Neurochaparrón
No hace mucho tiempo… desde que Per Bak y su grupo de colaboradores del Centro de Investigaciones Thomas Watson de IBM registraran lo que pasaba en un modelo a escala de avalanchas orográficas. Con un aparato tan sensible que era capaz de hacer caer arena grano por grano sobre una superficie circular, observaban la formación de colinas con una determinada “pendiente crítica”, a partir de la cual la caída de un solo grano de arena podía provocar avalanchas.
Carta Semanal #95 de doctorpolítico, 15 de julio de 2004
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A través de la historia, las guerras y las interacciones pacíficas pueden haber dejado al mundo en un estado crítico en el que los conflictos y la agitación social se diseminan como avalanchas. La criticidad autorganizada puede incluso explicar cómo se propaga la información a través de las redes neurales del cerebro. No es una sorpresa que las tormentas de cerebros puedan ser detonadas por pequeños eventos.
Per Bak & Kan Chen, Scientific American, Criticidad autorganizada, enero de 1991
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The 2010 Salang avalanches consisted of a series of at least 36 avalanches that struck the southern approach to the Salang tunnel, north of Kabul, Afghanistan on February 8 and 9, 2010, burying 3.5 km (2.1 miles) of road, killing at least 172 people and trapping over 2,000 travellers. They were caused by a freak storm in the Hindu Kush mountains located in Afghanistan.
Wikipedia: On this day – February 8
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Un tweet de hoy desencadena, con exactamente 140 caracteres, la pequeña avalancha de este artículo. Dice: «De materializarse el fraude electoral que anda revoloteando por ahí ¡en Venezuela habrá una hecatombe y se abrirán las puertas del infierno!»
Al instante de leerlo entendí. No habrá fraude electoral. Hugo Chávez es de temperamento épico. Eso significa que le importa mucho cómo será recordado por la historia. No quiere ser recordado como un hombre que retuvo fraudulentamente el poder.
¿Ventajista? Sí. No dará la más mínima ventaja a sus adversarios. ¿Agresivo? Por supuesto. Él cree que la gente sólo aprende a golpes, y como cree que él tiene algo que enseñar… ¿Contradictorio? Definitivamente. Dentro de su cabeza cae una caudalososa cascada de pulverulentas ocurrencias arenosas, y las más recientes pueden negar las anteriores porque el tormentoso discurrir las retuerce; pero su autocontradicción es honesta. Lo último que dice es lo que cree. Cuando Yehezkel Dror enumeró los rasgos de un gobernante «enloquecido»—en Crazy States: A Counterconventional Strategic Problem, 1971—, propuso éstos: «1. tiene objetivos muy agresivos en contra de otros; 2. mantiene un profundo e intenso compromiso con esos objetivos (dispuesto a pagar un alto precio por su logro y correr grandes riesgos); 3. está imbuido de un sentido de superioridad frente a la moralidad convencional y las reglas habitualmente aceptadas de la conducta internacional (dispuesto a la inmoralidad e ilegalidad en términos convencionales en nombre de ‘valores superiores’); 4. exhibe un comportamiento lógicamente consistente dentro de tales paradigmas; 5. lleva a cabo acciones externas que impactan la realidad (incluyendo el uso de símbolos y amenazas)».
Pero fraudulento no. Ni siquiera hizo fraude en 2007, cuando su estratégico proyecto de reforma constitucional fue desechado por apenas un punto porcentual. Él es hombre de historia, y quiere que se escriba acerca de la elevación de su carácter personal. Su revolución bonita no debe ser manchada por la trampa. No habrá fraude electoral.
Quien gane o pierda en 2012 habrá ganado o perdido en realidad. Por eso no habrá hecatombe; sólo el alud de los votos, una tormenta anómala. Las avalanchas traen la calma, y de la desordenada lluvia puede surgir el orden del canto, allá en África, la urbanización vecina. LEA
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I hear the drums echoing tonight
But she hears only whispers of some quiet conversation
She’s coming in 12:30 flight
The moonlit wings reflect the stars that guide me towards salvation
I stopped an old man along the way,
Hoping to find some old forgotten words or ancient melodies
He turned to me as if to say, Hurry boy, It’s waiting there for you
It’s gonna take a lot to take me away from you
There’s nothing that a hundred men or more could ever do
I bless the rains down in Africa
Gonna take some time to do the things we never have
The wild dogs cry out in the night
As they grow restless longing for some solitary company
I know that I must do what’s right
As sure as Kilimanjaro rises like Olympus above the Serengeti
I seek to cure what’s deep inside, frightened of this thing that I’ve become
Hurry boy, she’s waiting there for you
It’s gonna take a lot to take me away from you
There’s nothing that a hundred men or more could ever do
I bless the rains down in Africa, I bless the rains down in Africa
I bless the rains down in Africa, I bless the rains down in Africa
I bless the rains down in Africa
Gonna take some time to do the things we never have
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