Saludo de amor (Edward Elgar) al cierre de juegos impecables en Londres
Salut d’amour
aberration(n.) something that differs from the norm (In 1974, Poland won the World Cup, but the success turned out to be an aberration, and Poland have not won a World Cup since).
world-english.org
aberración. (Dellat.cient. aberratio, -onis). 1. f. Grave error del entendimiento. 2. f. Acto o conducta depravados, perversos, o que se apartan de lo aceptado como lícito. 3. f. Astr. Desvío aparente de los astros, resultante de la combinación de la velocidad de la luz con la de los movimientos de la Tierra. 4. f. Biol. Desviación del tipo normal que en determinados casos experimenta un carácter morfológico o fisiológico. 5. f. Ópt. Imperfección de un sistema óptico que produce una imagen defectuosa.
Diccionario de la Lengua Española
____________________________
La impresionante clausura de los Juegos Olímpicos de Londres puso de relieve su magnífica organización. La capital inglesa alojó durante 17 días los mejores atletas de 204 países, sin que incidente alguno empañara las 303 competencias que compusieron las trigésimas Olimpíadas. Lord Coe—el barón Sebastian Newbold Coe—, él mismo ganador de cuatro medallas olímpicas, encabezó el Comité Organizador que hizo un trabajo extraordinario; sus palabras finales en la ceremonia de cierre, británicamente parcas, fueron: «Lo hicimos bien». El conde belga Jacques Rogge, Presidente del Comité Olímpico Internacional, cerró las suyas con un simple «Gracias, Londres».
El 26 de julio registraron los medios internacionales los vistosos comentarios de Mitt Romney, el candidato del Partido Republicano en las próximas elecciones de Presidente de los Estados Unidos, de visita en Inglaterra. Romney, reportó el diario londinense The Telegraph, había elevado «su tendencia a meter la pata» al declarar que, a causa de preocupaciones de seguridad, era «difícil saber como resultarían» los juegos. A modo de fundamentación del imprudente comentario, Romney dijo que había hallado «unas cuantas cosas desconcertantes» y abundó: «Los cuentos acerca de personal insuficiente en la compañía privada de seguridad, la supuesta huelga de funcionarios de inmigración y aduana, no son obviamente algo alentador».
David Cameron, el primer ministro inglés, de tendencia política afín a la de Romney, no perdió tiempo en clavar un dardo a quien aún no había recibido: «Estamos acogiendo unos Juegos Olímpicos en una de las ciudades más ocupadas, más activas, más bullentes de cualquier parte del mundo. Por supuesto, es más fácil si se celebra los Juegos Olímpicos en medio de la nada», aludiendo a Salt Lake City, la capital de los mormones—Romney es uno—, donde el estadounidense presidió los juegos de invierno en 2002. Por su parte, el Alcalde de Londres, Boris Johnson, dirigiéndose a una concentración de 60.000 personas que asistían en Hyde Park al relevo final que trajo la antorcha olímpica a Londres, dijo a los asistentes: «Hay un tipo llamado Mitt Romney que quiere saber si estamos listos». Entonces arengó, arrancando rechiflas del público: «¿Estamos listos? ¡Sí, lo estamos!» En efecto, los londinenses estuvieron listos.
Romney quiso después, torpemente, enmendar el capote y declaró de nuevo:»Mi experiencia en relación con las Olimpíadas es que es imposible que no ocurran errores en absoluto. Por supuesto, habrá errores de vez en cuando, pero ellos quedan ensombrecidos por las extraordinarias demostraciones de coraje, carácter y determinación de los atletas». Es decir, los competidores rescatarían a los organizadores, sus atónitos anfitriones.
El republicano mormón estaba muy equivocado, tanto en protocolo como en su agorera profecía. Su visión, parece ser, sufre de aberración.
………
Ayer llegó por correo electrónico a este blog el siguiente mensaje:
También ayer, los comentaristas en español de la transmisión de los Juegos de Londres por DirecTV señalaron como el más significativo triunfo latinoamericano en la impecable justa planetaria la actuación de Rubén Limardo, el esgrimista venezolano que ganó la Medalla de Oro en su especialidad de espada, la primera de algún latinoamericano desde 1904. Hace pocos días, el Chamán del Guaraira Repano comentó, de visita en la sede de Acción Democrática en La Florida, que las declaraciones de Limardo en apoyo a Hugo Chávez habían debido reportarle a éste unos tres puntos porcentuales más en la intención de voto.
Esperaremos los números de una próxima «encuesta» para la desinformación y la esperanza del capriloradonskismo, la nueva aberración que seguramente será adjudicada, en tanto contratante, al Comando Estratégico Operacional, que tiene bastante plata para ordenar estudios demoscópicos y se asustará mucho cuando se confirme que su jefe perderá por 39 puntos en Carabobo. Sobre esa nueva medición, que nos llegará de fuente fidedigna y buena, valdrá la pena averiguar la opinión que merecerá a Mitt Romney. LEA
María Ignacia, Cecilia Ignacia, Eugenia Josefina y Luis Armando
Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera, se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga y al del coche que empuja la institutriz inglesa y al niño gringo que carga la criolla y al niño blanco que carga la negra y al niño indio que carga la india y al niño negro que carga la tierra.
Andrés Eloy Blanco
Los hijos infinitos
____________
La dedicatoria de Las élites culposas pone: A Eugenia Josefina, la hija bien nacida; a Luis Armando, el hijo que envidio; a María Ignacia, la hija que quise tener. A Leopoldo Enrique, el hijo primero; a Beatriz Cecilia, la hija que vale la pena. A Nacha Sucre, “ese norte tan cercano”.
Quiero explicarla.
A Eugenia, la mayor de mis hijas, su nombre le viene de su abuelo materno, Armando Sucre Eduardo, quien lo escogió para ella y dijo: «En griego significa bien nacida». Comoquiera que ya yo veneraba a mi suegro, agradecí con orgullo que él dijera eso, pues equivalía a su aprobación de mi matrimonio con su hija. Recién nacida la llevé a mi oficina en el CONICIT, donde la visitaron los empleados como pastores y Reyes Magos y la admiraron maravillados sobre una mesa de reuniones; uno le puso el mote de Estrella de la mañana. Hoy, cuando ya no le da hipo reír, sigue siendo bella y buena.
Luis Armando tiene invertidos los nombres de su abuelo y es su vivo retrato; porta un cromosoma Alcalá y cuarenta y cinco Sucre. Es el primer descendiente varón de Armando y tiene un talento para la amistad y un instinto innato de la justicia; sus amigos son legión y lo adoran. Es hombre sensato y amable y a la vez un hombre serio. Por esas cosas lo envidio. Tendría diez u once años cuando me escribió en una tarjeta del Día del Padre: «No cambies nunca». ¿Cómo podría no quererlo?
María Ignacia lleva el primer nombre de mi madre—nació, como ella, un 12 de septiembre—y el segundo de mi esposa. Cuando ella y yo la concebimos en diciembre de 1984, como otras veces, la economía de la casa, por culpa de mi actividad política, no estaba boyante. En misMemorias prematurasregistré una apelación en sala de parto: «Cuando cargué a María Ignacia por primera vez le dije al oído que me ayudara, que yo había querido tenerla porque había sentido que yo saldría adelante y podría mantenerla, y que ahora le pedía me transmitiera la fuerza de su vida comenzando».
Tomé prestado de mi señora para referirme a ella, la gestadora de esos hijos, una frase de su libro: Alicia Eduardo – Una parte de la vida. Allí refiere la impresión que causaba a sus bisabuelos marabinos, ya residenciados en Caracas, «la cercanía de la imponente cordillera, el cerro Ávila, de inmensa mole verde como gigante siempre presente. Las ciudades donde hasta ahora habían vivido eran todas planas, y este cerro, este norte tan cercano de donde bajaban burros con flores de Galipán al amanecer, y adonde volvían las periqueras en las tardes después de bañarse en el río Guaire, los sobrecogió por algún tiempo». Nacha es mi cerro Ávila, mi brújula.
Beatriz Cecilia y su hija menor, Anabella Del Valle
Ella también me trajo a Beatriz Cecilia, la hija de su primer matrimonio con Antonio Escalona. Es hija que vale la pena, por su incansable fuerza, su fantástica habilidad para resolver situaciones difíciles y su generosa diligencia.
A mi vez, le aporté a Leopoldo Enrique, quien era el niño más hermoso que yo hubiera conocido y es ahora un varón a quien debo muchas ayudas, incluyendo las necesarias a la creación y mantenimiento de este blog; además me ha dado una nieta maravillosa, mi princesa Maya, nacida el primer Día de Reyes del tercer milenio. Pareció mezquina la escueta mención de hijo primero en la dedicatoria, pero es que ya le había dedicado mi primer libro, de esta manera:
Leopoldo Enrique cumplía tres años
Mi padre fue quien me enseñó aquello de que un hombre no está completo si no ha tenido un hijo, si no ha sembrado un árbol y si no ha escrito un libro. Este es mi primer libro y si no sé cuál es el primer árbol que sembré no tengo dudas de quien fue mi primer hijo. Es causa de un amor y de un orgullo de los que no he podido recuperarme. Dedico mi primer libro a Leopoldo Enrique Alcalá Manzanilla.
Puedo decir lo mismo de todos mis hijos. Dios me ha concedido la petición que hace aquí Andrés Eloy Blanco, con su propia voz, en Coloquio bajo la palma:
_________
Cada pulpero alaba su queso, por supuesto, y ahora quiero precisamente por eso celebrar, con un tributo musical, a los millones de colegas que tengo en el mundo, a los padres en su día.
Todos los padres—que no lo seríamos sin las madres—sabemos que serlo no es cosa fácil. Es ley de vida que la distancia de las generaciones traiga consigo la incomprensión inevitable de padres e hijos, pero esto es una tensión creadora. Por mi parte, he averiguado hace un tiempo—entre risas filiales divertidas con mi decrepitud terminológica—algunas palabras más modernas que me facilitan la comunicación con los míos. Ya no digo, por ejemplo, «conjunto» para referirme a los músicos en una fiesta, sino «grupo». Nadie como Cat Stevens retrató en una canción esta diferencia generacional. Ahora nos canta Father and son:
Father It’s not time to make a change, Just relax, take it easy. You’re still young, that’s your fault, There’s so much you have to know. Find a girl, settle down, If you want you can marry. Look at me, I am old, but I’m happy.
I was once like you are now, and I know that it’s not easy, To be calm when you’ve found something going on. But take your time, think a lot, Why, think of everything you’ve got. For you will still be here tomorrow, but your dreams may not.
Son How can I try to explain, when I do he turns away again. It’s always been the same, same old story. From the moment I could talk I was ordered to listen. Now there’s a way and I know that I have to go away. I know I have to go.
Father It’s not time to make a change, Just sit down, take it slowly. You’re still young, that’s your fault, There’s so much you have to go through. Find a girl, settle down, If you want you can marry. Look at me, I am old, but I’m happy.
Son All the times that I cried, keeping all the things I knew inside, It’s hard, but it’s harder to ignore it. If they were right, I’d agree, but it’s them you know not me. Now there’s a way and I know that I have to go away. I know I have to go.
Un problema análogo confrontó Andrea Bocelli el 6 de mayo de 1992, cuando compuso una carta a su padre que recita abajo contra un fondo musical, pero si en la canción anterior no emerge el cariño en A mio padre hay claramente tanto respeto como amor:
Caro Babbo, Inutile discutere D’accordo non saremo mai Che cosa c’e di strano in cio Trent’anni ci separano O forse C’e il timore in te Di non trovare piu la forza D’essere al mio fianco Se gli ostacoli mi fermano.
Non preoccuparti, ascoltami Avro problemi Affronto infami ma Niente mi spaventera’ Niente mi corrompera’ Niente al mondo Mi fara scordare che Posso vincere E voglio farcela da me. E voglio farcela da me.
So bene che per te e difficile Giustificare Questa smania di combattere Osare l’impossibile….lo so
Ti sembrera incredibile Ma piu ci penso piu m’accorgo che Assomiglio proprio a te E non sai come vorrei Che la forza non ti abbandonasse mai Per averti qui E non arrendermi Mai
Ciao Babbo, A presto
Los padres tenemos que explicar el mundo a los hijos, desde que comienzan con sus porqués y hasta más grandes, como exige Joan Manuel Serrat al suyo en la canción que canta en catalán: Padre («Dime que le han hecho al río que ya no canta», una típica canción de protesta).
Pare digueu-me què li han fet al riu que ja no canta. Rellisca com un barb mort sota un pam d’escuma blanca.
Pare que el riu ja no és el riu. Pare abans que torni l’estiu amagui tot el que és viu.
Pare digueu-me què li han fet al bosc que no hi ha arbres. A l’hivern no tindrem foc ni a l’estiu lloc per aturar-se.
Pare que el bosc ja no és el bosc. Pare abans de que no es faci fosc ompliu de vida el rebost.
Sense llenya i sense peixos, pare, ens caldrà cremar la barca, llaurar el blat entre les enrunes, pare i tancar amb tres panys la casa i deia vostè…
Pare si no hi ha pins no es fan pinyons ni cucs, ni ocells.
Pare on no hi ha flors no es fan abelles, cera, ni mel.
Pare que el camp ja no és el camp. Pare demà del cel plourà sang. El vent ho canta plorant.
Pare ja són aquí… Monstres de carn amb cucs de ferro.
Pare no, no tingeu por, i digueu que no, que jo us espero.
Pare que estan matant la terra. Pare deixeu de plorar que ens han declarat la guerra.
En cambio, Barbra Streisand canta a un padre ausente un llamado amoroso y desgarrador: Papa, can you hear me? de la película musical Yentl.
PRAYER God – our heavenly Father. Oh, God – and my father Who is also in heaven. May the light Of this flickering candle Illuminate the night the way Your spirit illuminates my soul.
Papa, can you hear me? Papa, can you see me? Papa, can you find me in the night?
Papa, are you near me? Papa, can you hear me? Papa, can you help me not be frightened?
Looking at the skies I seem to see a million eyes Which ones are yours? Where are you now that yesterday Waved goodbye And closed its doors? The night is so much darker. The wind is so much colder
The world I see is so much bigger now that I’m alone.
Papa, please forgive me. Try to understand me. Papa, don’t you know I had no choice?
Can you hear me praying, Anything I’m saying, Even though the night is filled with voices?
I remember ev’rything you taught me Ev’ry book I’ve ever read. Can all the words in all the books Help me to face what lies ahead? The trees are so much taller And I feel so much smaller. The moon is twice as lonely And the stars are half as bright.
Papa, how I love you. Papa, how I need you. Papa, how I miss you Kissing me goodnight.
Ahora tenemos Canción a papá (Song for dad) en la agradable voz de Keith Urban:
Lately I’ve been noticing I say the same things he used to say And I even find myself acting the very same way I tap my fingers on the table To the rhythm in my soul And I jingle the car keys When I’m ready to go When I look in the mirror He’s right there in my eyes Starin’ back at me and I realize
The older I get The more I can see How much he loved my mother and my brother and me And he did the best that he could And I only hope when I have my own family That everyday I see A little more of my father in me
There were times I thought he was bein’ Just a little bit hard on me But now I understand he was makin’ me Become the man he knew that I could be In everything he ever did He always did with love And I’m proud today to say I’m his son When somebody says I hope I get to meet your dad I just smile and say you already have
The older I get The more I can see How much he loved my mother and my brother and me And he did the best that he could And I only hope when I have my own family That everyday I see A little more of my father in me
He’s in my eyes My heart, my soul My hands, my pride And when I feel alone
And I think I can’t go on I hear him sayin’ «Son you’ll be alright» Everything’s gonna be alright» Yes it is
The older I get The more I can see That he loved my mother and my brother and me And he did the best that he could And I only hope when I have my own family That everyday I see Oh I hope I see I hope everyday I see A little more of my father in me
A little more of my father in me I hope everyday I see in me In me In me I hope everyday I see
A little more of my father in me
Enrique Iglesias siguió la huella de su padre, el crooner español Julio Iglesias. La canción Quizás es un tributo a quien le dio la mitad de su ser y le marcó el camino:
Hola viejo, dime como estás,
los años pasan y no hemos vuelto a hablar
y no quiero que te pienses
que me he olvidado de ti.
Yo por mi parte no me puedo quejar
trabajando como siempre igual
aunque confieso que en mi vida
hay mucha soledad.
En el fondo tú y yo somos casi igual
y me vuelvo loco sólo con pensar.
Quizás la vida nos separe cada día más,
quizás la vida nos aleje de la realidad,
quizás tú buscas un desierto y yo busco un mar,
quizás que gracias a la vida hoy te quiero más.
Hola viejo, dime como estás,
hay tantas cosas que te quiero explicar
porque uno nunca sabe
si mañana este aquí.
A veces hemos ido marcha atrás
y la razón siempre querías llevar,
pero estoy cansado
no quiero discutir.
En el fondo tú y yo somos casi igual
y me vuelvo loco sólo con pensar.
Quizás la vida nos separe cada día más,
quizás la vida nos aleje de la realidad,
quizás tú buscas un desierto y yo busco un mar,
quizás que gracias a la vida hoy te quiero más. Quizás la vida nos separe cada día más,
quizás la vida nos aleje de la realidad,
quizás tú buscas un desierto y yo busco un mar,
quizás que gracias a la vida hoy te quiero más.
Hola, viejo dime como estás,
los años pasan y no hemos vuelto a hablar
y no quiero que te pienses
que me he olvidado, de ti.
Los abuelos son, naturalmente, padres; por así decirlo, por partida doble, progenitores en cascada. Uno de los tangos de lujo del gran Astor Piazzolla se llama Adiós, nonino:
Por supuesto, los noninos dan babbinos (papitos), como atestigua Renée Fleming cantando, de la ópera Gianni Schicchi de Giacomo Puccini, O mio babbino caro:
Matt Redman llega ahora con su canción del padre, Father’s song, que alude al celestial:
I have heard so many songs Listened to a thousand tongues But there is one That sounds above them all
The Father’s song The Father’s love You sung it over me and for eternity It’s written on my heart
Heaven’s perfect melody The Creator’s symphony You are singing over me The Father’s song Heaven’s perfect mystery The king of love has sent for me And now you’re singing over me The Father’s song
I have heard so many songs Listened to a thousand tongues But there is one That sounds above them all [Sounds above them all]
The Father’s song The Father’s love You sung it over me and for eternity It’s written on my heart
It’s Heaven’s perfect mystery The king of love has sent for me And now you’re singing over me The Father’s song
The Father’s song The Father’s love You sung it over me and for eternity It’s written on my heart [It’s written on my heart]
The Father’s song The Father’s love You sung it over me and for eternity It’s written on my heart It’s written on my heart You sing it over me Father
Es así; los padres tenemos el honor de ser tenidos como dioses: en las mitologías más cercanas el dios principal es paternal. El Dyus pitar del sánscrito es Zeus pater para los griegos y Júpiter (Diespiter en itálico, Deus pater en latín) para los romanos. El Dios de Abrahán, común al judaísmo, al catolicismo y el islamismo, es el Padre Celestial. Jesús de Nazaret compuso la oración cristiana por excelencia: el Padre Nuestro. Acá canta precisamente eso, de nuevo, Andrea Bocelli, esta vez en compañía del Coro del Tabernáculo Mormón (y no es una cuña a favor de Mitt Romney):
¡Feliz día, Padre eterno! LEA ______________________________________________________________
intercambios