La verdad como enemigo

Diestra escondida y siniestra alzada

 

En una visita de 1977 al Instituto Brookings, vetusto think tank de la ciudad de Washington cuyo origen remonta a 1916, escuché de su Director que unas veces «la primera organización dedicada al análisis de políticas públicas al nivel nacional» era tenida por centro que favorecía a los demócratas o a los republicanos, según quién estuviera gobernando. Si un demócrata ejercía en la Casa Blanca, su estudio anual sobre el presupuesto federal de los EEUU parecía hecho por un republicano interesado en señalarle defectos; lo inverso ocurría cuando gobernaba un presidente republicano.

Desde siempre, la aplicación de la inteligencia externa a los asuntos de gobierno encuentra errores en éste con la misma rapidez con la que el gobierno cuestiona la intención del investigador. Cualquier disminución pública de un actor político suscita en éste un ataque al evaluador, la muerte del mensajero. Hace cinco años casi exactamente, cuando medía un descenso en el apoyo de la opinión pública al gobierno, Hinterlaces era atacada por un ministro del presidente Chávez:

Pero ahora Lara, en su nuevo papel de gran desmentidor, acomete la deconstrucción—ministro postmoderno—de los resultados de una encuesta recientemente revelada por Oscar Schemel, el Director de Hinterlaces. Muy apresuradamente ha salido el Sr. Lara a declarar que el estudio de opinión sólo sirve a intereses de clase y es una “mentira estadística”. El Gonzalo Barrios del régimen—con perdón de la memoria del Dr. Barrios—declaró: “Alguien habló una vez que hay en la vida mentiras capitales, veniales y estadísticas, por lo que creo que en Venezuela hace bastante tiempo y por razones de carácter político estamos frente a una mentira sistemática de la mentira estadística”. Igualmente insinuó que algunos dueños de encuestadoras, en función de sus posturas políticas, “inducen respuestas en la forma misma de formular la pregunta a la hora de hacer la entrevista al encuestado”. El Ministro del Poder Popular para Desmentidos y Rectificaciones no toma en cuenta que la metodología de Hinterlaces incluye el empleo de focus groups, en los que los participantes no están encajonados por preguntas cerradas y pueden explayarse al explicar lo que sienten.

¿Qué tiene de particular la encuesta en cuestión, que obliga al gobierno a tratar de descalificarla? Pues que registra una disminución de 9% en el apoyo a Chávez, y reporta que más o menos la tercera parte de quienes votaron por él el pasado 3 de diciembre está arrepentida. (En la Carta Semanal #237 de doctorpolítico, 17 de mayo de 2007).

Pero la oposición lastimada puede conducirse, de hecho lo hace frecuentemente, como un gobierno herido cuando escucha alguna verdad que no le gusta. No es eso nada nuevo. El 4 de octubre de 2007 quise salir en defensa de Luis Vicente León, Director Ejecutivo de Datanálisis, en la Carta Semanal #257 de doctorpolítico:

El diario El Universal publicó el pasado domingo 30 de septiembre dos piezas de gran claridad y valentía, ambas atribuidas al economista Luis Vicente León, el Director Ejecutivo de la encuestadora Datanálisis, que preside el sociólogo José Antonio Gil. La primera es su acostumbrado artículo dominical, que en esta ocasión dedicó a considerar las probabilidades de un nuevo éxito de Hugo Chávez con ocasión del inminente referéndum que considerará su proyecto de reforma constitucional, una vez que la Asamblea Nacional lo componga de manera definitiva. Escribe León: “…si le preguntamos a la población por los temas ‘candentes’ de la propuesta Chávez, conseguimos que éstos no logran motivar a la gente. Más de 50% rechaza la reelección continua; más de 80% cree que la propiedad privada es indispensable para generar empleos y más del 75% rechaza la idea de que sus autoridades sean nombradas a dedo por el Presidente. Bajo estos resultados, algunos analistas concluyen que la reforma perderá corrido. Ésta es una conclusión atrevida. Debemos considerar que lo que se está sometiendo a consideración no son sólo los elementos impopulares de concentración de poder. En este referéndum el Presidente agregó propuestas populares determinantes en la decisión del voto”. Luego advierte: “Miren la paradoja: durante años la oposición, siendo minoritaria, dio esperanzas falsas a su gente para motivarlos a votar y los frustró. Cuando los resultados le fueron adversos jugó a la abstención y acostumbró a una parte de los votantes a que no valía la pena participar, llenando el mercado de mitos y realidades sobre el sistema electoral. Pues ahora, cuando finalmente tiene una opción, su trabajo previo la desarma, el abstencionismo natural la entrampa y probablemente ocasionará que los resultados finales le sean tan adversos como siempre”.

La segunda pieza es una entrevista que le hace Clodovaldo Hernández. Éste pregunta: “Si la oposición reacciona, ¿podría ganar?” Responde León: “Ésta es la primera vez que la oposición tiene la oportunidad de oro para demostrar que la gente puede estar de acuerdo con Chávez pero no con todo lo que propone. Sin embargo, esta es una sociedad utilitaria y ahora es cuando vamos a ver a Chávez en acción. Por eso se muestra todos los días en cadena, entregando dinero. La estrategia será llevar a la gente a pensar que votar Sí o No es votar a favor o en contra de él. Así le endosará a la reforma parte de su popularidad. Y si todo eso fallara y el electorado siguiera dividido en partes iguales, la capacidad operativa de movilización del Gobierno el día cero es infinitamente superior a la de la oposición”. Pero apunta con mayor precisión: “Chávez sabe que la relación utilitaria no sirve para permanecer en el poder a largo plazo. Es como el amor comprado, efímero. Por eso insiste en lo ideológico. Según la última encuesta, 82% rechaza usar a Cuba como ejemplo para Venezuela, pero Chávez le cambió el nombre y ahora se llama Socialismo del Siglo XXI. Nadie, ni él, puede definirlo, pero es una branding strategy, una estrategia de marca impecable. Es como el casabe: a lo que le echas sabe”.

En el artículo, sin embargo, ha escrito, recordando por qué Carlos Ocariz no detenta el cargo de José Vicente Rangel Ávalos: “Carlos Ocariz lo entendió en carne propia cuando perdió la Alcaldía de Sucre no porque era minoría, ni porque nadie lo robó, sino porque su mercado natural no votó, pensando que era imposible ganar, cuando la historia está llena de ejemplos que indican que nada, en política, es imposible”.

Por decir cosas como ésa, valiente y responsablemente, Luis Vicente León ha sido atacado estúpidamente. Clodovaldo Hernández refiere: “En 2004, León quedó accidentalmente en medio de una marcha opositora y casi lo linchan. Había escrito un artículo—sin suficiente anestesia—en el que afirmaba que la estrategia de Chávez para reconectarse con el pueblo, a través de las misiones, había sido ‘exitosísima’. En el club al que asiste, una señora recogió firmas para que lo expulsaran”. Ésta es la clase de gente que rasga sus vestiduras porque se discrimina sobre la base de la “lista de Tascón”. Lo que hay que hacer con Luis Vicente León es darle las gracias.

En el mismo club donde se intentó expulsarlo se repetía como dogma de fe que León había comprado un costoso apartamento ¡en dólares y en efectivo! Ese dato—falso, por supuesto—pretendía ser indicio de su venalidad; el gobierno lo habría comprado. Un amigo cercano me pasó la información que le ofreciera su hija, agente de bienes raíces que manejó el inmueble en cuestión: el comprador del susodicho apartamento ni pagó en dólares ni mucho menos era Luis Vicente León. Pero debe haber aún más de una persona que jura que la transacción existía como aseguraba el chisme difamador y que de tal cosa se desprendería que León y Datanálisis exponen lo que el gobierno les ordena. ¿Quién se hará responsable del injustificable daño a sus reputaciones?

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Hay veces, por supuesto, cuando la descalificación de una encuestadora es menos venenosa, al producirse en términos aparentemente técnicos. La nota de Reuters—Chavez rival struggles to close gap in Venezuela race—reseñada acá hace diez días (Los hombres del barro), recoge esta manifestación del mismísimo candidato opositor, Henrique Capriles Radonski: “Capriles y sus asistentes se mofan de las encuestadoras, señalando que no predijeron la naturaleza de deslave de su triunfo en las primarias de febrero, con 62 por ciento, o la inesperadamente grande asistencia de 3 millones de votantes”. Como mostró Venevisión el 13 de febrero, en general los números de las encuestadoras estuvieron cerca de los resultados del día anterior; en particular, Hinterlaces reportó el 9 de febrero que Capriles pudiera ganar con 66%—obtuvo 64%—y que pudiesen ir a votar hasta 2.700.000 electores. O Capriles y su comando están mal informados o confían en la mala memoria a corto plazo de los ciudadanos; nosotros sufriríamos de un selectivo Mal de Alzheimer político del que los dirigentes habituales pueden aprovecharse.

El 18 de abril próximo pasado, Noticiero Digital insertó un artículo del Sr. Alex Pinto, partidario de Capriles: La verdad de las encuestas. Allí puso:

Entre la lluvia de encuestas que han salido por allí, me decidí a investigar cuál de todas había acertado, para luego decidir si creer o no en las encuestas. Encontré lo siguiente:  – No se puede confiar en ninguna encuesta gringa sobre Venezuela, todas están sesgadas. El procedimiento que seguí fue averiguar cuál fue la ultima encuesta publicada por las firmas y armar la siguiente tabla, donde comparando con los resultados publicados por el CNE se puede calcular lo que yo llamo «El pelón», la diferencia de votos de ambos bloques en %. (…)

Luego, para ver quién acertó mas y quién tuvo más «pelones», hice otra tabla donde se compara la cantidad total de elecciones para las que publicó estudios con el total de aciertos (menos del 7% de error, que en realidad se traduce en un 3.5%) en un primer nivel, y en segundo nivel los que tuvieron menos del 9% (4.5%). (…)

Por último se tomó en cuenta los errores que cometieron algunas todas (sic) para clasificarlas. (…)

Con esto pude clasificar que las que estuvieron más cerca y las de menos errores «graves» son:  1ro IVAD; 2do HINTERLACES; 3ro DATANALISIS.

(GISXXI la descarté por tener pocos estudios y estar dirigida por Jesse Chacón). (…)

Cabe destacar que la peor o menos confiable de las encuestadoras de trayectoria es: Keller y Asociados.

Son precisamente las tres encuestadoras más atinadas según el ejercicio del Sr. Pinto, y también la firma Datos, las que optó por no nombrar un aviso pagado y sin responsable evidente que apareció hoy en la página 8 del cuerpo Ciudadanos del diario El Nacional. A media página, la pieza publicitaria pone al lado izquierdo: «Hasta en sus propias encuestas, Chávez va perdiendo apoyo», y soporta esta tesis con cifras de la encuestadora ConTExto, que atribuye al MinCI y GisXXI que, como es conocido, dirige Jesse Chacón. La primera habría medido 66% de intención de voto para Chávez en marzo de 2012 y de 53% dos meses después; la segunda tendría la cosa en 58% para septiembre del año pasado y en 55% para marzo de este año. No hay comparación con Capriles en este panel izquierdo del anuncio. En cambio, del lado derecho sí se compara a ambas figuras: en primer lugar, Consultores 21 encuentra en marzo de este año que Capriles supera a Chávez en lo tocante al agrado con su personalidad, 51% a 49%. A continuación, JDP Consultores mide dos puntos de ventaja de Capriles sobre Chávez en mayo: 46% a 44%, y en el mismo mes la Encuesta Predigmática asigna 49% a Capriles y 41% a Chávez.

El aviso en Tal Cual (21 de mayo, clic amplía)

Es decir, el aviso da por buenas las cifras de, pongamos, GisXXI para sostener que Chávez «sigue cayendo desde septiembre 2011». Pero quienes pagaron el aviso tomaron una cifra que Jesse Chacón indicó solamente para Caracas y prescindieron de poner lo que su encuestadora mide para Capriles. Dijo Chacón que la intención de voto a favor de Chávez “en región capital está en 55% y a nivel nacional en 57%, son 2 puntos de diferencia. Por Henrique Capriles votaría un 21% a nivel nacional y en la región capital un 22%”. Si GisXXI vale para apuntalar la tesis de que Chávez sigue cayendo ¿por qué no sirve para destacar que Capriles tendría nacionalmente 21% de intención de voto?

Pero es que no son mencionadas las encuestadoras que forman la columna vertebral de la credibilidad demoscópica venezolana; yo añadiría la firma Datos (16 puntos de ventaja para Chávez) a las tres mejor calificadas por el Sr. Pinto: IVAD (29,9% de ventaja para Chávez en marzo), Hinterlaces (18% de lo mismo en marzo, 19% en abril, hoy 22%), y Datanálisis (13,3% de Chávez sobre Capriles en marzo que pasó a 17% la semana pasada). Son estas encuestadoras, no JDP o Predigmática (desconocidas para quien escribe), las que consulta Reuters y ahora la agencia EFE, según nota de ayer reproducida por Noticias 24: Las encuestas siguen dándole malas noticias al candidato de la oposición Capriles Radonski.

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También ha intentado hoy el comando de campaña de Capriles convencer con una presentación de Eduardo Semtei (del equipo comunicacional de Capriles en llave con Kico Bautista), José Vicente Carrasquero (que no logró éxito como gerente de la campaña de Manuel Rosales en 2006) y Carlos Raúl Hernández, articulista. La web de Globovisión ha colocado un video en el que se escucha al último de los nombrados con una conmovedora argumentación: las encuestas medirían una ventaja abrumadora de la candidatura Chávez por el factor miedo, tal como ocurrió en Nicaragua en la campaña ganada por Violeta Chamorro, quien aparecía como perdedora en los estudios de opinión. Esta conjetura, presentada como argumento supuestamente definitivo, ya tiene telarañas; es el mismo wishful thinking de Alfredo Keller en 2004, cuando la madre de la MUD, la Coordinadora Democrática, se acercaba a una derrota en el reverendo revocatorio de ese año. Cuando era inminente el fracaso de Manuel Rosales, que Carrasquero recordará, la Carta Semanal #212 de doctorpolítico rememoraba la seudo explicación:

Alfredo Keller & Asociados pareciera servir para presentar ante empáticas audiencias un panorama lo más rosado posible para la campaña de Rosales, al decretar la existencia de un supuesto «empate técnico» a estas alturas—48% Chávez, 42% Rosales—que daría pie a la esperanza. Pero ya antes ha cumplido ese papel. Para la época del referendo revocatorio hablaba de un «voto oculto», como el que habría determinado años antes la victoria de Violeta Chamorro en Nicaragua ante un sandinismo atemorizador, aunque se cuidó de mencionarlo como una «posibilidad», curándose en salud. El tímido pronóstico de Keller llevaría a Ibsen Martínez a dedicar uno de sus estupendos artículos al tema, en el que aseguraba que el voto oculto existía y se manifestaría el 15 de agosto de 2004. Vistos los resultados del referendo, tuvo la hombría de ofrecer excusas a sus lectores en un nuevo artículo [El cementerio de los analistas], que además fue muy divertido.

Es explicable que el comando de campaña de Capriles quiera participar con tres divisiones—Consultores 21,  JDP y Predigmática—y tres generales—Semtei, Hernández y Carrasquero—en lo que ha bautizado como «la guerra de las encuestas». Ha decidido que la verdad es su enemigo y ofrece falacias en lugar de argumentación lógica y datos confiables, escamoteando lo que no le conviene. En todo caso, alguien como Carrasquero ya está curtido en eso de equivocarse. El 29 de septiembre de 2006 decía con optimismo de la campaña de Rosales: «Las cosas marchan muy bien en Zulia, obviamente. También en Carabobo. En Lara, en Anzoátegui, en Monagas estamos avanzando a buen paso. Hay estados especialmente olvidados por el Gobierno, como Táchira, en la cual la vida cotidiana se ha deteriorado especialmente. Rosales tiene muchas simpatías ahí». Manuel Rosales perdió en Táchira, en Monagas, en Anzoátegui, en Lara, en Carabobo e incluso en Zulia, su propio estado; perdió en todo el país—Chávez le ganó con una ventaja de 26 puntos—menos en el municipio Maracaibo. Este blog apuesta a que Capriles ganará en más de un municipio el 7 de octubre de 2012, si es que llega a esa fecha como candidato. LEA

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