por Luis Enrique Alcalá | Abr 1, 2013 | Fichas, Política |
Actualizado con inserción de tabla de encuestas al final y audio a continuación de entrevista por Manuel Felipe Sierra para su espacio Análisis, en Noticias 24 Radio.
Análisis en Noticias 24 Radio
Medición de intención de voto por los principales candidatos a la Presidencia por Hinterlaces
La encuestadora Hinterlaces ha dado a conocer su más reciente medición de la intención de voto por Nicolás Maduro Moros y Henrique Capriles Radonski, de un levantamiento concluido el 25 del mes que acaba de terminar. El primero habría aumentado en dos puntos desde el sondeo de una semana antes, mientras el segundo se habría mantenido estancado. De los entrevistados, 61% cree que Maduro resultará electo; Capriles suma un punto a los que piensan que él ganará, para 22% de creyentes.
Consultado privadamente, Oscar Schemel atribuye esta distribución de la intención de voto al impacto de los funerales de Hugo Chávez Frías, de cuyo fallecimiento no se ha cumplido todavía un mes. También conjetura que esta brecha de veinte puntos se reducirá en las próximas dos semanas; esto es, que Maduro terminaría ganando por una ventaja menor.
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Lo que llama la atención es que, entre las encuestas difundidas (además de Hinterlaces, sólo digna de ser tomada en cuenta Datanálisis), es una que se tiene como de inclinación oficialista—GIS XXI, por ser dirigida por Jesse Chacón—la que atribuye menor ventaja al presidente Maduro. El estudio que realizara entre el 18 y el 23 de marzo arroja 55,3% de intención de voto por Maduro y 44,7% por Capriles, para una brecha de sólo 10,6%. Pero Chacón, como Schemel, estima una ventaja menor para el 14 de abril: sólo 9 puntos de diferencia. (Convenientemente menor que la que el Segundo Redentor, el Cristo de los Pobres obtuvo el 7 de octubre sobre el mismo candidato; sería herético que Maduro superara a Chávez a sólo treinta y nueve días de su ascensión al cielo).
Es muy curioso que Chacón declarase: «Un elemento importante es que, entre el estudio de febrero y el de marzo, Nicolás Maduro crece aproximadamente 7% en la intención directa de campo, y Capriles cae unos cuatro puntos». Entonces, si es así la cosa, según GIS XXI Maduro tenía 48,3% de intención de voto en febrero y Capriles 48,7%. ¡Un empate técnico con Capriles ligeramente en ventaja!
Una propensión ocasional—muy ocasional—a la malicia pudiera llevarme a pensar que el oficialismo está tan seguro del triunfo de su candidato que puede darse el lujo de mejorar la imagen de GIS XXI, posicionándola como la más moderada de las encuestadoras. LEA
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Tabla de encuestas difundidas
Mediciones de varias encuestadoras en febrero y marzo
Y ¿qué es de la vida de Consultores 21?
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por Luis Enrique Alcalá | Mar 20, 2013 | Entrevistas, Notas, Política |
He aquí el audio de la entrevista que Manuel Felipe Sierra me hiciera en Radio Venezuela, en la misma fecha de inserción de esta entrada. Previamente, el audio de un micro sinóptico para el noticiero de la emisora.
En 790AM hoy
Entrevista en 790 AM – 20/03/13
María, la legitimadora
Entendiendo que ningún Estado puede darle entera satisfacción material ni cultural a la sociedad, le corresponde mantener un ambiente propicio para que la sociedad trabaje en su propia satisfacción y en la provisión de recursos para el Estado. No debe subordinarse la sociedad al Estado. Debe subordinarse el Estado a la sociedad.
Programa de Gestión de María Bolívar
Uno de ellos argumentó que el gobierno no era demócrata y por tanto jamás sería derrotable por vía electoral, (…) razón por la cual “lo que había que hacer” era crear, mediante el retiro de la candidatura, una “crisis de gobernabilidad” que pudiera ser aprovechada por otros factores de poder que acabaran con el régimen.
Las élites culposas
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Además de Henrique Capriles y Nicolás Maduro, María Bolívar, Eusebio Méndez, Julio Mora, Reina Sequera y Fredy Tabarquino son candidatos a la Presidencia de la República en las elecciones del próximo 14 de abril. ¿Qué sentido tienen sus candidaturas? Bolívar y Sequera también fueron postuladas para las elecciones anteriores, las del 7 de octubre de 2012; la primera obtuvo 0,04% de la votación total, la segunda diez veces más: 0,47%. ¿Es que alguna de las dos cree que tiene el más mínimo chance de suceder a Hugo Chávez, venciendo al Presidente en funciones?
La utilidad real para el oficialismo de, no uno, sino cinco candidatos adicionales, es la de proveer legitimidad al inminente acto electoral, suscitado por la falta absoluta de Hugo Chávez Frías, en caso de que se retire la candidatura de Capriles, como ya ocurrió en 2005 con las candidaturas de oposición a la Asamblea Nacional. En aquella ocasión, un hallazgo en la Fila de Mariches—donde el Consejo Nacional Electoral sometió las máquinas de Smartmatic a un examen técnico—que no significaba la posibilidad de fraude electrónico, aunque sí una potencial violación del secreto del voto, sirvió de pretexto para que Henry Ramos Allup llamara a la retirada en estampida. Como refiero en Las élites culposas, «recordé que el 31 de octubre, un mes antes del descubrimiento en la Fila de Mariches, me había escrito un precandidato presidencial de oposición: ‘…estamos preparando un retiro masivo de candidatos… seguido de un evento espectacular de lanzamiento de campaña 2006′. La demostración de González [el técnico del Grupo La Colina llevado por Primero Justicia] fue un golpe de suerte a favor de una retirada que estaba decidida de todos modos». (Pág. 275). Y no quiero decir con esto que alguno o todos los candidatos menesterosos hayan sido colocados en la boleta electoral del 14 de abril por obra del gobierno; para serle útiles basta que estén allí.
Al año siguiente de la entrega de la Asamblea Nacional por forfeit de la oposición, una insólita alegría se manifestaba en algunos personajes de la periferia opositora: creían que había sido un acierto estratégico profundo la retirada de noviembre de 2005, pues habría deslegitimado a la Asamblea Nacional enteramente roja, al causarse una abstención electoral de 75%. Ya nadie osa defender esa torpe maniobra; junto con el Carmonazo y el paro petrolero de 2002-2003, es ahora generalmente evaluada como una grande estupidez política.
Pero antes de que tal toma de conciencia llegara a generalizarse, se creyó que la fórmula era repetible, con mayor eficacia, en el proceso electoral de 2006, que enfrentó a Hugo Chávez y Manuel Rosales.
El miércoles 5 de abril de 2006, una reunión extraordinaria de la peña más longeva de Caracas, cuyo anfitrión es Luis Ugueto Arismendi, antiguo Ministro de Hacienda de Luis Herrera Campíns, se convocaba para escuchar a María Corina Machado, quien había solicitado la sesión con urgencia. Unas setenta personas, entre quienes me encontraba, asistieron a la exposición de la indiscutible líder de Súmate.
Machado comenzó con el enunciado de la premisa mayor de su presentación: nos hallábamos enfrentados a un gobierno que no creía en la alternabilidad democrática, uno que jamás entregaría el poder si lo llegare a perder en elecciones. La premisa no fue más comentada ni expandida durante toda la exposición, aunque proyectó su sombra sobre todo el resto de lo argumentado.
Luego, describió a grandes rasgos el mecanismo de primarias y rebatió, de forma persuasiva, los inconvenientes que usualmente se oponían a la idea de las mismas. Lo que más enfatizó, sin embargo, fue la exigencia de que el candidato más votado tendría que convertirse en el sumo adalid de la lucha por condiciones electorales confiables para retirarse de las elecciones, no con 5% en las encuestas, sino con 40% gracias a las primarias, lo que era preferible y sí “tendría impacto”, en caso de “ser necesario”.
Fue luego de todo eso que se suscitó una ronda de intervenciones de algunos asistentes. Uno de ellos* argumentó que el gobierno no era demócrata y por tanto jamás sería derrotable por vía electoral—la premisa mayor del inicio—, razón por la cual “lo que había que hacer” era crear, mediante el retiro de la candidatura, una “crisis de gobernabilidad” que pudiera ser aprovechada por otros factores de poder que acabaran con el régimen. Entonces, María Corina Machado se dirigió al ponente de la receta descrita para decirle: “Pues mira, eso es exactamente lo que estamos buscando”.
Las primarias, definitivamente, permitirían que los electores participaran en la decisión de escogencia del candidato. Serían, era obvio, más democráticas. Pero si se las quería emplear, en diabólica, insincera y arrogante manipulación, para entusiasmar a muchos electores en una candidatura cuya misión, sin que los ciudadanos lo supieran, era retirarse para generar problemas de gobernabilidad al gobierno y ejecutar después alzamientos o intervenciones extranjeras, entonces debíamos rechazarlas con el mayor denuedo. Ya se nos había llevado una vez, como corderos, al riesgo de la muerte el 11 de abril de 2002, mientras una necia conspiración se aseguraba de capitalizar, para una autocracia que jamás fue escogida en primarias, el beneficio del sacrificio.
Un articulista con seudónimo había ya sugerido que un supuesto pacto de Teodoro Petkoff con Fidel Castro, buscaba evitar “una gigantesca crisis de gobernabilidad que empuje definitivamente a Chávez a su propio abismo. De Miraflores al infierno… dadas las condiciones internacionales y el endurecimiento de las posturas del Pentágono hacia Caracas, una profunda crisis interna con el aislamiento internacional y la dureza de los Estados Unidos, el futuro para Chávez, para Castro y sendas ‘revoluciones’ sería de pronóstico reservado”. Ha habido siempre quienes celebran en Venezuela que los militares de los Estados Unidos se endurezcan.
De nuevo, los sostenedores de este récipe creían haber descubierto, luego de la masiva ausencia electoral del 4 de diciembre de 2005 y el evidente impacto sobre el discurso gubernamental, que la abstención en retirada de último minuto era el fusible eficaz que detonaría impepinablemente la crisis buscada. Pero claro, se añadía, para que la retirada surtiera efecto debía primero adquirirse fuerza, una masa crítica opositora construida, por ejemplo, mediante la organización de elecciones primarias que “calentaran la calle”. Naturalmente, no debía explicarse toda la estrategia al elector común, quien no tenía por qué saber que lo de las primarias era una carantoña, pues de sospecharlo no se produciría la participación masiva que el plan requería. De nuevo, como “teníamos la razón”, estaríamos moralmente autorizados a manipular a la población opositora mediante el engaño. (Las élites culposas, págs. 283-285).
Ayer, Día de San José, el diario El Nacional publicó un irrespetuoso editorial, enteramente alineado con entrometidas declaraciones de Roberta Jacobson, Secretaria de Estado para América Latina de los Estados Unidos de Norteamérica. (En entrevista concedida a El País de Madrid el 15 de los corrientes). Allí dijo Jacobson: «Creemos que los venezolanos merecen unas elecciones abiertas, justas y transparentes en las que todos pueden ejercer su voto con la confianza de que su decisión será respetada». Más adelante, y luego de cuestionar el proceso venezolano en materia de la observación internacional, reiteró: «…lo importante ahora es que las elecciones sean limpias y transparentes. Será un poco difícil, pero eso es lo que los venezolanos y la comunidad internacional debe [sic] de [sic] apoyar». El periódico madrileño quiso que la funcionaria estadounidense cuestionara la celeridad de la elección—que la Constitución Nacional manda en treinta días ante una falta absoluta del Presidente de la República—, al preguntarle: «¿No han sido convocadas estas elecciones con demasiada rapidez?» Aquí, El Nacional dijo que la reacción enteramente explicable de Tibisay Lucena, Presidenta del CNE, equivalía a haber «montado en cólera» y a salir «como Juana de Arco del trópico» por sugerencia de, tal vez, Nicolás Maduro, Diosdado Cabello o Elías Jaua. También aludió cobarde y desalmadamente a problemas de salud de la Sra. Lucena. ¿Cómo reaccionaría el Departamento de Estado de los EEUU a la declaración de un vocero autorizado de la Unión Europea, que expresara deseos de que alguna elección en ese país fuera abierta, justa, limpia y transparente? Es una vergüenza que El Nacional haya publicado la insultante pieza; el digno Miguel Otero Silva se revuelve en su tumba. ¡Cómo se nota la ausencia del sentido común de Simón Alberto Consalvi! (Apunte de Manuel Felipe Sierra).
La razón real de la estampida opositora en 2005 fue que los sondeos de opinión no auguraban a sus partidos más de 15% (entre todos) de la votación de diciembre de ese año. Ahora las encuestas conocidas colocan a Capriles Radonski, de quien todas las mujeres estarían enamoradas, en desventaja insalvable. Espero que él no se preste a una maniobra artera retirando su pobre candidatura—casi tan pobre como la de Maduro—, como estoy seguro de que con estas líneas aumenta mi propensión a accidentes o encuentros con el hampa asesina y mi favoritismo entre opositores neuróticos. LEA
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*Luis Betancourt Oteyza
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por Luis Enrique Alcalá | Mar 19, 2013 | Notas, Política |
Todo en rojo
Un hecho básico de la fisiología celular es la polarización de cargas eléctricas al exterior e interior de las células. Usualmente—es decir, en reposo—, el interior de la célula es eléctricamente negativo respecto del medio exterior. Cuando sobreviene la excitación de la célula, esta situación se invierte por un cierto tiempo, característico de cada tipo celular. Luego, la célula se repolariza y regresa al potencial de reposo, hasta que sobreviene una nueva excitación. Las células políticas de Venezuela han sido ya excitadas electoralmente el 7 de octubre y el 16 de diciembre de 2012; ahora lo serán para el 14 de abril de este año. Cada excitación implica un gasto, una fatiga, y pareciera que las células opositoras están más fatigadas que las oficialistas, a juzgar por dos mediciones que han sido dadas a conocer en las últimas horas.
La primera en conocerse es una encuesta realizada por Datanálisis para Barclays, el conglomerado transnacional de banca y servicios financieros. (Contactado por Noticias 24, Luis Vicente León declinó confirmar o negar las cifras difundidas por Barclays, y reiteró que la firma que dirige no publicará encuestas durante el actual proceso electoral).
La ventaja aumenta
Según Barclays, Nicolás Maduro puntea para la semana pasada con una ventaja de 14,4 puntos, un poco más que la diferencia porcentual de votos entre Hugo Chávez y Henrique Capriles Radonski el pasado 7 de octubre (55,07% a 44,31%). La brecha ha crecido entre el 20 de febrero y el 13 de marzo; para esta última fecha era de 12,1%. Datanálisis habría medido 16% de electores indecisos o que votarían por otros candidatos menores. Los analistas de Barclays resumieron la cosa en estos términos: “Maduro continúa siendo el favorito para las elecciones presidenciales del 14 de abril. Sin embargo, su popularidad es volátil y descansa en el apoyo emocional que Chávez le transfirió. Aunque esto podría ser de corta duración, en una campaña corta lo favorece”. Y es justamente una campaña corta a lo que nos enfrentamos.
Por su parte, Hinterlaces distribuyó hoy datos parciales del Informe Ejecutivo Confidencial para clientes de su Monitor-País, precedidos de teorizaciones acerca de la situación política general. Ellos corresponden a un levantamiento de campo entre el 11 y el 16 de marzo sobre una muestra de 1.100 entrevistados, de los que 69% lo fueron directamente en hogares y 31% por vía telefónica.
Capriles sacaría menos votos que en octubre
Los resultados son similares. Como Datanálisis, el estudio de Hinterlaces registra un aumento de la ventaja de Maduro sobre Capriles, respecto de una medición anterior concluida el 13 de febrero. Sus datos, sin embargo, adjudican a Maduro una ventaja mayor: 18 puntos. (Fue de 16% en febrero, para los mismos dos puntos de ventaja adicionales registrados por Datanálisis). Según la firma de Oscar Schemel, la intención de voto por Maduro es ahora de 53%, contra 35% para Capriles. Esto deja 12% de indecisos o para otras candidaturas, 6 puntos menos que lo medido por la gente de José Antonio Gil y Luis Vicente León.
La gran mayoría cree que Maduro ganará
También es significativa la expectativa de la opinión acerca del ganador en el cotejo de abril. Una holgadísima mayoría de 61% a 21%, cuarenta puntos de diferencia, cree que Maduro será el vencedor; sólo uno de cada cinco entrevistados piensa que lo será Capriles. Este candidato ha declarado que «no conoce» la encuesta de Datanálisis; menos todavía debía estar enterado de la de Hinterlaces, la encuestadora a la que su comando atacó más el año pasado, cuando ella terminó teniendo la razón.
Hinterlaces añadió algunas evaluaciones de las tareas que tendrían por delante el oficialismo y la oposición. Por ejemplo, sostiene que el chavismo debe pasar a una fase «post-hegemónica», en la que sería importante que extendiera su «base social de apoyo» y ampliara los consensos, incorporando a otras clases sociales. En cambio, Schemel cree que la oposición «necesita dotarse de una idea, de una visión de país y de sociedad, de una oferta superior al modelo de inclusión, que la convierta en una verdadera alternativa».
Planteadas así las cosas, Hinterlaces contribuye a la película en blanco y negro de la polarización, sin imaginar la emergencia de una nueva fuerza, una opción tercera con un moderno discurso no alineado, que sepa apelar en una primera instancia a la maciza presencia de los Ni-ni, categoría demográfico-electoral que esa firma detectó tempranamente e hizo tanto por certificar como existente en su apreciable magnitud. LEA
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Enlace para descargar el informe de Hinterlaces: REPORTE EJECUTIVO PARA MCS (Caracas 19-03-2013)
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