otras de este compositor, adquirió pronto un tinte político, gracias principalmente a Va, pensiero, cantada en coro por los esclavos hebreos de Nabucodonosor. El justamente afamado Riccardo Muti potenció ese significado el 12 de marzo de este año, cuando rompió todo protocolo para arengar al público en protesta por los recortes de fondos para la cultura dispuestos por el gobierno de Silvio Berlusconi. Concluida la interpretación de este coro por la Ópera de Roma, Muti interrumpió la ejecución y dirigió un breve discurso a la audiencia, a la que luego reclutó para volver a cantar la pieza junto con la orquesta y los cantantes. Aplausos, vítores y lágrimas de músicos y público confirmaron que el maestro había tocado un nervio particularmente sensitivo. Dijo Muti en la ocasión: «Como italiano que da vueltas por el mundo me encuentro muy adolorido por lo que está pasando». (Se ha generalizado la impresión errónea de que sus palabras fueron dichas delante del propio Berlusconi, pero esto no fue así. El Primer Ministro de Italia asistió a otra representación de Nabucco seis días más tarde, pero la fuerza de la crítica de Muti no fue menor por eso. Berlusconi, naturalmente, ya no está en el cargo al que se aferrara tanto tiempo; Muti permanece).

¡Ve, pensamiento, con alas doradas,
pósate en las praderas y en las cimas
donde exhala su suave fragancia
el dulce aire de la tierra natal!
¡Saluda las orillas del Jordán
y las destruidas torres de Sión!
¡Oh, mi patria, tan bella y perdida!
¡Oh recuerdo tan caro y fatal!
Arpa de oro de fatídicos vates,
¿por qué cuelgas muda del sauce?
Revive en nuestros pechos el recuerdo,
¡que hable del tiempo que fue!
Al igual que el destino de Sólima
¡canta un aire de crudo lamento,
que te inspire el Señor un aliento
que al padecer infunda virtud,
que al padecer infunda virtud,
que al padecer infunda virtud,
al padecer, la virtud!

Un tono distinto de rojo

La pianista venezolana más renombrada, después de Teresa Carreño, es Gabriela Montero, que tempranamente recibió estímulo de la gran Martha Argerich. Con motivo del lanzamiento de su disco Solatino, se empeñó en que el logotipo de la disquera inglesa EMI sutituyera su color rojo habitual por el blanco. Montero explicó:

«Decidí excluir el color rojo en SOLATINO, a excepción de la letra ‘O’, porque en Venezuela el color rojo ha sido robado de su apasionada belleza y poder y es ahora asociado a la represión, la furia y el control. También notarán que el título tiene los colores amarillo, azul y rojo. Estos son los colores de la bandera venezolana.

El rojo es el último color de mi bandera y, coincidencialmente, ‘O’ es mi tipo de sangre. Encuentro este simbolismo muy hermoso. Todos compartimos la misma fuente de vida: la sangre. Son las células rojas de la sangre las que llevan el oxígeno por nuestros cuerpos. Sin ellas, perecemos. Con el balance adecuado, prosperamos. Me gustaría que esta ‘O’estuviese coloreada por un matiz pacífico de rojo. El rojo que nos pertenece a todos. El rojo que es hermoso en su intensidad, y no hiriente en su agarre. El rojo que pertenece a este mundo y no el que nos separa y extingue. No hay espacio para el tipo equivocado de rojo, y escojo removerlo de este álbum.

Esta es mi declaración».

Luego, en octubre de este año, estrenó en Nuremberg su opera prima para piano y orquesta, a la que llamó ExPatria. Dijo para presentarla: “Es el grito de una sociedad asfixiada y la denuncia de la complicidad e inconsecuencia del mundo ante la desventura de los venezolanos, encubierta en un tenue y engañoso velo de democracia. Va más allá de la nostalgia privada a un grito muy público. ExPatria es un retrato de un país apenas reconocible del que conocí en mi juventud. Es mi respuesta emocional a la pérdida de Venezuela a sí misma, a la ilegalidad, la corrupción, el caos y las tasas de homicidio entre las más altas del mundo”.

Cerremos este amasijo de música política con una interpretación por Gabriela Montero de la Polonesa Heroica de Federico Chopin, una de las piezas políticas del genio polaco del piano. (El 3 de diciembre de 2007 en el Centro Gubenkian de Lisboa). Buen provecho. LEA

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