Orlando curioso
¿Quién le dará a la voz con que revele
tan noble asunto, conveniente acento?
¿Quién al verso las alas, porque vuele
tanto que llegue a tan alto argumento?
Ludovico Ariosto – Orlando Furioso: Canto III, Estrofa 1
Antonio Vivaldi – Orlando Furioso: Introducción
____________________________________________________________________________________________
El economista Orlando Ochoa coordinó la redacción de un documento de excepcional importancia—Crisis cambiaria, petróleo y deterioro socioeconómico—, a cuyo pie estamparon su firma 47 economistas venezolanos. (Una docena más de profesionales lo suscriben sin identificarse, impedidos de hacerlo por válidas razones). El sólido trabajo fue dado al conocimiento público el 30 de enero. En la víspera, la Academia Nacional de Ciencias Económicas había emitido por su cuenta un preocupado pronunciamiento:
Los problemas económicos de inflación, escasez y desempleo que Venezuela está padeciendo en los actuales momentos no tendrían razón de ser si no fuera por la insistencia reiterada del Gobierno Nacional en tomar medidas contrarias y contraproducentes a las posibilidades de desarrollo sostenido que permiten los recursos naturales, el capital y el talento humano con que cuenta el país. La economía venezolana ha sido expuesta durante los últimos años a una serie de medidas que han generado importantes desequilibrios macroeconómicos, afectando seriamente el funcionamiento del sistema económico interno, especialmente en su capacidad para proveer los bienes y servicios requeridos para mantener y mejorar el nivel de vida de la población, así como para incrementar el empleo productivo. La exagerada expansión del gasto del sector público, financiado en buena medida con endeudamiento, y la emisión monetaria sin respaldo por parte del Banco Central de Venezuela, en un marco de hostigamiento a la actividad económica privada, de inseguridad jurídica y desestimulo a la inversión, destacan como causas fundamentales del extraordinario proceso inflacionario que hoy nos afecta. (…) La Academia Nacional de Ciencias Económicas considera imperiosa la rectificación de la actual política económica, si es que se quiere evitar un mayor deterioro de nuestra economía.
No se trataba de criticar por criticar; la institución hizo este ofrecimiento: «La Academia Nacional de Ciencias Económicas reitera su disposición a colaborar con la formulación de los lineamientos que podrían guiar la rectificación esperada».
Lo mismo hicieron los 47 economistas, algunos de ellos académicos, al elevar proposiciones concretas para la rectificación. Específicamente, centran su atención sobre el meollo del problema: PDVSA.
El camino a la solución de los problemas petroleros y económicos descritos, la verdadera causa, se puede iniciar con la reorganización del flujo de divisas de PDVSA, lo cual debe facilitar el aumento de la capacidad de producción petrolera y aumentar el suministro de divisas al BCV, el cual fue de 98% del total de las exportaciones petroleras antes de 1999; y fue disminuyendo hasta representar sólo 53% de las exportaciones en los tres primeros trimestres de 2013. No obstante, es imperativo establecer simultáneamente un balance fiscal en el sector público (reducción del enorme déficit) con disciplina monetaria (eliminar el financiamiento monetario del BCV al sector público), para poder orientar la política económica a alcanzar un régimen cambiario con una sola tasa de cambio, con libre convertibilidad y acceso a divisas, tal como lo disfrutan hoy Bolivia y Ecuador, países del ALBA con mucho mejor sentido de responsabilidad fiscal y estabilidad económica. (…) Un sector petrolero fuerte y en crecimiento, una política cambiaria adecuada y sostenible, conjuntamente con un sólido balance fiscal transparente (sin fondos públicos en divisas en el exterior para gasto extra-presupuestario discrecional) es compatible con una amplia política social contra la pobreza, un banco central autónomo y distante de financiar el déficit público. Instituciones sólidas y respetadas, con políticas sanas, son condiciones esenciales para reducir la inflación y el endeudamiento, elevar el salario real y estimular el crecimiento de la producción nacional, para así alcanzar una estabilidad económica duradera. Al alcanzar la estabilidad económica Venezuela podrá entonces contar con capacidad para elevar su producción de bienes y servicios e insertarse exitosamente en el MERCOSUR, lo cual hará también necesario un entendimiento entre el sector público y sector privado.
………
Hoy tuve la fortuna de presenciar en Centroávila una certera presentación de Orlando Ochoa sobre tan preocupante cuestión. Allí volvió a hablar de entendimiento; recordó que Fernando Enrique Cardoso, el sensato ex Presidente del Brasil, le señaló, además de una apertura de la economía y la guerra a la pobreza, la precondición de un amplio y sincero acuerdo de gobernabilidad entre los principales factores políticos y económicos de su país para el éxito brasileño. Allí repitió que el regreso a un sano orden fiscal era compatible con programas de asistencia a las capas más pobres de la población. Allí apuntó, reiteradamente, a PDVSA como la verdadera raíz del inmenso desarreglo económico nacional.
Entonces pensé: la solución de la cosa no es salir de Nicolás Maduro; es salir de Rafael Ramírez. Es él quien debiera ofrecer su renuncia. LEA
_________
Para descargar en .pdf: Orlando curioso
intercambios