Escondan a Er Conde

Precandidato de nuevo: el dueño de este rostro de estadista

 

Una nota publicada inicialmente por Analítica.com, fue reproducida el 17 de este mes por el servicio de noticias de Costa del Sol FM. Su título: «Er Conde del Guácharo; Benjamín Rausseo, encabeza las encuestas como outsider». Pone entre otras cosas:

Ajeno a la política, aunque no del todo, el empresario y comediante muestra un rostro distinto a la historia política de Venezuela de cara a las próximas elecciones primarias opositoras. Luis Vicente León, economista y presidente de Datanálisis enumeró a los líderes de la oposición que encabezan las encuestas ante las venideras elecciones en las que figura Benjamín Rausseo.

En declaraciones a Unión Radio, el economista aseguró que «el gran reto de la oposición es reconectar con el público y revivir en los ciudadanos el interés por la política», aseguró también que «solo el 9% de los venezolanos creen que la oposición puede generar un cambio político en los próximos 11 meses».

Son cuatro nombres los que lideran las encuestas con un porcentaje muy repartido en la población. León aseguró que en el puesto #1 aparece Benjamin Rausseo «Er conde», porque es la imagen del outsider, porque no es un político tradicional. Sin embargo, afirmó que «sigue siendo pequeño, tiene niveles de 30% pero aparece por encima de la política».

Me es inevitable recordar lo siguiente (de Arias, y no Monseñor):

Cuando todavía no habían concluido las horas aciagas del 11 de abril de 2002, el ex comandante Francisco Arias Cárdenas, ex Embajador del gobierno de Hugo Chávez Frías ante las Naciones Unidas en Nueva York, hoy Presidente de la Comisión Presidencial para la Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas con la República de Colombia y Otros Temas, visitó los estudios de Radio Caracas Televisión para pronunciar con la mayor contundencia gravísimas acusaciones contra el Presidente de la República. (…) Antes, en la campaña electoral del año 2000 y como candidato contra Chávez, tildó a éste de “gallina”. Eran los tiempos de una oposición insólita, que consideró gran astucia apoyar a otro golpista de 1992 contra Chávez porque era “cuña del mismo palo”. (De modo parecido, otros apoyaron en 2006 la efímera candidatura de Benjamín Rausseo, el “Conde del Guácharo”, porque lucía igualmente astuto oponerle alguien de procacidad equivalente).

Wikipedia en Español pone en el artículo que le dedica:

Benjamín Rausseo Rodríguez (Musipán, 26 de enero de 1961) es un comediante, político, actor, profesor, abogado, músico, y empresario venezolano, experto en el «stand up comedy», reconocido nacional e internacionalmente por su personaje Er Conde del Guácharo. Hasta finales de 2004, Benjamín Rausseo no había mostrado públicamente un interés por participar en la política venezolana, y no fue hasta que un grupo de amigos políticos y empresarios que estimulados por las recomendaciones que publicaban los sondeos de opinión acerca de la necesidad de que la oposición venezolana al Gobierno de Hugo Chávez contara con un candidato presidencial que tuviera como atributos una forma de comunicación efectiva y que fuera conocido y popular entre los estratos más pobres de la sociedad venezolana le propusieran su apoyo para ingresar a la contienda electoral que se daría en el 2006. (…) Al concretarse el apoyo de todos los partidos y de los medios de comunicación al Señor Manuel Rosales, Benjamín optó por retirarse de la contienda electoral dos semanas antes de las elecciones, dando libertad a sus seguidores para votar por el candidato de su preferencia. Además, después de su retiro explicó que no pediría a sus seguidores que apoyaran a ningún bando, que el venezolano es libre y se caracteriza por expresar lo que siente. Rausseo se presentó como candidato a la gobernación de Anzoátegui, en las elecciones regionales de 2008, pero obtuvo menos de 4% de los votos.

Admito que Rausseo es más divertido que Nicolás Maduro.

LEA

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De Alonso Moleiro

Plataforma Unitaria Democrática (PUDE, pero ya no puedo)

Actualizado al final con audio de poco más de un minuto

 

Tomado de El País de España (con fecha de anteayer)

 

Las diferencias en la oposición venezolana dificultan la celebración de las primarias en junio

 

El retraso en las gestiones, el silencio de los políticos y la lentitud en la obtención de recursos frenan el proceso de escoger candidato para 2024

 

Alonso Moleiro

Caracas – 23 ene 2023 – 0:27 GMT-4

Las elecciones primarias que había planificado la oposición venezolana como instrumento para dirimir sus diferencias y escoger un liderazgo unificado para enfrentar a Nicolás Maduro en las presidenciales de 2024 ha entrado en una zona de turbulencias. El final del gobierno interino de Juan Guaidó a finales de 2022 ha tensado aún más la relación entre los líderes opositores y si hace un mes se hablaba de celebrar las primarias en junio de este año ahora esa fecha se antoja difícil.

Hace unas semanas había consenso en todos los extremos las fuerzas democráticas en la idea de las primarias abiertas a la población, pero el retardo de sus gestiones, el silencio de los políticos y la lentitud en torno a la obtención de los recursos ha encendido las alarmas. Algunas fuentes vinculadas a la oposición ya confirman que es difícil que puedan celebrarse en junio.

En las propias corrientes opositoras hay diferencias muy claras sobre el proceso. Por ejemplo, sobre la pertinencia de solicitar o no la asistencia del Consejo Nacional Electoral, -instancia que domina el chavismo pero que tiene presencia opositora- y sobre la viabilidad del voto de la diáspora. La Plataforma Unitaria ya solicitó al CNE la habilitación de los 14.000 centros de votación del país, una demanda que aún no ha sido respondida. Vente Venezuela, el partido de María Corina Machado, ha insistido en organizar unos comicios con voto manual. Sobre este punto también abundan las divergencias.

“Hay quienes hablan de primarias de la boca para afuera, pero no quieren primarias”, ha declarado recientemente Leopoldo López, de Voluntad Popular, abriendo fuego contra sus críticos después de un prolongado silencio y ahora que ha quedado disuelto el gobierno interino. “Hay quienes quieren ser candidatos, pero no quieren primarias. Manuel Rosales es un caso. Henrique Capriles tampoco las quiere. Nosotros creemos que una candidatura acordada al margen de la gente está destinada a fracasar en este contexto y vamos a trabajar duro para empujar esas primarias. Aquí sólo se puede avanzar con la gente, en una consulta abierta.”

Para López, ni Primero Justicia, ni Acción Democrática, ni Un Nuevo Tiempo, “tienen mucho interés en que la diáspora participe en esa consulta” y en sus entrañas “hay sectores que están penetrados por los intereses de la dictadura”. Capriles, en una entrevista con EL PAÍS, desmintió que él no quiera primarias y dijo que las declaraciones de López buscan, precisamente, “dinamitar” ese proceso. “Estoy absolutamente a favor de las primarias, de un proceso de consulta abierto y lo más amplio posible”, aseguró.

“La organización de las primarias sigue avanzando, este es un proceso que le pertenece a la sociedad civil, no a los partidos”, ha declarado una fuente cercana a la organización de esta cita, que ha preferido mantener su nombre en la reserva. “Pero es cierto que hay retardos. Un tema importante es el de los recursos”*, afirma. “Además, hay decisiones cruciales que hay que tomar, que tienen costos, y el tiempo juega en contra. La participación o no del CNE en la organización de las primarias es un aspecto crucial, sobre el cual hay opiniones encontradas.”

La Comisión Electoral Para las Elecciones Primarias, presidida por José María Casal, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, y un calificado equipo de académicos, juristas, y personal especializado trabaja con total autonomía en su encomienda y canaliza con Manuel Barboza, de Un Nuevo Tiempo, secretario ejecutivo de la Plataforma Unitaria, el ensamble de las decisiones con el sector político.

Sin embargo, y aunque algunos políticos lo niegan, sí parece estar ganando terreno la idea de acordar un candidato de consenso en sectores de los partidos hegemónicos de la oposición. Sobre todo, de acuerdo a las fuentes, ante los costos de la elección, la posibilidad de retrasos en el calendario e incluso la dificultad de acordar qué hacer con el Consejo Nacional Electoral.

En particular en Un Nuevo Tiempo, el partido de Manuel Rosales, actual gobernador del Estado Zulia —un político socialdemócrata de línea moderada—, crece el interés en allanar el camino para una fórmula alterna a una consulta para pactar un candidato. Rosales —que ya enfrentó a Hugo Chávez como candidato en 2006— tiene números aceptables en las encuestas, no tiene inhabilitaciones políticas del régimen, se ha declarado favorable al fin de las sanciones económicas contra el chavismo y ha reanudado relaciones institucionales con Miraflores.

Un acuerdo consensuado para escoger un abanderado opositor, al margen de una consulta, agravaría las fisuras con otros sectores. “Para Voluntad Popular la convocatoria a unas primarias para legitimar el liderazgo de las fuerzas democráticas es un punto de honor, y en esto no tenemos problema en estar en minoría. No vamos a participar en ninguna maniobra de este tipo, ni acompañar a un candidato negociado”. Una opinión muy similar, en sus propios términos, tiene María Corina Machado y muy probablemente otros precandidatos que se alistan para participar, como Delsa Solórzano y Andrés Velásquez.¶

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Es del 15 de septiembre de 2009 una mención de Alonso Moleiro en este blog:

Pudiera ofrecer numerosos ejemplos de mi reconocimiento a personas particulares cuando encuentro sus opiniones valiosas y originales; por caso, reconocí una opinión de Alonso Moleiro leída en Tal Cual en el programa #94 de Dr. Político en RCR (10 de mayo de 2014): «una exposición de Alonso Moleiro que parece convencida de la necesidad de un referendo consultivo sobre el socialismo», aunque yo había propuesto exactamente eso—en Parada de trote (23 de julio de 2009)—casi cinco años antes. (En La mezquindad en la política venezolana).

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Algunos de los actores mencionados por Moleiro en su artículo para El País lo fueron acá el pasado 14 de octubre en ¿Algo nuevo?

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* Mi esposa me recordó lo que sigue—a propósito de «Un tema importante es el de los recursos”—de una entrevista en el programa Y así nos va, conducido por Daniel Lara y Nehomar Hernández el 17 de marzo de 2015, próximo a cumplir ocho años. El fragmento recogido acá es de poco más de un minuto.

 

Un desarrollo de esto último puede encontrarse en Participación popular electrónica, de hace casi dos años.

LEA

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Muñecos para inocentes

Ken Maduro y Barbie Flores

 

 

La mera mercadotecnia política no es suficiente. No bastó peinar como Evita Perón a Irene Sáez, otrora Miss Universo, o hacer muñecas Barbie con su efigie. La imagen no puede sustituir el contenido; especialmente en política, el medio no es el mensaje.

El medio es el medio

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Ignoro a quién se le ocurrió la idea de hacer muñecos que representan a Nicolás Maduro y Cilia Flores trajeados de superhéroes, pero que ambos hayan adoptado la ocurrencia y los regalen dice mucho de sus procesos mentales. Identificarse como Superbigote y Cilita establece una nueva cota de frivolidad política, aun en quienes se dejaron fotografiar bailando Despacito.

 

¿Creerá que es elegante bailar mirándose los pies?

 

No muchos habrá que cayeron por inocentes. LEA

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¿Derecho de asesinar?

Una especialista en frases vistosas

 

Es práctica ritual de la mayoría de los «dirigentes» de oposición ofrecer declaraciones, con o sin ruedas de prensa, que contengan alguna frase «memorable». (Al menos vistosa). A esa práctica la consideran consustancial a su oficio, que exigiría permanecer en la conciencia de la opinión nacional.

Ya en ¿Algo nuevo?—14 de octubre de 2022—listábamos una veintena de tales dirigentes, entre los que aparecía Andrés Velásquez, quien acaba de regalarnos esta perla (según El Impulso de Barquisimeto del día de ayer), al comentar la decisión que «destituye» a Juan Guaidó tomada por la «Comisión Delegada» de la Asamblea Nacional elegida en 2015. 

En un comunicado, la organización política liderada por Andrés Velásquez rechazó la propuesta que, a su juicio, deja al Estado venezolano “sin un Poder Ejecutivo legitimado constitucionalmente, lo que no dudamos en calificar como un magnicidio jurídico que traerá consecuencias catastróficas para el país y su población que lucha por libertad y democracia”.

Considera La Causa R que el Gobierno interino debe prevalecer hasta que se celebren elecciones presidenciales libres en Venezuela.

“Es inaudito que se pretenda continuar solo con la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional electa en 2015, sin asumir la responsabilidad constitucional de llenar el vacío dejado por la tiranía usurpadora. Lamentamos profundamente que algunos partidos crean que “entregar” al compañero Juan Guaidó sea la mejor forma de conseguir prebendas personales del régimen, como habilitaciones para participar en elecciones. Ninguna elección tendrá los efectos esperados si no es producto de una negociación real que solo podrá darse con presión interna y externa. La rendición solo alargará el sufrimiento de los venezolanos, a cambio de algunas migajas que no resuelven el problema de fondo que es la dictadura”, sostuvo el partido político.

 

 

Guaidó nunca fue Presidente encargado o interino, y la Asamblea de 2015 ya no existe. (Ver Más usurpador será usted). Pero Velásquez y la plana mayor de su minúsculo partido consideran que se la comieron con eso de «magnicidio jurídico». (El Diccionario de la Lengua Española define así: magnicidio Muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder).

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Addenda

El servicio de noticias de la emisora Costa del Sol FM reprodujo hoy comentario de Juan Guaidó que recogiera Monitoreamos:

El líder opositor reconocido como presidente interino por Estados Unidos y un grupo de países, Juan Guaidó, aseguró el jueves que eliminar el Gobierno interino beneficiará al régimen de Nicolás Maduro.

Suprimir el artículo 233 de la Constitución -en el que se basó la Asamblea Nacional para crear la presidencia encargada- no genera certeza alguna y, por el contrario, solo le daría terreno a la dictadura, aseveró a través de Twitter, minutos después de que 72 diputados aprobaran en primera discusión en la Comisión Delegada eliminar el Gobierno interino.

Guaidó defendió la continuidad del interinato, pero solo logró 23 votos durante la reunión virtual. La mayoría, diputados de Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Acción Democrática, votaron para suprimir el interinato.

La Constitución y su art. 233 no son una opción o solo una estrategia, son un deber y lo seguiremos defendiendo. El pueblo nos eligió para ello. No se trata de defender a una persona, sino a las herramientas que tenemos para proteger a los venezolanos, a ellos nos debemos, sostuvo Guaidó.

Tomo de Je m’accuse (23 de septiembre de 2019):

Nuestra Constitución contempla sólo un caso en el que el Presidente de la Asamblea Nacional asume la Presidencia de la República; su Artículo 233 lo establece así en su segundo parágrafo:

Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.

(…) no es la Asamblea Nacional el órgano que designa a su Presidente como encargado de la Presidencia de la República sino esa previsión constitucional, y ésta requiere la existencia previa de un Presidente electo cuya falta absoluta se haya producido, lo que no ha sido nunca el caso.

La base de la actuación de Juan Guaidó, desde 2019, siempre ha sido una patraña, independientemente del número de países que lo apoyaran en ignorancia de nuestra constitucionalidad.

LEA

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Reglas de orden parlamentario

Para asegurar el flujo ordenado de un debate

 

 

En 1875 se produce la primera publicación (unas 300 páginas) de la biblia del campo: “Robert’s Rules of Order”. Este libro norteamericano recoge—de la tradición parlamentaria anglosajona, la más antigua y sofisticada del mundo—la normativa que con el curso de los siglos ha venido a gobernar los debates de los parlamentos más desarrollados. De alguna manera, es la obra de referencia obligada en esta materia, y prácticamente no hay régimen parlamentario que no se rija por ellas o por una versión condensada de las mismas. He aquí una:

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El quórum

Las corporaciones deben decidir de antemano qué proporción de participantes constituye un número válido—quórum—para deliberar y tomar decisiones. Normalmente esta estipulación está contenida en los estatutos de aquéllas, pero a veces se determina el quórum a nivel reglamentario. Adicionalmente, el quórum puede (debe) ser distinto según el tipo de decisión a tomar. Así, por ejemplo, aquellas decisiones de mayor monta—como pudiera ser, por caso, la disolución de una asociación o su fusión con otra—requerirán un quórum calificado o una mayoría calificada para que la decisión tomada sea válida: dos terceras partes de los votos válidos, tres quintas partes de los votos válidos, etcétera. A veces es difícil lograr el quórum estipulado, y por eso se observa en muchas disposiciones la estipulación de un primer quórum que, si no es logrado, se sustituye por un número menor al cabo de un cierto tiempo o de una cierta cantidad de convocatorias. Por ejemplo, puede estipularse que una asamblea se considerará válidamente constituida con la mitad más uno de sus miembros, pero si esto no se obtiene, puede especificarse que una segunda convocatoria genera una asamblea válida con los que se encuentren presentes.

La agenda

No es posible una deliberación útil si no ha sido establecida de antemano una agenda de los puntos a discutir, y si ésta no es conocida con antelación por los deliberantes. Cabe al presidente de una corporación o director de debates la elaboración de tal agenda, cuya forma estándar incluye usualmente los puntos siguientes: 1: lectura del acta de la sesión anterior; 2. puntos pendientes (los no concluidos en sesiones anteriores que hayan sido diferidos para deliberación posterior); 3. puntos del día, o asuntos nuevos; 4. puntos varios, que son aquellos no contemplados en agenda y pueden ser traídos a discusión por los deliberantes una vez que se ha completado el resto de la agenda.

El director de debates o presidente

La figura central de un debate ordenado es la del director de debates, que puede o no ser el presidente de la corporación u órgano que se reúne a discutir. Como “director de tráfico” de las deliberaciones, debe caracterizarse por tres rasgos principales, a saber:

  1. Debe ser neutral: en principio no debe tomar partido por ninguno de los lados de una discusión, al punto de que ni siquiera vota. Cuando en ocasión excepcional, el director de debates desea intervenir en la discusión de fondo, abandona momentáneamente su función directora, confiando a otro miembro o funcionario la dirección de debates, y en este caso las prerrogativas de su cargo habitual no le corresponden hasta que retorne a su posición imparcial. Algunos estatutos o reglamentos confieren al presidente un “voto de oro” que puede hacerse necesario en caso de votaciones empatadas que es necesario dilucidar.
  2. Debe haberse preparado sobre los puntos de la agenda: como se indicó, toca al presidente o director de debates la confección de la agenda, pero debe ir más allá de eso para familiarizarse hasta donde pueda con los asuntos que serán discutidos, pues se espera de él que desempeñe un papel orientador o pedagógico, capaz de hacer aclaratorias o explicaciones que faciliten la discusión y contribuyan a su eficacia.
  3. Debe ser un experto en las reglas de orden: el director de debates debe tener un conocimiento detallado de las normas que rigen el debate, así como de los estatutos y reglamentos de la asociación cuyos debates preside, puesto que decide con poder de juez y sus decisiones deben estar fundamentadas y ser susceptibles de razonamiento y explicación. Las decisiones del director de debates pueden ser apeladas, siempre y cuando las apelaciones sean producidas de inmediato, en cuanto se produzcan las decisiones cuestionadas. Una vez que la sesión ha procedido al tratamiento de otros puntos, las decisiones del director de debates se han hecho irreversibles.

Corresponde al director de debates conceder el derecho de palabra, someter a votación las mociones propuestas y declarar fuera de orden a quien hable cuando viole de alguna manera las reglas establecidas. Conviene que sea auxiliado por un secretario que lleve nota del orden de solicitud de derechos de palabra y el registro de las deliberaciones y decisiones, a fines de la elaboración de la minuta o acta de la reunión. Sobre todo si el número de deliberantes no es pequeño, la función del secretario es vital, pues un director de debates se vería sobrecargado y restringido por tal razón en su función primaria de dirigir el tráfico de la discusión.

El derecho de palabra

En cuanto el director de debates anuncia “Se pone a consideración del cuerpo el punto X de la agenda…” los deliberantes pueden solicitar el uso de la palabra. Esto puede hacerse de viva voz—“Pido la palabra”—o mediante el expediente de levantar la mano. El director de debates o, mejor, el secretario, anotará el orden en el que han sido solicitados los derechos de palabra, a fin de conferirlos en ese orden.

Una vez que un miembro deliberante está en el uso de la palabra es, por decirlo así, “el dueño del patio” (the floor, según la expresión inglesa). No tiene más limitación que las de las reglas de orden, y a este respecto la presidencia o dirección de debates cuidará que no las viole. Puede emplear su intervención para argumentaciones de corte general—siempre en conexión con el punto en discusión, so pena de ser declarado fuera de orden—o para hacer una proposición o moción: esto es, para prescribir que la corporación o el órgano ejecuten alguna acción. (Por ejemplo, un egreso, un nombramiento, una alianza, etcétera).

Es una práctica común, no obstante, que se estipule una duración máxima a las intervenciones, la que es variable según el carácter del órgano o del punto en discusión. Por ejemplo, si se trata de un órgano cuya función es precisamente deliberar, como en el caso de un parlamento, las intervenciones pueden tomar media hora; en cambio, si se trata de órganos con menos miembros y carácter más ejecutivo, como es el caso de una junta directiva, la duración tiende a ser menor. (Tres o cinco o diez minutos). Los plazos pueden ser objeto de prórroga por tiempo adicional, y tal prórroga deberá ser solicitada al director de debates, quien decidirá si la concede, dependiendo, entre otras cosas, del ritmo que lleve la reunión y la cantidad de puntos de la agenda que estén pendientes. En cuerpos de composición compleja es costumbre advertir al orador que su tiempo está a punto de agotarse, a fin de que pueda redondear y culminar su exposición.

Las intervenciones no pueden ser leídas. (A menos que se trate de discursos formales o ceremoniales). La presidencia podrá, sin embargo, autorizar la lectura de textos breves a solicitud del orador.

En principio, cada deliberante podrá intervenir una sola vez sobre cada punto en discusión. Si ha hecho una moción, no obstante, podrá intervenir al final una segunda vez para defenderla de las objeciones de que haya sido objeto en el curso del debate. Esta regla de la no repetición podrá levantarse, por decisión de la dirección de debates, si quienes solicitan un segundo o aun un tercer derecho de palabra no son muchos y el cuerpo dispone de tiempo suficiente.

Las mociones

Cualquier orador puede hacer una proposición o moción de modo explícito. Cuando se trata de deliberaciones de asistencia numerosa, luego de ser hechas oralmente deben ser sometidas por escrito a la dirección o secretaría de debates, las que llevarán nota del orden en que las mociones fueron hechas.

Las mociones, al ser expuestas, deben recibir de inmediato el apoyo de otro orador que las secunde. Si esto no ocurre, se considerará que la moción no existe y por tanto no será sometida a debate.

Las Reglas de Orden de Robert tipifican varios casos especiales de mociones. Dos de los más comunes son las de considerar suficientemente debatido algún punto para someter a votación las mociones que hayan sido propuestas sobre él, y la de diferir o aplazar la discusión para oportunidad o sesión posterior, sobre todo si falta alguna información pertinente que tomará tiempo obtener.

En ausencia de estas proposiciones específicas, corresponde al director de debates declarar suficientemente debatida una cuestión o diferirla para sesión ulterior. En estos casos, se agotará previamente el derecho de palabra de los inscritos hasta el momento. Como corresponde a cualquier otra decisión de la dirección de debates, estas declaratorias pueden ser objetadas razonadamente, siempre y cuando tal cosa sea hecha de inmediato.

Interrupciones reglamentarias

Los derechos de palabra pueden ser interrumpidos en cuatro casos especiales, determinando la admisibilidad de la interrupción, en un caso, el orador de turno y en los otros tres casos la dirección de debates.

Punto de información: un orador puede solicitar de quien ejerce el derecho de palabra un “punto de información”, sea para ofrecer una información pertinente y útil a lo que se discute o para solicitar aclaratoria o explicación del orador de turno. Es éste, y no el director de debates, quien concede o niega al solicitante la formulación del punto de información.

Punto previo: un orador puede solicitar de la presidencia la concesión de un “punto previo” en medio de un derecho de palabra de otro orador. Este punto se empleará para destacar que antes de considerar o deliberar algún punto traído por el orador de turno, debe dilucidarse algún otro punto que tiene prelación sobre él. Por ejemplo, si se trata de autorizar la venta de algún activo, recordar que todavía no se ha recibido un informe acerca de cuáles activos conviene vender. Quienes no son muy duchos en las reglas de orden parlamentario, han descubierto el poder de un punto previo, puesto que confiere un derecho de palabra inmediato, pero lo emplean impropiamente para debatir, y no para el uso específico que se espera de él. En estos casos el solicitante debe ser interrumpido de inmediato y declarado fuera de orden, con la esperanza de que aprenderá. (Indio con palo no vuelve, hopefully). Una vez concedido y agotado el punto previo, el derecho de palabra regresa al orador interrumpido, quien ya no podrá tratar el punto específico que fuera objeto del punto de orden, debiendo conducir su intervención por otro camino.

Punto de orden: esta interrupción se solicita para señalar que el orden está siendo violado de alguna manera, tanto en cuanto al orden específico del derecho de palabra como en lo que respecta a la desconsideración del reglamento o régimen parlamentario que haya pasado desapercibida a la presidencia. El punto de orden conlleva más fuerza que los anteriores. Es decir, si se ha solicitado al mismo tiempo un punto de información, un punto previo y un punto de orden, la dirección de debates concederá primero el punto de orden.

Moción de urgencia: como su nombre lo indica, este punto se solicita cuando se presenta una situación que debe ser atendida urgentemente. Por ejemplo, si alguien tiene noticia de un ataque inminente sobre el cuerpo deliberante, o si se ha producido un siniestro, o si un infortunado ataque al corazón aqueja repentinamente a alguien, etcétera.

 

La votación

Una vez agotados los derechos de palabra sobre un punto, o en caso de que la dirección de debates se percate de que se discute en círculos, de modo repetitivo y sin añadir nueva información, se procederá a declarar el asunto suficientemente debatido y a votar las mociones que hayan sido hechas. La costumbre universalmente aceptada es la de someter a votación las proposiciones en el orden inverso del que fueron formuladas. Para esto la presidencia leerá, o solicitará al secretario que lo haga, todas las proposiciones formuladas. Una vez hecho esto anunciará que se procede ahora a votar la última de las proposiciones, que leerá de nuevo, y solicitará del cuerpo que sus miembros se pronuncien a favor o en contra de las mismas. Dependiendo de la costumbre, la votación a favor o en contra se indicará con la mano levantada cuando el presidente solicite “Los que estén a favor…” o “Los que estén en contra…” y pida que lo hagan “con la señal de costumbre”. La presidencia declarará entonces la aprobación o desaprobación de la moción por mayoría, haciendo constar el número de votos a favor y en contra. En otros casos se solicitará, uno por uno, que los deliberantes voten oralmente “a favor” o “en contra”, y todavía en otros (sobre todo en casos de votaciones muy delicadas) podrá pedirse una votación secreta por escrito. Las boletas serán escrutadas por un procedimiento convencional e imparcial. El mismo procedimiento se empleará luego con las proposiciones restantes: la penúltima, la antepenúltima, etcétera.

Es obvio que este uso procede si se trata de proposiciones que no sean enteramente opuestas, puesto que en caso contrario la aprobación de una significará ipso facto la desaprobación de la contraria y hará innecesaria la votación sobre esta última. (Como es el caso, por ejemplo, de la elección de un cargo).

Un caso especial de aprobación es la aclamación. Si a la lectura de una proposición, una evidente mayoría de la asamblea prorrumpe en vítores y aplausos entusiastas, la presidencia procederá a declarar la aprobación de aquélla “por aclamación”, lo que causará los mismos efectos de una votación ordinaria por conteo de votos.

 

La regla de oro

En todo el trámite parlamentario deberá prevalecer el mutuo respeto de los oradores, por lo que éstos deberán abstenerse de alusiones personales o irrespetos y agresiones de cualquier género. Si alguno de los miembros es acusado por algún orador de algún comportamiento indebido, tendrá derecho de palabra inmediato para ejercer su derecho a réplica, y la presidencia velará por el mantenimiento de la compostura.

De hecho, la costumbre aconseja la despersonalización de las alusiones, favoreciendo las referencias impersonales. Así, los oradores se referirán al tesorero, o al director de debates, o a “quien me precedió en el uso de la palabra”, etcétera.

El objeto final de las reglas de orden es cosechar los beneficios de una deliberación de conjunto sobre asuntos difíciles, y los miembros de una corporación u órgano se deben mutuo reconocimiento y aprecio. LEA

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Un artista, un genio y Dios

 

Isaac Newton, por William Blake

 

Vuelvo a apelar a Maria Popova, quien dedica una entrada en su estimulante newsletter—The Marginalian (antes Brainpickings)—a William Blake, poeta, pintor y grabador inglés.

La política de Blake… existió en lo que creó. Puede que haya tenido una gran empatía con los pobres, pero no pasó sus días trabajando para mejorar su situación. En cambio, creía que la imaginación era la herramienta necesaria para mejorar la sociedad y… haría más para liberar a la gente que hacer campaña o protestar. Hacer esto requeriría integridad, confianza en sí mismo y esfuerzo.

Es aquí donde encontramos la expresión más fuerte de la política de Blake. La verdadera política no consiste en ideologías para discutir, sino una actitud hacia tu relación con el mundo que se promulga en tu vida diaria. Tu política no es lo que te dices a ti mismo que crees. No son el conjunto de ideas con las que te identificas o buscas una validación personal de tu bondad como ser humano. Tu política se expresa en las escogencias que haces, la forma en que tratas a otras personas y las acciones que realizas. Es aquí donde la hipocresía y la vanidad se desvanecen, ya que la realidad de vuestra política se revela en las innumerables decisiones que tomáis todos los días. Para quién trabaja, si se ofrece como voluntario para obras de caridad, si se convierte en propietario, si come carne, hasta qué punto busca dinero y bienes de consumo: estos son los tipos de decisiones en las que se expresa nuestra verdadera política… Blake necesitaba trabajo de grabado comercial para mantener un techo sobre su cabeza. Pero también necesitaba estar libre de compromisos cuando se trataba de su propio trabajo. Produjo su arte como un antinómico individualista, sin pedir permiso, sin responder ante nadie.

………

Contemporáneo de Isaac Newton, Blake creía que el gran físico se ocupaba como él prescribía. El impacto causado por la obra de Newton fue gigantesco, y no sólo sobre la comunidad científica. El poeta y satírico inglés Alexander Pope (1688-1744), quien dijera famosamenteTo err is human, to forgive divine—evidenció su admiración por el genio de la Física, en evidente y feliz parodia del texto del Génesis, con los siguientes versos pareados:

 

Nature and Nature’s laws lay hid in night

God said Let Newton be! And all was light.*

 

Sin embargo, Blake (1757-1827) acusaba a Newton—así como a Locke y Bacon—de haber dejado a Dios fuera de su excesivo racionalismo. (Escribió que eran “los tres grandes maestros del ateísmo, o la doctrina de Satán”).

Dios—¿preparándose a la creación de Newton?—en otra ilustración de Blake.

 

Pero también dijo Blake en Augurios de inocencia: “Ver el mundo en un grano de arena/ y el cielo en la florecilla del campo/ sostener lo infinito en la palma de la mano/ y poseer lo eterno en una hora apenas”.

………

* La Naturaleza y sus leyes yacían escondidas en la noche/ Dios dijo «Hágase Newton» y todo fue luz.

LEA

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