El vals es una danza de pareja deslizante—como el pasodoble pero en tiempo ternario en lugar de binario—asociada indisolublemente con la ciudad de Viena. Sus orígenes son imprecisos: hay referencias a este tipo de baile resbaladizo ya en el siglo XVI europeo, pero se popularizó en la capital austriaca hacia el año de 1780.
El hecho de que los dos socios de una pareja bailaran medio abrazados fue motivo de escándalo desde sus inicios, y tan tarde como en 1825 el Diccionario Oxford del Inglés describía a este baile como «desenfrenado e indecente». En Historia de la señorita von Sternheim (1771), novela de Sophie von La Roche, una severa dama admite: «Pero cuando él puso su brazo alrededor de ella y la apretó contra su pecho, y retozaba con ella en el descarado e indecente torbellino de la danza de los alemanes, y participó en una familiaridad que rompió todos los límites de la buena crianza de entonces, mi silenciosa pena se transformó en ardiente furia». Uno puede imaginar qué habría dicho de un bolero de mosaico o, peor aún, de una lambada.
Pero entremos en materia: uno de los más famosos valses del maestro de esta forma musical, Johann Strauss hijo, es el Vals del Emperador. En realidad, era el valsde los emperadores, ya que fue compuesto para la visita de Francisco José, Emperador de Austria, al káiser Guillermo II de Alemania en 1889. (De hecho, el nombre original era Mano en mano, una alusión a la amistad de ambas coronas). Fue estrenado en Berlín el 21 de octubre de ese año. Aquí lo interpreta la Orquesta Filarmónica de Viena, conducida por Herbert von Karajan.
Armas de Francisco José
Armas de Guillermo II
Emperador
También es vienés el Vals de La viuda alegre—Die lustige Witwe—, la más conocida y apreciada opereta del húngaro y, por tanto, súbdito de Francisco José, Franz Lehár. La obra fue estrenada en Viena en 1905; desde entonces, centenares de miles de personas la han visto. (Tan sólo en Londres, donde se montó por primera vez en 1907, tuvo una racha de 778 presentaciones). Richard Hayman dirige esta versión de la Orquesta Filarmónica Eslovaca. (La ciudad donde Lehár naciera, Komárno, antes Komárom, es hoy en día de Eslovenia).
La viuda alegre
Les patineurs a 78 r. p. m.
Émile Waldteufel, compositor francés, creó valses deliciosos. El popular Vals de los patinadores sonaba incesantemente en la pista de hielo del Teleférico de Caracas en tiempos de Pérez Jiménez. Aquí lo oímos por la Orquesta Johann Strauss con la dirección del gran divulgador musical André Rieu. El Vals Estudiantina, en cambio, su opus 191, es tocado por la lujosa Orquesta de Filadelfia que pulió y dirigía el húngaro Eugene Ormandy.
Los patinadores
Estudiantina
Léo Delibes, otro francés, famoso por sus ballets, tiene en su haber valses muy hermosos. Por ejemplo, de su ballet Sylvia, podemos escuchar ahora el Valse lente del Acto I, interpretado por la Orquesta del Teatro Nacional de la Ópera de París, bajo la batuta de Jean Baptiste Mari. Luego, de Coppelia, la de los ojos de esmalte, su Vals lento es traído por Richard Bonynge dirigiendo la Orquesta Nacional Filarmónica inglesa, una orquesta creada expresamente para grabar que también se conoció como Orquesta RCA Victor u Orquesta Promenade.
Lento deSylvia
Lento de Coppelia
Los compositores rusos no tienen nada que envidiar a vieneses o franceses; muchos fueron grandes valsistas. Por supuesto, Pyotr Illich Tchaikovsky, el emperador del ballet que también los compuso en otras obras (óperas y sinfonías; incluso en su Serenata para cuerdas). Escuchemos de él primeramente su Valse sentimentale en versión para violín y orquesta; Janine Jansen hace el solo mientras Daniel Harding dirige la Orquesta Mahler de Cámara. A continuación, el grandioso Vals de Eugenio Onegin, su mejor ópera. Lo interpreta la fina Orquesta Sinfónica de Londres, con la dirección característicamente vigorosa de Antal Doráti.
Sentimentale
Eugenio Onegin
El vals de Onegin por la Ópera Nacional Inglesa
El ballet Cenicienta, de Sergei Prokofiev, tenía que llevar un vals que la heroína bailara con el Príncipe. Prokofiev compuso una pieza moderna, con armonías inconfundiblemente suyas que se hacen ácidas al romperse el hechizo con las campanadas de la medianoche. Yuri Temirkanov dirige la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo.
Cenicienta
Aram Khachaturian, soviético, era armenio antes que ruso. Su Vals de la Suite Mascarada compuesta en 1944 es particularmente sabroso; retiene el arranque del tema con gran efecto, haciéndonos esperar con cinco amagos en escala antes de soltarlo en toda su gloria. Kiril Kondrashin lo grabó con la antes mencionada Orquesta de la RCA Victor.
Mascarada
Para concluir la estancia en Rusia, pudiéramos escuchar—y bailar—el Vals #2 de la Suite para Orquesta de Variedades, de Dmitri Shostakovich, que erróneamente fue llamado Vals de la Suite de Jazz #2 durante mucho tiempo. Esta pieza alcanzó gran popularidad porque fue incluida en la banda sonora de Wide Eyes Shut, la última película que realizara Stanley Kubrick, genio del cine. Aquí está en la versión empleada en la película por la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam, la mejor orquesta del mundo. Dirige Riccardo Chailly.
Vals #2
Nicole Kidman y Tom Cruise bailan en Wide eyes shut, de Stanley Kubrick
Todavía en tierra fría, visitemos a Jan Sibelius en Finlandia para completar la docena de piezas con su Valse triste. Alfred Scholz es en esta ocasión el director de la Orquesta del Festival de Londres.
Valse triste
Bueno, una ñapa, pero sólo porque Ud. lleva una docena de valses. Directamente de la banda sonora de la película Ramona (1928), la voz de la numerosa actriz Dolores del Río con la canción del mismo nombre, un vals lento. El video está compuesto con fotogramas de la película que enamoró a una generación. Lleve Ud. también la letra de la canción, de L. Wolfe Gilbert para música de Mabel Wayne.
I wander out yonder o’er the hills Where the mountains high, seem to kiss the sky Someone’s up yonder o’er the hills Waiting patiently, waiting just for me
Ramona, I hear the mission bells above Ramona, they’re ringing out our song of love I press you, caress you And bless the day you taught me to care I’ll always remember The rambling rose you wore in your hair
Ramona, when the day is done you’ll hear my call Ramona, we’ll meet beside the waterfall I dread the dawn When I awake to find you gone Ramona, I need you, my own
Ramona, when the day is done you’ll hear my call Ramona, we’ll meet beside the waterfall I dread the dawn When I awake to find you gone Ramona, I need you, my own
A Ramón Peña, Orden del CHAPATEC (Comité de Habladores de Paja Tecnológica) en grado de Comendador
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Ramon Fernandez, tell me, if you know,
Why, when the singing ended and we turned
Toward the town, tell why the glassy lights,
The lights in the fishing boats at anchor there,
As the night descended, tilting in the air,
Mastered the night and portioned out the sea,
Fixing emblazoned zones and fiery poles,
Arranging, deepening, enchanting night.
Oh! Blessed rage for order, pale Ramon,
The maker’s rage to order words of the sea,
Words of the fragrant portals, dimly-starred,
And of ourselves and of our origins,
In ghostlier demarcations, keener sounds.
Wallace Stevens
The Idea of Order at Key West
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Dos rasgos tiene esta nueva entrada musical en el blog: un carácter obsesivo y una buena dosis de arbitrariedad.
La obsesión es compartida con quienes tienen la placentera costumbre de escuchar música en compañía. Con relativa rapidez, adquieren un hábito complementario: el de comparar versiones distintas de una misma pieza con el ánimo de discutir hasta la muerte acerca de las virtudes de un director sobre otro, de un cantante sobre otro, de una orquesta sobre otra y hasta, en el caso de verdaderos especialistas, de una casa grabadora sobre otra.
Así, es lo más frecuente que los melómanos se organicen en bandos o partidos, y lo más común es que los líderes de los respectivos movimientos sean cantantes, usualmente de ópera. (En La voz de titanio, se refiere en este blog cómo en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado se dio una larga guerra entre los católicos partidarios de Mario Del Mónaco y los inteligentísimos hugonotes que apoyábamos—lo hicimos con éxito de gran facilidad—la causa de Jussi Bjoerling).
Los cotejos de esta clase llegan a la obsesión, y la entrada que propongo no es otra cosa que una manifestación aguda de tal enfermedad musical. Se trata de traer aquí nada menos que ocho versiones de exactamente la misma pieza: Dein ist mein ganzes Herz (Eres el deleite de mi corazón), aria-canción de la opereta El país de las sonrisas(Das Land des Lächelns), de Franz Lehár.
Por supuesto que la canción es bellísima: en esta entrada se la propone, primeramente, en versión instrumental, para establecer colonia en nuestros oídos con sus maravillosas melodías (dos temas en una clásica forma ABA; primer tema o sección, segundo tema, repetición del primero). Inmediatamente después, seis tenores diferentes la cantan, uno de ellos dos veces en una versión en inglés y, luego, también en el original alemán.
La arbitrariedad es otra cosa. Ruego ser creído cuando digo que he considerado el efecto de tedio o náusea que esa conducta obsesivamente repetitiva puede causar en algunos visitantes. Pero mi esposa me ha dicho: «Ése es tu blog; tú puedes poner allí lo que te dé la gana». Animado, pues, de tan altruista sentimiento, incurro en acto arbitrario perché mi piace.
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André Rieu es, no cabe duda, un gran popularizador de la música culta. Sus conciertos reciben la asistencia, muy principalmente, de gente joven poco familiarizada con el repertorio de concierto. Caballero de la Orden del León de los Países Bajos, Rieu nació en Maastricht, pero proviene de una familia francesa de hugonotes, buena gente de Dios. Es a él y a su animosa orquesta de divulgación musical que confiamos la tarea de presentar aquí la hermosa canción de Lehár:
André Rieu
Manteniéndonos en terreno familiar, es seguramente la rendición que José Carreras hace de la pieza la más conocida entre las versiones recientes puesto que, en la serie de conciertos de Los Tres Tenores, Domingo y Pavarotti se la dejaban las más de las veces a él. Carreras, entre muchos honores y títulos que ostenta, es Chevalier de la Légion d’Honneur de Francia. (Bajo el archivo de audio, la letra de la canción en alemán).
José Carreras
Dein ist mein ganzes Herz!/ Wo du nicht bist, kann ich nicht sein./ So, wie die Blume welkt,/ wenn sie nicht küsst der Sonnenschein!/ Dein ist mein schönstes Lied,/ weil es allein aus der Liebe erblüht./ Sag mir noch einmal, mein einzig Lieb,/ oh sag noch einmal mir:/ Ich hab dich lieb!
Wohin ich immer gehe,/ ich fühle deine Nähe./ Ich möchte deinen Atem trinken/ und betend dir zu Füssen sinken,/ dir, dir allein! Wie wunderbar/ ist dein leuchtendes Haar!/ Traumschön und sehnsuchtsbang/ ist dein strahlender Blick./ Hör ich der Stimme Klang,/ ist es so wie Musik.
Dein ist mein ganzes Herz!/ Wo du nicht bist, kann ich nicht sein./ So, wie die Blume welkt,/ wenn sie nicht küsst der Sonnenschein!/ Dein ist mein schönstes Lied,/ weil es allein aus der Liebe erblüht./ Sag mir noch einmal, mein einzig Lieb,/ oh sag noch einmal mir:/ Ich hab dich lieb!
Ahora es un primer sueco quien canta la canción. Nicolai Gedda, el tenor supuestamente más grabado de la historia, recibió la Medalla Real Litteris et artibus de Suecia.
Nicolai Gedda
Con Herbert Ernst Groh, exitoso tenor suizo nacido en Lucerna, nos acercamos a la fuente germánica del manantial. Es probablemente la parsimonia suiza la que nos impide conseguir noticia de algún honor o condecoración que haya sido impuesta a Groh, pero él murió reconocido como una de las más finas voces del siglo XX.
Herbert Ernst Groh
Una muy seria competencia proviene del canto claro, preciso y fuerte del alemán Fritz Wunderlich. A sus 36 años murió al caer bajando la escalera de la casa de vacaciones de un amigo. (Mi accidente decembrino, también en una escalera, fue más afortunado). Wunderlich no tuvo tiempo de recibir condecoraciones.
Fritz Wunderlich
Y llegamos, por fin, a oír Dein ist mein ganzes Herz cantada por quien fuera, en vida, el verdadero dueño de la canción: el austriaco Richard Tauber, cantante de excepcional timbre y gran control de la voz. Primero la canta en inglés (la letra abajo), luego en alemán. Lehár y Tauber eran grandes amigos, y El país de las sonrisas fue compuesta con el Tauberlied (canción de o para Tauber) de rigor: Eres el deleite de mi corazón. (Una primera versión de la opereta, Die gelbe Jacke, La chaqueta amarilla, estrenada en Viena en 1923, fue revisada y convertida en El país de las sonrisas, presentada en Berlín en 1929 con Tauber en el papel principal de Sou-Chong). Tauber ha recibido el honor de más de un premio instituido en su memoria, como la Medalla de la Sociedad de Música Anglo-Austriaca.
Richard Tauber
You are my heart’s delight,/ And where you are, I long to be/ You make my darkness bright,/ When like a star you shine on me/ Shine, then, my whole life through/ Your life divine bids me hope anew/That dreams of mine may at last come true/ And I shall hear you whisper, “I love you”.
In dreams when night is falling/ I seem to hear you calling/ For you have cast a net around me/ And ‘neath a magic spell hath bound me/ Yours, yours alone/ A wondrous air is your beautiful hair/ Bright as a summer sky is the night in your eyes/ Soft as a sparkling star is the warmth of my love.
You are my heart’s delight,/ And where you are, I long to be/ You make my darkness bright,/ When like a star you shine on me/ Shine, then, my whole life through/ Your life divine bids me hope anew/ That dreams of mine may at last come true/ And I shall hear you whisper, “I love you”.
Pero por más que Tauber tuviera un timbre de gran variedad, fue Jussi Bjoerling (otro sueco más), La voz de titanio, quien cantara con mayor riqueza de armónicos y la voz más educada de todas. Aquí canta la canción en vivo, al inicio en sueco y en alemán a su conclusión. Más que una condecoración vale lo siguiente: en 1999, una encuesta entre críticos del Reino Unido lo ubicó en la cima como el más grande cantante del siglo XX. Ahí queda eso, monegascos ridículos.
Jussi Bjoerling
Haga usted, si ha sobrevivido a las náuseas, su propia selección entre los seis cantantes presentados. ¿Quién ha cantado mejor Dein ist mein ganzes Herz?
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