Sigue llegando el futuro
A mediados de los años sesenta creí aprender de Alba Fernández de Revenga la siguiente lección: que la televisión educativa no era poner una cámara ante un profesor que tuviera una tiza en la mano frente a un pizarrón. La razón, explicó, es que la televisión es un medio con su propia fisiología, su propia lógica. Hacer televisión educativa, por consiguiente, era hacer televisión para enseñar, no televisar el modo antiguo del catedrático. Ella creó en Venezuela, dirigiendo equipos eficaces que reclutó y ensambló, las dos iniciativas más modernas de toda nuestra historia educativa: el programa de televisión Sopotocientos y el Museo de los Niños.
Tomó inspiración, en el primer caso, de la serie Sesame Street, de gran éxito en los Estados Unidos y luego en el ámbito hispanoamericano a raíz de su mexicanización como Plaza Sésamo. Alba pudo haberse empatado con esta última opción, pero prefirió el más difícil camino de crear una serie enraizada en los supuestos culturales venezolanos. Lo que hizo logró tener, como reza la letra de una de las canciones más recordadas del programa, sopotocientos amigos. Para su creación de Parque Central, el Museo de los Niños, tenía el precedente del Children’s Museum en Boston, adonde una vez me envió a explorar.
Pero Alba no es sólo el medio; es también el mensaje. No sólo atendía el problema vehicular—cómo debe enseñarse—sino el de contenido. De hecho, antes de las dos grandes creaciones de Sopotocientos y el Museo de los Niños, había diseñado el currículo del Centro Infantil Altamira, un instituto de enseñanza preescolar para niños en los barrios caraqueños de Pajaritos, Campo Rico, Bucaral y Pedregal. Tal desarrollo fue copiado luego, a la hora de que por fin el Ministerio de Educación declarara el nivel preescolar como etapa oficialmente reconocida por el sistema educativo venezolano, en 1970. Lo que Alba prescribió fue las tablas de la ley preescolar en Venezuela.
Estos recuerdos regresan solos al recibir correo de TED.com que anunciaba el video que está abajo. Lo que el Sr. Mike Matas presenta en cuatro minutos no es meramente un libro simulado en el espacio virtual de un iPad, es una especie totalmente nueva de herramienta para el aprendizaje.
Como decía Yogi Berra, y antes Paul Valéry, el futuro no es ya lo que solía ser. LEA
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