por Luis Enrique Alcalá | Sep 20, 2012 | Argumentos, Política |
Medición de Datanálisis entre el 10 y el 16 de septiembre
El 18 de septiembre, la asistente de Teodoro Petkoff rebotaba a unos pocos destinatarios una nota de prensa del «Bloque de Prensa Nacional» con el siguiente asunto: Encuestadora Datos: Capriles Radonski acorta brecha a 3.92% con Hugo Chávez. Puesta así la cosa, el lector desprevenido pensaría que se trataba de una medición de la venerable empresa de Edmond Saade y su hijo, Joseph «Joe».
No es tal; el texto de la comunicación comienza diciendo: «El presidente de la República, Hugo Chávez, cuenta con una leve ventaja de 3.92 puntos porcentuales sobre su rival Henrique Capriles Radonski en la intención de voto para las elecciones de octubre en Venezuela, la brecha entre ambos candidatos presidenciales disminuyó a comparación con el estudio anterior de la encuestadora Datos del Grupo 6to Poder». El asunto es que al «grupo»nucleado alrededor del semanario 6to. Poder (Leocenis García), le ha dado por ordenar encuestas que organiza su «asesor general», el encuestador de larga data Eugenio Escuela. (El 25 de julio, ya anunciaba el semanario de García: «6to Poder Datos presenta su nueva medición presidencial: Chávez 41% y Capriles 35%»).
Un poco más de un mes antes, el 22 de junio, el diario Tal Cual publicaba una advertencia de la encuestadora Datos de verdad verdad verdaíta:
La encuestadora Datos señala que… «En un momento como este de coyuntura electoral, es posible que surjan empresas que quieran tomar ventaja del reconocimiento que nuestra marca Datos tiene en el entorno nacional, por lo que los invitamos a ser cuidadosos en revisar las fuentes y contactarnos en caso de dudas o inquietudes».
Esto no significa, por supuesto, que las mediciones de Eugenio Escuela no tengan validez.
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A pesar de su propia encuesta, el mismo semanario titulaba el día antes de la nota de prensa referida: IVAD: La intención de voto para Hugo Chávez es de 50,3% sobre 32,2% de Capriles. Había tomado la información de lo presentado por José Vicente Rangel en su programa semanal por televisión. Ésta es la nota de 6to Poder:
Caracas, 17 de septiembre de 2012 * La brecha a favor del candidato, Hugo Chávez, es de 18,1%, reveló la última encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD).
La intención de voto para el actual jefe de Estado es de 50,3%, mientras que para el abanderado de la derecha, Henrique Capriles, 32,2%.
La intención de voto hacia el representante de la oposición ha bajado en los últimos cuatro meses: en junio de este año, la intención de voto para Capriles era de 32,5%; en julio, 32%; en agosto aumentó moderadamente a 32,4% y en septiembre el apoyo bajó nuevamente a 32,2%.
La encuesta, realizada entre el 2 y 10 de septiembre, contó con un universo de 1200 entrevistados, así lo informó José Vicente Rangel en su programa dominical.
En el ítem de voto simulado, secreto e inclinación de los indecisos, los resultados fueron: Chavez 55,4%; Capriles 35,9%; no sabe/ No responde 8,7% y la brecha a favor del mandatario nacional es de 19,5%.
En el capriloradonskismo no faltará quien descalifique estos resultados del Instituto Venezolano de Análisis de Datos, más cuando han sido anunciados por el destacado chavista Rangel. Sin embargo, el Director de Tal Cual ha salido antes en defensa de Félix Seijas, el Presidente de IVAD. Así lo exponía Orlando Ochoa Terán en otro semanario—Quinto Día—el 18 de marzo del año pasado (Encuestadoras y conflictos de intereses):
En un ambiente de libre mercado el éxito y el prestigio de las encuestadoras dependen de su credibilidad y sus resultados. En países de instituciones débiles se fabrican encuestadoras para fines de propaganda y hacerse cómplices del poderoso de turno.
El tema lo han actualizado el general Gonzalo García Ordóñez y Teodoro Petkoff, en una disputa que se centra en la encuestadora IVAD del profesor Félix Seijas. Para García Ordoñez, cuando IVAD decidió trabajar para la oposición y el gobierno “entró en un dilema ético insoluble” que se refleja en un sesgo hacia el oficialismo como lo prueban las imprecisiones de sus cifras y una supuesta táctica de favorecer al presidente Chávez con un 50% de respaldo para que “no cause sorpresa un resultado torcido” cuando las encuestas tengan un mayor impacto.
Teodoro, por su parte, admite que mantiene una “larga y cordial relación de amistad con Seijas” y “da fe de su solvencia profesional así como de su integridad personal”. Cuando los resultados favorecían a Chávez, alega Teodoro, y coincidían con los registros previos de Seijas entonces “circulaba la especie estúpida de que Chávez ganaba con fraude”. No objeta que el gobierno sea también cliente de IVAD porque no se trata de una “empresa filantrópica sino comercial” y para enfatizar este aserto acude a una extraña analogía: “Reclamarle (a IVAD) que entre sus clientes está el gobierno es como reclamarle al general García Ordoñez el sueldo que cobraba como embajador del gobierno de Chávez en Bolivia”.
¿Habrá cambiado a estas alturas la radical opinión de Petkoff?
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Ahora se conoce la medición fresquita de otra encuestadora, Datanálisis. Se trata de la cuarta entrega de su Tracking telefónico nacional. (Una encuesta telefónica de 1.200 llamadas realizada entre el 10 y el 16 de septiembre, que pretende tener un error muestral máximo de 2,77% hacia arriba o hacia abajo). Bueno, este sondeo registra una ventaja de Chávez sobre Capriles de 14,7 puntos. (Intención de voto por Chávez de 43,8%; por Capriles 29,1%). El diario El Universal prefirió—Eugenio Martínez, 18 de septiembre—reportar la medición como si el problema fuera una elección por la Gobernación de Miranda: Capriles aventaja por 16 puntos a Chávez en Miranda – Según Datanálisis 52.4% de los electores de Miranda votarían por Capriles Radonski y 36,7% apoyarían a Hugo Chávez. Es un consuelo adelantado, sin duda, para insuflar ánimo en los seguidores de la oposición.
Preferencias partidistas de los venezolanos (clic amplía)
Datanálisis continúa reportando un nivel desusadamente elevado de indecisos: no contesta el 14,4% de los encuestados, no sabe el 8,8%, prefiere otro candidato el 2,5% y no votaría por ninguno el 1,5%, para un total de 27,2%. La encuestadora estima en 7% los indecisos que pudieran pronunciarse por Capriles y en 10,8% quienes lo harían por Chávez. Recalculada la intención de voto con la incorporación de estos electores, las cuentas le dan a Datanálisis una votación a favor de Chávez de 54,6% contra 36,1% a favor de Capriles, o una brecha de 18,5% entre la medalla de oro y la de plata. Esto deja 9,7% a la abstención; si estas cifras teóricas se trasladan sobre el registro electoral de 19.119.036 inscritos, se abstendrían 1.778.070 electores, votarían por Chávez 10.438.994 y por Capriles 6.901.972. Y esto último sería 2,24 veces la votación total de las primarias de la MUD del 12 de febrero—¡Bravo, Aveledo! ¡Bravo, Albánez!—y 3,61 veces la votación por Capriles—¡Bravo, Briquet! ¡Bravo, Guanipa! ¡Bravo, Caldera!—en aquellas elecciones preliminares.
Una vez más, la dirigencia opositora habría sido incapaz de derrotar al gobernante más pernicioso de toda la historia venezolana. Hay algo fundamentalmente equivocado en su planteamiento, en sus premisas estratégicas, comenzando por comprenderse a sí misma como la mera negación de Chávez.
Al futuro mediato, no obstante, hay esperanza. La lámina 18 del tracking de Datanálisis reporta la afiliación política de sus encuestados, y la suma de los que clasifica como Ni-Ni (33,4%) y quienes no saben o no contestan (7%) rinde, aun en medio de la polarización y a 17 días de la votación, un total de 40,4%, prácticamente a la par del chavismo (42%) y 2,3 veces la cantidad de los que se pronuncian como antichavistas o de oposición (18%). He allí el mercado primario para una iniciativa moderna que captaría, si su planteamiento fuere correcto (transideológico, satisfactorio y convincente), mucha gente de la que ahora se incluye en cualquiera de los dos polos.
Manos a la obra. LEA
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Enlace para descargar láminas de Datanálisis: Tracking electoral – Semana 4
(Hinterlaces presentará sus últimos resultados el próximo miércoles 26 de septiembre. Como siempre, aquí estarán).
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por Luis Enrique Alcalá | May 20, 2012 | Argumentos, Política |
Diestra escondida y siniestra alzada
En una visita de 1977 al Instituto Brookings, vetusto think tank de la ciudad de Washington cuyo origen remonta a 1916, escuché de su Director que unas veces «la primera organización dedicada al análisis de políticas públicas al nivel nacional» era tenida por centro que favorecía a los demócratas o a los republicanos, según quién estuviera gobernando. Si un demócrata ejercía en la Casa Blanca, su estudio anual sobre el presupuesto federal de los EEUU parecía hecho por un republicano interesado en señalarle defectos; lo inverso ocurría cuando gobernaba un presidente republicano.
Desde siempre, la aplicación de la inteligencia externa a los asuntos de gobierno encuentra errores en éste con la misma rapidez con la que el gobierno cuestiona la intención del investigador. Cualquier disminución pública de un actor político suscita en éste un ataque al evaluador, la muerte del mensajero. Hace cinco años casi exactamente, cuando medía un descenso en el apoyo de la opinión pública al gobierno, Hinterlaces era atacada por un ministro del presidente Chávez:
Pero ahora Lara, en su nuevo papel de gran desmentidor, acomete la deconstrucción—ministro postmoderno—de los resultados de una encuesta recientemente revelada por Oscar Schemel, el Director de Hinterlaces. Muy apresuradamente ha salido el Sr. Lara a declarar que el estudio de opinión sólo sirve a intereses de clase y es una “mentira estadística”. El Gonzalo Barrios del régimen—con perdón de la memoria del Dr. Barrios—declaró: “Alguien habló una vez que hay en la vida mentiras capitales, veniales y estadísticas, por lo que creo que en Venezuela hace bastante tiempo y por razones de carácter político estamos frente a una mentira sistemática de la mentira estadística”. Igualmente insinuó que algunos dueños de encuestadoras, en función de sus posturas políticas, “inducen respuestas en la forma misma de formular la pregunta a la hora de hacer la entrevista al encuestado”. El Ministro del Poder Popular para Desmentidos y Rectificaciones no toma en cuenta que la metodología de Hinterlaces incluye el empleo de focus groups, en los que los participantes no están encajonados por preguntas cerradas y pueden explayarse al explicar lo que sienten.
¿Qué tiene de particular la encuesta en cuestión, que obliga al gobierno a tratar de descalificarla? Pues que registra una disminución de 9% en el apoyo a Chávez, y reporta que más o menos la tercera parte de quienes votaron por él el pasado 3 de diciembre está arrepentida. (En la Carta Semanal #237 de doctorpolítico, 17 de mayo de 2007).
Pero la oposición lastimada puede conducirse, de hecho lo hace frecuentemente, como un gobierno herido cuando escucha alguna verdad que no le gusta. No es eso nada nuevo. El 4 de octubre de 2007 quise salir en defensa de Luis Vicente León, Director Ejecutivo de Datanálisis, en la Carta Semanal #257 de doctorpolítico:
El diario El Universal publicó el pasado domingo 30 de septiembre dos piezas de gran claridad y valentía, ambas atribuidas al economista Luis Vicente León, el Director Ejecutivo de la encuestadora Datanálisis, que preside el sociólogo José Antonio Gil. La primera es su acostumbrado artículo dominical, que en esta ocasión dedicó a considerar las probabilidades de un nuevo éxito de Hugo Chávez con ocasión del inminente referéndum que considerará su proyecto de reforma constitucional, una vez que la Asamblea Nacional lo componga de manera definitiva. Escribe León: “…si le preguntamos a la población por los temas ‘candentes’ de la propuesta Chávez, conseguimos que éstos no logran motivar a la gente. Más de 50% rechaza la reelección continua; más de 80% cree que la propiedad privada es indispensable para generar empleos y más del 75% rechaza la idea de que sus autoridades sean nombradas a dedo por el Presidente. Bajo estos resultados, algunos analistas concluyen que la reforma perderá corrido. Ésta es una conclusión atrevida. Debemos considerar que lo que se está sometiendo a consideración no son sólo los elementos impopulares de concentración de poder. En este referéndum el Presidente agregó propuestas populares determinantes en la decisión del voto”. Luego advierte: “Miren la paradoja: durante años la oposición, siendo minoritaria, dio esperanzas falsas a su gente para motivarlos a votar y los frustró. Cuando los resultados le fueron adversos jugó a la abstención y acostumbró a una parte de los votantes a que no valía la pena participar, llenando el mercado de mitos y realidades sobre el sistema electoral. Pues ahora, cuando finalmente tiene una opción, su trabajo previo la desarma, el abstencionismo natural la entrampa y probablemente ocasionará que los resultados finales le sean tan adversos como siempre”.
La segunda pieza es una entrevista que le hace Clodovaldo Hernández. Éste pregunta: “Si la oposición reacciona, ¿podría ganar?” Responde León: “Ésta es la primera vez que la oposición tiene la oportunidad de oro para demostrar que la gente puede estar de acuerdo con Chávez pero no con todo lo que propone. Sin embargo, esta es una sociedad utilitaria y ahora es cuando vamos a ver a Chávez en acción. Por eso se muestra todos los días en cadena, entregando dinero. La estrategia será llevar a la gente a pensar que votar Sí o No es votar a favor o en contra de él. Así le endosará a la reforma parte de su popularidad. Y si todo eso fallara y el electorado siguiera dividido en partes iguales, la capacidad operativa de movilización del Gobierno el día cero es infinitamente superior a la de la oposición”. Pero apunta con mayor precisión: “Chávez sabe que la relación utilitaria no sirve para permanecer en el poder a largo plazo. Es como el amor comprado, efímero. Por eso insiste en lo ideológico. Según la última encuesta, 82% rechaza usar a Cuba como ejemplo para Venezuela, pero Chávez le cambió el nombre y ahora se llama Socialismo del Siglo XXI. Nadie, ni él, puede definirlo, pero es una branding strategy, una estrategia de marca impecable. Es como el casabe: a lo que le echas sabe”.
En el artículo, sin embargo, ha escrito, recordando por qué Carlos Ocariz no detenta el cargo de José Vicente Rangel Ávalos: “Carlos Ocariz lo entendió en carne propia cuando perdió la Alcaldía de Sucre no porque era minoría, ni porque nadie lo robó, sino porque su mercado natural no votó, pensando que era imposible ganar, cuando la historia está llena de ejemplos que indican que nada, en política, es imposible”.
Por decir cosas como ésa, valiente y responsablemente, Luis Vicente León ha sido atacado estúpidamente. Clodovaldo Hernández refiere: “En 2004, León quedó accidentalmente en medio de una marcha opositora y casi lo linchan. Había escrito un artículo—sin suficiente anestesia—en el que afirmaba que la estrategia de Chávez para reconectarse con el pueblo, a través de las misiones, había sido ‘exitosísima’. En el club al que asiste, una señora recogió firmas para que lo expulsaran”. Ésta es la clase de gente que rasga sus vestiduras porque se discrimina sobre la base de la “lista de Tascón”. Lo que hay que hacer con Luis Vicente León es darle las gracias.
En el mismo club donde se intentó expulsarlo se repetía como dogma de fe que León había comprado un costoso apartamento ¡en dólares y en efectivo! Ese dato—falso, por supuesto—pretendía ser indicio de su venalidad; el gobierno lo habría comprado. Un amigo cercano me pasó la información que le ofreciera su hija, agente de bienes raíces que manejó el inmueble en cuestión: el comprador del susodicho apartamento ni pagó en dólares ni mucho menos era Luis Vicente León. Pero debe haber aún más de una persona que jura que la transacción existía como aseguraba el chisme difamador y que de tal cosa se desprendería que León y Datanálisis exponen lo que el gobierno les ordena. ¿Quién se hará responsable del injustificable daño a sus reputaciones?
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Hay veces, por supuesto, cuando la descalificación de una encuestadora es menos venenosa, al producirse en términos aparentemente técnicos. La nota de Reuters—Chavez rival struggles to close gap in Venezuela race—reseñada acá hace diez días (Los hombres del barro), recoge esta manifestación del mismísimo candidato opositor, Henrique Capriles Radonski: “Capriles y sus asistentes se mofan de las encuestadoras, señalando que no predijeron la naturaleza de deslave de su triunfo en las primarias de febrero, con 62 por ciento, o la inesperadamente grande asistencia de 3 millones de votantes”. Como mostró Venevisión el 13 de febrero, en general los números de las encuestadoras estuvieron cerca de los resultados del día anterior; en particular, Hinterlaces reportó el 9 de febrero que Capriles pudiera ganar con 66%—obtuvo 64%—y que pudiesen ir a votar hasta 2.700.000 electores. O Capriles y su comando están mal informados o confían en la mala memoria a corto plazo de los ciudadanos; nosotros sufriríamos de un selectivo Mal de Alzheimer político del que los dirigentes habituales pueden aprovecharse.
El 18 de abril próximo pasado, Noticiero Digital insertó un artículo del Sr. Alex Pinto, partidario de Capriles: La verdad de las encuestas. Allí puso:
Entre la lluvia de encuestas que han salido por allí, me decidí a investigar cuál de todas había acertado, para luego decidir si creer o no en las encuestas. Encontré lo siguiente: – No se puede confiar en ninguna encuesta gringa sobre Venezuela, todas están sesgadas. El procedimiento que seguí fue averiguar cuál fue la ultima encuesta publicada por las firmas y armar la siguiente tabla, donde comparando con los resultados publicados por el CNE se puede calcular lo que yo llamo «El pelón», la diferencia de votos de ambos bloques en %. (…)
Luego, para ver quién acertó mas y quién tuvo más «pelones», hice otra tabla donde se compara la cantidad total de elecciones para las que publicó estudios con el total de aciertos (menos del 7% de error, que en realidad se traduce en un 3.5%) en un primer nivel, y en segundo nivel los que tuvieron menos del 9% (4.5%). (…)
Por último se tomó en cuenta los errores que cometieron algunas todas (sic) para clasificarlas. (…)
Con esto pude clasificar que las que estuvieron más cerca y las de menos errores «graves» son: 1ro IVAD; 2do HINTERLACES; 3ro DATANALISIS.
(GISXXI la descarté por tener pocos estudios y estar dirigida por Jesse Chacón). (…)
Cabe destacar que la peor o menos confiable de las encuestadoras de trayectoria es: Keller y Asociados.
Son precisamente las tres encuestadoras más atinadas según el ejercicio del Sr. Pinto, y también la firma Datos, las que optó por no nombrar un aviso pagado y sin responsable evidente que apareció hoy en la página 8 del cuerpo Ciudadanos del diario El Nacional. A media página, la pieza publicitaria pone al lado izquierdo: «Hasta en sus propias encuestas, Chávez va perdiendo apoyo», y soporta esta tesis con cifras de la encuestadora ConTExto, que atribuye al MinCI y GisXXI que, como es conocido, dirige Jesse Chacón. La primera habría medido 66% de intención de voto para Chávez en marzo de 2012 y de 53% dos meses después; la segunda tendría la cosa en 58% para septiembre del año pasado y en 55% para marzo de este año. No hay comparación con Capriles en este panel izquierdo del anuncio. En cambio, del lado derecho sí se compara a ambas figuras: en primer lugar, Consultores 21 encuentra en marzo de este año que Capriles supera a Chávez en lo tocante al agrado con su personalidad, 51% a 49%. A continuación, JDP Consultores mide dos puntos de ventaja de Capriles sobre Chávez en mayo: 46% a 44%, y en el mismo mes la Encuesta Predigmática asigna 49% a Capriles y 41% a Chávez.
El aviso en Tal Cual (21 de mayo, clic amplía)
Es decir, el aviso da por buenas las cifras de, pongamos, GisXXI para sostener que Chávez «sigue cayendo desde septiembre 2011». Pero quienes pagaron el aviso tomaron una cifra que Jesse Chacón indicó solamente para Caracas y prescindieron de poner lo que su encuestadora mide para Capriles. Dijo Chacón que la intención de voto a favor de Chávez “en región capital está en 55% y a nivel nacional en 57%, son 2 puntos de diferencia. Por Henrique Capriles votaría un 21% a nivel nacional y en la región capital un 22%”. Si GisXXI vale para apuntalar la tesis de que Chávez sigue cayendo ¿por qué no sirve para destacar que Capriles tendría nacionalmente 21% de intención de voto?
Pero es que no son mencionadas las encuestadoras que forman la columna vertebral de la credibilidad demoscópica venezolana; yo añadiría la firma Datos (16 puntos de ventaja para Chávez) a las tres mejor calificadas por el Sr. Pinto: IVAD (29,9% de ventaja para Chávez en marzo), Hinterlaces (18% de lo mismo en marzo, 19% en abril, hoy 22%), y Datanálisis (13,3% de Chávez sobre Capriles en marzo que pasó a 17% la semana pasada). Son estas encuestadoras, no JDP o Predigmática (desconocidas para quien escribe), las que consulta Reuters y ahora la agencia EFE, según nota de ayer reproducida por Noticias 24: Las encuestas siguen dándole malas noticias al candidato de la oposición Capriles Radonski.
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También ha intentado hoy el comando de campaña de Capriles convencer con una presentación de Eduardo Semtei (del equipo comunicacional de Capriles en llave con Kico Bautista), José Vicente Carrasquero (que no logró éxito como gerente de la campaña de Manuel Rosales en 2006) y Carlos Raúl Hernández, articulista. La web de Globovisión ha colocado un video en el que se escucha al último de los nombrados con una conmovedora argumentación: las encuestas medirían una ventaja abrumadora de la candidatura Chávez por el factor miedo, tal como ocurrió en Nicaragua en la campaña ganada por Violeta Chamorro, quien aparecía como perdedora en los estudios de opinión. Esta conjetura, presentada como argumento supuestamente definitivo, ya tiene telarañas; es el mismo wishful thinking de Alfredo Keller en 2004, cuando la madre de la MUD, la Coordinadora Democrática, se acercaba a una derrota en el reverendo revocatorio de ese año. Cuando era inminente el fracaso de Manuel Rosales, que Carrasquero recordará, la Carta Semanal #212 de doctorpolítico rememoraba la seudo explicación:
Alfredo Keller & Asociados pareciera servir para presentar ante empáticas audiencias un panorama lo más rosado posible para la campaña de Rosales, al decretar la existencia de un supuesto «empate técnico» a estas alturas—48% Chávez, 42% Rosales—que daría pie a la esperanza. Pero ya antes ha cumplido ese papel. Para la época del referendo revocatorio hablaba de un «voto oculto», como el que habría determinado años antes la victoria de Violeta Chamorro en Nicaragua ante un sandinismo atemorizador, aunque se cuidó de mencionarlo como una «posibilidad», curándose en salud. El tímido pronóstico de Keller llevaría a Ibsen Martínez a dedicar uno de sus estupendos artículos al tema, en el que aseguraba que el voto oculto existía y se manifestaría el 15 de agosto de 2004. Vistos los resultados del referendo, tuvo la hombría de ofrecer excusas a sus lectores en un nuevo artículo [El cementerio de los analistas], que además fue muy divertido.
Es explicable que el comando de campaña de Capriles quiera participar con tres divisiones—Consultores 21, JDP y Predigmática—y tres generales—Semtei, Hernández y Carrasquero—en lo que ha bautizado como «la guerra de las encuestas». Ha decidido que la verdad es su enemigo y ofrece falacias en lugar de argumentación lógica y datos confiables, escamoteando lo que no le conviene. En todo caso, alguien como Carrasquero ya está curtido en eso de equivocarse. El 29 de septiembre de 2006 decía con optimismo de la campaña de Rosales: «Las cosas marchan muy bien en Zulia, obviamente. También en Carabobo. En Lara, en Anzoátegui, en Monagas estamos avanzando a buen paso. Hay estados especialmente olvidados por el Gobierno, como Táchira, en la cual la vida cotidiana se ha deteriorado especialmente. Rosales tiene muchas simpatías ahí». Manuel Rosales perdió en Táchira, en Monagas, en Anzoátegui, en Lara, en Carabobo e incluso en Zulia, su propio estado; perdió en todo el país—Chávez le ganó con una ventaja de 26 puntos—menos en el municipio Maracaibo. Este blog apuesta a que Capriles ganará en más de un municipio el 7 de octubre de 2012, si es que llega a esa fecha como candidato. LEA
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por Luis Enrique Alcalá | Mar 27, 2012 | Argumentos, Política |
Abajo se incluye la lámina de Datanálisis sobre intención de voto. La diferencia medida por la encuestadora a favor de Hugo Chávez Frías es de 13,3 puntos sobre Henrique Capriles Radonski. La encuesta registra una altísima disposición a ir a votar (91,8%). Entre quienes apoyan a Chávez, 26,3% se autodefine como votante no alineado; en el caso de Capriles, esto ocurre con 21%. No puede esperarse milagros del candidato opositor en este segmento.
Del gran Forges
Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.
Jorge Luis Borges
Funes el memorioso
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En nada es procedimiento científico promediar las mediciones de varias encuestadoras sobre una misma cosa. En apariencia escrutan lo mismo, pero cada investigadora de opinión usa su propia técnica de muestreo y formula sus propias preguntas. Un promedio, sin embargo, es un dato ilustrativo, en particular si las diferencias no son tan grandes entre los datos.
Así, por ejemplo, se hizo en El milagro del Marne, el artículo principal de la Carta Semanal #214 de doctorpolítico, emitida tan sólo tres días antes—30 de noviembre—de las elecciones presidenciales de 2006:
No hay, en consecuencia, buenas razones para votar por Chávez, que insiste en reivindicar la bondad de un abuso, pero a pesar de esta situación, la mayoría de las encuestas registra, a mediados de este mes que hoy concluye, una partición de 60% de la intención de voto a favor de Chávez y 40% a favor de Rosales. Son otros criterios los empleados por la mayoría de los electores. (AP/Ipsos, 59%-27%; Consultores 21, 58%-41%; Datanálisis, 53%-26%; Datos, 55%-28%; Evans McDonough, 57%-35%; Keller, 52%-48%; Penn, Schoen & Berland, 48%-42%; Zogby/Universidad de Miami, 60%-31%. Si dejamos de lado a la única “encuestadora” que da como triunfador a Rosales—CECA, que el año pasado quiso vendernos que después de Diosdado Cabello el preferido como posible sucesor de Chávez, con 17,2% de preferencias, era ¡Oswaldo Álvarez Paz! También sostenía que Enrique Tejera París disfrutaba de ¡14,3% de apoyo para su candidatura!—y a la polémica encuesta realizada por profesores de la Universidad Complutense de Madrid, que vuelve a dar ventaja a Chávez de entre 15 a 20 puntos, las cifras inventariadas arrojan un promedio de 55,25% para éste y 34,75% para Rosales. Sumados estos promedios totalizan 90% de las preferencias, y entonces todavía habría 10% de indecisos. Llevados, finalmente, a escala de 100, los promedios de las encuestas dan a Chávez 61% y a Rosales 39%).
Conviene recordar los números de la votación efectiva del 3 de diciembre de 2006: Hugo Chávez Frías, 62,84% (digamos 63%); Manuel Rosales 36,90% (pongamos 37%). Es decir, a la postre el poco riguroso promedio terminó teniendo valor predictivo.
Ya se conocen las diferencias medidas por ocho encuestadoras en la intención de voto para el próximo 7 de octubre. A las ya publicadas—Hinterlaces, Dinámica Venezuela, Consultores 30.11, GIS XXI, IVAD, Consultores 21—se añade la medición de Datanálisis (sobre trabajo de campo concluido el Día de San José), que arroja 44% a favor de Hugo Chávez Frías y 31% a favor de Henrique Capriles Radonski, y la respuesta obtenida a regañadientes de alguien muy cercano a Joe Saade, el Presidente de la firma Datos, quien se la ofreció: una ventaja de 16 puntos a favor del actual Presidente de la República. (No pude hablar con Alfredo Keller; estará fuera del país hasta el 11 de abril, cuando se cumple una década de una inmensa gesta popular y, al día siguiente, la de una infamia).
Ventaja y discrepancia
En este grupo, el promedio de la diferencia a favor de Chávez es de casi exactamente 20 puntos (20,025%). Supongamos que para calmar a los extremistas dejamos afuera la encuestadora de Jesse Chacón—golpista del 27 de noviembre de 1992—y a Consultores XXI, firma asociada por algunos a la campaña de Capriles. Entonces el promedio es de 21 puntos a favor de Chávez.
Forges: La vie en rose
La variación entre las encuestas es también ilustrativa. El desvío promedio de la media es de 8,4 puntos, y Consultores 21 tiene una lejanía del grupo significativamente superior al doble de eso. Supera en distancia del promedio por seis puntos a GIS XXI, la que da mayor ventaja a Chávez. De las encuestadoras más respetables Hinterlaces está a dos puntos del promedio y Datos a cuatro. Y si dejamos a las cuatro del medio—Datos, Dinámica Venezuela, Hinterlaces e IVAD—, el promedio baja a 20,575%: veinte puntos. De las dos centrales, creo más a Hinterlaces: dieciocho puntos le lleva Chávez a Capriles y éste, en seis meses, tiene que recortarlos. Cada mes, tiene que añadir 3% de los electores a su favor—y Chávez ninguno—para empatar.
Hay diferencias, ciertamente. Diferencia de cifras, de muestras, diferencia de preguntas, de fechas, de encuestadoras. Diferencia de ventaja. Probablemente Chávez no le lleva 33 puntos a Capriles (sólo 26 puntos le sacó a Rosales), pero le lleva una ventaja de dos dígitos; no de uno, uno solito, 1.
Hay diferencias, sin duda. Son diferencias que Capriles tendrá que olvidar, todos esos detalles inmediatos—El Universal (Elvia Gómez) certificó hoy que Capriles «Declinó entrar en detalles sobre las encuestas»—para poder pensar en la única diferencia que debe importarle: la que hay entre Chávez y él. LEA
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HCF favorito de las clases D y E, Capriles de las AB y C
Síntesis ejecutiva (.pdf) de la encuesta de Datanálisis en El Universal.
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por Luis Enrique Alcalá | Mar 21, 2012 | Argumentos, Política |
Actualización: Una voz entona una melodía disonante del coro formado por Hinterlaces, Consultores 30.11, IVAD, Dinámica Venezuela (51,4% Chávez-33% Capriles) y GIS XXI: se trata de la respetada Consultores XXI, que ayer 22 de marzo fue citada por Bloomberg según información telefónica aportada por Saúl Cabrera, su Vicepresidente. El diario El Universal recoge hoy lo publicado por la agencia estadounidense: «Según un estudio de opinión de la firma Consultores 21, el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, y el gobernador de Miranda y candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, tienen un empate técnico cuando faltan siete meses para las elecciones presidenciales. Chávez y Capriles están empatados (46% a 45%) en la intención de voto, según la más reciente encuesta». Dice la nota que este dato proviene de una muestra de 2.000 entrevistados entre el 3 y el 13 de marzo. De Datanálisis, que terminó labor de campo hace cinco días, se conocerá su medición en breve.
Por su parte, El Nuevo Herald trae hoy la información de Consultores XXI y explicaciones adicionales de Patricia Ruggeri (Consultores XXI), Oscar Schemel (Hinterlaces) y José Antonio Gil (Datanálisis).
Briquet sabe lo que es imposible
denial. Psychology: failure to acknowledge an unacceptable truth or emotion or to admit it into consciousness, used as a defense mechanism: you’re living in denial.
Oxford American Dictionaries
En suma, un nuevo mensajero viene a traer malas noticias, muy malas, al candidato, la dirigencia y la clientela opositoras, que insisten en la polarización. Puesto a hacer mi propio pronóstico, creo que al menos el primero y la segunda se negarán a aceptar tan desalentadora lectura, con terco y estéril heroísmo.
HCF vs. HCR
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Los mecanismos de defensa clásicos, como los enumerara y describiera Sigmund Freud son, en orden decreciente de sofisticación, la sublimación, la proyección y la negación. El primero desvía o modifica el impulso instintivo de defensa de la culpa, para convertirlo en una actividad culturalmente superior o socialmente más aceptable. El segundo proyecta en otra persona la culpa que nos acosa; le atribuimos precisamente el defecto que tenemos. La negación es el mecanismo más primitivo; en el niño de corta edad lo lleva a decir «Yo no fui» cuando acaba de romper el jarrón, y en el adulto es una defensa que consiste, como dice el Diccionario Oxford, en un fracaso en reconocer una verdad o una emoción inaceptables o en admitirlas a la conciencia. Ante tres o cuatro reportes en fila que miden una considerable ventaja de Hugo Chávez sobre Henrique Capriles en lo tocante a intención de voto, han emergido ya las esperables negaciones.
Antonio Sánchez García, en artículo en el que ni siquiera escribe correctamente el apellido Radonski, cree despachar las mediciones calificándolas de «encuestas amañadas que enriquecen a personajillos inescrupulosos de muy triste fama». No ofrece ni un solo registro reciente que contradiga lo anunciado por Hinterlaces, Consultores 30.11 y, más recientemente, el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD).
Otros elaboran teoremas. Luego de la nota en este blog sobre lo mostrado por IVAD, un estimado amigo me interpeló por Twitter: «@doctorpolitico ¿te has preguntado cuántos votos representa el 26% que le da IVAD a Capriles?» Él mismo se contestó en un tweet dirigido a sus seguidores en general: «Según la encuesta IVAD, @hcapriles (ergo, la oposición) sacaría hoy 3.591.000 votos. Hay que ser descarados, carajo». Este estilo lingüístico no es característico en mi amigo, habitualmente de disposición muy educada, por lo que el ajo delata un estado emocional perturbado. En el fondo, se le hace difícil creer que la cifra que IVAD expresara en términos porcentuales sólo equivaliera al doble de los votos obtenidos por HCR el 12 de febrero; según su infundado razonamiento el total de un poco más de tres millones de votos emitidos en esa fecha ha sido automática e instantáneamente transferido a Capriles, y por tal razón le parece que la atribución de sólo medio millón más es un descaro de Félix Seijas.
Otra amiga me escribió diciendo que no entendía las encuestas. Si Capriles «iba» a ganar seguramente en Miranda, Carabobo, Zulia y el resto de los estados más poblados ¿cómo era posible que Chávez le sacara una ventaja tan grande? Otro más preguntó: «¿no decían todas las encuestas que en las primarias votarían entre un millón y un millón y medio y, en realidad, 3 millones de personas se movilizaron a votar? ¿Por qué creer en estas encuestas? El punto es ¿se puede creer en encuestas en un ambiente político tan viciado como el venezolano?» A la primera le pedí que me informara de dónde obtenía la información de que Capriles ganaría indefectiblemente en los centros más poblados. ¿De alguna encuesta de las que dice no entender? No he recibido respuesta. Al segundo le puse:
No es verdad que todas las encuestas predijeran 1,5 millones de votantes en las primarias. Primero, porque las encuestas no predicen; son tan sólo una fotografía—mejor o peor tomada—del estado de la opinión en un momento dado. Segundo, por mencionar sólo un caso, Consultores 21 midió (5 al 15 de diciembre de 2011) una intención de ir a votar de 28,05%; como puse en Dos instantáneas (24 de enero), «Si el registro de la encuesta de hace un mes se tradujera en la asistencia efectiva de 28% del registro electoral, se presentaría a las mesas primarias un total de 5.134.895 electores», lo que es bastante más de 3 millones y, por supuesto, mucho más que 1 millón y medio.
Ud. puede hacer lo que le plazca. Es su elección creer o no en las encuestas, y hacerse la pregunta que me envía cuando sus resultados no se conforman a sus deseos. En general, las encuestas de empresas más o menos serias—Datos, IVAD, Consultores 21, Alfredo Keller, Hinterlaces, Datanálisis—, con equivocaciones ocasionales, han medido correctamente los estados de opinión. Por ejemplo, absolutamente todas midieron que el gobierno saldría airoso del referendo revocatorio, a pesar de lo cual la Coordinadora Democrática, madre de la MUD, optó por «viciar el ambiente político venezolano» con la infundada acusación de fraude. Vea, por favor, Suma contra gentiles abstencionistas.
Ayer me tropecé con una amiga en la espera de una agencia bancaria. Admitía que la candidatura de Capriles parecía ser una causa perdida y de inmediato añadió: «Pero hay que seguir apoyándolo».
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Todas las personas mencionadas son, como el suscrito—por ahora—, meros observadores del proceso político venezolano. Hoy ha salido un profesional a contrarrestar el impacto letal de las cifras conocidas: nadie menos que el Jefe del Comando de Campaña de Capriles Radonski, Armando Briquet. En declaraciones ofrecidas al diario El Universal, dijo: «Mal podemos salirnos de nuestro foco para responder lo que ellos quieren que les respondamos sobre sus encuestas de PowerPoint. Estamos en la fase de conversar, buscar esos consensos que nos van a llevar al progreso y no vamos a salir de ahí porque salgan encuestadores vinculados al Gobierno a decir que nos están ganando con unas cifras absurdas. Ninguna elección en Venezuela ha quedado con ese resultado que ellos pretenden decir que está sucediendo». (Chávez ganó a Rosales en 2006 por unos 26 puntos de ventaja: 62,84% a 36,9%; IVAD habla de 29,9 puntos de ventaja de Chávez sobre Capriles, pero Hinterlaces ha medido la cosa en la ganga de 18%). Briquet atribuyó a «la desesperación por la avalancha que se ha generado en la alternativa democrática» lo que califica de insistencia en crear una matriz de opinión falsa. Y a continuación argumentó. «Las primarias del 12F fueron la encuesta más importante, esos más de tres millones de votantes representan más del 54% de la votación alternativa que sacamos en 2010. El Gobierno y el PSUV no han logrado nunca esa convocatoria».
La encuestadora de un golpista
Después mencionó a una sola encuestadora por nombre y apellido: GIS XXI, que dirige Jesse Chacón: «Cuando llega una encuestadora claramente identificada con el Gobierno, porque es un ex ministro el que la dirige, la gente no siempre dice lo que piensa». (Por cierto, este blog no se ha molestado en reportar cifras de esa firma). Finalmente adelantó su conclusión: «Ésta es una mentira más en la que el Gobierno se apoya para vender una realidad que no existe. Es imposible haber vivido las primarias y decir que eso es una minoría absoluta en Venezuela, eso no se compagina con la realidad». (Añadamos un comentario en la web de El Universal sobre las declaraciones de Briquet: «El chavismo no termina de entender el mensaje de la encuesta nacional más importante realizada en estos trece años: 52 vs. 48 en las elecciones de la AN»).
Bueno, recapitulemos comenzando por precisar esto último, que es argumento también usado por Sánchez García: «Es la impunidad de uno de los más graves crímenes de opinión y manipulación de la conciencia ciudadana que hayamos sufrido. Tolerado y hasta auspiciado incluso por las dirigencias opositoras, al extremo de que la misma encuestadora puede cubrir las demandas del gobierno y de la oposición, como sucede con muchas de ellas. En especial de las utilizadas en este caso, en que irrumpen en los medios, a días de que la oposición demostrara estar en posesión de un 30% de población electoral dura, fácilmente dimensionable al 52% obtenido en las elecciones parlamentarias de hace algunos meses, la insólita noticia de que Chávez aventaja a Capriles por 30 puntos».
Las elecciones del 26 de septiembre de 2010 contabilizaron 48,13% de los votos a favor del PSUV y sus aliados y 47,22% para los candidatos de la MUD. El PPT corrió aparte—Henri Falcón no había desechado de un todo su pretensión de ubicarse como líder de los no alineados—y obtuvo 3,14% de la votación. Es la suma de MUD y PPT lo que da 50,36% para lo no chavista, no 52%. La diferencia está en los votos nulos.
Pero es que no hay una correlación impepinable entre la votación de una elección presidencial y una para elegir otros cuerpos o mandatarios. Por ejemplo, en dos elecciones separadas por menos de un mes, las elecciones de gobernadores en 1998 (8 de noviembre) y las presidenciales de ese mismo año (6 de diciembre), la suma de votos a favor del MVR (14,26%), el MAS (10,42%), el PCV (0,68%) y PPT (3,01%) alcanzó a 28,37% en la primera oportunidad. Veintiocho días más tarde, la coalición nucleada alrededor del MVR llevó a Hugo Chávez, por primera vez, a la Presidencia de la República con 56,2% de la votación, o el doble en términos porcentuales de la elección regional.
Por otra parte, que el gobierno y el PSUV no hayan logrado nunca reunir a tres millones de votantes en unas elecciones primarias para seleccionar su candidato presidencial pudiera deberse al hecho simple de que jamás las han hecho para ese fin, puesto que Hugo Chávez prefiere ungirse a sí mismo. (En las que hizo para determinar sus candidatos en 2010 a la Asamblea Nacional, el PSUV reunió a 2.575.000 votantes). Y sugerir que los entrevistados por GIS XXI contestan con aprensión, suena a una explicación ad hoc que no cuestiona las cifras en sí mismas que haya podido obtener, así como destacar que el 12 de febrero votó el 54% de los que eligieron diputados de la MUD y el PPT equivale a reconocer que en esa fecha dejó de reportarse el 46% de los votantes de oposición.
Finalmente, ni mis angustiados corresponsales, ni el furibundo Sánchez García, ni el jefe Briquet han aducido un solo número proveniente de alguna otra encuestadora. Por lo menos para el público que se nutre de noticias en los medios de comunicación, las encuestadoras Datos, Datanálisis, Consultores 21 y Alfredo Keller protagonizan ahora una película silente, tal vez en la moda de The artist, ganadora del Oscar (y no precisamente Schemel). Todas ellas, Sr. Briquet, acostumbran usar el más difundido programa de presentaciones: MS PowerPoint.
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La amiga que insistió en que había que apoyar a Capriles a pesar de lo que indican los registros de opinión conocidos hasta ahora, no quiere bajarse del «Autobús del Progreso» que parece dirigirse inercialmente a un mortal precipicio. No deja de haber hermosura en su propensión al martirio, pero le sugeriría considerar el más famoso episodio de la generalmente absurda Guerra de Crimea.
El 25 de octubre de 1854 tuvo lugar la batalla de Balaklava. Tropas inglesas, francesas y turcas sitiaban Sebastopol, y el ejército ruso intentó romper el asedio y descalabrar el suministro británico desde el mar. (Negro). Dos empujones iniciales fueron repelidos, pero en un momento del tercero una orden mal emitida o interpretada condujo al desastre. Se ordenó que la caballería inglesa participara en un asalto especial, el que tenía como propósito impedir que los rusos pudieran salvar sus cañones en la previsible retirada. La misión recayó sobre la Brigada Ligera de Caballería, mandada por lord Cardigan y compuesta por un poco menos de setecientos jinetes, en su mayoría gente muy joven. Así cargaron, armados con lanzas y sables, cayendo sobre las baterías eslavas para verse irremisiblemente bombardeados por artillería desde todos los flancos. El resultado fue, por supuesto, una carnicería; Cardigan relataría después en un discurso: «En los dos regimientos que tuve el honor de conducir, todo oficial, con una excepción, fue o muerto o herido, o su corcel fue cañoneado bajo su monta o lesionado». Los que lograron reagruparse a duras penas, inexplicablemente sin apoyo inglés pero con el misericordioso rescate de los franceses, pudieron salvar apenas 195 caballos. Bajas humanas: 245 entre muertos y heridos, más de la tercera parte del cuerpo ligero.
Fue un momento táctico de tal dramatismo que tiene nombre propio escrito con mayúsculas—Carga de la Caballería Ligera—e inspiró, entre otras cosas, himnos, investigaciones parlamentarias, dos películas (1936 y 1968) y referencia en otras dos (The Eagle Has Landed, Saving Private Ryan), innumerables ensayos, varias piezas de música rock y los versos inmortales de Alfred Lord Tennyson: «¡Adelante, la Brigada Ligera! ¿Alguno desfalleció? No, aunque el soldado supiera que alguien cometió un error, no era cosa suya replicar, ni preguntarse el por qué, sólo cumplir con su deber y morir». (Theirs not to reason why / Theirs but to do and die). Jóvenes hermosamente uniformados fueron, en hermoso sacrificio, pasto de cañones.
Nada de lo antedicho pretende negar todo mérito en el esfuerzo de Capriles; debe aceptarse que el asunto es conmovedor. Miles de personas trabajan ahora noche y día para potenciar su candidatura con dedicación digna de mejor causa. Pero el mariscal francés Pierre Bosquet, destacado actor en la guerra de Crimea, herido él mismo, se pronunció sobre la suicida Carga de la Brigada Ligera en estos términos: «C’est magnifique, mais ce n’est pas la guerre». LEA
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