por Luis Enrique Alcalá | Nov 28, 2012 | Argumentos, Política |
El ojo que todo sospecha
Antes he contado este cuento: Ocurrió en una estación de tren en Moscú de la época de Stalin. Dos amigos, Ilya y Mikhail, se encuentran en un andén a la espera de un tren que partirá hacia el sur. Luego de los saludos acostumbrados uno pregunta: “Dime, Ilyia, ¿adónde vas?” E Ilyia contestó: “Pues, Mikhail, voy a Kiev”. Entonces Mikhail se quedó pensando: “Ilyia me dice que va a Kiev para que yo piense que va a Vladivostok. Entonces debe ir a Kiev”. (Sensatez y sentimientos, 27 de abril de 2006).
Ayer se ha sabido que el Presidente de la República viajó, en enésima ocasión, a Cuba para tratamiento rehabilitador que describió como «sesiones de oxigenación hiperbárica». De inmediato, arrancaron los motores de la especulación, sólo que funcionando como máquinas de certeza: «Te informo—me dijeron en un correo de hoy—que Chávez es llevado urgentemente a La Habana por metástasis con incidencia seria en la médula. Lo montaron en el avión en camilla y muy descompensado. Debe operarse y supuestamente queda inutilizado o se muere». No me molesté en preguntar por la fuente creíble de tan portentosa «noticia», como tampoco en buscar lo que Nelson Bocaranda y el médico a control remoto, José Rafael Marquina, tendrán que decir. Los famosos Runrunes sólo salen martes y jueves, y Marquina ya había declarado a El Observador de Uruguay el 7 de abril: «Vamos a empezar a ver complicaciones serias a partir de noviembre. Una vez que presente complicaciones graves su expectativa de vida va a ser aproximadamente de 30 días». Ya lo ha matado.
Entonces me llegó un artículo de Fernando Londoño, el pontífice colombiano. (Por lo de pontificar). Ha escrito cosas como éstas:
Si Chávez no estuviera agonizante, habría dicho mil cosas sobre la crisis reciente en Siria, donde se tambalea su amigo Bashar Al Assad, y sin duda estaría ufanándose de los nuevos envíos de combustible para alimentar sus equipos de guerra. (…) Si Chávez estuviera vivo, andaría a la cabeza de sus tropas rojas para alimentar la votación importantísima que se le viene encima. El camarada no estaría corriendo el riesgo de gobernar un país lleno de Estados enemigos. (…) Si Chávez estuviera vivo, no faltaría a la cita de las Farc en La Habana, personaje fundamental como es de aquel sainete, y estaría encabezando la exigencia para el indulto de Simón Trinidad, sin cuyas luces los diálogos parecen un pesebre apagado. (…) Lo dicho conduce a una conclusión inapelable: Chávez no está vivo. Y no importa si lo tienen guardado en estado vegetativo en algún hospital de aquí o de allá. Lo que importa es que Venezuela es una nave al garete, un Estado fantasma, una estructura vacía. Porque en el mundo del caudillismo totalitario, las cosas son así. Sin el reyezuelo, no queda nada.
Bueno, fue Assad quien justamente ayer hizo llegar un mensaje privado a Chávez, Luis Vicente León ha opinado: “Esto le va a hacer más difícil a la oposición ganar espacios, porque la mente de los electores se ocupará en el Presidente”, y Chávez ha ido precisamente a La Habana, donde podrá encontrarse con los delegados de las FARC. En síntesis, una pieza mal informada e inútil ese artículo de Londoño, construida sobre una sarta de oraciones puramente condicionales. Hacia el remate de su nueva pontificación, aventura Londoño esta evaluación que nos insulta: «Venezuela es un país tan acongojado, tan desorientado, tan deshecho, que no se siente capaz de afrontar su destino sin la imagen del tirano. (…) Porque al parecer Venezuela no podía vivir con Chávez, pero no está preparada para vivir sin Chávez». Que el Sr. Londoño continúe escribiendo arrogancias no solicitadas, pero se abstenga de describir a nuestro país con estupideces como ésas.
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En la nota que The Washington Post dedica al nuevo viaje terapéutico, se lee: «El tratamiento al que Chávez se someterá, generalmente involucra respirar oxígeno puro mientras se halla en una cámara sellada y presurizada. Su valor ha sido bien establecido para el tratamiento de quemaduras, envenenamiento por monóxido de carbono y otras condiciones médicas, y para ayudar a la cicatrización de heridas y auxiliar la reparación de huesos y tejidos dañados por tratamientos con radiación».
Lo más sencillo es tomar las cosas at face value. ¿Por qué sospechar que Chávez va a Vladivostok? LEA
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por Luis Enrique Alcalá | Sep 26, 2012 | Argumentos, Política |
Mohammad Modabber: El Día del Juicio Final (1897)
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Credo de Nicea-Constantinopla
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Los venezolanos tenemos fecha para el Juicio Final: el 7 de octubre. Ese día estará determinado el campeón de las elecciones presidenciales y el subcampeón—como la república de Evita y Cristina en la Guerra de las Malvinas—, pero también ascenderán al cielo unas encuestadoras y otras deberán dedicarse al llanto y el crujir de dientes en las tinieblas. Si algo ha sido característico del actual proceso electoral próximo a concluir, es la fiereza con la que se ha esgrimido la denigración más amarga contra las encuestadoras que no den números convenientes a los atacantes.
El fenómeno no es de exclusividad nacional; en los Estados Unidos se ha dado exactamente el mismo prodigio. Ayer escribía James Poniewozik para la web de TIME Magazine:
El concepto/teoría de la conspiración de que las encuestas electorales están «sesgadas» hacia un sobremuestreo de votantes demócratas—lo que significa que darían fuertes resultados falsos a favor de Obama—ha alcanzado, a través de los medios sociales y el Reporte Drudge, el status pleno de meme* en Internet. (Vaya a Twitter después de la publicación de cualquier encuesta importante, busque «encuesta Obama» o «encuesta Romney» y vea cómo su pantalla se llena con el rezongar de molestos estadígrafos aficionados acerca del muestreo «D + 9»). Y ahora los conspiracionistas del sondeo tienen su propio sitio web, UnSkewedPolls.com, que esencialmente toma las encuestas existentes y cambia los números de forma que Mitt Romney aparezca ganando. (…) Ciertamente, las encuestas pueden equivocarse. Pueden equivocarse en masa. (…) Pueden concebiblemente, incluso, equivocarse en masa en la misma dirección. (…)
Pero considérese lo que el meme «las encuestas están sesgadas» quiere hacernos creer. Que docenas de encuestadoras nacionales y locales están torciendo deliberadamente sus resultados para encontrar una proporción mayor de votantes demócratas que la que hay. (…) Y/o: que los votantes mismos—¿por culpa, corrección política o presión de sus pares?—se identifican como demócratas en mayor cantidad que la real. (…) Que firmas encuestadoras independientes, instituciones educativas, medios locales, medios nacionales… ¡están pujando para dar a Obama un segundo período! Más aún, que están reportando a conciencia resultados erróneos que no sólo pueden ser sino que, por definición, serán refutados por los votos reales. Los medios que confían en las encuestas por credibilidad, los encuestadores que apuestan a su precisión la propia existencia de su negocio, están dispuestos a reventarlo todo en unas pocas semanas sólo para dar a Obama cuatro años más. (…)
Supóngase que por acaso los resultados de esas encuestas «sesgadas» sean validados el día de la elección. ¿Cómo sabemos que el sesgo no influyó el resultado? ¿Que un redoble de tambores de encuestas positivas para Obama no lavó el cerebro de votantes que se unieron al tren, no secó las donaciones de campaña o deprimió la asistencia de republicanos a las urnas? (…)
Es por esto que esa clase de pensamiento es tan popular, por qué se disemina tan fácilmente y por qué, aparentemente, nadie en los EEUU volverá a creer que perdió en buena lid una cerrada elección importante. Esta clase de acusación de sesgo no es sólo una deliberada creencia simple; es un marco mental totalizante, ante el que cualquier prueba en contrario puede ser retorcida y convertida en una prueba de que la conspiración existe.
*meme. an element of a culture or system of behavior that may be considered to be passed from one individual to another by nongenetic means, esp. imitation.
• an image, video, phrase, etc. that is passed electronically from one Internet user to another.
(Oxford American Dictionaries).
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Intención de voto entre el 10 y el 22 de septiembre (clic amplía)
En la mañana de hoy, 26 de septiembre, Hinterlaces hizo la presentación de su más reciente Monitor-País, el reporte final sobre las elecciones presidenciales de 2012. (Descargue el MONITOR PAIS – SEPTIEMBRE 2012) Como acostumbra, convocó a rueda de prensa a las 10 a. m. en el hotel Marriott de El Rosal. Oscar Schemel fue el vocero habitual de su empresa y sus mediciones y, antes de presentarlas, destacó que Hinterlaces ha sido la más atacada y calumniada encuestadora en este «difícil proceso» de 2012. (También declaró que su firma no se dejaría intimidar por presiones de ninguno de los bandos enfrentados en la campaña electoral).
Escenario I de Hinterlaces
Hinterlaces recogió los datos integrados entre el 10 y el 22 de septiembre; su cierre, por tanto, se produjo hace cuatro días. En la presentación, Schemel dio detalles de la estratificación de la muestra según una media docena de criterios que la hacen extraordinariamente representativa de la población de electores. Desde la medición anterior, la brecha a favor de Hugo Chávez se redujo dos puntos, para situarse en 16 puntos de ventaja. (Chávez 50%, Capriles 34%). Ayer publicó Noticias 24 una nota con presunta cita de Schemel: “A día de hoy, la primera opción la tiene el presidente Chávez. Ese es nuestro escenario más probable. El escenario menos probable es el triunfo de Capriles y por brecha mínima”. No ha sido posible encontrar en la web de Reuters el trabajo supuestamente traducido por Noticias 24; en todo caso, el propio Schemel desmintió, sin aludir a la cita falsa, la noción de que Hinterlaces considere un escenario con Capriles como ganador. En la sesión de hoy, presentó dos escenarios: uno en el que Chávez gana por una ventaja de 14 a 16 puntos; otro en el que la brecha a su favor sería de 9 a 12 puntos.
Escenario II de Hinterlaces
Una vez concluida la presentación—precedida por video de Globovisón en el que Kico Bautista lo felicitaba por su precisión predictiva sobre las elecciones parlamentarias de 2010—, Schemel se permitió expresar deseos por una Venezuela reconstituida, en la que el diálogo gobierno-oposición se hiciera posible. Aun en el caso de 16 puntos a favor de Chávez, dijo, el desempeño opositor sería bastante mejor que el del pasado, y esto sería una realidad que el gobierno no debiera desconocer. («Todos ganaremos en esta elección»). La oposición, opinó, deberá aprender que hay una nueva cultura política nacional; el gobierno que su modelo muestra signos de agotamiento e ineficiencia y que es preciso abrir espacios para el intercambio repetuoso de las ideas. En cuanto terminó de hablar, dije en voz alta: «¡Schemel Presidente!» y no me quedé a escuchar las preguntas de los asistentes, que sonreían.
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Intención de voto según Consultores 21
Ya se conoce, por otra parte, el polo opuesto. Consultores 21 ha distribuido las láminas de su Estudio de Opinión Pública Nacional—descárguelas aquí: Consultores21-septiembre 2012—correspondiente al lapso que va del 7 al 18 de septiembre. Esta prestigiosa encuestadora—de alguna manera ligada al comando de campaña de Capriles—se aventura a reportar una ventaja de menos de 1% (0,8%; 46,5% Capriles-45,7% Chávez) a favor del candidato de la Mesa de la Unidad Democrática cuando hace lo que llama «pregunta tradicional de intención de voto». Luego da cuenta del ejercicio de «simulación de voto secreto», con el que obtiene 2,4 puntos más a favor de Capriles, mientras la votación por Chávez permanece idéntica.
Simulación del voto
Consultores 21, pues, nos ha hecho el favor de medir el famoso «voto oculto»—el porcentaje de encuestados que por miedo no indicarían su preferencia por Capriles—en 2,4%. (Debe ser por eso que otros estudios han venido arrojando una brecha de dos dígitos. Si, por ejemplo, se le quita a Hinterlaces 2,4% de la intención de voto por Chávez, la brecha se reduciría a sólo 13,6%). El ejercicio mencionado instruye a cada entrevistado: «Voy a entregarle este tarjetón que es parecido a la (sic) que usará en las elecciones presidenciales del siete de octubre. Voy a dejarlo solo para que usted marque, sin que yo lo vea, por cuál tarjeta votaría usted si fuera a votar en las elecciones presidenciales. Luego de marcar con el bolígrafo, doble el tarjetón y métalo en esta bolsa donde hay otros tarjetones». Impresionante. Dramático. Con este ingenioso método, Capriles pasa a tener 3,2% de ventaja sobre Chávez. No está mal para un esfuerzo que requirió la simulación a 1.500 ciudadanos.
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Medición final de Varianzas
Es casi una imagen especular de Consultores 21 la que refleja el estudio de Varianzas (2.000 entrevistas) que lleva fecha del 7 al 20 de septiembre. (Descárguelo acá: varianzasult). Esta encuestadora mide una ventaja también muy estrecha; únicamente dos puntos, sólo que a favor de Chávez.
Por su parte, Datanálisis ha mostrado—por boca de Luis Vicente León—una ventaja de 10 puntos a favor de Chávez, según medición realizada entre el 25 de agosto y el 5 de septiembre (encuesta a 1.600 personas). León reportó una intención de voto de 49,4% por Chávez y 39,4% por Capriles, y destacó que el candidato de la loyal opposition ha recortado en diez puntos la diferencia entre mayo y septiembre (150 días). Tendría que completar lo mismo en 32 días (desde el 5 de este mes) para empatar. León remató descartando, según El Universal ayer, «que estos resultados puedan ser definitorios para las elecciones que están pautadas para el 7 de octubre debido a que aun está en desarrollo la campaña y ‘pueden ocurrir cambios’, pero reconoció que por primera vez Chávez, tras casi 14 años en el gobierno, enfrentará a un fuerte rival debido a que es el que más se le ha acercado en las encuestas».
Hay otros reportes, por supuesto, que no serán tomados aquí en consideración. (Gis XXI, Consultores 30.11, Predicmática, la extraña encuestadora ICS…) Tomadas en cuenta solamente las encuestadoras mencionadas hasta ahora, éste es el cuadro resumen de la brecha medida:
Resumen de la diferencia entre candidaturas
El 7 de octubre se sabrá si Luis Christiansen, Rafael Delgado Osuna, Luis Vicente León y Oscar Schemel bajarán al infierno o subirán al cielo. LEA
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por Luis Enrique Alcalá | May 20, 2012 | Argumentos, Política |
Diestra escondida y siniestra alzada
En una visita de 1977 al Instituto Brookings, vetusto think tank de la ciudad de Washington cuyo origen remonta a 1916, escuché de su Director que unas veces «la primera organización dedicada al análisis de políticas públicas al nivel nacional» era tenida por centro que favorecía a los demócratas o a los republicanos, según quién estuviera gobernando. Si un demócrata ejercía en la Casa Blanca, su estudio anual sobre el presupuesto federal de los EEUU parecía hecho por un republicano interesado en señalarle defectos; lo inverso ocurría cuando gobernaba un presidente republicano.
Desde siempre, la aplicación de la inteligencia externa a los asuntos de gobierno encuentra errores en éste con la misma rapidez con la que el gobierno cuestiona la intención del investigador. Cualquier disminución pública de un actor político suscita en éste un ataque al evaluador, la muerte del mensajero. Hace cinco años casi exactamente, cuando medía un descenso en el apoyo de la opinión pública al gobierno, Hinterlaces era atacada por un ministro del presidente Chávez:
Pero ahora Lara, en su nuevo papel de gran desmentidor, acomete la deconstrucción—ministro postmoderno—de los resultados de una encuesta recientemente revelada por Oscar Schemel, el Director de Hinterlaces. Muy apresuradamente ha salido el Sr. Lara a declarar que el estudio de opinión sólo sirve a intereses de clase y es una “mentira estadística”. El Gonzalo Barrios del régimen—con perdón de la memoria del Dr. Barrios—declaró: “Alguien habló una vez que hay en la vida mentiras capitales, veniales y estadísticas, por lo que creo que en Venezuela hace bastante tiempo y por razones de carácter político estamos frente a una mentira sistemática de la mentira estadística”. Igualmente insinuó que algunos dueños de encuestadoras, en función de sus posturas políticas, “inducen respuestas en la forma misma de formular la pregunta a la hora de hacer la entrevista al encuestado”. El Ministro del Poder Popular para Desmentidos y Rectificaciones no toma en cuenta que la metodología de Hinterlaces incluye el empleo de focus groups, en los que los participantes no están encajonados por preguntas cerradas y pueden explayarse al explicar lo que sienten.
¿Qué tiene de particular la encuesta en cuestión, que obliga al gobierno a tratar de descalificarla? Pues que registra una disminución de 9% en el apoyo a Chávez, y reporta que más o menos la tercera parte de quienes votaron por él el pasado 3 de diciembre está arrepentida. (En la Carta Semanal #237 de doctorpolítico, 17 de mayo de 2007).
Pero la oposición lastimada puede conducirse, de hecho lo hace frecuentemente, como un gobierno herido cuando escucha alguna verdad que no le gusta. No es eso nada nuevo. El 4 de octubre de 2007 quise salir en defensa de Luis Vicente León, Director Ejecutivo de Datanálisis, en la Carta Semanal #257 de doctorpolítico:
El diario El Universal publicó el pasado domingo 30 de septiembre dos piezas de gran claridad y valentía, ambas atribuidas al economista Luis Vicente León, el Director Ejecutivo de la encuestadora Datanálisis, que preside el sociólogo José Antonio Gil. La primera es su acostumbrado artículo dominical, que en esta ocasión dedicó a considerar las probabilidades de un nuevo éxito de Hugo Chávez con ocasión del inminente referéndum que considerará su proyecto de reforma constitucional, una vez que la Asamblea Nacional lo componga de manera definitiva. Escribe León: “…si le preguntamos a la población por los temas ‘candentes’ de la propuesta Chávez, conseguimos que éstos no logran motivar a la gente. Más de 50% rechaza la reelección continua; más de 80% cree que la propiedad privada es indispensable para generar empleos y más del 75% rechaza la idea de que sus autoridades sean nombradas a dedo por el Presidente. Bajo estos resultados, algunos analistas concluyen que la reforma perderá corrido. Ésta es una conclusión atrevida. Debemos considerar que lo que se está sometiendo a consideración no son sólo los elementos impopulares de concentración de poder. En este referéndum el Presidente agregó propuestas populares determinantes en la decisión del voto”. Luego advierte: “Miren la paradoja: durante años la oposición, siendo minoritaria, dio esperanzas falsas a su gente para motivarlos a votar y los frustró. Cuando los resultados le fueron adversos jugó a la abstención y acostumbró a una parte de los votantes a que no valía la pena participar, llenando el mercado de mitos y realidades sobre el sistema electoral. Pues ahora, cuando finalmente tiene una opción, su trabajo previo la desarma, el abstencionismo natural la entrampa y probablemente ocasionará que los resultados finales le sean tan adversos como siempre”.
La segunda pieza es una entrevista que le hace Clodovaldo Hernández. Éste pregunta: “Si la oposición reacciona, ¿podría ganar?” Responde León: “Ésta es la primera vez que la oposición tiene la oportunidad de oro para demostrar que la gente puede estar de acuerdo con Chávez pero no con todo lo que propone. Sin embargo, esta es una sociedad utilitaria y ahora es cuando vamos a ver a Chávez en acción. Por eso se muestra todos los días en cadena, entregando dinero. La estrategia será llevar a la gente a pensar que votar Sí o No es votar a favor o en contra de él. Así le endosará a la reforma parte de su popularidad. Y si todo eso fallara y el electorado siguiera dividido en partes iguales, la capacidad operativa de movilización del Gobierno el día cero es infinitamente superior a la de la oposición”. Pero apunta con mayor precisión: “Chávez sabe que la relación utilitaria no sirve para permanecer en el poder a largo plazo. Es como el amor comprado, efímero. Por eso insiste en lo ideológico. Según la última encuesta, 82% rechaza usar a Cuba como ejemplo para Venezuela, pero Chávez le cambió el nombre y ahora se llama Socialismo del Siglo XXI. Nadie, ni él, puede definirlo, pero es una branding strategy, una estrategia de marca impecable. Es como el casabe: a lo que le echas sabe”.
En el artículo, sin embargo, ha escrito, recordando por qué Carlos Ocariz no detenta el cargo de José Vicente Rangel Ávalos: “Carlos Ocariz lo entendió en carne propia cuando perdió la Alcaldía de Sucre no porque era minoría, ni porque nadie lo robó, sino porque su mercado natural no votó, pensando que era imposible ganar, cuando la historia está llena de ejemplos que indican que nada, en política, es imposible”.
Por decir cosas como ésa, valiente y responsablemente, Luis Vicente León ha sido atacado estúpidamente. Clodovaldo Hernández refiere: “En 2004, León quedó accidentalmente en medio de una marcha opositora y casi lo linchan. Había escrito un artículo—sin suficiente anestesia—en el que afirmaba que la estrategia de Chávez para reconectarse con el pueblo, a través de las misiones, había sido ‘exitosísima’. En el club al que asiste, una señora recogió firmas para que lo expulsaran”. Ésta es la clase de gente que rasga sus vestiduras porque se discrimina sobre la base de la “lista de Tascón”. Lo que hay que hacer con Luis Vicente León es darle las gracias.
En el mismo club donde se intentó expulsarlo se repetía como dogma de fe que León había comprado un costoso apartamento ¡en dólares y en efectivo! Ese dato—falso, por supuesto—pretendía ser indicio de su venalidad; el gobierno lo habría comprado. Un amigo cercano me pasó la información que le ofreciera su hija, agente de bienes raíces que manejó el inmueble en cuestión: el comprador del susodicho apartamento ni pagó en dólares ni mucho menos era Luis Vicente León. Pero debe haber aún más de una persona que jura que la transacción existía como aseguraba el chisme difamador y que de tal cosa se desprendería que León y Datanálisis exponen lo que el gobierno les ordena. ¿Quién se hará responsable del injustificable daño a sus reputaciones?
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Hay veces, por supuesto, cuando la descalificación de una encuestadora es menos venenosa, al producirse en términos aparentemente técnicos. La nota de Reuters—Chavez rival struggles to close gap in Venezuela race—reseñada acá hace diez días (Los hombres del barro), recoge esta manifestación del mismísimo candidato opositor, Henrique Capriles Radonski: “Capriles y sus asistentes se mofan de las encuestadoras, señalando que no predijeron la naturaleza de deslave de su triunfo en las primarias de febrero, con 62 por ciento, o la inesperadamente grande asistencia de 3 millones de votantes”. Como mostró Venevisión el 13 de febrero, en general los números de las encuestadoras estuvieron cerca de los resultados del día anterior; en particular, Hinterlaces reportó el 9 de febrero que Capriles pudiera ganar con 66%—obtuvo 64%—y que pudiesen ir a votar hasta 2.700.000 electores. O Capriles y su comando están mal informados o confían en la mala memoria a corto plazo de los ciudadanos; nosotros sufriríamos de un selectivo Mal de Alzheimer político del que los dirigentes habituales pueden aprovecharse.
El 18 de abril próximo pasado, Noticiero Digital insertó un artículo del Sr. Alex Pinto, partidario de Capriles: La verdad de las encuestas. Allí puso:
Entre la lluvia de encuestas que han salido por allí, me decidí a investigar cuál de todas había acertado, para luego decidir si creer o no en las encuestas. Encontré lo siguiente: – No se puede confiar en ninguna encuesta gringa sobre Venezuela, todas están sesgadas. El procedimiento que seguí fue averiguar cuál fue la ultima encuesta publicada por las firmas y armar la siguiente tabla, donde comparando con los resultados publicados por el CNE se puede calcular lo que yo llamo «El pelón», la diferencia de votos de ambos bloques en %. (…)
Luego, para ver quién acertó mas y quién tuvo más «pelones», hice otra tabla donde se compara la cantidad total de elecciones para las que publicó estudios con el total de aciertos (menos del 7% de error, que en realidad se traduce en un 3.5%) en un primer nivel, y en segundo nivel los que tuvieron menos del 9% (4.5%). (…)
Por último se tomó en cuenta los errores que cometieron algunas todas (sic) para clasificarlas. (…)
Con esto pude clasificar que las que estuvieron más cerca y las de menos errores «graves» son: 1ro IVAD; 2do HINTERLACES; 3ro DATANALISIS.
(GISXXI la descarté por tener pocos estudios y estar dirigida por Jesse Chacón). (…)
Cabe destacar que la peor o menos confiable de las encuestadoras de trayectoria es: Keller y Asociados.
Son precisamente las tres encuestadoras más atinadas según el ejercicio del Sr. Pinto, y también la firma Datos, las que optó por no nombrar un aviso pagado y sin responsable evidente que apareció hoy en la página 8 del cuerpo Ciudadanos del diario El Nacional. A media página, la pieza publicitaria pone al lado izquierdo: «Hasta en sus propias encuestas, Chávez va perdiendo apoyo», y soporta esta tesis con cifras de la encuestadora ConTExto, que atribuye al MinCI y GisXXI que, como es conocido, dirige Jesse Chacón. La primera habría medido 66% de intención de voto para Chávez en marzo de 2012 y de 53% dos meses después; la segunda tendría la cosa en 58% para septiembre del año pasado y en 55% para marzo de este año. No hay comparación con Capriles en este panel izquierdo del anuncio. En cambio, del lado derecho sí se compara a ambas figuras: en primer lugar, Consultores 21 encuentra en marzo de este año que Capriles supera a Chávez en lo tocante al agrado con su personalidad, 51% a 49%. A continuación, JDP Consultores mide dos puntos de ventaja de Capriles sobre Chávez en mayo: 46% a 44%, y en el mismo mes la Encuesta Predigmática asigna 49% a Capriles y 41% a Chávez.
El aviso en Tal Cual (21 de mayo, clic amplía)
Es decir, el aviso da por buenas las cifras de, pongamos, GisXXI para sostener que Chávez «sigue cayendo desde septiembre 2011». Pero quienes pagaron el aviso tomaron una cifra que Jesse Chacón indicó solamente para Caracas y prescindieron de poner lo que su encuestadora mide para Capriles. Dijo Chacón que la intención de voto a favor de Chávez “en región capital está en 55% y a nivel nacional en 57%, son 2 puntos de diferencia. Por Henrique Capriles votaría un 21% a nivel nacional y en la región capital un 22%”. Si GisXXI vale para apuntalar la tesis de que Chávez sigue cayendo ¿por qué no sirve para destacar que Capriles tendría nacionalmente 21% de intención de voto?
Pero es que no son mencionadas las encuestadoras que forman la columna vertebral de la credibilidad demoscópica venezolana; yo añadiría la firma Datos (16 puntos de ventaja para Chávez) a las tres mejor calificadas por el Sr. Pinto: IVAD (29,9% de ventaja para Chávez en marzo), Hinterlaces (18% de lo mismo en marzo, 19% en abril, hoy 22%), y Datanálisis (13,3% de Chávez sobre Capriles en marzo que pasó a 17% la semana pasada). Son estas encuestadoras, no JDP o Predigmática (desconocidas para quien escribe), las que consulta Reuters y ahora la agencia EFE, según nota de ayer reproducida por Noticias 24: Las encuestas siguen dándole malas noticias al candidato de la oposición Capriles Radonski.
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También ha intentado hoy el comando de campaña de Capriles convencer con una presentación de Eduardo Semtei (del equipo comunicacional de Capriles en llave con Kico Bautista), José Vicente Carrasquero (que no logró éxito como gerente de la campaña de Manuel Rosales en 2006) y Carlos Raúl Hernández, articulista. La web de Globovisión ha colocado un video en el que se escucha al último de los nombrados con una conmovedora argumentación: las encuestas medirían una ventaja abrumadora de la candidatura Chávez por el factor miedo, tal como ocurrió en Nicaragua en la campaña ganada por Violeta Chamorro, quien aparecía como perdedora en los estudios de opinión. Esta conjetura, presentada como argumento supuestamente definitivo, ya tiene telarañas; es el mismo wishful thinking de Alfredo Keller en 2004, cuando la madre de la MUD, la Coordinadora Democrática, se acercaba a una derrota en el reverendo revocatorio de ese año. Cuando era inminente el fracaso de Manuel Rosales, que Carrasquero recordará, la Carta Semanal #212 de doctorpolítico rememoraba la seudo explicación:
Alfredo Keller & Asociados pareciera servir para presentar ante empáticas audiencias un panorama lo más rosado posible para la campaña de Rosales, al decretar la existencia de un supuesto «empate técnico» a estas alturas—48% Chávez, 42% Rosales—que daría pie a la esperanza. Pero ya antes ha cumplido ese papel. Para la época del referendo revocatorio hablaba de un «voto oculto», como el que habría determinado años antes la victoria de Violeta Chamorro en Nicaragua ante un sandinismo atemorizador, aunque se cuidó de mencionarlo como una «posibilidad», curándose en salud. El tímido pronóstico de Keller llevaría a Ibsen Martínez a dedicar uno de sus estupendos artículos al tema, en el que aseguraba que el voto oculto existía y se manifestaría el 15 de agosto de 2004. Vistos los resultados del referendo, tuvo la hombría de ofrecer excusas a sus lectores en un nuevo artículo [El cementerio de los analistas], que además fue muy divertido.
Es explicable que el comando de campaña de Capriles quiera participar con tres divisiones—Consultores 21, JDP y Predigmática—y tres generales—Semtei, Hernández y Carrasquero—en lo que ha bautizado como «la guerra de las encuestas». Ha decidido que la verdad es su enemigo y ofrece falacias en lugar de argumentación lógica y datos confiables, escamoteando lo que no le conviene. En todo caso, alguien como Carrasquero ya está curtido en eso de equivocarse. El 29 de septiembre de 2006 decía con optimismo de la campaña de Rosales: «Las cosas marchan muy bien en Zulia, obviamente. También en Carabobo. En Lara, en Anzoátegui, en Monagas estamos avanzando a buen paso. Hay estados especialmente olvidados por el Gobierno, como Táchira, en la cual la vida cotidiana se ha deteriorado especialmente. Rosales tiene muchas simpatías ahí». Manuel Rosales perdió en Táchira, en Monagas, en Anzoátegui, en Lara, en Carabobo e incluso en Zulia, su propio estado; perdió en todo el país—Chávez le ganó con una ventaja de 26 puntos—menos en el municipio Maracaibo. Este blog apuesta a que Capriles ganará en más de un municipio el 7 de octubre de 2012, si es que llega a esa fecha como candidato. LEA
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por Luis Enrique Alcalá | Abr 11, 2011 | Argumentos, Política |
Piú a sinistra
El 1˚ de este mes de abril de 2011, se anunció en Barquisimeto la creación del Frente Progresista por el Cambio. Salvo Patria Para Todos, que es su componente mayor, todas las restantes cinco organizaciones que lo integran—La Causa R, Podemos, Vanguardia Popular, Bandera Roja (¿de dónde sale este color?), Movimiento Al Socialismo (¿del siglo XX?)—forman asimismo parte de la Mesa de la Unidad Democrática. Esto es, el susodicho frente se constituyó para alojar a PPT (que no quiere sumarse a la MUD), para acercarse al chavismo pero no mucho, para separarse algo, pero no mucho, de la derecha vieja y rayada que habita en la federación opositora. Si uno quisiera atenerse a los nombres de las organizaciones frentista-progresistas, la existencia de La Causa R (Radical) supone que cualquier otra cosa distinta es una causa moderada, y Vanguardia Popular implica que lo que no sea ella misma, si es popular, debe ser retaguardia.
Gente de postura política disímil, como Henry Ramos Allup y Henrique Capriles Radonski, han coincidido en la necesidad opositora de constituir una tal «izquierda democrática», la «izquierda buena», según el concepto teodorista de «las dos izquierdas», ante la «izquierda mala» que vendría siendo la chavista. Capriles Radonski, que pertenece a un partido que se autodefine de centro, ha declarado hace poco que «En Venezuela no hay espacio para gobiernos de derecha». (Ver en este blog Con mucha mano izquierda). Ramos Allup, por su parte, ya había advertido de la composición presuntamente necesaria: “La política suele hacer extraños compañeros de cama. Hoy compartimos propósitos, no ideales ni visiones”
Pero ahora el Frente Progresista cree que todavía necesitamos una tercera izquierda. Además de la «izquierda mala», la «izquierda buena» tendría que entenderse subdividida entre una «izquierda buena progresista» y una «izquierda buena retrógrada», siendo esta última la que no tiene inconveniente en retratarse en la MUD con gente como Fuerza Liberal o COPEI, que son de centro-derecha. La excusa fue proporcionada por José Albornoz, Secretario General de PPT: «No podemos pretender que toda la oposición esté en la Mesa de la Unidad». Buen diagnóstico; mala solución.
Ayer domingo, Luis Vicente León quiso ser optimista al escribir lo siguiente: «el cambio del país es una posibilidad concreta pese a los intentos de saboteo de ‘honorables’ radicales de la propia oposición». (Nótese las comillas del adjetivo «honorables»). ¿No nos confunde que hablen de cambio tanto León como el tal Frente Progresista del Ídem, que precisamente viene siendo los «radicales de la misma oposición»? ¿No se habría sumado al saboteo el propio Ramos Allup, que no es un «radical de la oposición», con sus declaraciones acerca de con quiénes se acuesta Acción Democrática?
Más allá, ¿no es enteramente inútil una tercera izquierda en una época en la que se debiera abandonar ya toda ideología, toda ubicación compulsiva en el eje decimonónico de izquierdas y derechas? En cualquier caso, la suma de los porcentajes de la votación del pasado 26 de septiembre por estas seis «fuerzas progresistas» da el gran total de 7,82% de las preferencias electorales del país. La mala noticia, pues, parece ser que el 92,18% de los electores sería retrógrado.
El poder del progreso
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