Un cura que cura de verdad

Gustavo Sucre Eduardo, Laureano Márquez, César Miguel Rondón... e Ignacio de Loyola

Gustavo Sucre Eduardo entre Laureano Márquez, César Miguel Rondón… e Ignacio de Loyola

Al padre Gustavo Sucre S. J., verdadera columna vertebral de la Universidad Católica Andrés Bello, su Decano de la Facultad de Economía y su Secretario por muchos años. La universidad quiso premiarle con un especialísimo Doctorado Honoris Causa en Derecho pues, como cuenta el jurista José Luís Aguilar Gorrondona, quería ser abogado y sacrificó su interés al de la universidad, que tenía demasiados hombres de leyes cuando carecía de quienes supieran ciencia económica. No hay misas que den más paz y más sucintas que las que oficia, en cuyos escuetos y pertinentes sermones nunca falta una balsámica nota de humor.

Prólogo a Alicia Eduardo: Una parte de la vida

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Seguramente como secuela de un exitosísimo e insólito espectáculo del que fuera moderador, César Miguel Rondón entrevistó al padre Gustavo Sucre, queridísimo tío de mi esposa. En la Universidad Católica Andrés Bello, la casa de este sacerdote jesuita, Rondón había dirigido las Confesiones del Padre Sucre, que fueron sacadas de su buche por el hábil inquisidor Laureano Márquez. Tuve la suerte de estar con mi familia en la atestada Aula Magna de la universidad y reír indeteniblemente. No es en nada inexacto decir que esa reciente noche (25 de febrero) el cura superó con creces al humorista.

Esta mañana, la emisora Éxitos FM transmitió una conversación amable y divertida con este cura impar. Su hermano Gonzalo fue el único de los que pudo competir con él en el ingenio de su buen humor, pero Gustavo es la destilación—¿por aquello del güisqui?—de los Sucre Eduardo, de quienes pudo decirse:

…para hablar con propiedad de los Sucre Eduardo se requeriría oficio de antropólogo, puesto que hay una cultura Sucre Eduardo. Seguramente es su primer rasgo distintivo la religiosidad. Don Andrés y Doña Alicia fueron católicos fervientes, y decir Sucre Eduardo es decir Loyola, y no sólo por el deporte. En recuerdo del cura Gustavo también Hernando habría considerado el sacerdocio como vocación, tal como le confiara en una carta, y son las innumerables misas en familia, en fechas especiales del santoral o en recuerdo de los muertos, ocasión a la vez de recogimiento y regocijo, y no pocas terminan en condumio copioso, recientemente en areperas.

La nobleza, la solidaridad, la discreción, la alegría, el sentido de realidad, la noción del deber ineludible, la paciencia, el respeto del prójimo y lo ajeno, el espíritu de cuerpo, la seriedad, la pasión deportiva, el tino para conseguir consortes, la falta de pretensión y una orientación práctica y desenredada hacia la vida, son rasgos comunes a los Sucre Eduardo, y esa múltiple conjunción, reiterada doce veces, sólo puede explicarse en la labor paternal y maternal de Andrés y Alicia.

He aquí el audio del trabajo Sucre-Rondón:

Gustavo Sucre con César Miguel Rondón

Poquísimas entradas de este blog me han permitido más alegría. LEA

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