Lo que dice acá en quince minutos Robert Sapolsky—graduado summa cum laude en Antropología Biológica en la Universidad de Harvard, profesor de Ciencias Biológicas y Neurología en la Universidad de Stanford—es sólo algo para reflexionar sobre ello con la más responsable seriedad de la que seamos capaces. Creo que es de consideración imprescindible a los venezolanos de esta hora, muy especialmente por aquellos entre nosotros que han concluido que sólo nos queda la confrontación en «la calle». (Si no se mostrare subtítulos en español en el ícono de la esquina inferior derecha puede activárselos, justo a la izquierda de las flechas que permiten ver el video a pantalla completa).
Insisto, las palabras de Sapolsky son sólo para informarnos de unos pocos datos biológicos sobre los que cavilar. Después, ruego se considere este planteamiento en Del armisticio como programa:
Si nuestra clase política profesional lograra detenerse unos días en su pugna y sus insultos (…) si osara aprobar algo como lo expuesto en la calma de un alto al fuego para componer nuestro Estado de Derecho maltrecho, si acordara un armisticio que suspenda la destrucción y la muerte, volveríamos a estar los venezolanos muy orgullosos de nosotros mismos, pues habríamos dado al mundo una lección de inteligente elevación, de sensatez y desprendimiento. LEA
Un estimadísimo amigo me ha hecho llegar un video que me habían recomendado antes, anexo a un correo electrónico en el que pone: «Fuerte el discurso». A continuación, inserto el video en cuestión y, luego, lo que contesté al remitente:
Gracias. Me lo habían mencionado varias veces y aún no lo había visto. Me recuerda el estilo muy eficaz de Antonio Sánchez García; destacando con muchísima verdad las manipulaciones abominables de los regímenes de izquierda, incurre sin embargo en una absolución del «capitalismo», sistema al que le pega la noción de «justicia independiente» como si le fuera consustancial. No es mi manera de hablar, y no se puede admitir la propaganda de signo contrario; los EEUU no son santos. Nadie menos que Alan Greenspan, antiguo jefe de la Reserva Federal de los EEUU, publicó un libro de memorias—The Age of Turbulence: Adventures in a New World—, que vio la luz el 17 de septiembre de 2007, en el que dice: “Estoy entristecido porque sea políticamente inconveniente reconocer lo que todo el mundo sabe—que la guerra en Irak es en gran medida por el petróleo”.
El Sr. Vidal hace mucho del cristianismo, pero deja de registrar que Francisco ha escrito (Evangelii gaudium): “La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera”. Y también: “Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos establecido con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”.
De modo, pues, que si comparto la descripción crítica de sistemas como el castrista, el sandinista o el chavista, todos cultores de la mentira sistemática como herramienta de distorsión para dominar, no concurro con la presentación del mundo como película en blanco y negro, como un asunto de superhéroes contra supervillanos. La realidad tiene muchas tonalidades de gris o, más exactamente aún, viene en deslumbrantes colores. No todo lo que se opone al socialismo es por eso mismo esencialmente loable.
Por último, se percibe en el Sr. Vidal un cierto tufo de pretendida superioridad, como se desprende de sus alusiones a lo que está al sur del Río Grande. Tampoco España ha podido parir nadie que se parezca a Steve Jobs. LEA
Una imagen vale más que mil palabras, reza una conocida conseja. En tiempo de YouTube, un video vale más que mil imágenes. Aquí vemos a Jorge Rodríguez criticando las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (12 de febrero de 2012), labor en la que adelanta criterios que tendrían que aplicarse a la elección del 14 de abril de 2013. LEA
Si José Antonio Abreu y su magnífica obra obtuvieran el Premio Nóbel de la Paz que se les debe, comenzaría a desear lo mismo para Hans Rosling, el médico sueco que es él solo una agencia de desarrollo unipersonal. Esto no significa, por supuesto, que no trabaje en equipo; por lo contrario, es un insigne líder de grupos e instituciones, un motivador incansable, un pedagógico conferencista con una capacidad fuera de lo común. Rosling se especializó en problemas de salud pública—en Bangalore, India—después de graduarse en la Universidad de Uppsala en medicina y estadística. Fue en otros países, especialmente de África, donde hizo sus primeros y brillantes aportes como sanitarista. Más tarde, luego de descubrir, estudiar y tratar exitosamente en muchas localidades de ese continente un brote de parálisis epidémica, obtuvo un doctorado de su Alma Mater en Suecia.
Pero Rosling es un sabio integral: la salud la entiende en conexión con el desarrollo económico, el crecimiento poblacional, los estilos de vida, el tamaño de las familias, la pobreza… A esa sabiduría une la vocación del predicador de la verdad, del cruzado sin otra arma que los hechos que presenta del modo más divertido y convincente—con el auxilio del software Trendalyzer que desarrolló con su hijo y su nuera—, plenamente reconciliado con la humanidad. Es la estrella de las Conferencias TED, es un verdadero ciudadano del mundo.
Rosling es, por otra parte y muy claramente, un médico político; en el video que sigue declara que no es optimista, pero tampoco pesimista, sino «un serio posibilista» fundado en una consideración analítica de los hechos, de la que las emociones son excluidas. (Bueno, no todas; es evidente en el estupendo humor de Hans Rosling que la verdad se asocia muy bien con la alegría). Es ésa la clase de política que debe sutituir a nuestra muy primitiva política ideologizada, que se agota en la mera búsqueda del poder.
Con algo de mejor iluminación y volumen, el plano menos abierto y la mirada sobre la cámara, se ha mejorado algo respecto de la primera prueba de los video-comentarios—videocom para los íntimos—en este blog. El video de abajo no ha sido objeto de edición. (Por ejemplo, para concluirlo mejor). Se agradecerá las opiniones de los visitantes en cuanto a concepto, tono y contenido. LEA
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