Consolas de iluminación: Premio Lo Nuestro a la Música Latina, Univisión
Hay canciones en nuestra lengua a las que volvemos una y otra vez. Han tocado en nosotros alguna fibra sentimental con música emocionante o pegajosa; algunas las cantamos a coro en celebraciones familiares o amistosas, con amplia tolerancia a la desafinación. Pueden ser lentas, boleros o tangos; otras serán vivaces y fiesteras, propias para el baile. Son las nuestras.
La novia de Agustín
De ellas he seleccionado veinte por las que tengo especial afecto; son canciones que quiero como si fueran personas, y la primera es el himno de Agustín Lara, su María Bonita, compuesto para el amor de su vida: María Félix. Aquí la canta Julio Iglesias, quien siempre ha contado con magníficos arreglos musicales para sus grabaciones; la interpreta desde la alegría que sólo puede transmitir un mariachi, esta vez enriquecido por lujosas cuerdas y maderas.
María Bonita
Estudiaba el bachillerato, ya con catorce años o algo así, y las canciones amorosas habían adquirido una significación que antes no tenían. Entonces escuchaba con unos pocos compañeros las transmisiones de radio con primitivas listas del top ten del momento, cuando por un mes o más dominaron la colección dos canciones en la voz de Raúl Shaw Moreno: Sabrás que te quiero, Cuando tú me quieras. Aprendimos la cursilería de sus letras y las cantábamos para novias imaginarias; ninguno de nosotros tenía una real. Es la segunda de ellas la que pongo a continuación. (El nombre verdadero del cantante y compositor boliviano era el de Raúl Shaw Boutier, que cambió cediendo parcialmente a proposición del Trío Los Panchos—le sugirieron llamarse Raúl Moreno—por considerar sus apellidos anglo-franceses extraños al idioma del bolero. No es con ellos, sino con Los Peregrinos que canta su canción).
Cuando tú me quieras
Perfecto para enamorar
Hablando de listas, en 1955 produjo el sello RCA Victor el álbum Top Pops of Latin America, una selección de doce boleros a cargo de la orquesta del portorriqueño Rafael Muñoz y las voces de su hijo, Rafi Muñoz, y José Luis Moneró. En mi incipiente despertar erótico, bailé mil veces Niebla del riachuelo, platónicamente enamorado, con Corina Stolk; probablemente ella no se acuerde de la fiesta en casa de Raúl «Pupú» Rodríguez, el amable y fallecido dentista amigo que mucho después extraería tres de mis cordales, y tampoco que la miraba desde lejos en los obligados desfiles perezjimenistas de la Semana de la Patria. (Llegué a ser Jefe de Redoblantes de la Banda de Guerra del Colegio La Salle de La Colina, y en ese carácter tenía autorización para alejarme de la formación en busca de las muchachas, lo que hacía junto con Alberto Sarmiento, Jefe de Trompetas. Mi único interés, Corina, lucía su uniforme de gala en el grupo del San José de Tarbes de La Florida). Es Moneró quien canta, transformado en bolero, el tango de Juan Carlos Cobián.
Niebla del riachuelo
Pertenece a Federico Méndez Tejeda, nacido en el barrio de Guadalupe de Aguascalientes, México, el bolero ¿De qué manera te olvido?, interpretado acá por una de las voces latinoamericanas de más amplio registro y segura melodiosidad, la de Marco Antonio Muñiz. (El autor murió en la Ciudad de México en 1988).
¿De qué manera te olvido?
Hay muchas versiones de La Bikina, la pegajosa ranchera de Rubén Fuentes con letra de María José Quinanilla. Una de las que más estimo es la de Gualberto Ibarreto, nuestro cantante oriental de El Pilar, estado Sucre.
La Bikina
Ignacio Jacinto Villa
Ignacio Jacinto Villa (1911-1971), salvo para los connoisseurs, no es un nombre familiar. Es el del cantante que todos conocimos como Bola de Nieve, pianista y bolerista. Vino muchas veces a Venezuela, y los más jóvenes, impedidos de asistir a cabarets o night clubs, supimos de él por sus interpretaciones en El Show de las Doce (Víctor Saume) o Renny presenta, del impar Renny Ottolina. Villa cantaba en su inconfundible estilo intimista, apropiadísimo para ofrecernos No puedo ser feliz, el bolero de Adolfo Guzmán González.
No puedo ser feliz
Mi señora sostiene que se debe al cantante mexicano Luis Miguel (Gallego Basteri, nacido en San Juan, Puerto Rico) el renacer de los buenos boleros en el gusto de las jóvenes generaciones. Es él quien canta para nosotros No sé tú, una de las canciones más eficaces del grandísimo Armando Manzanero. Esta versión fue tomada de un concierto en vivo.
No sé tú
El rey Pedro
Nada como la riqueza de la voz de Pedro Vargas, el cantante con rostro de indio que llenó a la América Latina, en innumerables conciertos, con incontables discos y películas, de música hermosamente cantada. Venezuela tuvo el honor de ser su anfitriona en varias ocasiones, y aquí dejó amigos—Amable Espina muy especialmente—por montones. Don Pedro Vargas nos canta acá, como el más autorizado intérprete de las canciones de Agustín Lara y acompañado en vivo de mariachi, la magnífica Un viejo amor.
Un viejo amor
Seguramente es el éxito mayor del español Alejandro Sanz su Corazón partío, el sabroso son que además canta como ninguno, con el delicioso tumbao a la vez latino y gitano de su grupo. (Atención muchachos, he aprendido a no decir conjunto, lo que me marcaría como anciano).
Corazón partío
En la misma onda de sabrosura despechada viene la pieza Para no verte más, del estupendo conjunto—quiero decir, grupo—argentino La Mosca Tse-tsé.
Para no verte más
Regresemos a un pasado cincuentoso, cuando El Ruiseñor de América, Alfredo Sadel (contracción de Sánchez Delgado) hacía de las suyas con su noble timbre de voz. Hasta ópera cantó, aceptablemente, este gran tenor venezolano. Aquí interpreta otra canción señera del decano Lara: Palabras de mujer.
Palabras de mujer
El Cantante
En este punto repetiré una anécdota que antes se ha contado en este blog: a comienzos de 1974 vino a Venezuela nadie menos que Duke Ellington, el Papa del Jazz. Requerido por una periodista en el aeropuerto de Maiquetía, debió contestar cuál era su cantante favorito. Ellington dijo que eso dependía del estilo musical, del mood, de muchos factores, pero que si la entrevistadora quería saber quién era el cantante, El Cantante se llamaba José Feliciano. Period. De su propia pluma, y con su propia guitarra acompañada de orquesta, interpreta Paso la vida pensando.
Paso la vida pensando
El maestro Alberto Domínguez—fundador del Conjunto Frenesí (no grupo)—compuso la célebre Perfidia, un bolero que cantaba con especial gusto Daniel Santos, El Inquieto Anacobero, cuya versión podemos escuchar de seguidas.
Perfidia
Un gitano que canta de todo
El entonado gitano Diego el Cigala y el gran pianista cubano Bebo Valdés forman un dúo espectacular para Vete de mí, la canción de Virgilio Expósito a la que su hermano, Homero, puso la letra.
Vete de mí
Apelemos ahora a la lengua hermana—entre las raíces del idioma castellano debemos contar al grupo lingüístico galaico-portugués, y gallegos y portugueses, como los brasileños, son nuestros—para recordar el muy hermoso filme Orfeu Negro, realizado en Brasil en 1959—el suscrito se graduaba de Bachiller en Ciencias—por el director francés Marcel Camus. (Palma de Oro en Cannes, 1959; Oscar y Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera, 1960). Aquí canta Astrud Gilberto el tema principal, Manhã de Carnaval, que crearon a cuatro manos Luiz Bonfá y Antônio Maria de Araújo Morais, para afirmar el movimiento musical del Bossa Nova.
Manhã de Carnaval
La Reina del Azúcar
Es un carnaval de muy distinto temperamento el cantado por la incomparable Celia Cruz en su definitiva rendición de La vida es un carnaval, sabrosa salsa de Víctor Daniel.
La vida es un carnaval
¿Quién no ha bailado una conga en trencito en alguna fiesta de carnaval? La contagiosa Vamos pa’ la conga, de Miguel Matamoros, se vistió con ropaje de lujo en el álbum de Ricardo Montaner (Sonorodven, 1991) En el último lugar del mundo. Músicos del calibre de Ilan Chester (piano) y Frank Quintero (batería) participaron en la grabación. Hela aquí.
Vamos pa’ la conga
¡Cómo cuesta trabajo dejar atrás el espíritu carnavalesco, expiatorio, liberador! Por eso viene ahora el hombre de la bilirrubina, Juan Luis Guerra, con su rica interpretación de Woman de El Callao, emblemático calipso de Julio Delgado que evoca los famosos carnavales de nuestro pueblo guayanés.
Woman de El Callao
Un manantial de boleros grandes
Bueno, viene a curarnos de tanto despelote, de nuevo, Armando Manzanero, con su maravilloso bolero Contigo aprendí. Nos llega en la rotunda voz de Alejandro Fernández.
Contigo aprendí
El Tío Simón
El cierre de este trayecto musical de nuestras entrañas está confiado a la pieza universal del venezolano Simón Díaz—portador de la alegría de vivir mucho—: su famosísimo Caballo viejo, que canta al enamoramiento en la vejez. La canción ha sido interpretada en todo el mundo por numerosos cantores, entre quienes descuella más que ningún otro Plácido Domingo. La versión que suena a continuación es de El Caballero de la Salsa, Gilberto Santa Rosa.
balada. (Del prov. balada). 1. f. Canción de ritmo lento y de carácter popular, cuyo asunto es generalmente amoroso.
Real Academia Española
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Es verdaderamente el amor el tema recurrente en la mayoría de las baladas o canciones; entre nosotros, boleros cuando pueden ser bailadas. Por otra parte, parece ser lo más frecuente que el amor cantado en ellas esté seriamente en problemas: añoranza y despecho, traición y cuernos o, simplemente, amor imposible son los incidentes y cuestiones que se explica en las letras que nos son más familiares. Hasta en María bonita, ranchera relativamente feliz dedicada a María Félix por Agustín Lara, hay algo de sospecha, de celos anticipados. Aquí la canta la opulenta voz de Pedro Vargas.
María bonita
Acuérdate de Acapulco, de aquellas noches María bonita, María del alma; acuérdate que en la playa, con tus manitas, las estrellitas las enjuagabas.
Tu cuerpo, del mar juguete, nave al garete, venían las olas, lo columpiaban y mientras yo te miraba, lo digo con sentimiento, mi pensamiento me traicionaba.
Te dije muchas palabras, de esas bonitas con que se arrullan los corazones, pidiendo que me quisieras, que convirtieras en realidades mis ilusiones.
La luna que nos miraba ya hacía ratito se hizo un poquito desentendida, y cuando la vi escondida me arrodillé para besarte y así entregarte toda mi vida.
Amores habrás tenido, muchos amores Maria bonita, María del alma; pero ninguno tan bueno ni tan honrado como el que hiciste que en mí brotara. Lo traigo lleno de flores como una ofrenda para dejarla bajo tus plantas; recíbelo emocionada y júrame que no mientes porque te sientes idolatrada.
Bueno, después de esta clásica introducción, se me antoja escuchar la canción que me parece más real entre las que conozco, seguramente porque he tenido la experiencia que describe el compositor argentino Andrés Calamaro en su Algo contigo.Moncho—el catalán Ramón Calabuch Batista—canta esta versión que difiere en unos pocos puntos de la letra que emplean, entre otros, Los Panchos, grandes intérpretes de este drama amoroso. (Ellos preguntan, por ejemplo: «¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?») De mi experiencia puedo testificar que cuando la cosa parece más desesperada la conquista es aún posible. Y debo gratitud eterna a mi compadre—Horacio Vanegas Fischbach, el mejor serenatero del mundo—por haberme dado a conocer esta maravilla.
Algo contigo
No hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo. ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?
Ya no puedo acercarme a tu boca sin desearte de una manera loca; necesito controlar tu vida, saber quién te besa y quién te abriga.
No hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo. ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?
Ya me quedan muy pocos motivos y aunque pueda parecerte un desatino, no quisiera yo morirme sin tener algo contigo.
Ya no puedo continuar espiando día y noche tu llegada adivinando, yo no sé con qué inocente excusa pasar por tu casa… ay…
Ya me quedan muy pocos motivos y aunque pueda parecerte un desatino, no quisiera yo morirme sin tener algo contigo.
(Bis)
Una balada terapéutica, optimista, marcial y grandilocuente es Con te partirò, la pieza crossover (que puede ser clasificada en más de un estilo) que compuso Francesco Sartori, con letra de Lucio Quarantotto, para Andrea Bocelli, aquí presente. (Se atribuye a Carlos V Emperador—a veces a Federico el Grande—haber dicho que el italiano era la lengua para hablar a las mujeres).
Con te partirò
Quando sono solo sogno all’orizzonte e mancan le parole si lo so che non c’luce in una stanza quando manca il sole se non ci sei tu con me, con me.
Su le finestre mostra a tutti il mio cuore che hai acceso chiudi, dentro me la luce che hai incontrato per strada
Con te partirò, paesi che non ho mai veduto e vissuto con te adesso sui li vivrò.
Con te partirò, su navi per mari che io lo so no, no, non esistono più con te io li vivrò.
Quando sei lontana sogno all’orizzonte e mancan le parole e io solo so che sei con me, con me, tu mia luna tu sei qui con me mio sole tu sei qui con me, con me, con me, con me.
Con te partirò Paesi che non ho mai veduto e vissuto con te adesso si li vivrò.
Con te partirò su navi per mari che, io lo so no, no, non esistono più con te io li rivivrò.
Con te partirò su navi per mari che, io lo so no, no, non esistono più con te io li rivivrò.
Con te partirò…
Io con te!
Tres canciones que comienzan con una negativa pondré a continuación; son No puedo ser feliz (de Francisco Céspedes por Bola de Nieve), y dos francesas: Non, je ne regrette rien, de Charles Dumont por la señora Edith Piaf, y Non, c’est rien (Michel Jourdan, Armand Canfora, Joseph Basile) en la voix incroyable de Barbra Streisand.
No puedo ser feliz
No puedo ser feliz, no te puedo olvidar; siento que te perdí y eso me hace pensar…
He renunciado a ti, ardiente de pasión, no se puede tener conciencia y corazón.
Hoy que ya nos separan la ley y la razón, si las almas hablaran, en su conversación las nuestras se dirían cosas de enamorados.
No puedo ser feliz no te puedo olvidar.
Non, je ne regrette rien
Non, rien de rien Non, je ne regrette rien Ni le bien qu’on m’a fait
Ni le mal; tout ça m’est bien égal! Non, rien de rien Non, je ne regrette rien
C’est payé, balayé, oublié Je me fous du passé! Avec mes souvenirs J’ai allumé le feu Mes chagrins, mes plaisirs Je n’ai plus besoin d’eux! Balayées les amours Et tous leurs trémolos Balayés pour toujours
Je repars à zéro Non, rien de rien Non, je ne regrette rien Ni le bien qu’on m’a fait Ni le mal; tout ça m’est bien égal!
Non, rien de rien Non, je ne regrette rien Car ma vie, car mes joies Aujourd’hui, ça commence avec toi
Non, c’est rien
Non, c’est rien Aussi peu, croyez le bien Ça ira mieux dès demain Avec le temps qui passe Dans la vie tout s’efface
Non, c’est rien A qua bon tendre vos mains Je n’ai pas tant de chagrin C’est vous qui êtes triste Mes amis, partez vite
Laissez moi cette nuit Sortez, mais sans moi Allez boire à ma santé Rapportez votre pitié Vous me faites rire, bien rire…
Non, c’est rien Aussi peu croyez le bien Cet amour n’était plus rien D’autre qu’une habitude J’en ai la certitude
Non, c’est rien Ce garçon, moi j’ai le plains Ne croyez pas que demain Une seule segonde Je serai seule au monde
Laissez, laissez-moi cette nuit Sortez mais sans moi Allez boire à mes amours A tous mes futurs amours
Mes prochains je t’aime… Je t’aime… Laissez-moi et ne croyez pas surtout pas Que je vais pleurer pour ça Seul mon coeur n’y comprend rien Mais à part ça rien, rien Non c’est rien, aussi peu croyez le bien Je n’ai pas tant de chagrin Je n’ai pas tant de chagrin Non c’est rien… Non c’est rien… Rien!
Como acabamos de ver, las damas cantan sus desengaños con igual eficacia que los varones, aunque quizás sean muchas más las canciones en las que un hombre es el desencantado. Aquí es Julio Iglesias—alguna vez clasificado como «cantante de cama»—quien canta afectadamente Por el amor de una mujer, la canción que compusiera Danny Daniel.
Por el amor de una mujer
Por el amor de una mujer Jugué con fuego sin saber Que era yo quien me quemaba Bebí en las fuentes del placer Hasta llegar a comprender Que no era a mí a quien amaba.
Por el amor de una mujer He dado todo cuanto fui Lo más hermoso de mi vida, Mas ese tiempo que perdí Ha de servirme alguna vez Cuando se cure bien mi herida.
Todo me parece como un sueño todavía Pero sé que al fin podré olvidar un día Hoy me siento triste pero pronto cantaré Y prometo no acordarme nunca del ayer.
Por el amor de una mujer Llegué a llorar y enloquecer Mientras que ella se reía Rompí en pedazos un cristal Dejé mis venas desangrar Pues no sabía lo que hacía.
Por el amor de una mujer He dado todo cuanto fui Lo más hermoso de mi vida, Mas ese tiempo que perdí Ha de servirme alguna vez Cuando se cure bien mi herida.
Son, ciertamente, las melodías brasileñas una música especial, con dulzura especial o dolor especial; una añoranza especial—saudade—que le viene de una de sus raíces, el fado, la melancólica forma de canción portuguesa. Una perfecta versión de Apelo, la lenta desesperación expuesta en la canción de Vinicius de Moraes, es la lograda por Soledad Bravo.
Apelo
Ah, meu amor não vás embora Vê a vida como chora, vê que triste esta canção Não, eu te peço, não te ausentes Pois a dor que agora sentes, só se esquece no perdão Ah, meu amado me perdoa Pois embora ainda te doa a tristeza que causei Eu te suplico não destruas tantas coisas que são tuas Por um mal que já paguei Ah, meu amado, se soubesses Da tristeza que há nas preces Que a chorar te faço eu Se tu soubesses num momento todo arrependimento Como tudo entristeceu Ah, se soubesses como é triste Perceber que tu partiste Sem sequer dizer adeus Ah, meu amor tu voltarias E de novo cairias A chorar nos braços meus Ah, meu amor tu voltarias E de novo cairias A chorar nos braços meus
También en portugués, el gran Chico Buarque de Holanda canta en vivo su Atrás da porta, una desgarradora declaración que no se resigna a la pérdida de la amante y, como la anterior, puede ser cantada indistintamente por hombre o mujer mediante el cambio de los pronombres.
Atrás da porta
Quando olhaste bem nos olhos meus E o teu olhar era de adeus Juro que não acreditei Eu te estranhei Me debrucei sobre teu corpo E duvidei E me arrastei E te arranhei E me agarrei nos teus cabelos Nos teus pelos Teu pijama Nos teus pés Ao pé da cama Sem carinho, sem coberta No tapete atrás da porta Reclamei baixinho Dei pra maldizer o nosso lar Pra sujar teu nome, te humilhar E me vingar a qualquer preço Te adorando pelo avesso Pra mostrar que ainda sou tua Só pra provar que ‘inda sou tua
El DRAE nos advirtió que el tema de las baladas es generalmente amoroso; es decir, no siempre. Hay en más de una exaltación de la amistad. Es justamente lo que, muy tristemente, hace Joan Manuel Serrat en Elegía, música que puso a versos con los que Miguel Hernández elogia al amigo muerto, Ramón Sijé. También es la oferta de una amistad incondicional Bridge over troubled water, de Paul Simon y Art Garfunkel.
Elegía
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se nos ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería…)
Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas, y órganos mi dolor sin instrumentos, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler, me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano está rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero mirar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera, por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas y tu sangre se irá a cada lado, disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas, mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
Bridge over troubled water
When you’re weary, feeling small, When tears are in your eyes, I will dry them all; I’m on your side when times get rough And friends just can’t be found, Like a bridge over troubled water I will lay me down. Like a bridge over troubled water I will lay me down.
When you’re down and out, When you’re on the street, When evening falls so hard I will comfort you. I’ll take your part. When darkness comes And pains is all around, Like a bridge over troubled water I will lay me down. Like a bridge over troubled water I will lay me down.
Sail on silver girl, Sail on by. Your time has come to shine. All your dreams are on their way. See how they shine. If you need a friend I’m sailing right behind. Like a bridge over troubled water I will ease your mind. Like a bridge over troubled water I will ease your mind.
En ocasiones muy especiales, el amor o la amistad se expresan hacia un animal, y en algunos casos puede tratarse de uno fantástico, como en Mi unicornio azul, de Silvio Rodríguez, uno de los líderes de la Nueva Trova cubana, que aquí canta su dulce canción. Pero en otros se manifiesta el cariño por un animal de carne y hueso que es propio de la ruralidad; una de las más bellas tonadas venezolanas es Flor de mayo, de Otilio Galíndez—brota su copla y responde el llano—, que se canta a una vaca llanera. Simón Díaz, que sabe de tonadas y de llano, la interpreta aquí.
Mi unicornio azul
Mi unicornio azul ayer se me perdió Pastando lo dejé y desapareció Cualquier información bien la voy a pagar Las flores que dejó no me han querido hablar
Mi unicornio azul ayer se me perdió No sé si se me fue, no sé si se extravió Y yo no tengo más que un unicornio azul Si alguien sabe de él le ruego información Cien mil o un millón yo pagaré Mi unicornio azul se me ha perdido ayer, se fue
Mi unicornio y yo hicimos amistad Un poco con amor, un poco con verdad Con su cuerno de anís excava una canción Saberla compartir era su vocación
Mi unicornio azul ayer se me perdió Y puede parecer acaso una obsesión Pero no tengo mas que un unicornio azul Y aunque tuviera dos, yo sólo aquél Cualquier información la pagaré Mi unicornio azul se me ha perdido ayer, se fue
Flor de mayo
Mañana que va llegando rayito de sol que siento mañana que va llegando rayito de sol que siento llévame por la sabana llévame sabana adentro mañana que va llegando rayito de sol que siento
Flor de mayo, Flor de mayo, Flor de mayo no eres tan brava como Mariposa Flor de mayo, Flor de mayo
Agüita de hojitas verdes perlitas madrugadoras agüita de hojitas verdes perlitas madrugadoras decidme adiós que voy lejos cantando al morir la aurora agüita de hojitas verdes perlitas madrugadoras
Cabalgando en mi rucio paraulato brota mi copla y responde el llano Mariposa, Flor de mayo
Fantasmas de sombra y luna espantos y aparecidos fantasmas de sombra y luna espantos y aparecidos
El gallo de mi totumo ahuyenta con su cantío fantasmas de sombra y luna espantos y aparecíos
Azabache pintadita, Blanca espuma canta la lluvia, se acabó el verano Blanca Espuma, Flor de mayo.
Algo tan de pueblo como nuestro llanero es el jíbaro borinqueño, el indígena rural de Puerto Rico. La tragedia de Lamento borincano, inmortal canción de Rafael Hernández Marín que es todo un himno de la pobreza, suena dolorosa en el amplio registro de Marco Antonio Muñiz.
Lamento borincano
Sale loco de contento Con su cargamento Para la ciudad, sí, Para la ciudad.
Lleva en su pensamiento Todo un mundo lleno De felicidad, sí, De felicidad.
Piensa remediar la situación Del hogar que es toda su ilusión, si.
Y alegre el jibarito va Pensando así, diciendo así, Cantando así por el camino Si yo vendo la carga, mi Dios Querido Un traje a mi viejita voy a comprar.
Y alegre también su yegua va Al presentir que su cantar Es todo un himno de alegría. En esto le sorprende la luz del día Y llegan al mercado de la ciudad.
Pasa la mañana entera Sin que nadie pueda Su carga comprar, ay, Su carga comprar. Todo, todo está desierto, El pueblo está muerto De necesidad, ay, de necesidad.
Se oye este lamento por doquier, En mi desdichada Borínquen, si; Y triste, el, jibarito va pensando así, diciendo así Llorando así por el camino; ¡Que será de Borínquen Mi Dios querido! ¡Que será de mis hijos Y de mi hogar!
Borínquen, la tierra del edén La que al cantar, el gran Gauthier Llamó la perla de los mares. Ahora que tu te mueres Con tus pesares Déjame que te cante yo también. Yo también.
Las islas como Puerto Rico y Cuba suelen producir música y músicos excepcionales; la condición insular llama al canto. Las islas Hawai no son una excepción, como lo atestigua la popularísima versión en ukelele y voz del tema de El Mago de Oz: Somewhere over the rainbow. Se debe al fallecido cantante hawaiano Israel Kaʻanoʻi Kamakawiwoʻole, quien combinó la música de Harold Arlen con evocaciones fugaces de What a wonderful world de George David Weiss. (Es por esto que nuestro título habla de treinta… y una baladas). Kamakawiwoʻole fue un héroe para los habitantes de Hawai, al punto de que a su muerte recibió los honores de un funeral de Estado.
Somewhere over the rainbow – What a wonderful world
Somewhere over the rainbow Way up high And the dreams that you dreamed of Once in a lullaby ii ii iii oh Somewhere over the rainbow Blue birds fly And the dreams that you dreamed of Dreams really do come true ooh ooooh Someday I’ll wish upon a star Wake up where the clouds are far behind me ee ee eeh Where trouble melts like lemon drops High above the chimney tops thats where you’ll find me oh Somewhere over the rainbow bluebirds fly And the dream that you dare to,why, oh why can’t I? i iiii
Well I see trees of green and Red roses too, I’ll watch them bloom for me and you And I think to myself What a wonderful world
Well I see skies of blue and I see clouds of white And the brightness of day I like the dark and I think to myself What a wonderful world
The colors of the rainbow so pretty in the sky Are also on the faces of people passing by I see friends shaking hands Saying, «How do you do?» They’re really saying, I…I love you I hear babies cry and I watch them grow, They’ll learn much more Than we’ll know And I think to myself What a wonderful world (w)oohoorld
Someday I’ll wish upon a star, Wake up where the clouds are far behind me Where trouble melts like lemon drops High above the chimney top that’s where you’ll find me Oh, Somewhere over the rainbow way up high And the dream that you dare to, why, oh why can’t I? I hiii ?
Ricardo Montaner es ochentoso, sin duda. Tampoco puede dudarse que uno de sus grandes éxitos fue Tan enamorados. Es versión castellana de Per noi innamorati, canción de Gianni Togni y Guido Morra. Hela aquí por el cantautor venezolano nacido en Argentina.
Tan enamorados
Quizás te puedas preguntar Qué le hace falta a esta noche blanca A nuestras vidas que ya han vivido tanto Que han visto mil colores de sábanas de seda Y cuando llueve, te gusta caminar Vas abrazándome, sin prisa aunque te mojes Amor mío, lo nuestro es como es Es todo una aventura, no le hace falta nada
Y estoy aquí, tan enamorado de ti Que la noche dure un poco más El grito de una ciudad Que ve en nuestras caras la humedad Y te haré compañía más allá de la vida Yo te juro que arriba te amare más Tan enamorados y así La noche dura un poco más
La mañana nos traerá Un canto nuevo de pájaros alegres Amor mío, así es la vida juntos Dos locos de repente, sonriéndole a la gente Que los ve pasar
Tan enamorados y así La noche dura un poco más Viajar a tu lado en el tren Un sueño difícil, de creer Poco a poco el abrazo, boca a boca al espacio Aliento y suspiros tibios anochecer
Tan enamorados y así La noche dura un poco más Viajar a tu lado en el tren Un sueño difícil, de creer
Luis Miguel (Gallego Basteri), cantante mexicano que nació en Puerto Rico de padre español y madre italiana, tiene no sólo un enorme gusto para cantar, sino que su ángel sirvió para interesar a oyentes muy jóvenes en los grandes boleros que gustaban a los abuelos. Es, por tanto, un gran divulgador de esa música romántica. Oigámoslo en su interpretación de Usted es la culpable, clásico bolero de Gabriel Ruiz.
Usted es la culpable
Usted es la culpable De todas mis angustias y todos mis quebrantos Usted llenó mi vida De dulces inquietudes y amargos desencantos Su amor es como un grito Que llevo aquí en mi alma y aquí en mi corazón Y soy aunque no quiera, Esclavo de sus ojos, juguete de su amor No juegue con mis penas, ni con mis sentimientos Que es lo único que tengo Usted es mi esperanza, mi última esperanza Comprenda de una vez Usted me desespera, Me mata, me enloquece Y hasta la vida diera por vencer el miedo De besarla a Usted
Dos otros boleros comparten con el anterior esa cualidad de quintaesencia de la balada caribeña: Palabras de mujer es maravillosa canción del maestro Agustín Lara que nos canta Alfredo Sadel; Fichas negras, en cambio, es cantada acá por nadie menos que Leo Marini—mi madre entornaba los ojos al referirse a él—y es canción de Johnny Rodríguez.
Palabras de mujer
Palabras de mujer que yo escuché cerca de ti, junto de mí, muy quedo, tan quedo como nunca. Las quiero repetir para que tú igual que ayer las digas sollozando, palabras de mujer.
Aunque no quieras tú ni quiera yo, lo quiso Dios; hasta la eternidad te seguirá mi amor.
Como una sombra iré, perfumaré tú inspiración y junto a ti estaré también en el dolor.
Aunque no quieras tú ni quiera yo, lo quiso Dios; hasta la eternidad te seguirá mi amor.
Hasta en tus besos me hallarás hasta en el agua y en el sol, aunque no quieras tú, aunque no quiera yo.
Fichas negras
Yo te perdí, como pierde aquel buen jugador que la suerte reversa marcó su destino fatal…
Yo ya jugué mis cartas abiertas al amor, la confianza que tuve tronchó nuestra felicidad.
Pero en cambio tú me jugaste fichas sin valor, fichas negras como es el color de tu perversidad…
Yo ya perdí… y te juro no vuelvo a jugar, porque nunca yo volveré a amar, como te quiero a ti…
Huyamos por un momento, y progresivamente, del castellano. Una magnífica canción de Baden Powell de Aquino y Vinicius de Moraes, que aquí cantan a dúo Agnes Jaoui y el emblema brasileño que es la famosa María Bethania, es Samba em preludio, cuya textura es contrapuntística. Dos melodías diferentes pero armónicamente afines son cantadas, primero, separadamente y en sucesión; luego, combinadamente para un hermoso efecto musical.
Samba em preludio
Eu sem você não tenho porquê Porque sem você não sei nem chorar Sou chama sem luz, jardim sem luar Luar sem amor, amor sem se dar Eu sem você sou só desamor Um barco sem mar, um campo sem flor Tristeza que vai, tristeza que vem Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Ah, que saudade Que vontade de ver renascer nossa vida Volta, querida Os meus braços precisam dos teus Teus abraços precisam dos meus Estou tão sozinho Tenho os olhos cansados de olhar para o além Vem ver a vida Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Eu sem você não tenho porquê Porque sem você não sei nem chorar Sou chama sem luz, jardim sem luar Luar sem amor, amor sem se dar Eu sem você sou só desamor Um barco sem mar, um campo sem flor Tristeza que vai, tristeza que vem Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Ah, que saudade Que vontade de ver renascer nossa vida Volta, querida Os meus braços precisam dos teus Teus abraços precisam dos meus Estou tão sozinho Tenho os olhos cansados de olhar para o além Vem ver a vida Sem você, meu amor, eu não sou ninguém Sem você, meu amor, eu não sou ninguém
Tiene un carácter similar al del Bólero de Maurice Ravel la canción—¿himno?—de Gilbert Becaud, quien la canta, y Pierre Delanoë: Et maintenant. Es una suerte de mouvement perpétuel cuyo arreglo orquestal se hace cada vez más rico y fuerte; es triunfal.
Et maintenant
Et maintenant que vais-je faire De tout ce temps que sera ma vie De tous ces gens qui m’indiffèrent Maintenant que tu es partie
Toutes ces nuits, pourquoi pour qui Et ce matin qui revient pour rien Ce coeur qui bat, pour qui, pourquoi Qui bat trop fort, trop fort
Et maintenant que vais-je faire Vers quel néant glissera ma vie Tu m’as laissé la terre entière Mais la terre sans toi c’est petit
Vous, mes amis, soyez gentils Vous savez bien que l’on n’y peut rien Même Paris crève d’ennui Toutes ses rues me tuent
Et maintenant que vais-je faire Je vais en rire pour ne plus pleurer Je vais brûler des nuits entières Au matin je te haïrai
Et puis un soir dans mon miroir Je verrai bien la fin du chemin Pas une fleur et pas de pleurs Au moment de l’adieu
Je n’ai vraiment plus rien à faire Je n’ai vraiment plus rien…
Y uno pudiera suponer que si, tras Becaud, uno invita aquí a Charles Aznavour es para continuar oyendo canciones en francés. Pues no; ahora nos da una canción muy suya cantada en inglés: She, que compuso para que Herbert Kretzmer le pusiera letra.
She
She May be the face I can’t forget A trace of pleasure or regret May be my treasure or the price I have to pay She may be the song that summer sings May be the chill that autumn brings May be a hundred tearful things Within the measure of the day.
She May be the beauty or the beast May be the famine or the feast May turn each day into a heaven or a hell She may be the mirror of my dreams A smile reflected in a stream She may not be what she may seem Inside a shell
She who always seems so happy in a crowd Whose eyes can be so private and so proud No one’s allowed to see them when they cry She may be the love that can and hope to last May come to me from shadows of the past That I remember till the day I die
She May be the reason I survive The why and where for I’m alive The one I’ll care for through the rough and rainy years Me I’ll take her laughter and her tears And make them all my souvenirs For where she goes I got to be The meaning of my life is
She, she, she
Descarguemos de seguidas cinco canciones más en la lengua de Shakespeare antes de regresar a la materna. Éstas son: Imagine, de John Lennon, Oh very young, de Cat Stevens, The sage, de Emerson, Lake & Palmer, Me and Bobby McGee, por Janis Joplin y, finalmente, la célebre de Cole Porter I’ve got you under my skin por—who else?—Frank Sinatra.
Imagine
Imagine there’s no heaven It’s easy if you try No hell below us Above us only sky Imagine all the people Living for today… Imagine there’s no countries It isn’t hard to do Nothing to kill or die for And no religion too Imagine all the people Living life in peace… You may say I’m a dreamer But I’m not the only one I hope someday you’ll join us And the world will be as one Imagine no possessions I wonder if you can No need for greed or hunger A brotherhood of man Imagine all the people Sharing all the world… You may say I’m a dreamer But I’m not the only one I hope someday you’ll join us And the world will live as one
Oh very young
Oh Very Young, what will you leave us this time? You’re only dancin’ on this earth for a short while And though your dreams may toss and turn you now They will vanish away like your dads best jeans Denim blue, faded up to the sky And though you want them to last forever You know they never will (You know they never will) And the patches make the goodbye harder still.
Oh Very Young what will you leave us this time? There’ll never be a better chance to change your mind And if you want this world to see a better day Will you carry the words of love with you Will you ride the great white bird into heaven And though you want to last forever You know you never will (You know you never will) And the goodbye makes the journey harder still.
Will you carry the words of love with you Will you ride, oh, oooooooooooooh
Oh Very Young, what will you leave us this time? You’re only dancin’ on this earth for a short while Oh Very Young, what will you leave us this time?
The sage
I carry the dust of a journey that cannot be shaken away It lives deep within me For I breathe it every day.
You and I are yesterday’s answers; The earth of the past come to flesh, Eroded by Time’s rivers To the shapes we now possess.
Come share of my breath and my substance, and mingle our stream and our times. In bright, infinite moments, Our reasons are lost in our rhymes.
Me and Bobby McGee
Busted flat in Baton Rouge, waiting for a train And I’s feeling nearly as faded as my jeans. Bobby thumbed a diesel down just before it rained, It rode us all the way to New Orleans.
I pulled my harp on out of my dirty red bandanna, I was playing soft while Bobby sang the blues. Windshield wipers slapping time, I was holding Bobby’s hand in mine, We sang every song that driver knew.
Freedom’s just another word for nothing left to lose, Nothing don’t mean nothing honey if it ain’t free, now now. And feeling good was easy, Lord, when he sang the blues, You know feeling good was good enough for me, Good enough for me and my Bobby McGee.
From the Kentucky coal mines to the California sun, Hey, Bobby shared the secrets of my soul. Through all kinds of weather, through everything we done, Hey Bobby baby? kept me from the cold.
One day up near Salinas, Lord, I let him slip away, He’s looking for that home and I hope he finds it, But I’d trade all of my tomorrows for one single yesterday To be holding Bobby’s body next to mine.
Freedom is just another word for nothing left to lose, Nothing, that’s all that Bobby left me, yeah, But feeling good was easy, Lord, when he sang the blues, Hey, feeling good was good enough for me, hmm hmm, Good enough for me and my Bobby McGee.
La la la, la la la la, la la la, la la la la La la la la la Bobby McGee. La la la la la, la la la la la La la la la la, Bobby McGee, la.
La La la, la la la la la la, La La la la la la la la la, hey now Bobby now Bobby McGee yeah. Na na na na na na na na, na na na na na na na na na na na Hey now Bobby now, Bobby McGee, yeah.
Lord, I’m calling my lover, calling my man, I said I’m calling my lover just the best I can, C’mon, hey now Bobby yeah, hry now Bobby McGee, yeah, Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lord Hey, hey, hey, Bobby McGee, Lord!
Yeah! Whew!
Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lordy Lord Hey, hey, hey, Bobby McGee.
I’ve got you under my skin
I’ve got you under my skin I’ve got you deep in the heart of me So deep in my heart, that you’re really a part of me I’ve got you under my skin
I’ve tried so not to give in I’ve said to myself this affair never will go so well But why should I try to resist, when baby I know so well I’ve got you under my skin
I’d sacrifice anything come what might For the sake of having you near In spite of a warning voice that comes in the night And repeats, repeats in my ear
Don’t you know little fool, you never can win Use your mentality, wake up to reality But each time that I do, just the thought of you Makes me stop before I begin ‘cause I’ve got you under my skin
Esta selección, que ha sido un placer recopilar para Ud., cerrará con tres canciones de letra en nuestra lengua madre: Mujer contra mujer, que canta Ana Torroja de José María Cano (esto es, Mecano), una bella canción homoerótica lésbica; Paso la vida pensando, de Leonardo Schultz con elcantante (Duke Ellington dixit) José Feliciano; Vete de mí, que fuera canción compuesta por los hermanos Virgilio y Homero Expósito y fuese insignia de Bola de Nieve, interpretada por Bebo y Cigala, con sabroso tumbao flamenco.
Mujer contra mujer
Nada tienen de especial dos mujeres que se dan la mano; el matiz viene después cuando lo hacen por debajo del mantel. Luego a solas, sin nada que perder, tras las manos va el resto de la piel. Un amor por ocultar, aunque en cueros no hay donde esconderlo, lo disfrazan de amistad cuando sale a pasear por la ciudad. Una opina que aquello no está bien, la otra opina que qué se le va a hacer y lo que opinen los demás está de más. ¿Quién detiene palomas al vuelo volando a ras del suelo, mujer contra mujer? No estoy yo por la labor de tirarles la primera piedra; si equivoco la ocasión y las hallo labio a labio en el salón, ni siquiera me atreveré a toser; si no gusto ya sé lo que hay que hacer, que con mis piedras hacen ellas su pared. ¿Quién detiene palomas al vuelo volando a ras del suelo, mujer contra mujer? Una opina que aquello no está bien, la otra opina que qué se le va a hacer y lo que opinen los demás está de más. ¿Quién detiene palomas al vuelo volando a ras del suelo, mujer contra mujer?
Paso la vida pensando
Yo te llevo muy dentro de mí, la locura que viví por ti aún se alberga en mi corazón; te dejé partir, no me explico la razón.
Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, con tu amor, con tu amor.
Fue mi orgullo o mi estupidez que me entorpeció; no tuve sensatez, quizá no supe valorar tu amor, aunque te ofendí te suplico tu perdón.
Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, con tu amor, con tu amor.
Vienen a mi mente tantas cosas que a mí no me puedo perdonar pero nunca, nunca te he dejado de amar.
Yo te llevo muy dentro de mí y si tú me llevas muy dentro de ti los dos sufrimos igual decepción el separarnos fue una tonta decisión.
Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey. Porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, hey, porque paso la vida pensando, paso las noches soñando con tu amor, con tu amor, con tu amor.
Vete de mí
Tú, que llenas todo de alegría y juventud y ves fantasmas en las noches de trasluz, y oyes el canto perfumado del azul, vete de mí…
No te detengas a mirar las ramas muertas del rosal que se marchitan sin dar flor.
Mira el paisaje del amor que es la razón para soñar y amar…
Yo, que ya he luchando contra toda la maldad, tengo las manos tan desechas de apretar, que ni te pueden sujetar. Vete de mí…
Seré en tu vida lo mejor de la neblina del ayer, cuando me llegues a olvidar.
Cómo es mejor el verso aquel que no podemos recordar.
Son muchos los ejemplos de música con intención o inspiración política. Tanto la música popular como la que llamamos culta o clásica alojan un buen número de piezas con tal carácter. (Ver en este blog, por ejemplo, Música política). He aquí una colección abigarrada, que comienza por lo que pudiera considerarse el himno de la democracia, la Fanfarria para un hombre común, de Aaron Copland, quien optó por celebrar a la gente común y corriente en lugar de algún héroe o hazaña. En esta ocasión la interpreta la maravillosa Orquesta de Filadelfia, dirigida por Eugene Ormandy. (Puede compararse con una versión por la Orquesta Sinfónica de Detroit, dirigida por Antal Doráti, en Música política):
Buena parte de la carga política en la música popular viene expresada en testimonios de la pobreza. Lamento borincano, cantada aquí por Marco Antonio Muñiz, es una queja campesina que contrasta los sueños de un padre pobre con su fracaso: el jibarito va pensando así, diciendo así, llorando así por el camino: ¿que será de Borinquen, mi Dios querido, que será de mis hijos y de mi hogar?
Construçao, en cambio, de Chico Buarque de Holanda, es una tragedia urbana, la muerte de un obrero albañil que cae al tropezar desde lo alto de una obra. Como una canción de nuestro Vicente Emilio Sojo, la última palabra de cada verso es esdrújula. He aquí su letra:
Amou daquela vez como se fosse a última Beijou sua mulher como se fosse a última E cada filho seu como se fosse o único E atravessou a rua com seu passo tímido Subiu a construção como se fosse máquina Ergueu no patamar quatro paredes sólidas Tijolo com tijolo num desenho mágico Seus olhos embotados de cimento e lágrima Sentou pra descansar como se fosse sábado Comeu feijão com arroz como se fosse um príncipe Bebeu e soluçou como se fosse um náufrago Dançou e gargalhou como se ouvisse música E tropeçou no céu como se fosse um bêbado E flutuou no ar como se fosse um pássaro E se acabou no chão feito um pacote flácido Agonizou no meio do passeio público Morreu na contramão atrapalhando o tráfego Amou daquela vez como se fosse o último Beijou sua mulher como se fosse a única E cada filho seu como se fosse o pródigo E atravessou a rua com seu passo bêbado Subiu a construção como se fosse sólido Ergueu no patamar quatro paredes mágicas Tijolo com tijolo num desenho lógico Seus olhos embotados de cimento e tráfego Sentou pra descansar como se fosse um príncipe Comeu feijão com arroz como se fosse o máximo Bebeu e soluçou como se fosse máquina Dançou e gargalhou como se fosse o próximo E tropeçou no céu como se ouvisse música E flutuou no ar como se fosse sábado E se acabou no chão feito um pacote tímido Agonizou no meio do passeio náufrago Morreu na contramão atrapalhando o público Amou daquela vez como se fosse máquina Beijou sua mulher como se fosse lógico Ergueu no patamar quatro paredes flácidas Sentou pra descansar como se fosse um pássaro E flutuou no ar como se fosse um príncipe E se acabou no chão feito um pacote bêbado Morreu na contramão atrapalhando o sábado
En la misma onda, el clásico Sixteen tons (canción de Merle Travis; ver la magnífica versión de The Platters, en la rica voz baja de Herb Reed en Una docena más) describe la alienación de los mineros de carbón, amarrados de por vida a las compañías explotadoras de los yacimientos y sus obreros. (You load sixteen tons, what do you get/Another day older and deeper in debt/Saint Peter don’t you call me ‘cause I can’t go/I owe my soul to the company store). Quien popularizó esta canción fue Tennessee Ernie Ford, que la canta acá:
Todavía en situación peor, la gente encarcelada es cantada en Prison song por Graham Nash—formó parte del grupo Crosby, Stills, Nash & Young—, quien asegura que la gente rica no paga penas carcelarias: And here’s a song to sing for every man inside/If he can hear you sing, it’s an open door/There’s not a rich man there who couldn’t pay his way/And buy the freedom that’s a high price for the poor.
David Crosby y Graham Nash en Occupy Wall Street (clic amplía)
Puede cantarse a los héroes de epopeyas revolucionarias, personajes concretos o caracteres genéricos como el de Canción del elegido, obra de Silvio Rodríguez interpretada por Soledad Bravo, quien grabó un álbum de canciones de la Nueva Trova Cubana.
El romance de personajes de reparto
Hablando de epopeyas, en 1960 se estrenó el filme Éxodo, dirigido por Otto Preminger, que narra el episodio de unos refugiados que se trasladaban en barco en momentos de la fundación del Estado de Israel. Su tema musical se convirtió en un éxito principalmente por la versión del dúo de pianistas Ferrante & Teicher. Aquí se pone en la interpretación de nadie menos que Edith Piaf, el Ruiseñor de Francia.
Por supuesto, es una mordaz crítica a los valores sociales pervertidos el famosísimo tango Cambalache, de Enrique Santos Discépolo. Un cantautor que siempre ha tenido carácter protestatario, Joan Manuel Serrat, la expone en este archivo:
Ese mismo cantante profiere un reclamo más extenso en El sur también existe:
Con menor aspereza, John Lennon compuso y canta aquí Imagine, una canción que la revista Rolling Stone colocó en el tercer lugar de las quinientas canciones más grandes de todos los tiempos.
La canción We are the world, compuesta por Michael Jackson y Lionel Richie, reunió un supergrupo de estrellas en 1985 para producirla. La canción vendió más de veinte millones de copias, y los ingresos fueron destinados a aliviar el hambre africana (recaudó 63 millones de dólares).
There comes a time when we heed a certain call (Lionel Richie) When the world must come together as one (Lionel Richie & Stevie Wonder) There are people dying (Stevie Wonder) Oh, and it’s time to lend a hand to life (Paul Simon) The greatest gift of all (Paul Simon/Kenny Rogers)
We can’t go on pretending day by day (Kenny Rogers) That someone, somewhere will soon make a change (James Ingram) We’re all a part of God’s great big family (Tina Turner) And the truth (Billy Joel) You know love is all we need (Tina Turner/Billy Joel)
(CORO) We are the world, we are the children We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Michael Jackson) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Diana Ross) It’s true we’ll make a better day just you and me (Michael Jackson/Diana Ross)
Well, send ‘em you your heart so they know that someone cares (Dionne Warwick) And their lives will be stronger and free (Dionne Warwick/Willie Nelson) As God has shown us by turning stone to bread (Willie Nelson) And so we all must lend a helping hand (Al Jarreau)
We are the world, we are the children (Bruce Springsteen) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Kenny Loggins) Oh There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Steve Perry) It’s true we’ll make a better day just you and me (Daryl Hall)
When you’re down and out there seems no hope at all (Michael Jackson) But if you just believe there’s no way we can fall (Huey Lewis) Well, well, well, let’s realize that a change can only come (Cyndi Lauper) When we (Kim Carnes) stand together as one (Kim Carnes/Cyndi Lauper/Huey Lewis)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Bob Dylan) It’s true we’ll make a better day just you and me (Bob Dylan)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) Oh There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Ray Charles) It’s true we’ll make a better day just you and me (Ray Charles)
We are the world, we are the children (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Stevie Wonder) It’s true we’ll make a better day just you and me (Stevie Wonder)
We are the world, we are the children (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Stevie Wonder/Bruce Springsteen) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Bruce Springsteen) It’s true we’ll make a better day just you and me (Bruce Springsteen)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos)
We are the world, we are the children (James Ingram) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (James Ingram) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Ray Charles) It’s true we’ll make a better day just you and me (Ray Charles)
We are the world, we are the children (Todos) We are the ones who make a brighter day so let’s start giving (Todos) There’s a choice we’re making we’re saving our own lives (Todos/Ray Charles) It’s true we’ll make a better day just you and me (Todos/Ray Charles)
Sibelius y Ormandy en la casa de campo del primero
Si entramos a otra dimensión, la música culta nos proporciona música de independencia y liberación. Éste es el caso de Finlandia, el opus 26 de Jan Sibelius. Suena acá en versión monumental de la Orquesta de Filadelfia y el Coro del Tabernáculo Mormón, dirigidos ambos por Eugene Ormandy. (La orquesta fue a Finlandia en 1955 y visitó a Sibelius poco antes de su muerte. Los músicos esperaron fuera de los autobuses que los llevaron a la casa del compositor, en pleno y nevado invierno, a que Ormandy sacara al maestro a saludarlos).
Krzysztof Penderecki, compositor polaco contemporáneo, que últimamente ha suavizado su música muy astringente con un nuevo estilo postromántico, se hizo conocer con la gélida Trenodia por las víctimas de Hiroshima (para 52 instrumentos de cuerda), que toca aquí la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional Polaca. (Advertencia: debe oírse teniendo a la mano una buena dosis de sal de frutas).
La ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi, como otras de este compositor, adquirió pronto un tinte político, gracias principalmente a Va, pensiero, cantada en coro por los esclavos hebreos de Nabucodonosor. El justamente afamado Riccardo Muti potenció ese significado el 12 de marzo de este año, cuando rompió todo protocolo para arengar al público en protesta por los recortes de fondos para la cultura dispuestos por el gobierno de Silvio Berlusconi. Concluida la interpretación de este coro por la Ópera de Roma, Muti interrumpió la ejecución y dirigió un breve discurso a la audiencia, a la que luego reclutó para volver a cantar la pieza junto con la orquesta y los cantantes. Aplausos, vítores y lágrimas de músicos y público confirmaron que el maestro había tocado un nervio particularmente sensitivo. Dijo Muti en la ocasión: «Como italiano que da vueltas por el mundo me encuentro muy adolorido por lo que está pasando». (Se ha generalizado la impresión errónea de que sus palabras fueron dichas delante del propio Berlusconi, pero esto no fue así. El Primer Ministro de Italia asistió a otra representación de Nabucco seis días más tarde, pero la fuerza de la crítica de Muti no fue menor por eso. Berlusconi, naturalmente, ya no está en el cargo al que se aferrara tanto tiempo; Muti permanece).
¡Ve, pensamiento, con alas doradas, pósate en las praderas y en las cimas donde exhala su suave fragancia el dulce aire de la tierra natal! ¡Saluda las orillas del Jordán y las destruidas torres de Sión! ¡Oh, mi patria, tan bella y perdida! ¡Oh recuerdo tan caro y fatal! Arpa de oro de fatídicos vates, ¿por qué cuelgas muda del sauce? Revive en nuestros pechos el recuerdo, ¡que hable del tiempo que fue! Al igual que el destino de Sólima ¡canta un aire de crudo lamento, que te inspire el Señor un aliento que al padecer infunda virtud, que al padecer infunda virtud, que al padecer infunda virtud, al padecer, la virtud!
Un tono distinto de rojo
La pianista venezolana más renombrada, después de Teresa Carreño, es Gabriela Montero, que tempranamente recibió estímulo de la gran Martha Argerich. Con motivo del lanzamiento de su disco Solatino, se empeñó en que el logotipo de la disquera inglesa EMI sutituyera su color rojo habitual por el blanco. Montero explicó:
«Decidí excluir el color rojo en SOLATINO, a excepción de la letra ‘O’, porque en Venezuela el color rojo ha sido robado de su apasionada belleza y poder y es ahora asociado a la represión, la furia y el control. También notarán que el título tiene los colores amarillo, azul y rojo. Estos son los colores de la bandera venezolana.
El rojo es el último color de mi bandera y, coincidencialmente, ‘O’ es mi tipo de sangre. Encuentro este simbolismo muy hermoso. Todos compartimos la misma fuente de vida: la sangre. Son las células rojas de la sangre las que llevan el oxígeno por nuestros cuerpos. Sin ellas, perecemos. Con el balance adecuado, prosperamos. Me gustaría que esta ‘O’estuviese coloreada por un matiz pacífico de rojo. El rojo que nos pertenece a todos. El rojo que es hermoso en su intensidad, y no hiriente en su agarre. El rojo que pertenece a este mundo y no el que nos separa y extingue. No hay espacio para el tipo equivocado de rojo, y escojo removerlo de este álbum.
Esta es mi declaración».
Luego, en octubre de este año, estrenó en Nuremberg su opera prima para piano y orquesta, a la que llamó ExPatria. Dijo para presentarla: “Es el grito de una sociedad asfixiada y la denuncia de la complicidad e inconsecuencia del mundo ante la desventura de los venezolanos, encubierta en un tenue y engañoso velo de democracia. Va más allá de la nostalgia privada a un grito muy público. ExPatria es un retrato de un país apenas reconocible del que conocí en mi juventud. Es mi respuesta emocional a la pérdida de Venezuela a sí misma, a la ilegalidad, la corrupción, el caos y las tasas de homicidio entre las más altas del mundo”.
Cerremos este amasijo de música política con una interpretación por Gabriela Montero de la Polonesa Heroica de Federico Chopin, una de las piezas políticas del genio polaco del piano. (El 3 de diciembre de 2007 en el Centro Gubenkian de Lisboa). Buen provecho. LEA
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